Gaztekaria Alternatiboa

Marc writes "Hoy, día 10 de Marzo, se manifiestan en Barcelona, 400.000 personas, contra el Plan Hidrológico Nacional, impuesto por el PP.

MANIFIESTO DE LA MANIFESTACIÓN DE BARCELONA

Paremos este Plan Hidrológico!!. Es la hora de una nueva Cultura del Agua!!.

El Ebro, el Delta y su cuenca, toda la gente de Cataluña, Aragón y la costa mediterránea, vivimos bajo una grave amenaza. Con el absolutismo de su mayoría en el Parlamento Español, y la ayuda cómplice de Convergència i Unió, el gobierno de José María Aznar quiere llevar adelante su Plan Hidrológico. Contra la rebelión prácticamente unánime de las Tierras del Ebro. Contra el deseo de la mayoría de catalanes y catalanas, de aragoneses y aragonesas. Contra los verdaderos intereses de la gente del País Valenciano, Murcia y Almería. Contra las directivas comunitarias sobre la gestión del agua, su calidad, su precio, la preservación de las zonas húmedas, la defensa de las zonas de especial protección de las aves y los ecosistemas mediterráneos. Contra la votación mayoritaria del parlamento europeo a las enmiendas del informe Flemming. Contra los llamamientos nacionales e internacionales en favor de un desarrollo sostenible. En contra, en definitiva, de toda racionalidad económica, ambiental y social.

No es cierto que el agua sobre, en los lugares de donde se quiere sacar. No es cierto que llevarla del Ebro o del Ródano sea la solución, allá donde falta agua. La cuenca del Ebro es tan mediterránea como la costa de Levante. La lluvia que recibe es inferior a la necesaria para que el territorio pueda mantener la vegetación. Los caudales del Ebro han ido reduciéndose a lo largo del siglo XX, y los que ahora llegan al Delta apenas pueden sostener la riqueza natural y agraria, mantener la pesca y evitar la regresión. La construcción de embalses, derivaciones y regadíos hace ya tiempo que ha superado unos límites sostenibles, como demuestra el deterioro de la calidad del agua. Los caudales que se quieren trasvasar al Sur son imprescindibles para sostener las funciones ambientales y económicas de la gente que vive en toda la cuenca del Ebro. Por esto, el Plan Hidrológico es una declaración de guerra a estos territorios. La experiencia demuestra, además, que los trasvases no resuelven los problemas hídricos de las zonas receptoras. Al contrario, acentúan el desorden animando la especulación inmobiliaria.

La solución es una nueva cultura del agua que parta de un principio básico: ningún nuevo embalse, ni en el Pirineo aragonés, ni en el Pirineo catalán, ni en ningún otro sitio; ningún trasvase entre cuencas, ni del Ebro, ni del Ródano, ni del Noguera Pallaresa o del Segre. Hay que aprender a aprovechar mejor el agua que tenemos, mejorando la calidad y el estado ecológico, y gestionándola con más eficiencia, economía y justicia.

Gran número de nuevas experiencias, aquí y en todo el mundo, demuestran que eso es posible, necesario y mucho más provechoso socialmente que dedicar enormes cantidades de dinero público para alimentar la red corrupta de unos pocos grandes constructores. Las inversiones alternativas, como las realizadas en la gestión de la demanda, crean más puestos de trabajo, más cercanos y perdurables. Diversifican la economía, y la hacen más sostenible. Nos ayudan a construir una sociedad más democrática.

Esta es la disyuntiva: o seguir la vía insostenible de la vieja cultura de la oferta, impulsada por políticos y constructores corruptos; o abrir el camino a la nueva cultura del agua, sostenible, trasparente y democrática. La primera nos lleva hacia el deterioro ambiental y el conflicto social. Nosotros escogemos la segunda, y por eso decimos no a este Plan Hidrológico. No a los grandes embalses. No a ningún gran trasvase, ni del Ebro, ni del Ródano, ni de ningún otro sitio.

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