11. Profanación de la tumba del GEO presuntamente muerto en Leganés

origen del documento: http://www.lavozdegalicia.es/error/noticia.jsp?CAT=126&TEXTO=100000047755

TESTIMONIO | La evolución de Sarhane El Tunecino
«Su tendencia a buscar "la pureza" le convirtió en juez de la vida de los demás»
:: 05/04/2004
Miguel Ángel Pérez Martín es profesor del Doctorado de Economía y Relaciones Internacional de la Universidad Autónoma de Madrid, donde da un curso sobre el Mundo Islámico. Se hizo amigo del «cerebro» de los atentandos del 11-M cuando éste llegó a Madrid en 1996.
Este profesor explica, en una carta remitida a La Voz, su relación con el Tunecino, y cómo el carácter de este joven estudiante cambió con el tiempo hasta desembocar en un estallido de violencia.

(Redacción digital)
«El viernes pasado estaba tumbado plácidamente en mi sofá escuchando las noticias, de pronto una confusión y emoción extraordinaria se apoderaron de mí. Recuerdo que me levanté de un brinco y comencé a pasear sin rumbo de un lugar a otro del comedor. El locutor de televisión había nombrado a Sarhane el Tunecino como coordinador de los atentados del 11-M y a continuación mostraban su fotografía. No había duda, era el chico que había conocido en la universidad años atrás y del cual hacía muchísimo tiempo que no tenía noticias.

»En principio me pareció increíble que pudiera estar implicado en una matanza de tal magnitud pues con mis compañeros y conmigo nunca demostró ser poseedor de tal agresividad y odio. Pero reflexionando sobre su personalidad y trayectoria ahora uno puede afirmar con rabia e impotencia que uno de los probables estadios finales de su biografía era la de convertirse en un glorioso líder del asesinato de masas. Sarhane Fakhet llevaba mucho tiempo antes del 11-M en España. A mediados de los noventa llegó a Madrid para realizar un doctorado. Cuando llegó a España apenas sabía chapurrear castellano. A pesar de ello, era una persona afable, respetuosa, con ganas de integrarse en la comunidad universitaria; de hecho consiguió renovar su beca de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) varias veces y formar parte de un grupo de investigadores sobre relaciones internacionales. La actitud jovial del principio fue con el paso de los años cambiando, cada vez era más reservado y pasaba la mayor parte de su tiempo libre en la mezquita de la M-30 a la cual incluso le acompañé para que me la mostrara.

»En mis conversaciones con él pude percibir que a pesar de su carácter beato y tranquilo tenía dentro de sí una gran crisis, quizá de identidad, existencial o cultural que se manifestaba en una profunda ansiedad por reglar su propio comportamiento, ansiedad que le llevaba a ayunar con frecuencia más allá de lo prescrito por la ley islámica. Probablemente esa tendencia a disciplinarse a sí mismo, a buscar «la pureza», le llevó también a ser juez de la vida de los demás.

»Él nunca fue miembro de una célula durmiente, como dicen en los medios de comunicación, sino una célula activa: intentó fundar una asociación de estudiantes islámicos en la universidad y uno de sus últimos proyectos era crear una emisora en lengua árabe para España.

»Con el paso del tiempo Sarhane se convirtió en un ser huraño, ya sólo acudía a la universidad a horas intempestivas y acompañado insistentemente por los que ahora eran sus «amigos de siempre», algunos de los cuales aparecen en las fotos facilitadas por la policía.

»Cada vez era más difícil acercarse a él. Sarhane terminó por desaparecer del ámbito universitario hace tres o cuatro años, ya sólo se le podía localizar en la mezquita de la M-30. Debido a mi dedicación el mundo islámico, en el cual viví durante varios años, he conocido perfiles personales parecidos al suyo pero que no han desembocado en esta catástrofe. Por lo tanto, no paro de hacer cábalas sobre cuál fue el detonante final que encendió a Serhane. Lo que es obvio es que hay un grupo de musulmanes que desean la muerte ajena y la suya propia arropada o justificada por un sospechoso ideal islámico que no oculta más que su propia frustración: su incapacidad para construir un mundo a su imagen y semejanza los empuja a destruirlo».

éste y el resto de nuestros documentos en otros formatos
grupo de propaganda marxista
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org