3.-Las consignas de Gobierno Provisional y Asamblea Nacional Constituyente durante la revolución rusa de 1905
a) Carácter de la revolución y estrategia de poder:

En las postrimerías del siglo XIX, más de treinta años después de que el zar Alejandro II aboliera la servidumbre en 1861, Lenin comenzó a estudiar la estructura económico-social de Rusia. Lo hizo para comprobar qué grano de verdad había en las tesis del poderoso partido político de los populistas rusos llamado: “Narodnaia Volia” (la voluntad del pueblo), quienes sostenían que la “comuna rural rusa” brindaba la posibilidad de que Rusia pudiera alcanzar el socialismo sin pasar por el capitalismo.

Para entonces, ya había leído los numerosos trabajos que Marx y Engels dedicaron durante casi tres décadas a las formaciones económicas precapitalistas. Especialmente la voluminosa bibliografía de que se sirvió Marx para elaborar la secciones séptima del primer Libro de “El Capital” sobre la “ley general de la acumulación capitalista” y “la acumulación originaria”, y la sexta del Libro III acerca de la renta territorial, así como para explicar las causas de que las formaciones económicas precapitalistas del comunismo primitivo, hubieran podido sobrevivir a las condiciones históricas que le dieron origen, como era el caso del colectivismo agrario ruso. Todo este bagaje de conocimientos había sido incorporado por Lenin al momento de decidirse a polemizar con los populistas.

El análisis de Marx sobre este asunto, estuvo acompañado por la comprobación histórico-empírica, del proceso que generó la sociedad capitalista, presidido por la radical separación o expropiación de los trabajadores agrícolas respecto de sus condiciones o medios de producción, es decir, por la conversión de los antiguos pequeños propietarios-trabajadores-agrícolas, en asalariados modernos para los fines de la acumulación del capital en los centros urbanos:

<<En la historia del proceso de escisión hacen época, desde el punto de vista histórico, los momentos en que se separa súbita y violentamente a grandes masas humanas de sus medios de subsistencia y de producción y se las arroja, en calidad de proletarios totalmente libres, al mercado de trabajo. La expropiación que despoja de la tierra al trabajador [43] , constituye el fundamento de todo el proceso. De ahí que debamos considerarla en primer término. La historia de esa expropiación adopta diversas tonalidades en distintos países y recorre en una sucesión diferente las diversas fases.>> (K.Marx: “El Capital” Libro I Sección séptima. Cap. XXIV punto 1. 1ª Edición)

En 1881,  al momento de redactar su carta a la por entonces populista Vera Zasulich, le decía que el trabajador agrícola ruso no podía sustraerse a la tendencia objetiva del capitalismo, ya actuante en la estructura económico-social rusa, a la desaparición de la comuna y a la proletarización del pequeño campesino ruso:

<<Dejando de lado los problemas más o menos teóricos, no hace falta decir que hoy, la existencia misma de la comuna rusa está amenazada por una conspiración de poderosos intereses. Se ha levantado contra la comuna un cierto tipo de capitalismo que, mediante la intervención del Estado, se nutre a expensas de los campesinos. Ese capitalismo quiere aniquilar la comuna. Además, los grandes terratenientes tienen interés en establecer una clase media agrícola con los campesinos más o menos solventes y transformar a los campesinos pobres, es decir a la mayoría, en simples asalariados. Esto significaría trabajo barato.>> (K. Marx: Carta a Vera Zasulich. 08/03/1881)

Pero, aleccionado por el ascenso del movimiento revolucionario en ese país, y por el hecho de que su obra teórica central había hecho pie en la conciencia de la intelectualidad rusa como en ninguna otra parte, Marx alentó la posibilidad de que, haciendo palanca sobre la socialización del trabajo subsistente en la comuna rural, la clase obrera rusa consiguiera arrastrar a los pequeños campesinos y a los asalariados europeos extendiendo la revolución al resto de Occidente, podría pisar los umbrales de la transición al comunismo sin pasar por todos los males sociales y humanos propios del capitalismo:

     <<El Manifiesto comunista se propuso como tarea proclamar la desaparición próxima e inevitable de la moderna propiedad burguesa. Pero en Rusia, al lado del florecimiento febril del fraude capitalista y de la propiedad territorial burguesa en vías de formación (a expensas de la comuna rural) más de la mitad de la tierra es poseída en común por los campesinos. Cabe, entonces, la pregunta: ¿podría la comunidad rural rusa ―forma por cierto ya muy desnaturalizada de la primitiva propiedad común de la tierra― pasar directamente a la forma superior de la propiedad colectiva, a la forma comunista, o, por el contrario, deberá pasar primero por el mismo proceso de disolución que constituye el desarrollo histórico de Occidente?

La única respuesta que se puede dar hoy a esta cuestión es la siguiente: si la revolución rusa da la señal para una revolución proletaria en Occidente, de modo que ambas se completen, la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida a una evolución comunista.>> (K.Marx-F.Engels: “Manifiesto comunista” Prólogo a la edición rusa de 1882. Lo entre paréntesis nuestro)

Entre 1893 y 1899, Lenin desarrolló una ingente labor teórica de análisis de la realidad rusa y de esclarecimiento de la intelectualidad progresista, en polémica con populistas, marxistas legales y economicistas, contribuyendo más que nadie en su tiempo, a echar los fundamentos ideológicos de la acción política efectivamente revolucionaria del proletariado a escala nacional e internacional. Su primer cometido consistió en demostrar que las previsiones teóricas hechas por Marx en el primer Libro de “El Capital” (capítulo XXIII)―, se estaban cumpliendo en Rusia, y que entre  marzo de 1881 y marzo de 1899 (fecha en que fue publicada su obra monumental: “El desarrollo del capitalismo en Rusia”) ese país había dejado de ser eminentemente semifeudal para transformarse en un país donde habían pasado a predominar la relaciones de producción capitalistas, incluida su estructura agraria, con lo que todo el debate en torno a la naturaleza social de la revolución y a la estrategia de poder por parte de los populistas ―basadas en la supervivencia de la “comuna rural”― había sido resuelto y superado históricamente por la propia “Ley general de la Acumulación capitalista”, al convertir la mayoría de las tierras del “nadiel” [44] ―correspondientes a los pequeños campesinos sin medios de trabajo suficientes para el cultivo cuyo producto les permitiera vivir― bien en objeto de alquiler o venta por tiempo determinado (cada vez más largo), y a sus arrendadores (esos mismos pequeños campesinos), en asalariados al servicio de sus inquilinos o arrendatarios, vecinos suyos con creciente disponibilidad de materiales y monetarios en exceso respecto a su correspondiente tierra de nadiel, o bien en garantía de préstamos para la obtención de los medios necesarios:

<<El cuadro expuesto nos muestra (...) un interesante fenómeno con el que aún nos encontramos: la disminución del papel de la tierra de nadiel en la economía de los campesinos. En el grupo inferior ocurre como resultado de la entrega de la tierra en arriendo; en el superior, como consecuencia de que, en la superficie total explotada adquiere un inmenso predominio la tierra comprada y recibida en arriendo [esta última respecto de la obtenida y utilizada en concepto de nadiel por los propios campesinos comunitarios]. [45] Los restos del régimen anterior a la reforma (sujeción de los campesinos a la tierra y posesión territorial igualitaria impuesta por el fisco), están siendo destruidos en forma definitiva por el capitalismo que penetra en la agricultura.>> (V.I. Lenin: “El desarrollo del capitalismo en Rusia” Cap. II. Lo entre corchetes nuestro)

Pero, como acabamos de ver leyendo esta cita, la disminución de la tierra de nadiel, es decir, la disolución de la comuna agraria, supone la preexistencia de una diferenciación social entre el campesinado, es decir, grupos de familias con distinto poder económico relativo, algo que no sucedía ni hubiera podido suceder, de no mediar la irrupción de un cambio decisivo en la economía agraria rusa que explica semejante diferencias sociales. Ese cambio histórico fue el pasaje de una economía de subsistencia a una economía mercantil o de intercambio.

Esto es lo que vino a explicar Lenin en 1893 siguiendo a Marx, para llenar el vacío dejado por el investigador V.E. Póstnikov en su obra: “La explotación agrícola en el sur de Rusia” (1891), quien atribuía estas diferencias económicas a la escasez relativa de tierras, a la presión del aumento de la población agraria sobre el campo ruso. En efecto:

<<A pesar de que el autor [V.E. Póstinkov] ha demostrado plenamente que la productividad del trabajo depende de las dimensiones de la hacienda y que en los grupos inferiores de campesinos existe una productividad extremadamente baja, no es posible argüir que esta ley (Póstnikov la denomina superpoblación del agro en Rusia, saturación de trabajo en la agricultura) sea la causa de la diferenciación del campesinado: la cuestión es, precisamente, saber por qué el campesinado se ha dividido en grupos tan diferentes, porque el caso es que, la superpoblación del agro presupone ya tal división [está históricamente predeterminada por la desigual extensión de la propiedad de la tierra en poder de los distintos grupos de campesinos]; el autor se ha formado el concepto de esa división, comparando las pequeñas haciendas con las grandes, así como la [diferente o desigual] rentabilidad de éstas. Por eso no es posible contestar a la pregunta: “¿de qué depende la amplia diversidad de los grupos?”, diciendo que: de la superpoblación del agro. Por lo visto, Póstnikov también lo comprende, sólo que no se plantea en forma concreta la tarea de investigar la causas del fenómeno, por lo que sus observaciones pecan de cierta incoherencia.>> V.I. Lenin: “Los nuevos cambios económicos en la vida campesina” Primavera de 1893. Lo entre corchetes es nuestro)

Lenin observa que Póstnikov se acerca bastante a la explicación del problema cuando muestra sus dudas de que la “lucha encarnizada” en torno a la posesión de la tierra “contribuya en el futuro a desarrollas en la población los principios de la comunidad y de la concordia”, y cuando reconoce que no es ésta “una lucha de las tradiciones comunales contra el individualismo que se desarrolla en la vida rural, sino una simple lucha de intereses económicos, que ha de terminar con un desenlace fatal para una parte de la población...”; pero insiste en poner la causa del fenómeno en la naturaleza: “escasez de tierras”, no en la organización social del trabajo en el agro basada en la producción para el mercado y la usura, que conduce inevitablemente a la diferenciación del campesinado y a la formación de una burguesía agraria a instancias de la proletarización del pequeño trabajador agrícola. 

Cierto: el fenómeno de una masa creciente de familias campesinas que no cultivan la tierra y que, a la postre, son arrojadas de ella, está determinado por la lucha de intereses económicos entre los campesinos. Pero Lenin pregunta:

<<¿En qué terreno se realiza esta lucha y con qué medios? Por lo que se refiere a los medios, lo son no sólo ni tanto el tipo de división de la tierra [como podría pensarse por las observaciones de Póstnikov que acabamos de citar] sino la disminución de los costes de producción, consecuencia del aumento de la dimensión de la hacienda; de ello se ha hablado suficientemente con anterioridad. En cuanto al terreno en que surge la lucha, lo indica con bastante claridad la siguiente observación de Póstnikov:

<<Existe un mínimo determinado de área económica, por debajo del cual no puede descender la hacienda campesina, porque entonces se tornaría desventajosa o inclusive imposible de mantener. Para la alimentación de la familia y del ganado [¿?] es necesario tener en la hacienda un área alimentaria determinada (producción para el consumo familiar); la hacienda que carece de ingresos adicionales, o que los tiene en pequeña medida, necesita, además, cierta área comercial, el producto de la cual ha de venderse a fin de proporcionar a la familia campesina dinero en efectivo para el pago de los impuestos, para procurarse ropa y calzado, y para los gastos necesarios de la hacienda en aperos de labranza, edificación, etc. Si las dimensiones de la hacienda campesina son inferiores al mínimo mencionado, resulta imposible seguir explotándola. En tal caso, el campesino encontrará más conveniente abandonar la hacienda y convertirse en peón rural, ya que sus gastos serán menores y podrá satisfacer mejor sus necesidades con un ingreso global menor.” [Pp. 141] (OP. Cit. El subrayado y lo entre paréntesis es nuestro)

En este punto de “la lucha de intereses”, Póstnikov da por zanjada la cuestión. Como si esa fuera la causa fundamental de la diferenciación social del campesinado. Pero Lenin observa que la familia campesina que estima ventajoso ampliar sus sembradíos o cría de ganado más allá de sus necesidades vitales, es porque puede vender su producto. Por su parte, la familia que ve más conveniente dejar de trabajar sus tierras y convertirse en asalariada, es porque la satisfacción de la mayor parte de sus necesidades exige dinero adicional, es decir, ventas con las que procurarlo; y como al intentar vender sus productos en el mercado encuentra un rival con el que no puede competir, sólo le queda un camino: abandonar su hacienda para arrendarla y vender su fuerza de trabajo. Con lo cual Lenin llegó a la siguiente conclusión:

<<La causa fundamental de la aparición de la lucha de intereses económicos entre los campesinos, es la existencia de un régimen (social) en el cual el regulador de la producción social (de la distribución de los recursos productivos y, por tanto, de la riqueza social global, no es la escasez de tierra ni la lucha de intereses sino que) es el mercado (la organización de la producción no para la satisfacción directa de las necesidades sociales, sino para la venta como condición de la vida social)>> (Ibíd) 

El error de Póstnikov ha consistido en limitarse a considerar la causa eficiente de ese “desenlace fatal” para la mayoría social del “sector inferior” de campesinos pobres, omitiendo ir a su fundamento, a la causa formal  ―que predetermina lógicamente la causa eficiente― que es la forma mercantil, el mercado. Según esta organización mercantil del trabajo social en proceso de generalización a partir de la abolición de la servidumbre como condición del trabajo social en la agricultura rusa, cuanto mayor era la dimensión de las haciendas privadas de los campesinos acomodados, mayor la técnica agrícola utilizada y, por tanto, menor la inversión en recursos productivos por unidad de producto obtenido, incluida la mano de obra empleada. De esta forma, ―dados los límites naturales de la frontera agropecuaria que no se puede reproducir a voluntad, como es el caso de otros medios de trabajo (máquinas, herramientas, etc.), la población obrera en el campo disminuye históricamente en términos absolutos según aumenta la productividad y el volumen de la producción. [46]

Este proceso se opera en medio de la competencia desenfrenada entre los productores agrarios por el acaparamiento de las tierras de labor, de acuerdo con la siguiente dinámica económico-social:

<<”Con el aumento del volumen de la hacienda y de las tierras de labor de los campesinos, disminuye de manera progresiva el gasto de mantenimiento de la fuerza de trabajo ―de los hombres y del ganado― el gasto más importante en la agricultura; en los grupos que siembran mucho, este gasto por desiatina [47] de siembra, es casi la mitad que en los grupos con poca tierra de labor” (...) Cuanto más adelanta la penetración de la producción mercantil en la agricultura (respecto de la producción de subsistencia típica de la comuna agraria), cuanto más vigorosas, por tanto, se hacen la competencia entre los agricultores, la lucha por la (propiedad y posesión de la) tierra, la lucha por la independencia económica, con tanta más fuerza debe manifestarse esta ley, que lleva al desplazamiento de los campesinos medios por la burguesía campesina.>>  (V.I. Lenin: “El desarrollo del capitalismo en Rusia” Cap. II. Lo entre paréntesis nuestro)

De este modo, una parte creciente de la población global es expropiada y expulsada del campo para ir a engrosar las filas del proletariado industrial, creando así la división social del trabajo entre urbano y rural que da lugar al mercado interno capitalista al interior de los distintos Estados nacionales:

<<La expropiación y desalojo de una parte de la población rural, no sólo libera y pone a disposición del capital industrial a los trabajadores, y junto a ellos a sus medios de subsistencia, y su material de trabajo, sino que, además, crea el mercado interno. [48] El arrendatario (capitalista rural) vende ahora, masivamente como mercancía, medios de subsistencia y materias primas,  que antes, en su mayor parte, eran (producidos y) consumidos como medios directos de subsistencia por sus propios productores y elaboradores rurales. Las manufacturas (de origen agropecuario y los medios de producción que ellos mismos demandan, como mercancías, de la industria) le proporcionan (ahora) el mercado.>> (K. Marx: “El Capital” Libro I Cap. XXIV Punto 5. Lo entre paréntesis nuestro)

Al confirmar su vigencia para Rusia, Lenin demostró en esta obra el carácter objetivo universal de la ―por esta razón― llamada “Ley general de la acumulación capitalista” en la agricultura, formulada por Marx en “El Capital”:

<<No bien la producción capitalista se apodera de la agricultura, o según el grado en que se haya adueñado de la misma (suplantando la economía de subsistencia), la demanda de población obrera rural decrece en términos absolutos a medida que aumenta la acumulación del capital que está en funciones en esta esfera (de la producción), sin que la repulsión de esos obreros ―como ocurre en el caso de la industria no agrícolase complemente con una mayor atracción (o demanda de asalariados). Una parte (creciente) de la población rural, por consiguiente, se encuentra siempre en vías de metamorfosearse en población urbana o manufacturera. [49] >> (K. Marx: Op. Cit. Libro I Cap. XXIII Punto 4)

Lenin cita la obra de S.A. Korolenko: “El trabajo asalariado en las haciendas”, quien en 1890 estimó que el éxodo de mano de obra agrícola en 17 provincias de la Rusia Europea ―considerado como “exceso de obreros con respecto a la demanda local”― fue de 6.360.000. Tomando como base de sus cálculos las estadísticas oficiales. Lenin estimó que entre 1863 y 1897, la población total en las 50 provincias de la Rusia Europea, había crecido un 53,3% y la rural un 48,5%, mientras que la urbana creció un 97%. De aquí se desprende que la población industrial creció a expensas de la agrícola.

No obstante, existían todavía en el país numerosos vestigios de la economía basada en el régimen señorial de la prestación personal y toda clase de supervivencias basadas en la servidumbre. Así las cosas, desde el punto de vista económico-social, objetivo, esta contradicción en la estructura entre el sistema de prestación personal y el sistema capitalista, no presentaba problemas, al contrario; dejaba claro, para Lenin y el resto de la vanguardia política en el seno del POSDR, que la revolución en ese país era “inevitablemente una revolución burguesa”, premisa de la cual, señalaba con énfasis, no había que desviarse un ápice:

<<Esta tesis marxista, es en todo sentido irrefutable. No se la debe olvidar jamás. Siempre hay que aplicarla al análisis de todos los problemas económicos y políticos de la revolución rusa.>> (Ibíd)

Pero una cosa era comprender la contradicción entre los intereses de las distintas clases y su necesario “desarrollo lógico”, y otra la forma política en que esta contradicción se reflejaba inmediatamente en la conciencia de los agentes sociales, en la superestructura ideológica y política de las masas explotadas y oprimidas, donde se ponía de manifiesto la contradicción entre la tendencia proletaria de los asalariados y la tendencia propietaria de los campesinos pobres y medios que se resisten al “proceso lógico-natural” de su expropiación:

<<Las vacilaciones del pequeño propietario empobrecido, entre la burguesía contrarrevolucionaria y el proletariado revolucionario, son tan inevitables, como lo es un fenómeno observado en toda sociedad capitalista: una minoría insignificante de productores pequeños se enriquecen, “se hacen gente” y se convierten en burgueses, mientras que la enorme mayoría cae en la completa ruina y se convierte en obreros asalariados o en depauperados, o lleva una vida que raya siempre en la situación de proletarios>> (V.I. Lenin: Op. Cit. Prólogo a la segunda edición)

Por eso Lenin advertía que, además de comprender la premisa general de la revolución, su carácter necesariamente burgués, era no menos necesario concebir y aplicar el arte político revolucionario de la táctica correcta, para que la lucha por la revolución ―sin dejar de ser efectivamente conducente a esos fines determinados por la lógica inevitable de la ley objetiva en curso de su cumplimiento― fuera lo menos prolongada y penosa posible, teniendo en cuenta la sabia recomendación de Marx:

<<Aunque una sociedad haya descubierto la ley natural que preside su propio desarrollo ― y el objetivo último de esta obra es, en definitiva, sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad moderna―, no puede saltarse fases naturales de desarrollo ni abolirlas por decreto. Pero puede abreviar y mitigar los dolores del parto.>> (K. Marx: “El Capital” Prólogo a la primera edición. El subrayado es nuestro)

En tal sentido, Lenin decía que no basta con aplicar sin más la premisa general o tesis marxista sobre el carácter de la revolución, sino que “hay que saber aplicarla”. Y para eso ―explicaba― el proletariado revolucionario tenía ante sí dos “caminos fundamentales”. El primero pasaba por conservar la antigua estructura de la propiedad terrateniente, unida por múltiples vínculos con las relaciones de señorío y servidumbre, que permanecerían vigentes para transformarse lentamente en una economía puramente capitalista de “tipo ‘junker’”, donde la aristocracia terrateniente se convertiría en gran burguesía agraria, entrelazada con el gran capital industrial y financiero a instancias de la renta territorial. En ese caso, el tránsito definitivo del pago en trabajo, al capitalismo, se operaría lentamente por la economía terrateniente sin abandonar el régimen de servidumbre.

El segundo camino hacia la revolución puramente burguesa, era el más corto y, a la postre, menos traumático para las clases subalternas rusas. Se trataba de acabar con la economía terrateniente, destruyendo de un solo golpe todas las reminiscencias con el régimen de servidumbre basado en el pago en trabajo por parte de los campesinos, como única posibilidad de acceso a la tierra. En este caso, la base del tránsito definitivo del sistema de pago en trabajo al capitalismo, sería la expropiación de los terratenientes y la destrucción del Estado feudal, la entrega en propiedad a los campesinos y, consecuentemente, el libre desarrollo de la pequeña explotación agraria, que así recibiría un enorme impulso, con lo que todo el régimen agrario se convertiría en capitalista, y el proceso de diferenciación del campesinado se realizaría con tanta mayor rapidez, cuanto más radicalmente fueran eliminados los resabios de la servidumbre:

<<En otras palabras, o bien se conservan la masa principal de la propiedad de los terratenientes y los principales pilares de la vieja “superestructura” (a lo sumo transformando el Estado zarista en régimen de monarquía parlamentaria. Lo mismo que ofreció la burguesía alemana a la pequeñoburguesía en 1848); de ahí el papel preponderante del burgués liberal monárquico y del terrateniente, el rápido paso a su lado de los campesinos acomodados, la degradación de la masa de campesinos, que no sólo es expropiada en vasta escala, sino que, además, es esclavizada por los distintos sistemas de rescate propuestos por los “kadetes” [50] , oprimida y embrutecida por el dominio de la reacción. Los albaceas de semejante revolución burguesa serían los políticos del tipo de los “octubristas” [51] . O bien es abolida la propiedad de los terratenientes y destruidos todos los pilares de la vieja “superestructura” correspondiente; de ahí el papel predominante del proletariado y de la masa de campesinos, con la neutralización de la burguesía vacilante o contrarrevolucionaria; el desarrollo más rápido y libre de las fuerzas productivas, sobre la base capitalista, con la mejor situación posible ―en la medida en que es posible, en general dentro de la producción mercantil― de las masas obreras y campesinas. Y de ahí la creación de las condiciones más favorables para la posterior realización, por la clase obrera, de su verdadera misión fundamental, la de la transformación socialista (en el campo).>> (V.I. Lenin: Op. Cit.: Prólogo a la segunda edición. 1908. Lo entre paréntesis y el subrayado es nuestro.)      

Los partidarios del primer camino eran, naturalmente, los intelectuales y políticos reformadores de la autocracia rusa ―como Stolipin [52] , así como los burgueses liberales que integraban el Partido Kadete. Por el otro camino tendían a transitar más o menos decididamente las masas obreras y campesinas, empujadas en esa dirección por la agudización de sus contradicciones con los terratenientes y el régimen político despótico en que se sostenían. Para Lenin, este camino alternativo era “la primera ofensiva de la revolución rusa”, etapa previa a la realización de las tareas socialistas. La “tercera vía” era propugnada por las formaciones políticas pequeñoburguesas, los llamados “partidos del trabajo”: socialistas populares y trudoviques [53] , quienes hacían todo lo posible por orientar esa energía revolucionaria por el imposible y utópico camino del medio, a la postre catastróficamente confluente o asintótico con el primero. 

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[43] En la 3ª y 4ª ediciones, en vez de "al trabajador", se lee: "al productor  rural, al campesino".

[44] Se refiere a la tierra entregada a los campesino en usufructo después de la abolición de la servidumbre en Rusia, decretada por el Zar Alejandro II en 1861; era de propiedad comunal y se distribuía periódicamente por el Estado entre cada familia campesina, según su número de varones registrados en el censo, exclusivamente para los fines de su explotación. Podían vender su producto, pero no la tierra.

[45] En semejante tesitura “...cuanto más acomodado es el campesino, tanto más toma en arriendo, pese a estar mejor provisto de tierra de nadiel. Vemos igualmente que, el campesino acomodado desplaza al campesino medio, y que el papel de la tierra de nadiel dentro de la economía campesina tiende a disminuir en ambos polos de la aldea” (Op Cit.): Porque los pequeños campesinos se ven cada vez más obligados a entregarla en arriendo, y porque los campesinos acomodados demandan cada vez más extensiones de ella para su arriendo o compra por tiempo determinado. 

[46] En la industria urbana, en cambio, a largo plazo el empleo de asalariados no deja de aumentar; decrece sólo relativamente respecto del capital constante o medios de producción, en constante crecimiento histórico, cuantitativo y cualitativo.

[47] Unidad de medida de superficie equivalente a 1,0925 Ha.

[48] “Anteriormente (en la plenitud de la comuna rural rusa), la familia campesina producía y elaboraba los medios de subsistencia y materias primas que consumía luego, en su mayor parte, ella misma. Esas materias primas y medios de subsistencia, actualmente se han convertido en mercancías; el gran arrendatario las vende, y encuentra su mercado en las manufacturas (fabricadas por la burguesía industrial de las ciudades). Hilados, lienzos, toscos géneros de lana ―cosas cuyas materias primas se encontraban en el ámbito de toda familia campesina y que ésta hilaba y tejía para su propio uso― se transforman ahora en productos manufacturados cuyo mercado lo forman precisamente los distritos rurales. La numerosa clientela dispersa, condicionada hasta el presente por una multitud de pequeños productores que trabajaban por su propia cuenta, se concentra ahora en un gran mercado abastecido por el capital industrial” . En la 3ª y 4ª edición alemana, este párrafo sustituye al anterior desde el punto en que está ubicada esta cita.  

[49] Manufacturero se usa aquí en el sentido de todo lo referente a la industria no agrícola, es decir: trabajo industrial puro (Nota del Traductor: Pedro Scaron. Ed. Siglo XXI).

[50] Miembros del Partido Demócrata constitucionalista, principal formación política de la burguesía imperialista rusa, fundado en octubre de 1905, integrado por representantes de la burguesía monárquico liberal, colaboradores de los ayuntamientos (zemtsvos) de extracción social terrateniente e intelectuales burgueses, escudados tras las frases “democráticas” para ganarse la simpatía de los campesinos, limitándose a exigir una monarquía constitucional. El nombre proviene de sus siglas K.D.

[51] El Partido octubrista (o “Unión del 17 de octubre”), surgió en Rusia después del manifiesto del 17 de octubre de 1905, en el cual el atemorizado zar ofreció al pueblo “los sólidos fundamentos de las libertades cívicas”. Representó los intereses de los grandes industriales y de los terratenientes que explotaban sus haciendas de modo capitalista, cuya defensa asumió.

[52] Piotr Arkádievich Stolipin (1862-1911), político ruso nacido en Dresde (Sajonia). Siendo gobernador de dos provincias de la Rusia imperial, Grodno (1902) y Sarátov (1905), destacó como reformador social del viejo régimen autocrático y severo represor de cualquier insurrección obrera o campesina. Tras la derrota de la insurrección de 1905, el Zar Nicolás II le nombró ministro del Interior. Convertido en presidente del Consejo de Ministros en la primera Duma (Parlamento), presentó su reforma agraria, diseñada para dividir el movimiento popular mediante la creación de pequeños propietarios de tierras que formaron una base social favorable al zar. Cuando esta reforma fue rechazada por la Duma, Stolipin la disolvió he hizo aprobar sus leyes sociales mediante ucases (decretos ejecutivos). En 1907 disolvió la segunda Duma, para poder promulgar una ley electoral que limitaba el derecho al voto de campesinos, trabajadores y  minorías nacionales. Entre 1910 y 1911 llevó a cabo su reforma agraria con el apoyo de los octubristas (miembros del partido Unión del 17 de Octubre, ala derechista del movimiento liberal), que dominaron la tercera Duma. En septiembre de 1911 fue asesinado a tiros por un revolucionario, Dimitri Bogrov, durante una representación operística en Kiev.

[53] Separados en 1906 del ala derecha del partido “eserista” (socialistas revolucionarios), los Socialistas Populares del Trabajo reflejaban los intereses de los “kulaks” o campesinos acomodados. Partidarios de la nacionalización parcial de la tierra con indemnización a los terratenientes y de la distribución de la riera entre los campesinos de acuerdo con la llamada “norma laboral”, preconizaban un bloque político entre el proletariado y los kadetes. Después de la revolución de febrero de 1917, se fusionaron con los trudoviques y respaldaron activamente al gobierno provisional, del que formaron parte algunos de sus representantes. Tras la revolución de Octubre, conspiraron con acciones armadas contra el nuevo poder soviético, quedando disuelto durante la guerra civil. Los Trudoviques. Su programa agrario se basa en la limitación de la propiedad territorial de acuerdo con la norma laboral del reparto igualitario, proponiendo indemnizar a los terratenientes por las tierras confiscadas. En 1906, Lenin decía que el trudovique típico es el campesino que: “ no se opone a concertar un acuerdo con la monarquía, a sentirse satisfecho con su propio pedazo de tierra en el marco del régimen burgués. No obstante, en el momento actual empeña sus mayores esfuerzos en la lucha contra los terratenientes por la tierra y contra el Estado feudal por la democracia (“Tentativa de clasificar a los partidos políticos”)