3.3 .- La objetividad: El mecanismo

Una vez que el concepto de algo se objetiviza en tanto tiene existencia en sí y por sí mismo, se pone como un objeto inmediato frente a otros; no ya como un simple existente sino como una realidad objetiva. Pero en cuanto se pone como realidad objetiva, se enfrenta a otros objetos, queda inmediatamente en relación con ellos. Este permanecer de los objetos unos frente a otros es el principio del mecanismo. Los distintos conceptos objetivos u objetos completos e independientes, aparecen ahora como una determinación abstracta, porque la universalidad está, ahora, en la relación; en tanto los objetos permanecen no relacionados entre sí, constituyen un todo único, pero como una multiplicidad caótica que no participa de la universalidad superior porque no contienen en sí mismos principio ni orden de relación ninguna entre sí. Estamos ante objetos que están autodeterminados como tales, pero que no contienen la determinación de su relación con otros objetos completos:

<<Dado que el concepto (subjetivo) es (está) esencialmente determinado, tiene en sí la determinación como una multiplicidad, que por cierto es completa, pero que, por lo restante, es indeterminada, es decir, carente de relación, que constituye una totalidad que tampoco, al comienzo, está mayormente determinada. (...) Por el hecho de que esta determinación indeterminada es esencial al objeto, éste representa en sí mismo una multiplicidad, y tiene, por ende, que ser considerado como un compuesto, como un agregado.>> (Op.Cit.: Libro III Segunda sección cap. I. Lo entre paréntesis en snuestro)

Al referirse al método en la economía política, Marx corrobora a Hegel cuando dice que lo concreto social aparece al sujeto como <<la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad en la diversidad>>. Y se pregunta si es correcto comenzar el estudio de esta ciencia por una de esas determinaciones, por ejemplo el concepto subjetivo de "población", que define como <<la base y el sujeto social de la producción en su conjunto>>, mostrando seguidamente que entre esta categoría y el resto no surge directamente el orden objetivo de relación que hay entre ellas, sino que esa unidad de lo diverso se presenta al pensamiento o al intelecto como un todo caótico:

<<La población es una abstracción si dejo de lado (el concepto subjetivo de) las clases de que se compone. Estas clases son, a su vez, una palabra sin sentido si ignoro los elementos sobre los cuales reposan, por ejemplo, el (concepto subjetivo de) trabajo asalariado, el (de) capital, etc. estos últimos suponen (el de) el cambio, (el de) la división del trabajo, los precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada si trabajo asalariado, sin valor, dinero, precios, etc. Si comenzara, pues, por la población, tendría una representación caótica del conjunto....>> (K. Marx: "Introducción general a la crítica de la economía política": § 3. Lo entre paréntesis es nuestro)

En este momento del proceso, pues, cada objeto de la totalidad está determinado como concepto subjetivo en sí, en tanto participa de lo universal como individuo diferente e indiferente respecto de los demás. Pero cuando el universal que contiene a distintos individuos aislados pasa a ser un universal que contiene las relaciones entre esos individuos, la determinación del objeto en sí ya no es suficiente; sin dejar de ser indiferente respecto de los demás objetos, necesita autodeterminarse en un universo de relaciones ya que en sí mismo no contiene su orden de relación o comunicación con los demás; eso es algo que le trasciende:

Por lo tanto, el objeto, como existencia en general, tiene la determinación de su totalidad fuera de él, en otros objetos; y éstos la tienen también fuera de ellos , y así enseguida al infinito>> (G.W.F. Hegel: Op.cit.: Libro III Sección 2 Cap. 1)

En este universo de la comunicación, de la relación entre objetos, la determinación del pensamiento pasa a estar fuera de la subjetividad individual. Lo trascendente del pensamiento se opera cuando saca a los objetos de ese estar en sí mismos y los comunica -tal como ocurre con la mecánica celeste- convirtiendo aquella multiplicidad caótica en una totalidad de sentido. Desde el punto de vista físico-mecánico, el concepto subjetivo de un objeto reside en el quantum de su masa, tal como el valor económico reside en el quantum del tiempo de trabajo objetivado en ella. En este sentido, los objetos son masas cuantitativamente diferenciadas según su peso. Este peso, en cuanto magnitud intensiva concentrada en un punto dentro del mismo cuerpo de un objeto, es su centro de gravedad. Pero en tanto objetos grávidos, cargados de gravidez, los objetos tienden a poner su centro fuera de ellos mediante la impulsión y la resistencia. Tal es la relación accidental entre objetos en tanto permanecen gravitando unos sobre otros sin relación con un centro común que, para Hegel, está fuera de la materia. Según los distintos cuerpos tienden hacia el centro común, el movimiento accidental de los objetos pasa al reposo. Como se ve, aquí el progreso de la sustancia emana una vez más del pensamiento, del espíritu universal, en su tendencia a la autorealización:

<<Ahora, en lo espiritual, hay un contenido infinitamente más rico, capaz de comunicación, por cuanto que, acogido por la inteligencia, adquiere esa forma de la universalidad, con la que se convierte en algo que puede ser comunicado.>> (Ibíd)

Y otra vez, como en el concepto subjetivo, el pensamiento hace que lo individual participe de lo universal a través de lo particular, sólo que ahora, no se trata de una universalidad abstracta que se limita a catalogar o determinar a cada objeto según su concepto individual, sino de una universalidad de relaciones entre objetos, donde el pensamiento se determina no como concepto subjetivo, sino como un existente que encuentra su concepto fuera de su propia constitución y naturaleza como objeto individual; no en lo que es por sí como concepto subjetivo, individual, sino por lo que llega a ser objetivamente en su relación con otros, como parte de una universalidad mecánica superior. Así, siguiendo con nuestro ejemplo tomado de la economía política, la singularidad central del valor contenido en la relación entre dos mercancías, se llega a determinar o realizar en la forma universal del equivalente general o forma dinero de la mercancía oro, a través de su relación particular o "centralidad relativa" con otras mercancías:

<<La forma relativa simple, o aislada del valor de una mercancía convierte a otra mercancía en un equivalente singular. La forma desplegada del valor relativo, esa expresión del valor de una mercancía en todas las demás mercancías, imprime a éstas la forma de equivalentes particulares de diferentes clases. Finalmente, una clase particular de mercancías adopta la forma (universal) de equivalente general, porque todas las demás mercancías la convierten en el material de su forma de valor general y unitaria.>> (K.Marx: "El Capital" Libro I Cap. 1. Lo entre parántesis es nuestro)

Según este razonamiento, la "singularidad central" o el "cuerpo central" contiene la autosuficiencia o el "ser por sí" de todo mecanismo. En el parágrafo 197 de la "Enciclopedia de las ciencias filosóficas", Hegel se refiere implícitamente a la mecánica celeste, donde el extremo de la "singularidad central" gravitacional contenida en el sol, se realiza en los extremos "inesenciales" carentes de autosuficiencia gravitacional del mecanismo solar (meteoros y cometas), a traves del "término medio que enlaza ambos extremos": los planetas, en los cuales -al igual que en los equivalentes particulares- se contiene la centralidad, a la vez que la falta de autosuficiencia:

<<En el mundo material, el cuerpo central constituye el género, pero es universalidad individual de los objetos individuales y de su proceso mecánico. Los cuerpos individuales, inesenciales (meteoros, cometas, etc.), se comportan chocándose y oprimiéndose recíprocamente; tal relación no se verifica entre el cuerpo central y los objetos cuya esencia él es>> (G.W.F. Hegel "Ciencia de la lógica" Libro III Cap. I C)

 Al contrario de lo que todavía parece -y así le pareció a los mercantilistas cuando el oro era el contenido material de la forma dineraria- para el materialismo histórico la "singularidad central" gravitacional del valor económico no está en la forma dinero: el sol de la burguesía; que esta forma universal de valor es el extremo silogístico carente de autosuficiencia económica gravitacional, se ha llegado a revelar cuando su soporte material dejó de ser el oro y recayó en el papel u otros materiales no ferrosos, cuyo valor intrínseco es tanto más irrisorio cuanto mayor es el que representa; más todavía en el caso del soporte electrónico.

En el parágrafo 198 de su "Enciclopedia de las ciencias filosóficas", Hegel homologa la racionalidad cósmica con la mecánica social entendida como un sistema de tres silogismos: 1) del tipo S-P-U donde la singularidad central de la persona humana (los valores humanos) se realizan en el Estado (en tanto representante universal de esos valores), a través de las particulares necesidades físicas y espirituales que configuran la sociedad civil moderna. 2) del tipo U-S-P donde El Estado se realiza en la satisfacción de las necesidades particulares a través de la voluntad y acción de la "singularidad central" que todavía es la persona humana; 3) Del tipo P-U-S donde las particulares necesidades se realizan plenamente en la persona humana por medio del Estado, concepto objetivo que ahora -al parecer en virtud del contrato social de Rousseau- pasa a ser "centralidad absoluta", "universal sustantivo" o "medio sustantivo" que, en tanto tal, comprende a "la gravedad que permanece idéntica" en él, e incluye la singularidad de la persona humana dentro de sí, despojada ya de toda centralidad gravitatoria:

<<Del mismo modo que [lo es] el sistema solar, también el Estado en el campo de lo práctico es un sistema de tres silogismos. 1) El singular (la persona) se concluye mediante su particularidad (las necesidades físicas y espirituales) , [que es aquello] que más configurado da [lugar] a la sociedad civil), con lo universal (la sociedad, el derecho, ley, gobierno). 2) La voluntad y actividad de los individuos es [también] lo mediador que da satisfacción a las necesidades en la sociedad, en el derecho, etc., del mismo modo que da cumplimiento y realización efectiva a la sociedad, al derecho, etc. 3) Pero [también] lo universal (Estado, gobierno, derecho) es el medio sustantivo en el que los individuos y su satisfacción tienen y mantienen su realidad plena, su mediación y su subsistencia. Cada una de las determinaciones, en tanto la mediación la concluye con el otro extremo, se concluye asimismo consigo, se produce, y esta producción es autoconservación. Sólo mediante la naturaleza de este concluir, o sea, mediante esta triplicidad de silogismos con los mismos términos, es como verdaderamente se comprende un todo con su organización>> (G.W.F. Hegel: Op. Cit.. El subrayado es nuestro)

En esta totalidad silogística así configurada, donde cada uno de los tres diferentes objetos (sol, planetas y asteroides) recorre las determinaciones del término medio y de los extremos, constituye el libre mecanismo o mecanismo absoluto. En este sistema, los objetos diversos e indiferentes entre sí, tienen su determinación fundamental en la universalidad objetiva de la gravitación que sirve de base al tercer silogismo, donde el medio sustantivo configura el ordenamiento que contiene la ley o principio del automovimiento del sistema, según la cual se determinan los objetos relacionados. Aquí aparece la diferencia entre el "mecanismo muerto" del concepto subjetivo -donde los objetos son inmediatamente independientes pero que en el universo de las relaciones carecen de ella- y el "mecanismo libre" del concepto objetivo que se determina por sí mismo como sistema de relaciones que tiene su ordenación en la ley donde el pensamiento aparece como la "fuente imperecedera de un movimiento que se anima a sí mismo":

<<Esta unidad que se determina a sí misma, y que lleva de retorno, de modo absoluto, la objetividad extrínseca en la idealidad (del ordenamiento), es principio de automovimiento. La determinación de este principio animador, que es la diferencia del concepto mismo (la diferencia entre el concepto subjetivo y el concepto objetivo), es la ley. El mecanismo muerto era el proceso mecánico ya considerado, de objetos que, de inmediato, aparecían como independientes, pero que, precisamente por eso, son en verdad carentes de independencia y tienen su centro fuera de ellos. (...) Sólo el mecanismo libre tiene una ley que es la propia determinación de la pura individualidad, o sea, del concepto que está por sí. Como diferencia, ella es en sí misma la fuente imperecedera de un movimiento que se anima a sí mismo; y como en la idealidad de su diferencia, se refiere sólo a sí misma, es libre necesidad.>> (G.W.F. Hegel: "Ciencia de la lógica" Libro III Cap. I C. Lo entre paréntesis es nuestro)

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