El monstruo militar europeo

por Heinz Dieterich Steffan

Siguiendo el viejo lema de que la moneda y el Ejército son los dos brazos del Estado, la Unión Europea está acelerando el paso, para dotarse de ambos: el euro es el arma destinada a derrotar al dólar en el campo de las batallas monetarias; la acelerada expansión de la industria bélica y su estructura institucional, la Unión de Europa Occidental (WEU), proporcionan el puño de hierro.

Significativamente, son los jóvenes socialdemócratas, los protagonistas de la "Tercera Vía", con Tony Blair en Gran Bretaña, Gerhard Schröeder en Alemania y el español Javier Solana, como responsable de la política de seguridad externa de la Unión Europea (UE), quienes se han encargado de reavivar el expansionismo europeo que durante 500 años ha aterrorizado al mundo entero bajo las formas del colonialismo y neocolonialismo.

La incapacidad militar de las potencias europeas, para someter a lo que Tony Blair suele llamar, el "patio trasero" de la Unión Europea –Kosovo–, dio lugar a: a) una nueva estructura de comando e integración militar europea; b) una nueva doctrina militar y, c) la creación de una industria armamentista europea, capaz de competir con la de Estados Unidos.

La nueva doctrina militar sustituye a la del Blitzkrieg (guerra relámpago) de Hitler, que fue asumida después de 1945 por la OTAN para destruir a la Unión Soviética. Al colapsar la URSS, las naciones del Tercer Mundo se convierten en el blanco de las futuras acciones de los militares europeos, tal como sucedió en Irak y Serbia.

La implosión de la URSS y el nuevo tipo de enemigo militar –el Tercer Mundo– vuelve obsoleto gran parte del parque militar. Por ejemplo, se calcula que el Ejército alemán puede reducir el parque de sus tanques de combate, carros de transporte blindados y artillería blindada, en 50%. El dinero respectivo sería invertido en satélites, armas teledirigidas, aviones de transporte y comunicaciones avanzadas.

La industria bélica europea está eufórica. La modernización y reestructuración de las Fuerzas Armadas europeas, aumentará los gastos para esas armas sofisticadas en un 20 al 40%.

Conforme a esa tendencia se está formando una transnacional bélica europea, EADS, en la cual participan Daimler Chrys ler (RFA); Aerospatiale Matra (Francia) y Casa (España). Las ventas bélicas de estas empresas alcanzan un volumen de 23 mil millones de euros, convirtiéndolas en su conjunto en la tercera empresa más grande de su ramo, después de la Boeing y Lockheed Martin.

Los gerentes de esta industria de la muerte pueden estar seguros que los socialdemócratas de la Tercera Vía están con ellos. Tony Blair acaba de asignar una suma de 7.5 mil millones de dólares para apoyar el fortalecimiento del complejo militar-industrial europeo.

Pese a dos cartas personales de Bill Clinton, el primer ministro inglés decidió comprar cohetes por un valor de 1.5 mil millones de dólares en Europa, no en Estados Unidos.

Al mismo tiempo anunció que Gran Bretaña comprará aviones de transporte militar de Airbus por un valor de 5 mil millones de dólares, pasando por alto a la Boeing. Su colega alemán, Gerhard Schröeder, sigue con la misma política. Los nuevos aviones de transporte para las intervenciones alemanas en el Tercer Mundo, iban a ser los baratos Antonov de Ucrania. Sin embargo, todo indica, que los A400M de la Airbus se quedarán también con esta orden.

La liberalización de la legislación europea para la exportación de armamento y la apertura del mercado estadounidense, son otras medidas que el naciente Levia than europeo planea, para ponerse al nivel de su rival de ultramar. Todavía, Washington gasta el doble (280 mil millones de dólares) en su máquina de muerte que los países de la Unión Europea; pero no cabe duda que con la creciente vocación imperialista europea, esas cifras se acercarán pronto.

Mientras tanto, América Latina se duerme. Sus élites no tienen ningún proyecto militar para defender a la Patria Grande de sus enemigos históricos. Han capitulado antes de presentar batalla.