Sobre la democracia y el socialismo

En ese mismo apartado aparece lo siguiente:

<<Para los trabajadores explotados y los sectores oprimidos, democracia significa asegurarse el derecho a la autodeterminación en todas las áreas de la vida social, incluyendo el área económica. Por lo tanto, la lucha por esta forma de democracia no puede triunfar sin la abolición de las clases. En otras palabras antes del socialismo>> (Ibíd. Subrayado nuestro)

Los compañeros parece que se refieren aquí, a la relación entre democracia y socialismo tras la toma del poder. Pero, es que el proceso de esta relación no comienza en la sociedad postcapitalista. Vayamos a las precisiones de Lenin. En polémica con Piatakov (alias Kíevski), Lenin afirma que los capitalistas sólo pueden ser derrocados por el proletariado mediante una revolución económico-social, no mediante transformaciones democrático-burguesas, por muy radicales que se las pueda concebir.  Pero al mismo tiempo sostiene que sin ser educado en la lucha por la democracia en general dentro de la sociedad capitalista, es imposible que el proletariado pueda hacer la revolución económico-social:

<<No se puede vencer al capitalismo sin tomar los bancos, sin abolir la propiedad privada sobre los medios de producción (sin expropiar, sin confiscar). Estas medidas revolucionarias no se pueden llevar, sin embargo, a la práctica (no se pueden efectivamente realizar), sin organizar (Más que eso INSTRUIR o EDUCAR) a todo el pueblo para la administración democrática de los medios de producción tomados a la burguesía, sin enrolar a toda la masa de los trabajadores, proletarios, semiproletarios y pequeños campesinos, para la organización democrática de sus filas, sus fuerzas, su participación en los asuntos del Estado (de acuerdo con los principios del socialismo).>> (V.I. Lenin: "Respuesta a Kíevsky". Agosto-septiembre de 1916. Lo entre paréntesis es nuestro)

Por lo tanto,  sin educar al proletariado en la lucha por las libertades democráticas no puede haber revolución económico-social, no se puede dar ni siquiera el primer paso hacia el socialismo. Incluso Lenin llega a decir que la democracia es el medio más eficaz para desarrollar la lucha contra el oportunismo. Porque los oportunistas acostumbran a poner sistemáticamente el acento en que la culpa del incumplimiento de las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores es de éste o aquél partido político eventualmente a cargo de la administración del Estado, o de este o aquél Estado (cuando se trata del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas). Por tanto, cuantos más derechos y libertades sean constitucionalmente reconocid@s y efectivamente concedid@s, cuanto más amplia sea la democracia burguesa y la libertad de expresión, cuantos más partidos accedan al gobierno y cuantas más veces se alternen en esta función, más fácil lo tendrán los revolucionarios para educar a las masas en la verdad de que si sus reivindicaciones no se cumplen, la causa no está en la falta de derechos, sino en el sistema capitalista:

<<El marxismo nos enseña que "luchar contra el oportunismo", renunciando a utilizar la instituciones democráticas creadas y deformadas por la burguesía de una sociedad capitalista dada, ¡es claudicar completamente ante el oportunismo!>> (Op.cit)

<<Los marxistas saben que la democracia (burguesa) no elimina la opresión de clase, sino que torna la lucha de clases más directa, más amplia, más abierta y pronunciada, y eso es lo que necesitamos, precisamente. Cuando más amplia sea la libertad de divorcio, tanto más claro será para la mujer que la fuente de su esclavitud doméstica es el capitalismo y no la falta de derechos. Cuanto más democrático sea el régimen de gobierno, tanto más claro será para los obreros, que la raíz del mal está en el capitalismo y no en la falta de derechos. Cuanto más amplia sea la igualdad de derechos de las naciones (que no es completa sin la libertad de separación), tanto más claro será para los obreros de las naciones oprimidas que la causa de su opresión es el capitalismo y no la falta de derechos.>>  (Op. Cit)

Esto no significa que los revolucionarios aconsejen pasar por esas luchas. Al contrario, sin dejar de apoyarles, de acompañarles en sus luchas, explicarles tenazmente que sin la lucha por revolucionar las bases económicas del capitalismo, la opresión burguesa no desaparecerá. Y las consignas a este respecto, deben ir siempre un paso más delante de las consignas de los oportunistas, tratando de llevar esas luchas hacia el punto de ruptura con el sistema. Tanto como para "mitigar y abreviar los dolores del parto socialista". Lo que ha querido significar Lenin, es, simplemente, que la educación en el ejercicio de la futura democracia bajo la dictadura del proletariado, el desarrollo de su conciencia democrática comienza, o debiera comenzar, en el seno de la sociedad capitalista.

Pero una cosa es la lucha del proletariado por la democracia, por los derechos y libertades democráticas, y otra muy distinta es el ejercicio de la democracia por el proletariado mismo; una cosa es exigir que se cumplan los derechos y libertades democrátic@s, y otra ejercerlos, incorporarlos a la acción del gobierno obrero. Este cambio entre exigir que hagan por uno y hacer por uno mismo, supone una ruptura revolucionaria en el comportamiento y un consecuente aprendizaje. Por lo tanto, la condición de la democracia proletaria efectivamente conducente al socialismo, es la autoconciencia por parte de una mayoría absoluta de trabajadores. Y ser autoconciente significa ser realmente autosuficiente, esto es, saber lo que hay que hacer con arreglo a una determinada finalidad, en este caso, el socialismo. Es necesario, entonces, que la autoconciencia de clase se extienda entre el proletariado, para que la democracia sustituya al mercado como el medio más eficaz de distribución de riqueza y recursos productivos, para los fines del desarrollo incondicional de las fuerzas productivas, condición, a su vez para que la humanidad pueda ingresar en la segunda fase o fase superior del comunismo, dejando definitivamente atrás la primera.

En tal sentido, cuando se dice seguidamente que:

<<Para Marx, la lucha por socialismo sin la lucha por la democracia no tiene sentido. Para nosotros socialismo significa la organización democrática de la inmensa mayoría de la sociedad>> (CIS: Ibíd.)

Esto se contradice con lo que el CIS dice en el párrafo subrayado y observado anteriormente por nosotros. Por tanto, el principio activo que tira de todo el proceso que va, desde la sociedad capitalista, hasta la sociedad sin clases, no es la democracia sino la autoconciencia del proletariado. Y el instrumento que garantiza ese principio activo es el partido revolucionario. La democracia es un medio que tiende a desaparecer, junto con el partido, las clases y el Estado, cuando la autoconciencia se apodera de toda la sociedad:

<<El socialismo conduce a la extinción de todo Estado, por consiguiente, también de toda democracia; pero el socialismo puede realizarse solamente a través de la dictadura del proletariado, que combina la violencia contra la burguesía, es decir, contra la minoría de la población, con un desarrollo total de la democracia, es decir, la participación verdaderamente universal de toda la masa de la población en todos los asuntos del Estado y en todos los complejos problemas referentes a la liquidación del capitalismo>> (V.I. Lenin: "Respuesta a Piatakov". Op.cit)

Sin duda, la revolución económica y social anticapitalista ha demostrado ser un impulso importante para eliminar todas las formas de opresión política heredadas del capitalismo. Pero, sin autoconciencia colectiva de lo que hay que hacer en cada momento determinado, las decisiones más democráticas pueden dar al traste con una revolución. Por ejemplo, mientras en abril de 1917 el pueblo ruso deliberaba acerca del problema de la tierra, cuando muchos campesinos se estaban apoderando democráticamente de buena parte de los latifundios, Lenin decía:

<<Para impulsar el movimiento, debemos liberarlo de la influencia de la burguesía, debemos desembarazarlo de las inevitables debilidades, vacilaciones y errores de la pequeñoburguesía.

Esta labor deberá realizarse mediante la persuasión amistosa, sin adelantarse a los acontecimientos, sin apresurarse a "consolidar" orgánicamente lo que aún no ha sido suficientemente comprendido, meditado y asimilado por los propios representantes de los proletarios y semiproletarios del campo.

Las consignas y reivindicaciones prácticas o, mejor dicho, las proposiciones que hay que hacer para atraer la atención de los campesinos, deberán basarse en los problemas inmediatos y actuales, como los plantea la vida misma.

El primer problema es el de la tierra. Los proletarios del campo estarán por la entrega inmediata y completa a todo el pueblo, de toda la tierra, sin excepción, y porque los comités locales tomen posesión de ella inmediatamente. Pero no se puede comer la tierra. Los millones de familias que carecen de caballos, de instrumentos de labor, de semillas, no se beneficiarán con la entrega de la tierra al pueblo.

Hay que debatir este problema sin demora, y tomar medidas prácticas para que, en todos los casos en que sea posible, las grandes haciendas continúen siendo explotadas como grandes empresas bajo la dirección de agrónomos y de los sóviets de diputados peones rurales, utilizando las mejores máquinas y simientes y aplicando las mejores técnicas agrarias.

No podemos ocultar a los campesinos, y mucho menos a los proletarios y semiproletarios del campo, que la pequeña explotación agrícola, bajo la economía mercantil y el capitalismo, no puede librar a la humanidad de la miseria de las masas, que es necesario pensar en el paso a la gran explotación agrícola por cuenta de la colectividad y emprender inmediatamente esta tarea, enseñando a las masas, y a la vez aprendiendo de ellas (de su iniciativa, inteligencia y audacia una vez conscientes de su propia situación y del quehacer que tienen por delante), las medidas prácticas para asegurar ese paso>> (V.I. Lenin:  "El congreso de diputados campesinos". 16/04/917 Lo entre paréntesis y el subrayado es nuestro)

Y cuando los bolcheviques aplicaban de este modo la racionalidad revolucionaria sobre conciencia enajenada de los explotados, les marcaban el camino para que la recuperen superándola [1] , y para que vayan aprendiendo a ejercer la democracia como algo plenamente consciente y responsable, consustancial a lo que, en cada caso, es necesario que hagan por sí mismos, para ver colmadas sus verdaderas aspiraciones colectivas e individuales. Reparemos en que Lenin se estaba dirigiendo a la vanguardia amplia del movimiento. Y decía explícitamente que esas ideas, las suyas, las del PCUS, no eran precisamente compartidas por los proletarios rurales. E instaba a los militantes del partido para una persistente e incansable labor de educación política mediante la propaganda y la agitación. Por lo tanto, la democracia proletaria es una forma de gobierno que por el solo hecho de empezar a ejercerla, no borra ipso facto los prejuicios burgueses y pequeñoburgueses, teórica y prácticamente tan bien cultivados durante generaciones seculares en la conciencia de los explotados. Pero, además, nunca será suficiente insistir en que, la democracia no es un fin en sí mismo —como sostienen los ideólogos burgueses, que, desde luego, no se lo creen— sino un medio para alcanzar la autoconciencia del proletariado.

 Siguen diciendo los compañeros del CIS:

<<Durante el período de transición, la propiedad del estado debe transformarse gradual y conscientemente en propiedad social. El nivel de este crecimiento [se supone que de la propiedad social.] está directamente relacionado con el nivel de democracia en los consejos (asambleas con democracia directa). Sin los más amplios derechos democráticos en los consejos, la propiedad del estado no sólo no podrá mostrar ninguna transición al socialismo sino que reforzará a una burocracia colectiva.>> (CIS: Op.Cit. Democracia y socialismo. Lo entre corchetes es nuestro.)

Insistimos, la democracia proletaria no es un fetiche y es un error de filiación idealista pensar como si lo fuera. Está claro que sin democracia proletaria la transición a la propiedad colectiva será una victoria pírrica. Pero esa, democracia, en si y por sí, no garantiza nada si no es una democracia consciente por parte de la mayoría que decide, que saben lo que en cada momento en que se la ejerce está en juego y cómo se resuelve. Y para eso, una vez más está el Partido, como encarnación de la moderna ciencia social y la memoria histórica del proletariado. Por tanto:

<<No es que la suerte del movimiento socialista esté ligado al movimiento democrático, sino, por el contrario, es el movimiento democrático el que está ligado al movimiento socialista.>> (Rosa Luxemburgo: "Reforma o Revolución" Cap.II)

En este último párrafo de los compañeros, pareciera como si el hecho mismo de la lucha por la toma del poder, tuviera la virtud de limpiar la conciencia obrera de todo vestigio burgués para siempre. Como si la autoconciencia o conciencia de clase se alcanzara en esta instancia de la lucha por el socialismo, y lo demás fuera cuestión de "coser y cantar". Y no es así. No lo es, al menos, para una mayoría del proletariado al día siguiente de la toma del poder, como se verá más adelante. En tal sentido, no hay ni puede haber una relación directa entre el ejercicio de la democracia proletaria en los Consejos y la transformación gradual de la propiedad privada en colectiva. La democracia no genera conciencia de clase. La conciencia de clase es, o debe ser, producto de una relación social interproletaria necesariamente mediada por el Partido. La democracia contribuye enormemente a ello, sin duda. Pero no es ese su principio activo. El principio activo de la autoconciencia del proletariado es la comprensión científica de los contenidos de la lucha por un objetivo a través de su propia experiencia. Y quien encarna o debe encarnar ese principio es el Partido. Su arte revolucionario consiste, precisamente, en tratar de que cada experiencia de las masas en su lucha por la democracia, se convierta en un descubrimiento científico que oriente su acción por el camino político correcto, sabiendo que todo lo que, en cada momento fallen en convertir su experiencia en ciencia aplicada, serán otros —invariablemente una minoría social burguesa o proburguesa—, quienes resolverán burocráticamente por ellas.  

En tal sentido, el proceso es contradictorio. En el caso de la Gran Revolución Rusa, por un lado la tendencia a la burocratización se vio reforzada por causa de la penuria relativa y de la distribución según el derecho igual. El ejercicio democrático en la decisión y gestión de los asuntos económicos y sociales durante la primera transición, contribuyó a promover y extender la conciencia de clase entre los asalariados, lo cual coadyuvó, a su vez, a que —por mediación insustituible del PCUS— el espíritu democrático consciente avance al interior de la sociedad fortaleciendo la dictadura del proletariado respecto de los fines tácticos previstos por el capitalismo monopolista de Estado proletario respecto de la conciencia de clase burguesa, y la acción política remanente encarnada en los agentes sociales de la producción mercantil simple y del capitalismo privado.

Supongamos ahora que tal sea el caso en un hipotético proceso revolucionario próximo. En tanto persista el desarrollo desigual en la conciencia política del proletariado, ¿puede este proceso cumplirse sin la dirección del Partido y, si es preciso, de la acción despótica de los asalariados conscientes sobre su otra parte eventualmente acaudillada por los intereses del capitalismo privado? ¿Cómo se articula esta probable circunstancia en el párrafo anterior, si se reconoce el hecho de que, cuanto mayor es el atraso económico relativo de una sociedad, tanto más persiste el desarrollo desigual en la conciencia política del proletariado, y tanto menor es la influencia del Partido? Recordar Kronstadt.

<<Si a las masas productoras que forman la mayor parte de la sociedad no se les permite controlar y supervisar democráticamente la economía planificada, ningún otro sector en esa sociedad (en especial el “administrativo-dirigencial”), tendrá interés en producir para las necesidades sociales.>> (CIS: Ibíd) 

Seguimos en las mismas: No es una cuestión de permitir o dejar de permitir. Si las masas explotadas no saben qué hacer, aunque no les guste la sociedad en que viven no tienen otra que dejar hacer a ciertas minorías organizadas que saben cómo hacer para satisfacer sus intereses particulares de casta en el poder. Y los explotados, espontáneamente, como capital variable, sometidos ideológica y políticamente al capital, no saben ni pueden saber qué hacer para solucionar sus problemas. Y en la sociedad de transición, ante cualquier problemática no vivida, en ausencia de un partido que encarne la racionalidad revolucionaria, no puede dejar de suceder lo mismo ¿Puede haber en el período de transición un control democrático de la economía conducente efectivamente a la eliminación de las clases sin la dirección política del Partido Revolucionario, en tanto único portador de la racionalidad política de clase, esto es, del Materialismo Histórico aplicado a la realidad económica y social? El desinterés en producir para las necesidades sociales no es una actitud que deba achacarse exclusivamente al sector “administrativo-dirigencial”. Nada se puede manipular que no sea efectivamente manipulable. Echarle la culpa de todo al enemigo está en la raíz de toda próxima derrota, es la mejor forma de eludir la propia responsabilidad por no haber sabido derrotarle:

 

<<Es más, si durante el período de transición, el incentivo para incrementar la producción no puede ser la ganancia, sólo puede serlo la reducción de la jornada laboral.>> (CIS: Ibíd.)

Esta afirmación se contradice con lo que el CIS ha venido diciendo hasta aquí acerca de democracia proletaria. Nosotros estamos de acuerdo con esto. Sin incentivos, sin resultados que mejoren las condiciones del proletariado en su conjunto respecto de su situación anterior bajo la burguesía en el mediano plazo, el proceso de socialización se estanca y remite. Pero, ¿ése es el incentivo principal? ¿No prevalecen antes las condiciones de vida? Téngase en cuenta de que, antes de pensar en prometer el descenso en la jornada laboral, habrá que pensar si, en lo inmediato, si la estructura económica heredada por el capitalismo está en condiciones técnicas de absorber al total de la masa de parados. Además, como parte de esa herencia, el capitalismo lega una sociedad en penuria relativa. Por tanto, aun en ausencia de bloqueo y agresión exterior --supuesto muy posible, por cierto-- es probable que para colmar los salarios históricos del conjunto de los trabajadores, habrá que trabajar más.

En tal sentido, es un hecho estadísticamente comprobado en el capitalismo, que los asalariados sólo prefieren trabajar menos cuando tienen cumplidas sus expectativas de vida con un salario histórico que las satisface. En tiempos de recesión, esta propensión se invierte, los obreros optan por trabajar más por menos. Desde la perspectiva del Materialismo Histórico, hay que decir que los compañeros ponen aquí el carro delante de los caballos. La reducción de la jornada laboral sin duda incentiva una mayor producción. Pero este incentivo sólo es posible si antes están dadas las condiciones objetivas para una reducción de la jornada de labor, esto es, una mayor productividad basada en más eficaces medios de producción, que rinda el excedente económico suficiente para solventar el tiempo libre adicional de los asalariados. El incentivo para la mayor producción tiene por condición previa las condiciones materiales de una mayor producción global:

<<Por eso, la humanidad sólo se propone los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos ya se están gestando, las condiciones materiales para su realización>> K.Marx: "Contribución a la crítica de la economía política" Prólogo 1859)

En el mismo apartado los compañeros del CIS sostienen que:

<<Son únicamente los propios productores quienes debido a su interés en la autodeterminación social se benefician con las reducciones de la jornada laboral. Si el poder es arrancado de sus manos, este incentivo también desaparecerá. La burocracia gobernante no sólo no reducirá la jornada laboral, sino que además adoptará una política de crecimiento rápido que no será necesariamente la forma de crecimiento más adecuada. No nos olvidemos de que durante el primer plan quinquenal bajo Stalin, el título de héroe del trabajo se otorgaba a aquellos que trabajaban más de doce horas al día.
Es por esta razón que debemos insistir en que el liderazgo del partido no debe confundirse con el poder político del estado durante este período de transición
El grado de democracia en los consejos es inversamente proporcional a la dictadura del partido.>>
(CIS: Ibíd.)

Cierto. Pero esto último no tiene por qué suponer un partido burocratizado. Puede ser también el caso de un partido democrático con insuficiente influencia política en los órganos del poder proletario, como fue el caso del PCUS en el campo. ¿Por qué no contemplar el hecho de que el grado de democracia revolucionaria en los Consejos es inversamente proporcional a la influencia del poder burgués en ellos? Aquí se observa en los compañeros del CIS una subestimación del Partido, además de un antistalinismo liberal, una desviación democratista abstracta, formal o burguesa. Como si la democracia en general, el hecho de elegir al margen y por encima de consideraciones ideológicas y políticas de clase, fuera el principio activo del comunismo, de modo que, si por la vía democrática se previera un triunfo de la reacción pequeñoburguesa en los Consejos, los revolucionarios debieran resignarse a perder el poder político socialista, inhibiéndose de actuar según los principios comunistas para garantizar la continuidad democrática. Como si la democracia en general fuera un fin estratégico en sí mismo, del cual, supuestamente, depende la futura sociedad comunista. Porque una cosa es decir que sin democracia no puede haber socialismo, y otra muy distinta es dar a entender que la práctica democracia en general conduce al socialismo. Como decía Rosa Luxemburgo a los reformistas del SPD liderados por Bernstein:

<<El progreso ininterrumpido de la democracia se presenta, tanto para nuestro revisionismo (reformista) como para el liberalismo burgués, la gran ley básica de la Historia, si no en general, al menos contemporánea; pero de un mejor estudio se deduce que este juicio es una simple quimera. Entre la democracia y el desarrollo capitalista no cabe apreciar ninguna relación general y absoluta. La forma política es, en todo momento, el resultado de los factores políticos internos y externos (esto es, de las condiciones de la lucha de clases), y dentro de sus límites (históricos), admite la escala completa de los regímenes políticos, desde la monarquía absoluta a la república democrática. (...)

(...) Al pedir que la clase obrera renuncie al objetivo final socialista por entender que este abandono es condición y precedente del (continuismo o del) resurgir de la democracia liberal (abstracta, formal o burguesa), muestra Bernstein, por sí mismo, cuan poco la democracia burguesa puede ser condición y precedente necesario para el movimiento y el triunfo socialista. (...)

(...) no es que la suerte del movimiento socialista esté ligada a la democracia burguesa, sino, por el contrario, es el movimiento democrático el que está ligado al movimiento socialista.>> Rosa Luxemburgo: "Reforma o revolución" Cap. II) ]

Esto que criticamos de los compañeros del CIS aquí, se contradice con lo que afirman en el punto d) correspondiente a su "crítica de las estrategias del pasado". Y dado que, mientras no se revolucione la cultura y la moral burguesas en la segunda fase de la transición al comunismo, esto es, en tanto, no se socialice por completo el conocimiento científico acerca de los sistemas económicos comparados, será el partido revolucionario --depositario de ese conocimiento-- y no la "democracia de los consejos", la instancia teórica, política y militar que garantice el cumplimiento del proceso ante posibles desviaciones que puedan apoderarse de una parte del proletariado, más o menos significativa. Otra vez Kronstadt.

En la misma línea de pensamiento, siguen los compañeros razonando que:

<<El sistema de partido único no es mas que la negación de la dictadura del proletariado. La libertad de formación de partidos políticos debe ser el epígrafe del estado de los trabajadores. Después de haber despojado a la burguesía de sus medios de producción, de subsistencia como clase y de coerción material e ideológica, está claro que el estado obrero no tiene nada que temer del pensamiento ideológico/ político burgués.

Si durante la era de su dominación la burguesía puede imponer sus ideas en la sociedad, no es debido a su atractivo sino simplemente debido al hecho de que es el único poder que controla los medios de producción de ideas. Durante el período de transición, no puede prohibirse ningún partido bajo la excusa de que todavía apoya los intereses de la burguesía. Tal poder le permitiría a la clase en el poder, prohibir con la misma excusa organizaciones y partidos obreros.>> (CIS: Ibíd.)

Cierto, dado que durante un tiempo indeterminado de la primera fase del período de transición, sigue subsistiendo el capitalismo privado en muy pequeña escala y bajo control obrero, el hecho de prohibir sus derechos políticos de clase atenta contra la dirección del proceso revolucionario, dado que, en tales circunstancias, es imposible evitar la tendencia a que la expresión política de esos intereses capitalistas privados se traslade al interior del partido único, corrompiendo su cohesión ideológica y política, tal como sucedió con el Partido Bolchevique. Pero es necesario recordar, que, tras la revolución de octubre, los partidos pequeñoburgueses como los Socialistas Revolucionarios y los Socialistas revolucionarios de Izquierda, los anarquistas y los mencheviques, hasta que no se pasaron a la contrarrevolución violenta durante la guerra civil, y se limitaron a defender democráticamente sus intereses dentro de los órganos del poder soviético, no sólo conservaron intactos sus órganos de difusión sino que, incluso, se les invitó a participar del VTsIK (Comité Ejecutivo Central panruso de los soviets). Poco después de la toma del poder, Lenin redacto y puso a consideración del partido y para su aprobación el CEC de los soviets, un proyecto de resolución relativo a la prensa:

<<Para la burguesía, libertad de prensa significaba libertad para los ricos de publicar periódicos y para los capitalistas de controlarlos, lo que en la práctica en todos los países, incluyendo a los más liberales, produjo una prensa venal.

Para el gobierno obrero y campesino, libertad de prensa significa liberar a la prensa de la opresión del capital, entregar al Estado en propiedad las fábricas de papel y las imprentas, conceder a todo grupo de ciudadanos integrado por determinado número de personas (por ejemplo, 10.000) el mismo derecho para usufructuar la correspondiente reserva de papel y la correspondiente cantidad de trabajo de imprenta.>> (V.I. Lenin: "Proyecto de resolución sobre la libertad de prensa" 04/11/917)

Ahora bien, durante la transición del capitalismo al socialismo, de las bases económicas y sociales capitalistas de la sociedad anterior sólo subsiste la pequeñoburguesía sometida al doble poder del control obrero, y los Soviets constituyen el máximo poder de decisión política del Estado, ¿Quiere esto decir que el proletariado como clase dominante al frente del Estado debe permitir que los medios de difusión de la pequeñoburguesía sean subvencionados por el capital imperialista extranjero? Durante su intervención en la reunión del Comité Ejecutivo Central para defender su proyecto de resolución sobre la libertad de prensa, Lenin fue elocuente al respecto:

<<Debemos designar ahora mismo una comisión que investigue los vínculos existentes entre los diarios burgueses y los bancos. ¿Qué clase de libertad quieren estos diarios? ¿La libertad de comprar montañas de papel y contratar una multitud de escritores de oficio? Debemos evitar la libertad de una prensa dependiente del capital. Este es un problema de principios.>> (V.I. Lenin: "Reunión del Comité Ejecutivo Central de los soviets de toda Rusia" 4-17/11/917)]

            Y en un ulterior desarrollo de sus mismos principios democrático-formales, el CIS contradice su crítica al supuesto “evolucionismo” bolchevique de la NEP presidido por la tactica del capitalismo de Estado proletario:

<<Además, la intervención en el destino de la sociedad no puede limitarse al proletariado.

El estado obrero debe poder permitir la participación de todas las capas sociales subalternas en este proceso. Los individuos socialistas no aparecerán por la fuerza. Es cierto que el principal poder reside en las manos de las asambleas de trabajadores, sin embargo esto no significa que el papel en política, de todos los demás sectores sociales antes oprimidos y expoliados por el capital se reduzca a cero. La clase trabajadora tiene que desaparecer como clase, tiene que transformar a todos los individuos de la sociedad en seres humanos socialistas. ¿Cómo podemos esperar el desarrollo de ese “hombre nuevo” bajo circunstancias en las que la democracia política es aún más limitada que bajo el capitalismo?>> (CIS: Ibíd.)

Tras la toma del poder, aun cuando eventuales dificultades económicas echaran a la pequeñoburguesía en brazos de la involución capitalista, y el poder soviético se viera obligado a expropiarla prohibiendo sus derechos políticos y sus medios de difusión, esa medida no dejaría de ser una derrota para la democracia soviética, y un triunfo para la burguesía, una dificultad futura añadida a la estabilidad del partido y de la revolución. Y esto por dos razones. La primera, porque una de sus funciones consiste en transformar social, ideológica y políticamente a estos sectores, por vía de la ley del valor, de la educación política y el consenso democrático en los órganos del poder soviético. Este espíritu va en el mismo sentido que la critica de Marx al ultraizquierdista punto 4 del programa de Gotha [2] . Por lo tanto, más aún hoy día, cuando --como anticipara el "Manifiesto"-- los miniempresarios están viendo --especialmente en el sector rural-- la inminente perspectiva de que la gran burguesía les convierta a la condición de proletarios en paro, su expropiación por el proletariado, a mediano plazo puede no debilitar sino fortalecer políticamente a la contrarrevolución. Tanto más cuanto mayor es el peso social de estos sectores vacilantes de la burguesía heredado por la sociedad de transición. En tal sentido, no se entiende que los compañeros del C.I.S. critiquen el "evolucionismo" bolchevique en materia económico-social, proponiendo implícitamente la expropiación de la pequeñoburguesía, mientras que en lo político-institucional propongan la libre participación de estos sectores. ¿Qué van a defender políticamente si en lo económico-social han sido reducidos a la nada?

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[1] Para que la recuperen, porque los asalariados han sido el producto histórico de la expropiación de los productores propietarios individuales de sus propias condiciones de producción bajo la sociedad feudal (campesinos y artesanos). Para que la superen, porque en el socialismo, el desarrollo de las fuerzas productivas que supone no admite otra propiedad individual de las condiciones objetivas del trabajo social que no sea sobre la base de la propiedad colectiva, la de los propietarios libres asociados; como en las sociedades anónimas pero sin capital, esto es, cuando: <<Suena la hora postrera de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados (...) Es la negación de la negación. Ésta restaura la propiedad individual, pero sobre el fundamento de la conquista alcanzada por la era capitalista: la cooperación de trabajadores libres y su propiedad colectiva sobre la tierra y sobre los  medios de producción producidos por el trabajo mismo.>> (K.Marx: "El Capital" Libro I Cap. XXIV punto 7)

[2] "La emancipación del trabajo tiene que ser obra de la clase obrera, frente a la cual todas las otras clases no forman más que una masa reaccionaria" (F. Lassalle en: K.Marx: Op. Cit.)