Estructura y superestructura entre 1789 y 1851 en Francia

En su carta a Bloch, tras recomendarle que estudie el materialismo histórico acudiendo a "las fuentes originales y no a obras de segunda mano" -consejo muy poco seguido, por cierto- Engels cita al "18 Brumario de Luis Bonaparte" como la obra donde Marx ha expuesto de modo más logrado la teoría del materialismo histórico teoría. Marx explica allí la Segunda Revolución francesa, proceso que va desde la caída de Luis Felipe en febrero de 1848, hasta el golpe del 2 de diciembre de 1851. Según Marx, las distintas formas políticas de la revolución social en Francia -desde la toma de la Bastilla hasta el adevenimiento del imperio- sintetizaron o llevaron a la práctica la fuerza potencial contenida en la dialéctica material de la sociedad feudal francesa. En un primer acto, permitieron legitimar, aunque de momento sólo socialmente, el hecho de que los campesinos semisiervos se convirtieran en propietarios libres de su tierra y los aprendices y artesanos pasaran a la condición de proletarios. Esta realidad social que los jacobinos hicieron políticamente posible, fue jurídicamente legitimada a instancias de Napoleón Bonaparte. Fue el segundo acto concretado en el código napoleónico, forma política superior que para sí se dio la ley del valor, legalizando aquella realidad social del primer acto a instancias de leyes orgánicas que permitieron consolidar y reglamentar las condiciones sociales de actuación del campesino parcelario en el campo y la libre competencia que impulsó el desarrollo incipiente de la burguesía industrial en las ciudades.

La revolución de febrero de 1848 protagonizada por el proletariado de París, salió del vientre de la crisis capitalista de 1847. Viéndo limitado su desarrollo por los propios límites de una gran burguesía industrial que aun distaba de haber extendido sus dominios al conjunto del territorio nacional francés, el proletariado tampoco había podido ampliar geográficamente su existencia como para estar en condiciones de extender socialmente su acción revolucionaria a escala nacional. Aislado en un mar de campesinos y pequeñoburgueses urbanos, al carecer aun de una concepción del mundo propia de su clase, el proletariado tampoco podía tener una estrategia de poder. Era lógico, pues, que len tales condiciones, los obreros de París hayan sido un apéndice del partido pequeñoburgués democrático-republicano que no se había propuesto ir más allá de derribar a la oligarquía financiera dentro del mismo régimen monárquico. Pero cuando estallo el conflicto, la lucha de barricadas imprimió el sello ideológico de la revolución en su conciencia, y el proletariado triunfante llegó a proclamar la república social:

<<Con esto -dice Marx- se indica el contenido general de la moderna revolución (proletaria), el cual se hallaba en la contradicción más peregrina con todo lo que por el momento podía ponerse en práctica directamente, con el material disponible, bajo las circunstancias y relaciones dadas y el grado de desarrollo alcanzado por la masa.>> (K. Marx: op.cit. Cap.I. El subrayado y lo entre paréntesis es nuestro)

La república social fue el síntoma, o de un contenido general: la dialéctica entre proletariado y burguesía, que ya desde entonces pugnaba por resolverse en el socialismo. Pero dada la debilidad numérica, ideológica y política del proletrariado, el mayoritario "espíritu reaccionario de la nación" expresado en la Asamblea Nacional surgida de los comicios, pudo rechazar las pretensiones del proletariado de París calificándolas de "paparruchadas utópicas". El proletariado de París contestó con la insurrección de junio que, para Marx, fue "el acontecimiento más gigantesco en la historia de las guerras civiles europeas". Con la derrota de la insurrección, el proletariado pasó al fondo de la escena política francesa hasta 1871. Pero merced a su intrepidez, la sociedad de ese país pudo sacudirse definitivamente el dominio político de nobleza, En semajantes condiciones materiales (económicas, sociales) el protagonismo del proletariado no podía ir más allá de contribuir a instaurar la república burguesa y esto es lo que sucedió.

Pero la tendencia objetiva al predominio de la burguesía industrial suponía el relativo empeoramiento progresivo del pequeño agricultor para convertirlo en mano de obra asalariada, de modo que las condiciones materiales que convirtieron al siervo de la gleba en libre campesino parcelario, fueron las mismas que le condujeron a la ruina. Así fue como en el curso de dos generaciones desde que se implantara el código napoleónico, el usurero pasó a ocupar el puesto de los señores feudales, la hipoteca remplazó a las diversas servidumbres señoriales, la renta sustituyó al diezmo, y el capital suplantó a la propiedad territorial de cuño aristocrático en tanto base material de dominio social:

<<La forma (política) "napoleónica" de propiedad, que a comienzos del siglo XIX era la condición para la liberación y el enriquecimiento de la población campesina francesa, se ha desarrollado en el transcurso de este siglo como la ley de su esclavitud y de su pauperización (...) La parcela del campesino sólo ya es el pretexto que permite al capitalista sacar de la tierra ganancia, intereses y renta, dejando al agricultor que se las arregle para sacar como pueda su salario.>> (K.Marx: op.cit. Cap. VII. Lo entre paréntesis es nuestro ).

Nótese que Marx ha puesto aquí la palabra "napoleónica" entre comillas para evitar todo subjetivismo histórico. Con ello ha querido significar, ni más ni menos, que la historia de Francia entre 1789 y 1851, fue la sucesión de formas políticas externas o empíricas sujetas a fuerzas materiales internas o no directamente perceptibles actuantes al interior de la sociedad, respecto de las cuales la lucha de clases, incluídos sus personajes más relevantes -como en este caso los Bonaparte-no han sido más que su casual encarnación. Marx volverá sobre esta misma idea central del materialismo histórico en "El Capital" :

<<Dos palabras para evitar posibles equívocos. No pinto del color de rosa, por cierto, las figuras del capitalista y del terrateniente. Pero aquí sólo se trata de personas en la medida en que son la personificación de categorías económicas de determinadas relaciones e intereses de clase. Mi punto de vista con arreglo al cual concibo como proceso de historia natural el desarrollo de la formación económico social, menos que ningún otro podría responsabilizar al individuo por relaciones de las cuales él sigue siendo socialmente una creatura por más que subjetivamente pueda elevarse sobre las mismas>> (K.Marx: Op.cit. Prólogo a la primera edición alemana).

Todos los actos políticos de este episodio de la historia, desde la toma de la Bastilla en 1789 hasta el golpe del 2 de diciembre de 1851, pasando por la revolución triunfante de febrero, la Asamblea Constituyente del 4 de mayo y la derrota de la revolución proletaria de junio de 1848, fueron las formas políticas que, dadas las condiciones de la época, permitieron concretar la tendencia interna del capitalismo emergente como sistema de vida dominante, correspondiente al grado de desarrollo histórico alcanzado por las fuerzas sociales productivas, que ya no tenían cabida en el viejo modo de producción feudal.

En 1895 Engels completó la escueta explicación de Marx en "El 18 Brumario..." acerca de por qué debía fracasar y fracasó la insurreción de junio en 1848. En su introducción a "Las luchas de clases en Francia", Engels dice que aquella derrota había puesto de manifiesto que, por aquel entonces, el capital en Europa distaba mucho de haberse acumulado en la extensión y con la intensidad requerida, como para crear una fuerza social proletaria suficientemente numerosa, capaz de convertir las contradicciones cada vez más agudas del sistema burgués en revolución socialista triunfante. Lo mismo estaba pensando Marx cuando en "El 18 Brumario..." decía que la revolución proletaria en 1848 <<estaba en la contradicción más peregrina con todo lo que por el momento podía ponerse en práctica>>.

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