Sharón como Garzón, Garzón como Sharón
Enviado el Martes, 12 marzo a las 09:27:58 por gaztekari webmaster |
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- El terrorista de Estado israelí Ariel Sharón se jacta de haber asesinado
en los últimos 17 meses a 310 niños palestinos y herido de gravedad a otros
1.700. Todo para imponer su criterio imperialista de opresión y
sojuzgamiento de la identidad nacional del pueblo palestino...
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- El juez del Tribunal de Excepción franquista, conocido como Audiencia
Nacional Española, Baltasar Garzón, se vanagloria de hacer todo lo necesario
para acabar con las ansias de autodeterminación del pueblo vasco. Por ello,
cierra medios de expresión (diarios, revistas y radios), ordena la detención
de decenas de ciudadanos independentistas (en estos últimos siete días 18
jóvenes han sido apresados y criminalizados en Euskadi) y omite cualquier
tipo de denuncia sobre torturas a los detenidos (existen pruebas inapelables
como el caso de las múltiples tormentos infrigidos a cientos de jóvenes,
cuyos cuerpos guardan recuerdos de la aplicación de electrodos, la "bolsa",
la "bañera" y golpes tremendos).
- El fascista Sharón asegura a quien le quiera oír que está dispuesto a "
poner de rodillas" al pueblo palestino. Para ello, lanza sus tanques,
aviones, helicópteros y misiles contra ciudades y campos de refugiados,
masacrando en cada una de estas acciones a indefensos ciudadanos palestinos
que en la mayoría de los casos atinan a defenderse con piedras frente a la
brutalidad de sus opresores. Las topadoras del ejército sionista no dudan en
echar abajo las viviendas y arrasar los cultivos de los habitantes de Gaza y
Cisjordania.
Todo ello ocurre no sólo por culpa de la increíble maldad del agresor
militar israelí, sino también gracias a la hipocresía y la política de doble
rasero de la gran mayoría de los países occidentales, encabezados por
Estados Unidos, y gran parte de los países árabes sumisos a la prepotencia
sionista.
- El juez español Garzón sabe que con su estrategia judicial está intentando
quebrar el espíritu libertario de los ciudadanos más concientizados y
vitales del pueblo vasco. Pero también atropella y causa dolor a miles de
familias que no sólo deben presenciar cómo sus jóvenes hijos e hijas son
arrancados de sus hogares, ser golpeados, torturados y encarcelados por
años, sino que luego sufren el doble castigo de la dispersión carcelaria, ya
que para ver a sus familiares presos deberán recorrer distancias de cientos
y miles de kilómetros.
Todo ello ocurre no sólo por culpa de la obsesión represora de un magistrado
judicial sino por la complicidad ostensible de gran parte de la clase
política y los medios de comunicación del Estado español y el propio País
Vasco.
- La hipocresía del poder internacional posibilitó que en anteriores
oportunidades el culto a la criminalidad y el desprecio hacia los pueblos
posibilitaran que el terrorista de Estado, Henry Kissinger y el criminal
sionista Rabin obtuvieran el Premio Nobel de la Paz. Ahora, la historia
vuelve a repetirse, y no es extraño que desde distintos ámbitos igualmente
enfermizos se solicite nominar a los máximos responsables de crímenes de
lesa humanidad, como son Georges Bush y Anthony Blair. O que grupos para
quienes los derechos humanos evidentemente no son sinónimo de cárcel,
palizas, torturas y violación sistemática de las libertades, hoy intentan
nominar al juez Garzón para dicho Nobel.
- A pesar de que Sharón y Garzón están cumpliendo al pie de la letra con el
libreto que les dictan los dueños de este entramado de horror y tragedia
para ambos pueblos, no caben dudas de que ambos están desesperados por la
indoblegable conciencia, terquedad revolucionaria y deseo irrefrenable de
ser libres que en definitiva ostentan los ciudadanos de Palestina y el País
Vasco.
Ni los tanques, ni los misiles, ni las cárceles, ni las torturas, ni las
prisiones en campos de exterminio, ni siquiera los traidores y
colaboracionistas que nunca faltan en estos procesos, han podido ni podrán
doblegar la idea de liberación e independencia que surge cotidianamente del
corazón de las dos nacionalidades.
Eso es lo que los Bush, los Sharón, los Aznar y los Garzón de este planeta
jamás podrán entender. Cuando un pueblo se echa a andar no hay balas ni
rejas que le acobarden, porque saben que si una lucha es justa la victoria
será la mejor recompensa a tanto sufrimiento. Por eso, día tras día, los
jóvenes de Palestina ocupada y de Euskal Herria doblemente colonizada (por
España y Francia) vuelven a ganar las calles con sus consignas, banderas y
reivindicaciones.
Gustavo Ortiz
A nombre del:
Comité "Che Guevara" de Latinoamericanos Residentes en Euskal Herria (País
Vasco)
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