8. Comportamiento de la burguesía respecto de la economía política antes de constituirse en clase dominante

Durante la etapa postrera del feudalismo y temprana del capitalismo, en que la burguesía incipiente distaba todavía de haberse convertido en la nueva clase dominante, sus intelectuales laicos en lucha sorda contra la nobleza y el clero decadente, unos más que otros se comprometieron impulsando las ciencias naturales que propiciaban el desarrollo del comercio y la industria a través del progreso técnico en materia de producción, transporte terrestre, navegación marítima y comunicaciones. Basta recordar los ejemplos de Copérnico, quien no pudo ver publicada su obra en vida, por ser temeroso de la Iglesia; Giordano Bruno que lo fue menos, pereció quemado en la hoguera inquisitorial por sostener su teoría de la pluralidad de los sistemas solares. Y Galileo, quien probó empíricamente la teoría de Copérnico a través del anteojo astronómico creado por él, fue también juzgado y condenado por el Tribunal del Santo Oficio.

El desarrollo del capitalismo por vía espontánea del interés burgués práctico, fortaleció en la conciencia de la sociedad la necesidad de defender el progreso de las ciencias naturales, impulso que acabó finalmente doblegando todos los prejuicios retrógrados de la tradición religiosa feudal. Pero de este desarrollo del pensamiento científico aplicado a los más diversos objetos de la naturaleza, también surgió el pensamiento vinculado con el desarrollo del capital comercial y las finanzas de la monarquía absoluta, que Marx describió en el capítulo XXIV del Primer Libro de “El Capital” bajo el título de: “La llamada acumulación originaria”.

Las primeras investigaciones más o menos sistemáticas sobre las leyes económicas del todavía incipiente capitalismo, fueron emprendidas por William Petty (1627-1687) a quien Marx llamó “padre de la economía política moderna”, labor más tarde continuada por los “fisiócratas” durante el siglo XVIII y por los fundadores de la economía política clásica, cuyos más destacados baluartes fueron Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823). Tanto unos como otros, comprendieron y asumieron como objeto de estudio propio de la economía política, a los factores de la producción que constituyen el capital. Dicho en palabras de Marx:

<<En primer lugar, el análisis de las diferentes partes objetivas en que el capital existe y se descompone durante el proceso de trabajo. No podemos reprocharle a los fisiócratas el que, al igual que hicieron todos sus continuadores, concibieran como capital esas modalidades objetivas de existencia, el instrumento, la materia prima, etc., desglosadas de las condiciones sociales (relación entre burguesía y proletariado) bajo las que aparecen en la producción capitalista, en una palabra, bajo la forma en que son elementos del proceso de trabajo en general, como algo independiente de su forma social (históricamente específica), lo que les llevó a considerar la forma capitalista como una forma natural y eterna (como si siempre hubiera sido así y será)>> (K. Marx: “Teorías sobre la plusvalía” Cap. II. Lo entre paréntesis nuestro)

Consecuentemente, tanto los fisiócratas como sus continuadores, los economistas clásicos, comprendieron —y, hasta cierto punto desarrollaron— la idea de que tanto el valor como el plusvalor contenidos en la riqueza, tienen su origen no en el mercado, esto es, en la esfera de la circulación de la riqueza y el dinero donde tienen lugar los intercambios, sino en el acto de la producción de dicha riqueza:

<<…lo que hay de grande y de específico en la fisiocracia, es que deriva el valor y la plusvalía no de la circulación (de la riqueza en el mercado), sino de la producción, razón por la cual, en contraste con el sistema monetario y mercantil, arranca necesariamente de la rama de producción que es posible concebir al margen de la circulación, (es decir) del cambio, e independientemente de ella, ya que presupone no el cambio entre los seres humanos, sino entre estos y la naturaleza (en el proceso de producción de la riqueza.>> (Op.cit. Lo entre paréntesis nuestro)

En su obra titulada “Investigación acerca de la naturaleza y causa de riqueza de las naciones”, Adam Smith llevó este análisis de los fisiócratas a un grado de perfección superior, demostrando que la relación natural de producción capitalista entre los genéricos “seres humanos” y “la naturaleza”, está precedida por la relación de intercambio contractual entre patronos capitalistas y asalariados. O sea, 1) que Adam Smith se distinguió de los fisiócratas, en que hizo una lectura histórica del proceso del trabajo social de modo que, en la etapa de la sociedad sin clases, las circunstancias no fueron las mismas que en la sociedad de clases; 2) que la relación contractual entre esas dos clases sociales bajo el capitalismo, es la precondición de la relación de producción misma y 3) que como consecuencia de la apropiación de la tierra y demás medios de producción por parte de terratenientes y capitalistas, el producto del trabajo realizado por los asalariados y su valor contenido en las mercancías, no puede pasar íntegramente a sus manos:

<<El producto del trabajo constituye la remuneración natural o el salario del obrero. En el estado de cosas originario que precede tanto a la apropiación de la tierra como a la acumulación de capital, el producto íntegro del trabajo le pertenece al trabajador. No hay un terrateniente ni un patrono con el que tenga que repartir (dicho producto de su trabajo). Si este estado de cosas hubiese perdurado, el salario del trabajo habría ido en aumento con todo el incremento de su productividad debido a la división del trabajo. Todas las cosas se habrían ido abaratando gradualmente (o, en todo caso, todas esas cosas requerirían una menor cantidad de trabajo para su reproducción, pero no sólo no habían resultado, sino que, en realidad resultan más baratas). Serían el producto de una cantidad menor de trabajo; y, como las mercancías creadas por cantidades iguales pueden, en este estado de cosas, cambiarse naturalmente entre sí, se las habría podido cambiar igualmente, por una cantidad menor de.…. Sin embargo, este estado de cosas originario, en que el trabajador se beneficiaba con todo el producto de su trabajo, no podía sobrevivir al momento en que, por vez primera, fue apropiada la tierra y acumulado el capital. De ahí que terminara mucho antes de que empezaran los más grandes progresos en el incremento de la productividad del trabajo, y resultaría ocioso pararse a investigar cómo había podido influir dicho estado de cosas en la remuneración o el salario del trabajo.>> (Op. Cit. TI Pp. 108 citado por Marx en “Teorías sobre la plusvalía”.)

Al respecto, David Ricardo coincidió con Smith —y Marx así lo señaló al exponer la teoría ricardiana de la plusvalía relativa—, en que para calcularla no hay que tener en cuenta el capital constante, dado que complica innecesariamente la demostración. En tal sentido, ambos sostienen que ningún cambio en los salarios puede incidir en el precio de las mercancías, sino solo en el plusvalor obtenido por el capitalista:

<<El valor del venado, (equivalente) al rendimiento de la jornada de trabajo del cazador, será exactamente igual al valor del pescado, (es decir,) al rendimiento de la jornada de trabajo del pescador. El valor relativo del pescado y de la caza se determina íntegramente por el (mismo tiempo) de trabajo realizado en una y otra actividad, cualquiera sea la cantidad de producto (obtenido en ese tiempo) o por muy altos o muy bajos que puedan ser los salarios o las ganancias. Si el pescador ocupa a diez hombres cuyo trabajo anual cueste 100£ y si con el trabajo de estos hombres obtiene 20 salmones en un día, y…el cazador ocupa asimismo a diez hombres, cuyo trabajo anual le cuesta 100£ y que en un día cazan para él 10 venados, el valor natural de un venado será de dos salmones, ya sea pequeña o grande la participación que en el producto total corresponda a quienes lo han obtenido (respecto de la parte correspondiente a sus patronos). La participación abonada en salarios tiene la mayor importancia en cuanto al problema de la ganancia, ya que es de por sí evidente que las ganancias son altas o bajas en proporción a que los salarios sean bajos o altos. Pero esto no puede afectar en lo más mínimo al valor del pescado o la caza, ya que los salarios serán, al mismo tiempo, altos o bajos en ambas ocupaciones>>. (D. Ricardo: “Principios de Economía Política y Tributación” Cap. I Sobre el valor. Lo entre paréntesis nuestro)

En síntesis, que en la línea de pensamiento económico que va desde los fisiócratas hasta los clásicos de la economía política, hubo coincidencia en que: 1) la sustancia creadora de los valores económicos es el trabajo humano; 2) que el origen del valor se localiza en la esfera de la producción de riqueza social, como resultado de determinadas relaciónes de producción entre asalariados y capitalistas, acordadas y preestablecidas en la esfera de la circulación a través del contrato de trabajo que precede a la producción efectiva de valores económicos contenidos en las mercancías y, 3) que el plusvalor es el remanente de valor producido por el asalariado, durante la parte de la jornada que excede al tiempo en que produce por el equivalente a lo que necesita para reproducir su fuerza de trabajo.

Los economistas clásicos, cuyos más altos exponentes fueron Adam Smith y David Ricardo, pudieron en su tiempo pensar la realidad económica científicamente, mientras la burguesía en lucha contra el feudalismo residual, tardaba en acceder a la condición de clase dominante y el propio desarrollo incipiente del capital, no había pesto límites a su acumulación. Durante ese período, el descubrimiento por los clásicos de las leyes económicas del capitalismo, ponía de relieve ante la conciencia de las masas explotadas y oprimidas por la nobleza, posibilidades de progreso material y libertad frente al atraso relativo del feudalismo y sus imposiciones. El descubrimiento de estas leyes evidenciaba que las instituciones feudales estorbaban y eran perjudiciales al desarrollo de ese progreso.

 

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