Todo consumo de medios de vida es
externo a la relación entre capitalistas y obreros

Obviamente, como hemos visto, la razón última de las crisis radica en que la sociedad capitalista esta presidida por la tendencia a producir sin tener en cuenta las condiciones del mercado, la demanda efectiva y el consumo de los productores directos. Aquí, el límite del consumo no está dado por lo que se produce en general, por la producción absoluta; tampoco por las necesidades sociales o capacidad absoluta de consumo de la sociedad, sino por lo que se produce bajo las relaciones de producción capitalistas, que siendo esa producción inferior a la capacidad absoluta de consumo de la sociedad determinada por las necesidades sociales en cada momento, siempre naturalmente esa producción excede las condiciones de la demanda solvente por parte de los asalariados. Pero las crisis no se producen por eso. El subconsumo de los trabajadores empleados o la superproducción de mercancías de consumo final no es la causa de que el proceso de producción y acumulación de plusvalor se interrumpa. Si tal fuera la lógica de su funcionamiento, la producción capitalista sería imposible, porque la superproducción de mercancías bajo el capitalismo es permanente.

Las crisis se producen no porque haya demasiados medios de consumo sin realizar en el mercado capitalista, sino porque el plusvalor se produce bajo condiciones de rentabilidad que no justifican que se lo siga produciendo. El capital, la producción de plusvalor en condiciones de rentabilidad como porciento de lo que se obtiene respecto de lo que se invierte, ese es el límite del consumo de los trabajadores y no al revés. No es el consumo de los trabajadores lo que limita el funcionamiento del capital, sino las leyes del funcionamiento del capital lo que limita el consumo de los trabajadores. Marx ha sido muy clarto en esto y nosotros estamos de acuerdo con su razonamiento:

<<Lo que en realidad producen los trabajadores es plusvalía. Mientras la produzcan (en condiciones que la tasa de ganancia lo permita), tendrán [algo] que consumir. Tan pronto como dejen [de producirla] (porque son arrojados al paro) termina su consumo al terminar su producción. (...) Cabe, en efecto, preguntarse, si el capital en cuanto tal es también el límite con que tropieza el consumo . Lo es desde luego en un sentido negativo, ya que no puede consumirse más de lo que se produce. Pero el problema [está en saber] si lo [es] también en sentido positivo, [es decir], si –tomando como base la producción capitalista- se puede y se debe consumir tanto como se produce. Si lo analizamos certeramente, (...) no se produce con vistas a los límites del consumo existente, sino que la producción sólo se halla limitada por el propio capital. Y no cabe duda de que esto es característico del modo de producción capitalista. (K.Marx: "Teorías sobre la plusvalía" Libro II Cap. XVII aptdo. 12. Lo entre paréntesis es nuestro)

Lo que viene a decir Marx aquí, es que no es el consumo de los trabajadores lo que pone límite a la producción de plusvalor sino al revés, y que la lógica del capitalismo no consiste en consumir todo lo que se produce, sino en producir todo aquello que garantice la capitalización de una masa de plusvalor que compense a la relación entre éste y el capital comprometido. Con esto quiere decir que el consumo no forma parte de la lógica del capital.

De hecho, el consumo de los bienes con que los asalariados reproducen su fuerza de trabajo dejan de ser capital. Si lo fueran, cumplirían la misma función que el combustible con que funciona una máquina, y, en ese caso, la producción de plusvalor y la consecuente acumulación del capital serían imposibles. La posibilidad de existencia del plusvalor y de la reproducción ampliada del capital descansan en la naturaleza no capitalista del acto de reproducción de la fuerza de trabajo, del mismo modo que el tiempo libre del trabajador. Es algo suyo que no pertenece al capitalista que lo emplea. De no ser así, estaríamos en la lógica hegeliana de la identidad de los contrarios donde la lucha de clases elemental y su necesaria proyección histórico-política carecería de sentido y existencia. Tal es lo que significa Marx al decir que mientras produzcan plusvalor lo trabajadores tendrán algo que consumir. Pero este consumo, el acto de reproducir la fuerza de trabajo, queda por completo fuera del dominio del capital, no constituye ninguno de los elementos que concurren en la producción de plusvalor.

<<De hecho, el obrero debe conservar su capacidad de trabajo merced a los medios de subsistencia, pero este consumo privado suyo, que es al mismo tiempo reproducción de su capacidad de trabajo, está al márgen del proceso de producción de la mercancía (en la fábrica o lugar de trabajo). Es posible que en la producción capitalista el capital absorba realmente todo el tiempo disponible del obrero, y que, por lo tanto, el consumo de medios de subsistencia aparezca prácticamente como un mero incidente del proceso laboral, al igual que el consumo de carbón por la máquina de vapor, el de grasa por la rueda o el de heno por el caballo, al igual que todo el consumo privado del esclavo que trabaja. (...) Pero sea lo que fuere, en la práctica, tan pronto el obrero libre los consume, los medios de subsistencia son mercancías que él ha adquirido. No bien pasan a sus manos, y con mayor razón aun cuando los consume, han dejado de ser capital. No constituyen, pues, ninguno de los elementos materiales en los cuales aparece el capital en el proceso inmediato de producción, por más que constituyen forma de existencia material del capital variable que se presenta en el mercado, dentro de la esfera de la circulación como adquirente de la capacidad de trabajo>> [K. Marx: "El Capital" Libro I Cap. VI (inédito) Aptdo. 1. Lo entre paréntesis es nuestro)

En este sentido, la compra y el consumo de productos alemanes o norteamericanos por parte de un campesino colombiano, por ejemplo, son actos tan externos y al mismo tiempo necesarios al proceso de producción y realización del plusvalor, como el de los empleados por una fábrica de automóviles en cualquiera de esos dos países imperialistas.

Con lo dicho hasta aquí sobre la concepción subconsumista de Rosa, hemos querido aportar a la crítica magistralmente realizada por Henrik Grossmam en su trabajo central "La ley de la acumulación y el derrumbe del sistema capitalista" (1929) así como en varios ensayos escritos entre 1929 y 1932 sobre la metodología de Marx implícita en "El Capital" y el sentido equivocado que Rosa atribuyó a los esquemas de la reproducción expuestos en el Libro II de esa misma obra, que los compañeros de la C.C.I. todavía siguen sin advertir.

volver al índice del documento

éste y el resto de nuestros documentos en otros formatos
grupo de propaganda marxista
http://www.nodo50.org/gpm
apartado de correos 20027 Madrid 28080
e-mail: gpm@nodo50.org