02. Augura hoy el conflicto en Ucrania un nuevo Rambouillet?
<<¿Está repitiéndose la historia? Para Willy
Wimmer, quien fue presidente de la Asamblea Parlamentaria de la Organización
para la seguridad y la cooperación en Europa (OSCE) —durante la guerra de
la OTAN contra Serbia—, el ultimátum de la Unión Europea a Rusia es muy similar
a lo sucedido antes y durante la conferencia de Rambouillet sobre Kosovo:
los occidentales siempre fingen buscar la paz cuando en realidad quieren
la guerra. Pero Rusia no es Serbia y el riesgo de guerra mundial es muy
real>>.
Red Voltaire
Un reciente sondeo realizado por una fundación
del norte de Alemania ha demostrado claramente la fragilidad del respaldo
de la población alemana a la orientación marcial del gobierno federal y del
presidente, de la Unión Europea y de la OTAN hacia Rusia. Peter
Gauweiler, jefe adjunto de
la CSU (Unión Social Cristiana) y diputado del Bundestag de Munich, resaltó
ese hecho en su importante discurso, pronunciado ante los graduados de la
Universidad de la Bundeswehr (la Fuerza de Defensa Federal de Alemania). La
decisión de la Unión Europea, presentada por los presidentes salientes, Barroso
y van Rompuy, acentuará esa tendencia, por varias razones de gran importancia.
¿Está viviendo Europa un momento apropiado para lanzar ultimatums como el
que se planteó
a Serbia en 1914 inmediatamente antes de iniciada la Primera Guerra
Mundial?
La Unión Europea está exigiendo a Rusia
que emprenda, en un plazo de 72 horas, una negociación sobre el «plan
de paz» del presidente ucraniano [1].
¿Y si no lo Hace? ¿Se recurrirá al uso
de la fuerza a las 5 horas y 45 minutos de la mañana?
Uno tiene la impresión de que la Comisión
Europea y el Consejo Europeo de Bruselas, representados por los dos señores
anteriormente mencionados, se han vuelto locos y quieren a toda costa
empujar el continente a la desgracia.
No hace falta haber estado en Ypres
ni haber visitado sus inmensos cementerios militares para darse cuenta
de cuan fatales pueden resultar ese tipo de lenguaje y esa actitud.
Hace precisamente 15 años nuevamente se
emprendió ese camino «con éxito» tratando de obligar la República Federal
de Yugoslavia, mediante supuestas «negociaciones» en Rambouillet y
en contradicción con los supuestos «Acuerdos de Viena», a someterse
a conversaciones internacionales para obedecer el dictado de la OTAN,
que exigía paso a través de Yugoslavia. Para que Belgrado entendiera
bien, la OTAN había presentado proyectos que correspondían punto por punto
a los planes de Adolf Hitler para Yugoslavia en tiempos de la Segunda Guerra
Mundial. Rambouillet no era más —como hoy sabemos perfectamente— que el pretexto
para la guerra que se inició pocas semanas después con el bombardeo desatado
contra Belgrado. Durante la guerra contra Yugoslavia, la OTAN utilizó además
groseramente los muertos de Racak,
que la OSCE (Organización
para la Seguridad y la Cooperación Europea. Referencia nuestra: GPM)
—representada en Pristina por William
Walker— quería atribuir de todas maneras a Serbia.
¿Son las sanciones económicas previstas
el paso intermedio antes del inicio de la violencia? ¿No le basta a Estados Unidos
con todo lo que ya ha provocado en Irak, en Siria y en todo el Medio Oriente?
¿No está satisfecho con haber incendiado ya toda esa región? ¿Tiene que estimular
también una guerra contra Rusia?
Desde la guerra
olímpica de Georgia contra Rusia, nadie logra pensar en otra
cosa que en la posibilidad de que alguien esté preparando una agresión militar
a la sombra de una competencia deportiva internacional. ¿Está haciendo Europa
exactamente lo contrario de lo que preconiza el espíritu olímpico, según el
cual la paz y las ideas de paz deben presidir eventos deportivos como el que
se desarrolla en Brasil?
¿Por qué lanzar un ultimátum a Rusia?
¿Por qué amenazar con sanciones económicas? ¿Por qué la señora canciller de
Alemania no recurre al Bundestag? ¿Por
qué se pone, por el contrario, del lado de las sanciones? ¿Por qué no explica
a las señoras y señores del parlamento alemán —es allí donde tiene que hacerlo—,
y al público alemán a través de ellos, dónde ve ella las razones que justificarían
tal comportamiento hacia un vecino europeo [Rusia] que nos concedió hace 25 años
la posibilidad de unificar el Estado de nuestra nación?
¿Qué está sucediendo en la cabeza de la
señora canciller que juró obrar por el bienestar del pueblo alemán? ¿No fue
acaso su versatilidad lo que impidió, con un pretexto que no engañó a nadie,
la firma de un acuerdo de cooperación con Ucrania hace sólo 2 años? ¿Únicamente
por causa de la dama de la trenza rubia en forma de corona (Timoshenko Referencia
nuestra: GPM), a quien la mayoría
de los alemanes no quieren otorgar la menor influencia sobre los intereses
alemanes? Ahora resulta que la señora canciller prefiere adoptar la vía administrativa
de Bruselas, para no tener que decirle la verdad al pueblo alemán y poder
negarnos toda explicación.
Ya estamos acostumbrados a oír al secretario
general de la OTAN vociferar y estimular constantemente el odio contra Rusia.
Basta ver sus discursos para comprobarlo. Cuando alguna manera de actuar de
Rusia en la frontera ruso-ucraniana plantea y va a plantear interrogantes,
¿por qué la OTAN, la Unión Europea, la canciller alemana y el ministro de
Relaciones Exteriores no consultan a la OSCE, concebida precisamente
para eso?[2] Habrá que felicitar a los británicos por haber anunciado
públicamente el nuevo camino que van a tomar como puesto avanzado de Europa.
Bruselas anuncia sanciones económicas
y aumenta así el peligro de guerra en Europa. Mientras tanto, Cameron
hace firmar acuerdos por un monto de varios miles de millones de dólares entre
BP y
Rosneft, el mayor consorcio
energético ruso. Por supuesto, eso no impedirá que Londres y los poderosos
de Washington sigan empujando a Europa y la Unión Europea hacia el desastre.
Porque el ultimátum de la Unión Europea
a Rusia no es otra cosa.
Fuente: «Ultimátum de la Unión Europea a Rusia, ¿un nuevo Rambouillet?», por Willy Wimmer, Horizons et débats (Suiza), Red Voltaire, 12 de julio de 2014, www.voltairenet.org/article184753.html
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