04. Nigeria

 

       Es el país más poblado de África y el sétimo del Mundo, con 165.822.569 habitantes. Su antecedente histórico se remonta al noveno siglo antes de la era cristiana. Más recientemente al Imperio Kanem-Bornu entre los siglos XIV y XIX, en cuyas zonas del norte sus gentes adoptaron la religión islámica, sobre lo que hoy es la ciudad de Sokoto. Al contrario del sur, donde la mayoría de su población es de confesión cristiana. En 1901 Nigeria fue un protectorado británico, y en 1914 quedó convertido en colonia. Como consecuencia de las reiteradas reivindicaciones patrióticas de sus tradicionales habitantes, después de la Segunda Guerra Mundial los británicos reemplazaron la colonia por una especie de autonomía. En 1960 el país consiguió su independencia total, conformando una federación de tres regiones, cada una con su correspondiente autonomía. En 1966, dos golpes de Estado sucesivos por diferentes grupos de oficiales del ejército, consolidaron una dictadura militar, donde los líderes del segundo golpe acentuaron el carácter centralista y dictatorial del gobierno, eliminando las autonomías regionales.

          En los años 60 fueron descubiertos yacimientos petrolíferos y de gas natural. Actualmente es el primer productor de petróleo en África. Su economía, de haber sido agrícola y de pastoreo, pasó a ser industrial de  tipo extractiva, con 15.600 millones de barriles en reservas de petróleo y más de 3 millones de m3 en gas. Una circunstancia que le permitió llegar a estar entre los países africanos más desarrollados, con una balanza comercial positiva gracias a la exportación de esos dos productos, conducidos hasta los puertos del Atlántico por oleoductos y gasoductos. Este país destaca también por sus refinerías y su industria petroquímica. En cuanto al resto de la actividad productiva, es de carácter agrícola-ganadero que se desarrolla en la mitad del suelo cultivable y ocupa al 50% de su población activa, cuyo producto de más importancia es el cacao, dirigido en su totalidad a la exportación. Pero el hecho de que todo este potencial productivo haya pasado a manos de empresas extranjeras, determinó la existencia de profundas desigualdades sociales, donde la mayoría de sus habitantes malvive con menos de un dólar al día, situación que contrasta con la opulencia de Rey, cuyo salón del trono es de oro comprado con el dinero del petróleo exportado. De acuerdo con un informe de 2003, el 50,4% de la población de Nigeria es de religión musulmana, el 48,2% son cristianos y el 1,4% de otras religiones. Entre los cristianos, el 27,8% son fieles católicos, el 31,5% son protestantes  y el 40,7% pertenece a otras ramas del cristianismo: católicos, anglicanos y metodistas. El norte es mayoritariamente musulmán, con un gran número de cristianos en el Cinturón Medio, incluido el Territorio de la Capital Federal. En el oeste del país, especialmente en la Yoruba, la población se divide por igual entre musulmanes y cristianos, mientras que en las regiones del sudeste son en su mayoría cristianos, al igual que en la región del Delta del Níger. Entre enero y marzo de 2010, más de 800 personas murieron en Nigeria a raíz de los disturbios religiosos ocurridos en el Estado de Plateau, donde “musulmanes y cristianos compiten a menudo por intereses económicos” [sic.]. La fuente que citamos con estos últimos datos sobre Nigeria, acaba informando que:

<<Con casi 150 millones de habitantes que se integran en más de 200 grupos tribales, Nigeria está considerado como uno de los mayores "rompecabezas" del continente negro, en el que las diferencias por cuestiones políticas, religiosas y territoriales, se dirimen por lo general en confrontaciones armadas>>.

 

          El 30 de mayo de 1967, el grupo étnico de los igbos que dominaban sobre la región suroriental, declararon la independencia de esa parte del país, a la que denominaron República de Biafra. Con ese nombre subsistió como Estado independiente tres años más debiendo enfrentar una guerra con el Gobierno Federal de Nigeria, cuyo ejército al mando de  los brigadieres Benjamín Adekunle, Olusegun Obasanjo y Murtala Mohammed, llevó a  cabo un plan de ataque sistemático que consistió en persistentes bombardeos aéreos y hambrunas por cerco militar a sus poblaciones, cobrándose la vida de entre 800.000 y un millón de personas, hasta que consiguió finalmente la capitulación de los rebeldes el 15 de enero de 1970. Ese día, enfrentado a la opción de rendirse o a la aniquilación total de la población, el Jefe del Estado Mayor del ejército rebelde,  Philip Effiong, aceptó las condiciones de rendición ante Yakubu Gowon, Jefe militar del Norte a cargo del gobierno federal. Por su parte, en medio del hundimiento económico y militar, el líder político separatista Odumegwu Ojukwu huyó del país, y el territorio llamado “República de Biafra” fue reincorporado a Nigeria.

 

          Esta guerra entre dos chovinismos religiosos —cristianismo e islamismo— costó la vida de entre 800.000 y 1 millón de personas, aunque algunas fuentes hablan de millón y medio. La mayoría de esas víctimas cayeron en la defensa de Biafra por efecto del hambre sistemático y las enfermedades a que fueron sometidas. El hecho de que esta guerra se haya podido prolongar tres años —a pesar de la pobreza de toda clase de recursos en ambos bandos— se explica por la internacionalización del conflicto, donde como siempre, conspiraron las grandes potencias imperialistas mundiales, en apoyo de una u otra facción. La propia secesión del país fue alentada en gran medida por esos países imperialistas extranjeros, interesados en su riqueza mineral, principalmente petróleo. Cabe destacar, que a los fines de cohesionar convenientemente a la población bajo el dominio político separatista de la República de Biafra, sus clases dominantes decidieron que las estrofas del himno nacional fueran entonadas al son del poema sinfónico “Finlandia”, de Jean Sibelius.

 

          El aparente conflicto entre musulmanes y cristianos recrudeció desde 2002, cuando en el norte —la región más subdesarrollada del país—, comenzó a operar la organización yihadista Boko Haram, pugnando por extender su dominio hacia el sur. De hecho, ha ido ampliando su radio de acción, hasta convertirse en una amenaza regional que afecta no solo a Nigeria sino también a Camerún, Chad, Níger y Benín. Mientras a mediados de enero pasado el Mundo estaba de luto por el trágico ataque a la sede del periódico “Charlie Hebdo” en París, el grupo terrorista Boko Haram arrasaba la región nigeriana de Borno, dejando más de 2.000 víctimas mortales. Pero muy pocos pudieron saber de este evento. La red social Twitter hizo caso omiso ante la masacre, considerada por Amnistía Internacional como “la más mortífera” del grupo terrorista, que en pocos días convirtió en cenizas la ciudad de Baga y arrasó 16 pueblos vecinos colindantes, cobrándose las vidas de miles de sus habitantes, 35.000 de los cuales han sido desplazados y muchos de ellos se teme que hayan perecido ahogados, tratando de cruzar a nado el lago Chad. Los diarios ingleses “The Guardian” y “Business Insider”, aseguran que éste ha sido uno de los peores ataques terroristas de la historia moderna.