Error conceptual o intencional tergiversación de la Ley General de la Acumulación Capitalista

El 18/04/2010 a las 19:16 Hs., en un adjunto le explicamos a Rolando Astarita que su ejemplo expuesto en el apartado anterior, es arbitrario, aunque solo sea porque la segunda estructura no se deduce ni conceptual ni matemáticamente del resultado de la precedente. En primer lugar, no se sabe dónde ha ido a parar el plusvalor = 50s unidades monetarias de poder adquisitivo constante obtenidas por la primera estructura, porque de la siguiente desaparecen, dado que no se explica por qué el capital constante de 200c (invertido en la estructura anterior) tras aplicarle la devaluación del 10% en concepto de productividad, pasa en la segunda estructura a ser 190c, como si el capital invertido en la estructura anterior, en vez de 50s hubiera producido solo 10s. Lo mismo cabe decir de la nueva inversión en salarios, que respecto de la estructura anterior una vez aplicado el 10% de productividad, Astarita la hizo descender de 45v a 41,4v (el 8%), lo cual significa que la población ocupada disminuye en -3,6% en vez de aumentar. De este modo, la Composición Orgánica del capital (c/v) sube de 4 = 200c/50v en la primera estructura, a 4,6 = 190c/41,4v en la segunda. O sea, que en el ejemplo no se trata de que el capital constante aumente históricamente más que el capital variable, sino que descienda relativamente menos. Todo al revés de cómo lo exige la realidad de donde Marx dedujo la Ley General de la Acumulación. De este modo, la tasa de plusvalor (s/v), pasó del 100% en la primera estructura = 50s/50v, al 117,4% en la segunda = 48,6s/41v. Pero a pesar de haber aumentado la productividad a instancias de una mayor Composición Orgánica del Capital y de una consecuente más alta la tasa de explotación, paradójicamente la masa de plusvalor bajó en términos absolutos de 50s en la primera estructura, a 48,6s en la segunda. Consecuentemente, la tasa de acumulación de plusvalor (relativo): 50s/48,6s bajó un -2,8%. Sin embargo, la Tasa de Ganancia ha subido del 20 al 21% = 48,6s/(190c + 41,4s). Finalmente, el capital pasó de 300 a 280. O sea, que en vez de aumentar disminuyó, hubo desacumulación, lo cual contradice el principio activo del capitalismo, razón de ser de la burguesía.

Un cúmulo de inaceptables desatinos y despropósitos. Porque ¿cómo se explica esto desde el punto de vista de la Ley General de la Acumulación Capitalista, según la cual, el aumento de la productividad determina que la población obrera ocupada aumente absolutamente aunque relativamente menos que el capital constante [maquinaria, edificios (o tierra cultivable), materias primas, combustibles, lubricantes y demás consumibles], y que el plusvalor también se incremente en términos absolutos aunque cada vez menos? (esto último se explica en el apartado siguiente)

La única explicación posible y lógicamente admisible a estos interrogantes, es que ambas estructuras del capital productivo se hayan concebido desvinculadas la una de la otra. En tanto que conceptualmente no se deduce lo contrario, son dos estructuras distintas consideradas por separado, cuyo único nexo arbitrario entre ellas, consiste en “demostrar matemáticamente que la tasa de ganancia aumenta para recusar la tesis marxista. Si así fuera, como lo parece, no estaríamos en presencia de un error conceptual sino de una consciente tergiversación de los hechos.

En realidad, por un lado es cierto que el progreso de la fuerza productiva del trabajo, efectivamente desvaloriza o abarata el capital constante en funciones, al tiempo que aumenta el plusvalor relativo a expensas del trabajo necesario (que reproduce los medios de vida del asalariado). Pero, por otro lado, para que la tasa de acumulación progrese, es necesario que la población obrera ocupada aumente en términos absolutos aun cuando relativamente menos que el capital constante, a fin de que produciendo más por unidad de tiempo el plusvalor relativo también se incremente, como ya lo explicara Marx en 1865:

<<Si la proporción entre estos dos elementos del capital (constante y variable) era originariamente de 1:1, al desarrollarse la industria será de 5:1, y así sucesivamente. Si de un capital global de 600 se desembolsan 300 para instrumentos, materias primas, etc., y 300 para salarios, para que pueda absorber a 600 obreros en vez de 300, basta con doblar el capital global. Pero, si de un capital de 600 se invierten 500 en maquinaria, materiales, etc., y solamente 100 en salarios, para poder colocar a 600 obreros en vez de 300, este capital tiene que aumentar de 600 a 3.600. Por tanto, al desarrollarse la industria, la demanda de trabajo no avanza con el mismo ritmo que la acumulación del capital. Aumentará, pero en una proporción constantemente decreciente, comparándola con el incremento del capital (invertido).>> (K. Marx: “Salario, precio y ganancia” Cap. XII. Lo entre paréntesis nuestro)

En el ejemplo de Astarita, se parte de una composición orgánica del capital = 200c/50v = 4 para pasar a otra más alta de 190c/41,4v = 4,59. Pero con una menor inversión en capital constante y un todavía menor empleo de asalariados. Por eso es que la tasa de acumulación desciende de 50s a 48,6s. Un negocio ruinoso para la burguesía. En síntesis: para mostrar que según se incrementa la Composición orgánica del Capital la Tasa de Ganancia no desciende sino que sube, Astarita trastocó arbitrariamente la lógica funcionalidad conceptual de los factores económicos que realmente intervienen en el proceso de la acumulación capitalista, sin haber demostrado ese cambio de significado con sólidos argumentos. Lo expresó matemáticamente pero por el absurdo conceptual que naturalmente no supo —porque no pudo ni es posible— explicar.

Estas son las consecuencias del error metodológico consistente en haber querido conciliar el incremento en la composición orgánica del capital con el descenso en el valor de los componentes del capital constante y variable supuestamente causado por el progreso en la productividad. La prueba del error aparece, en que la masa de capital en funciones, después de explotar trabajo ajeno para crear 50 unidades monetarias de plusvalor realizado en la venta de las mercancías que lo contienen, resulta que pasa de 300 unidades monetarias de valor del producto en la primera estructura, a 280 en la segunda, negando absolutamente el hecho de la acumulación de capital, que es el leitmotiv de la burguesía.

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