HISTORIA

Agrupaciones estudiantiles, Cátedra Che, Encuentro de Organizaciones Sociales

La iniciativa de crear Galpón Sur surgió de un conjunto de agrupaciones estudiantiles que venían realizando actividades comunes desde, por lo menos, 1997. En aquella época, desde AULE (Humanidades), Forja (Derecho), MUECE (Económicas) y Raíces (Trabajo Social), se empezó a ver como problema la continuidad de la militancia más allá del ámbito universitario.
A partir de la organización de la Cátedra Ernesto “Che” Guevara, surgió un espacio en el que empezamos a integrarnos compañeros que proveníamos de distintas experiencias, y que también profundizó la vinculación con grupos de otros puntos del país.
El Encuentro de Organizaciones Sociales (EOS) surgió de la convocatoria de la Cátedra a fines de 1997, y significó la posibilidad de conocer y establecer relaciones con una cantidad de grupos que desarrollaban trabajos sociales y culturales. Por ejemplo, en estos encuentros comenzamos a conocer a los primeros movimientos de trabajadores desocupados (MTD).
En un contexto de recuperación de la memoria histórica y reivindicación de experiencias militantes de nuestro pasado reciente, en una realidad donde múltiples organizaciones sociales acrecientan sus actividades y comienzan a coordinarlas, y con el impulso de la participación en las agrupaciones estudiantiles, es que se realizan las primeras convocatorias a formar este nuevo “espacio de trabajo y discusión”.

Cultura, movimientos sociales, política

Nuestra primera reunión fue a mediados de mayo de 1998. Durante todo ese año y parte del 99 estuvimos debatiendo qué hacer y cuál era nuestra identidad como grupo, ya que proveníamos de diferentes ámbitos militantes.
En las primeras convocatorias, hablábamos de recuperar el sentido real de la política, entendida como proyecto colectivo para la transformación de la sociedad, y de aportar en el camino de la recomposición política, social y cultural del movimiento popular.
Nos planteábamos la realización de actividades sociales y culturales para, desde allí, construir la “política” del espacio.
Al igual que las agrupaciones de las que proveníamos, pensábamos en una construcción horizontal basada en la democracia participativa, resaltando el valor de la autonomía para tomar decisiones.
Hablábamos de contribuir a la transformación de la sociedad y la liberación de los pueblos, considerándonos parte de una gran cantidad de grupos con los cuales podíamos confluir, a partir de prácticas comunes, en algo mayor. De ahí la necesidad de fomentar el encuentro popular, el debate, los trabajos conjuntos y la articulación política y organizativa con otros grupos de la región y del país. Es decir, pensar nuestras acciones como parte de algo más grande: la lucha cotidiana por la construcción de poder popular.

El Galpón de 16

En julio de 1999 empezamos la reconstrucción de la casa de 16 casi 47. Esa fue la primera tarea que involucró a todo el grupo, y que sumó a otros compañeros. Pensar actividades en conjunto era todo un desafío, más allá de la militancia de cada uno en distintos frentes.
La casa empezó a conocerse como “Galpón Sur”, y estuvo abierta desde el primer día a otras organizaciones compañeras, convirtiéndose de a poco en un lugar de confluencia de distintos grupos. La primera convocatoria a reunirse en la casa fue del EOS, para organizar “El grito de los excluidos”.
Durante cinco años, “el Galpón” acompañó las búsquedas de gran parte de la militancia de la región: allí se intentaron y se concretaron acercamientos entre las organizaciones, se pensaron y se planearon actividades, se hicieron cantidad de reuniones, se tomaron decisiones, surgieron nuevos grupos…
Fue un lugar importante para fomentar el encuentro, construir confianza, y apostar por la unidad. Con viejos militantes y con muchas caras nuevas que empezaron a ser protagonistas.

Construir con los otros

Desde el primer momento nuestra construcción se orientó a confluir con el otro, a crear nuevos espacios y a generar organización popular. El 2000 fue un año de búsquedas y de intentos organizativos. Al principio, convocamos a formar distintas comisiones, y recién en el 2001 se consolidaron cuatro ámbitos de acción: trabajo barrial, revista, biblioteca y coordinación/articulación.

Derechos humanos

Mantener viva la memoria y el reclamo de justicia han sido principios fundamentales del grupo, realizando actividades sobre lo sucedido durante la dictadura y sus consecuencias en el presente. Pero también aportando a denunciar el sistema represivo vigente. Uno de los primeros trabajos que encaramos fue el acompañamiento, junto a familiares de víctimas del gatillo fácil, a los padres de cuatro pibes muertos en la Comisaría 5ta. (febrero 2000). Desde aquel momento se sucedieron algunas convocatorias para formar un grupo de abogados que defienda los intereses populares, por eso fue importante, el año pasado, la formación del CIAJ (Colectivo de Investigación y Acción Jurídica).

El Galpón de Romero

A partir de la Feria Popular Romerense, organizada por el EOS en 520 y 166, nos acercamos a ese barrio y comenzamos un trabajo recreativo con niños. El proyecto para generar una organización fue creciendo de a poco, estableciendo lazos con los vecinos y realizando actividades en conjunto para poder solucionar algunas necesidades, como la formación de un ropero solidario, la merienda de los sábados, y otras iniciativas. Lo recreativo-formativo continuó con los adolescentes que, más tarde, fueron los iniciadores del MTD en Romero.

Comunicación y difusión de ideas

La “disputa cultural” frente al discurso dominante precisa de imaginación y creatividad. Por eso, permanentemente rediscutimos las estrategias, formas y medios para decir lo que pensamos. Boletín barrial, revista, radios callejeras, calcomanías, pintadas, afiches, agenda, radio popular, página web, son parte de este eje de trabajo.

Biblioteca

La biblioteca popular fue uno de los primeros proyectos. Una vez instalados en la casa de 16, empezamos a pedir donaciones a los vecinos, y fue el primer lazo que establecimos con ellos. Son cientos de libros, a los que se sumaron las revistas del archivo de La Grieta. En septiembre del 2001 pudimos abrir formalmente la Biblioteca Oesterheld, y a partir de entonces los materiales empezaron a circular entre estudiantes, organizaciones, escuelas de la zona, barrios del MTD, etc.

Trabajo de base y articulación

Nuestra experiencia nos fue mostrando que los trabajos de base adquieren otro sentido cuando están en relación con otros. Saber que hay otros que están en el mismo camino, otros con los que podemos referenciarnos y confluir.
Durante el 2001, junto a compañeros de Retruco, La Grieta y de algunos MTD, entre otros, trabajamos en una convocatoria para retomar la idea de articulación del EOS. En septiembre de ese año se realizó una asamblea con grupos de distintos lugares del país, y allí se decidió formar la Coordinadora de Organizaciones Populares Autónomas (COPA), proceso que continuó abierto hasta fines del 2003.
La COPA profundizó el rumbo de articulación entre las agrupaciones y movimientos autónomos. Para citar un ejemplo, muchas organizaciones del campo y la ciudad, que hoy compartimos una gran variedad de prácticas, nos conocimos y fortalecimos nuestra confianza recíproca en este proceso de construcción. Por otra parte, esta experiencia nos permitió avanzar en debates que dieron lugar a nuevas reflexiones y prácticas, enriqueciéndonos.
Hacia fines de 2003, la experiencia de COPA a nivel nacional se agotó, ya sea por la existencia de distintas visiones políticas y/o por las dificultades para sostener acciones concretas que permitieran ir impulsando esos debates necesarios. En la región, continuamos un tiempo más realizando algunas actividades como COPA La Plata, y luego esa denominación quedó para la articulación que desarrollan las agrupaciones universitarias, hoy integradas en el Frente Popular Darío Santillán, una nueva experiencia de construcción en la que participan varias agrupaciones y movimientos provenientes de estas experiencias que mencionamos.

Los tiempos del estallido

La crisis social nos encontró movilizados, participando en las marchas de desocupados que llegaban a la ciudad y los primeros piquetes. Por aquellos días, decidimos escrachar a los grandes bancos que, meses después, se llevaban la plata del país. También nos sumábamos a las marchas de antorchas que todas las semanas convocaban a cientos de universitarios y en defensa de la educación pública.
El año 2002 comenzó con un clima de movilización que fortaleció al campo popular. Nosotros veníamos pensando cómo continuar con los proyectos iniciados y cómo encontrar una forma organizativa que diera lugar a todos los que se acercaban a participar.
Pero también surgieron nuevas relaciones con otros: con la Universidad Trashumante, con los campesinos del MOCASE, con asambleas barriales, con Cambium, que acababa de ganar el Centro de Estudiantes de Agronomía. Surgieron algunos intentos de trabajo sindical y nuevos colectivos como Surcos y, más adelante, Abrecaminos.

La Verón

El 2002 también fue un año de represión y muerte: el 26 de junio asesinaban a Darío y a Maxi. Esa noche, después de una jornada en plaza San Martín, el Galpón estaba lleno de gente y en silencio. A Darío lo conocíamos de algunas reuniones de COPA. A la semana siguiente, el 3 de julio, bajo la lluvia, íbamos por primera vez al Puente Pueyrredón. Junto a los pibes de Romero empezamos a conocer mejor a los MTD “Aníbal Verón” y a establecer relaciones, por ejemplo, entre Romero y el MTD Berisso.
Durante el 2003 se multiplicaron las experiencias de trabajo territorial, se generaron nuevos grupos organizados en asambleas (Altos del Sol, Malvinas, Las Rosas), y a partir de la relación con otros barrios (Altos de San Lorenzo, Puente de Fierro, Los Hornos, Güemes), se conformó el MTD La Plata. En esta nueva organización autónoma, algunos compañeros hemos venido participando en las asambleas barriales, en algunas áreas (formación, proyectos productivos, prensa), en talleres con niños y jóvenes, en las gestiones para la obtención de subsidios, entre otras tareas.

El Galpón de 57

En agosto del 2004 nos mudamos a la casa de 57 entre 21 y 22. En el Galpón de 16, cuando empezamos la reconstrucción, estábamos solos, y la casa y el grupo tuvieron el mismo nombre. Después de algunos años, y aprovechando la mudanza, les planteamos a los grupos que se reunían allí que la nueva casa tenía que tener un nombre que identifique a todos los que la habiten. Finalmente, todos señalaron que el lugar tenía que seguir siendo “Galpón Sur”.
A partir de entonces, buscamos generar un espacio colectivo para organizarnos mejor y para que todos nos involucremos un poco más en algunas actividades.
Las ferias surgieron, el año pasado, como ámbito que sintetiza mucho de lo que pasa por “el Galpón”: un momento de encuentro cultural-social-político, entre artistas, creadores, organizaciones, vecinos, compañeros.

Acá andamos

Hoy seguimos siendo lo que hacemos: un intento de aporte, con sus aciertos y sus limitaciones, a la construcción colectiva del pueblo, en lucha permanente por una sociedad para todos y todas.
La idea de esta cartilla es presentar los ejes de trabajo, proyectos y actividades que venimos desarrollando en estos últimos tiempos, o que pensamos encarar.
Todos los compañeros estuvimos escribiendo qué es lo que hacemos, por qué y con quiénes lo hacemos. Pensamos que a partir de las relaciones concretas con otras organizaciones es que surge la articulación, es decir, la construcción de ese “algo más grande” del que queremos formar parte.

Galpón Sur