VENEZUELA - política urgente. Boletín de contrainformación. Nro. 1
Caracas, 20 de febrero 2002
Indice
1. Presentación de la iniciativa
2. Se prepara un pinochetazo en Venezuela
3. Principales conquistas del proceso venezolano
4. Sucesos más importantes de los últimos meses
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1. VENEZUELA - política urgente es una iniciativa de contrainformación de un
conjunto de personas que, ante la difícil situación que atraviesa el proceso
político venezolano, ha decidido aunar esfuerzos para intentar revertir la
campaña de manipulación informativa en torno a lo que sucede en el país.
Ante la coyuntura actual, las organizaciones populares, militantes de
izquierda, intelectuales, estudiantes y sectores progresistas en general nos
vemos obligados a cerrar filas en defensa de lo que consideramos una gestión
orientada inequívocamente a favor de la justicia social, la igualdad y la
participación popular.
Tomamos partido porque no hacerlo implicaría ignorar el proyecto de derecha
excluyente que se está fraguando entre los cada vez más fuertes y
articulados enemigos del proceso. Pero también porque vemos con asombro como
militantes de izquierda, miembros de movimientos sociales, colectivos de
solidaridad, sindicalistas, estudiantes e intelectuales progresistas del
exterior son víctimas de la poderosa campaña de desinformación orquestada
por las agencias y grandes medios de comunicación.
Con este esfuerzo de contrainformación, pretendemos ofrecer otra lectura de
la situación venezolana a los colectivos, partidos, grupos e individuos
críticos y progresistas interesados, con el fin de hacer frente a la campaña
de manipulación de los grnades medios, descalificando de la manera más
descarada y tramposa el complejo y contradictorio pero valioso proceso de
liberación popular, liderado por Chávez e impulsado y respaldado por las
grandes mayorías excluidas.
No aspiramos a ser neutrales: asumimos claramente nuestro posicionamiento
político a favor de un proceso de cambios poco común en estos tiempos de
neoliberalismo y desmovilización social. A su vez, esperamos promover una
actitud vigilante y solidaria por parte de los espacios de acción política
progresista del exterior e interior del país. Sin embargo, intentaremos
hacerles llegar suficientes elementos informativos como para que elaboren
sus propios juicios, en torno lo que se ha llamado el proceso político
bolivariano - y que más allá de las etiquetas representa un proyecto de
posibilidades para la transformación social inédito en el país.
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2. Se prepara un pinochetazo en Venezuela
La atmósfera política y social nacional se ha venido enrareciendo a raíz del
reciente alzamiento mediático de 3 militares de derecha, que han exigido la
renuncia del presidente Hugo Chávez. Una abierta conspiración puede
observarse en diversos actores que se vienen manifestado de una manera
orquestada. Tras el agitado mes de diciembre, se pronunció el gobierno
estadounidense a través de Collin Powell y el director de la CIA, ambos
insinuando a Venezuela como un estado con inclinaciones antinorteamericanas.
El alto empresariado continuó el derroche de cinismo llamando a la
desobediencia civil. Siguió el Nuncio Apostólico y la alta jerarquía
eclesiástica con insinuaciones medievales: hay que excomulgar a Chávez. Los
grandes medios de comunicación constantemente subrayan el descontento
militar y muestran en enormes editoriales los llamados a un golpe de estado.
Los terratenientes crean grupos paramilitares para defender sus extensos
lotes de tierras ociosas - los cuales cargan ya su primera víctima en la
persona de un militante campesino del Estado Zulia. Los partidos de la
derecha y los sindicatos tomados por la reacción se disputan, de manera
pública, el más radical de los tonos conspirativos. La clase media-alta,
vendida en el exterior como "el pueblo que se alza", hace lo propio en
lujosos carros, aunque sin salirse de las plazas y calles de sus
urbanizaciones.
Sin embargo, todo este auge de discursos y movilizaciones de la derecha
posee un aliciente para la izquierda y los sectores excluidos: ha sido
provocado por lo que podemos denominar la radicalización del proceso de
cambio, o lo que es lo mismo, la clara redistribución del poder político y
económico hacia las mayorías excluidas.
En apenas dos semanas, los sectores con mayor poder, los que más tienen que
perder, han decidido derrocar a Hugo Chávez. Ni siquiera toman en cuenta las
opciones constitucionales: exigen la renuncia ya, y como no pueden
despojarlo del poder por la vía de la presión popular, han situado la
presión sobre los miembros de las Fuerzas Armadas, algunos de los cuales
están acudiendo al llamado con no sé sabe muy bien qué prebendas bajo la
manga.
Los sectores excluidos, los activistas de izquierda, el campesinado, los
pescadores, los sectores progresistas de la iglesia, la gente de los barrios
pobres, por su parte, toman constantemente las calles para defender, más que
a un presidente o un gobierno, un proyecto de país que se está haciendo
posible y que por primera vez los toma en cuenta como sujetos partícipes.
Cerca de un millón de personas provenientes de estos sectores se movilizaron
el 4 de febrero y lo harían nuevamente de ser necesario. Una salida de
fuerza por parte de los sectores poderosos abre entonces el escenario para
cruentos combates entre aliados y enemigos del proceso revolucionario: la
paz pende de un hilo cuando sólo beneficia a los excluidos.
Algo muy similar a lo que hoy observamos en Argentina pasó aquí hace 12 años
con el llamado "Caracazo". Nuestro proceso ha recogido esos gritos y luchas
de innumerables hombres y mujeres que decidieron levantarse contra una
dictadura llamada democracia. Hoy, esos mismos hombres y mujeres están en la
calle defendiendo lo que consideran suyo, ya no como grito sino como
conquista real: medidas populares, constitución revolucionaria, leyes en
contra de la exclusión, centralidad de la lucha contra la pobreza y contra
el hambre, otorgamiento de microcréditos, tenencia de tierras urbanas y
rurales, política internacional soberana, transferencia de poder desde la
clase alta hacia los pobres, lucha contra el neoliberalismo, contra la
unipolaridad de los Estados Unidos y contra la hegemonía de una derecha
abiertamente racista. Si se mantiene la tendencia golpista, muchos de esos
hombres y mujeres podrían reeditar un "Caracazo", que dejó como saldo la
matanza sangrienta de mas de 4000 personas - y que se conmemora el próximo
27 de febrero con signos e intenciones opuestas, por parte del movimiento
popular y de la derecha, en pleno escenario de confrontación de las
contradicciones.
Las cartas están echadas. El proceso se radicaliza y la radicalización trae
enfrentamiento con los grupos poderosos. Esta y sólo ésta es la realidad que
constantemente transforman los medios de comunicación nacionales e
internacionales cuando llaman dictador, militarista y caudillo al más
demócrata y popular de los presidentes venezolanos, al único presidente
mestizo que junto al pueblo da los primeros pasos para poner fin a una era
colonial que dura más de 500 años. Es eso lo que no le perdonan y le causa
tanta crispación a los sectores de poder y a las clases medias y altas
opulentas y saqueadoras, que constituyen sectores minoritarios en el país
(80% de pobreza, 60% de las tierras en mano de 2% de propietarios, etc.).
La configuración de este escenario nos empuja a estar atentos a una muy
posible salida de fuerza por parte de sectores reaccionarios y de derecha,
en estrecha alianza pública con el gobierno de los Estados Unidos. O lo que
es lo mismo, a un atentado mortal contra la democracia legítima, popular y
constitucional y a un consecuente baño de sangre en nuestras calles. Es
necesario lograr que nuestro país no se encuentre solo y que a pesar de todo
el descrédito producido por los medios internacionales, nuestro proceso
puede ser entendido por la solidaridad mundial, sobre todo si dejamos claro
que América Latina no soporta un nuevo pinochetazo - y que las mayorías
populares no van a dejarse arrebatar las primeras conquistas del proceso de
transformación social.
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3. Principales conquistas del proceso venezolano
Desarrollo de una política internacional orientada a propiciar la superación
de las relaciones tradicionales de hegemonía y la conformación de un mundo
geopolíticamente multipolar; el debate en torno a la justicia social en el
ámbito internacional y la confrontación decidida contra el neoliberalismo; y
el fortalecimiento de la soberanía venezolana. Se han desarrollado
iniciativas destinadas a reforzar la autodeterminación de los países
petroleros con respecto a sus propios recursos, con la visita a países
árabes, la realización de la Cumbre de la OPEP y la defensa de los precios;
a desarrollar intercambios con nuevos aliados, como China y Rusia; el
estrechamiento de relaciones con Cuba y los países caribeños, entre otras.
Asimismo, se han adelantado declaraciones oficiales cuestionando la guerra
de los Estados Unidos contra Afganistán y su permanente ejercicio de
intervención de fuerza, la conformación del ALCA como modelo de imposición
neoliberal y las opiniones de voceros del gobierno de ese país con respecto
a asuntos de política interna.
Aprobación de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que constituye un
instrumento contundente para promover el fin de la larga historia de
injusticias y desigualdades en el ámbito rural. La ley declara el régimen
latifundista como contrario al interés social, estableciendo penalizaciones
(gravamen o expropiación) para las tierras ociosas. Con ello se persigue
garantizar el desarrollo rural integral y la seguridad alimentaria de la
nación, así como un reparto más justo y equitativo de la tierra,
contemplando la adjudicación de tierras públicas o expropiadas a sectores
campesinos. Se impulsa, también, la autogestión y cogestión a través del
financiamiento de cooperativas agrícolas, y se crea un sistema de seguridad
social para los trabajadores rurales.
Aprobación de la Ley de Pesca y Acuicultura, que apunta al aprovechamiento
racional de los recursos pesqueros, en el marco de un desarrollo
sustentable; promueve el fortalecimiento de la pesca artesanal, de la que
dependen buena parte de la población costera y que contribuye al
abastecimiento del consumo interno; y establece, por primera vez en el país,
claras regulaciones a la pesca de arrastre y las prácticas ecocidas de la
pesca industrial.
· Aprobación de la Ley de Bancos, la cual obliga a la banca a
ofrecer el 17% de su cartera crediticia al sector agrícola en condiciones
preferenciales (en concordancia con la Ley de Tierras); a ofrecer créditos
preferenciales a la pequeña y mediana industria, así como también a destinar
un porcentaje mínimo de su cartera a la población de menores recursos, en
forma de microcréditos. A su vez, establece mecanismos para regular la tasa
de ganancia de la banca.
Inicio de entrega de títulos de propiedad a campesinos sin tierras. Hasta
el momento, el Estado ha otorgado 6,751 títulos en los estados agrícolas del
Zulia, Mérida, Barinas y Portuguesa. Estas entregas, que van acompañadas de
la entrega de créditos agrícolas, contemplan tanto dotaciones de nuevas
propiedades como regularizaciones de tierras ocupadas y aprovechadas por
largo tiempo.
Inicio del proceso de otorgamiento de propiedad de la tierra en
asentamientos urbanos populares. Por primera vez en la historia
contemporánea de Venezuela, a partir del Decreto Presidencial Nº 1.666, los
habitantes de los barrios populares podrán obtener títulos de propiedad
(individuales y colectivos) de las tierras sobre las cuales están asentadas
las viviendas que han construido de manera informal y al margen de las
políticas del Estado. El proyecto contempla la participación activa de las
comunidades en la elaboración de los planes locales para la normalización de
la tenencia.

Clara orientación de las políticas públicas en materia social a la
progresiva recuperación de las estructuras públicas de protección social,
saqueadas en el marco de los anteriores gobiernos neoliberales, con vistas a
su subasta al mejor postor. Garantía de gratuidad de la educación, de los
servicios de salud, diseño de políticas de participación, asignación
presupuestaria creciente en toda materia social, son solo algunos de los
elementos más destacables al respecto.
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4. Sucesos más importantes de los últimos meses
7 de diciembre En el inicio de la acometida reaccionaria, se realiza una
pequeña manifestación liderada por Alejandro Peña Esclusa, principal
exponente del discurso ultraderechista en Venezuela, estrechamente vinculado
con sectores anticastristas residentes en Miami y con personeros de la CIA.
La marcha, que tuvo como principal consigna la solicitud de la salida de
Chávez, fue enfrentada por un cordón de personas de sectores populares y
grupos de izquierda, los cuales, entonando la consigna de "No pasarán", le
impidieron llegar hasta el Palacio de Gobierno.
10 de diciembre Tiene lugar un paro general de actividades, promovido por la
máxima federación de empresarios (FEDECAMARAS), con el fin de exigir la
derogación de las leyes recientemente aprobadas por vía de ley habilitante
para la regulación de actividades socioeconómicas. En una insólita alianza,
la principal central obrera (CTV), actualmente dirigida por miembros del
partido de Acción Democrática (el partido del expresidente Carlos Andrés
Pérez), se unió al paro patronal. A esta convocatoria, caldeada por la
salvaje manipulación informativa de los grandes medios de comunicación
nacionales, se suman también terratenientes, ganaderos, los partidos
políticos defensores del antiguo orden, portavoces minoritarios de una
autodenominada "sociedad civil" y demás actores afectados por las nuevas
leyes. La intensa campaña publicitaria (que incluía rumores sobre la falta
de trasporte, supuestas intenciones violentas del movimiento popular y los
riesgos de "salir a la calle"), así como la promesa de pago de la jornada
laboral, son factores decisivos para su incidencia. Finalmente, el paro se
cumplió en un elevado porcentaje en muchas ciudades del país. Sin embargo,
tanto en pequeños centros urbanos como en los barrios populares de las
grandes ciudades (densamente poblados) las actividades comerciales,
laborales y económicas se desarrollaron con parcial o total normalidad. Esta
desobediencia de los sectores populares a la iniciativa empresarial fue
absolutamente desconocida por todos los medios de comunicación.
7 de enero Se realiza una protesta pacífica de alrededor de cien habitantes
de sectores populares (en especial de Catia) simpatizantes del gobierno,
frente al diario "El Nacional", por la política de tergiversación
informativa que este medio desarrolla en su campaña de oposición panfletaria
contra el proceso de cambios políticos. La pequeña concentración fue
violentamente reprimida por la Policía Metropolitana, dirigida por el
Alcalde Mayor (actualmente de la oposición) Esta actividad, en la que se
tocaron cacerolas y gritaron consignas contra los medios, suscitó una alarma
desmesurada entre los propietarios de éstos, editores y actores políticos de
la oposición, quienes la describieron como una acción violenta por parte de
"turbas chavistas" (enviadas por el gobierno) y la catalogaron con toda
suerte de adjetivos clasistas, racistas y denigrantes. La desproporcionada
campaña de criminalización mediática de la protesta por parte de los medios
de comunicación, de alcance nacional e internacional, se orientó a crear una
falsa tendencia de opinión en contra del gobierno, por su supuesta
responsabilidad en hechos que violan la libertad de expresión y su supuesto
carácter autoritario.
23 de enero Tienen lugar dos grandes manifestaciones en la ciudad de
Caracas, por conmemorarse el aniversario de la conquista de la democracia en
Venezuela. Ambas manifestaciones exceden las 150 mil personas. Una vez más,
los medios hicieron abierta campaña a favor de la marcha de oposición,
ignorando casi totalmente la marcha de apoyo al gobierno o fabulando
absurdamente en torno a las cifras de ambas concentraciones . Es difícil
estimar cual de las dos fue la más nutrida. En todo caso, es relevante
subrayar que la clase media o media-alta alcanzó altos niveles de
politización (pasando del paro inactivo a la manifestación de calle) y que
el país está absolutamente dividido y polarizado por sectores sociales -
unos en defensa de privilegios e intereses de clase y otros, las mayorías
populares, en defensa de las aspiraciones que ninguna de las alternativas de
gobierno está lejos de ofrecer .
23 de enero- febrero Se inicia un enfrentamiento verbal entre el presidente
de la Republica y altos sectores de la Iglesia (Arzobispo de Caracas) a
propósito de la participación de sacerdotes de barrios populares de Caracas
en una misa organizada por el gobierno y, más tarde, debido al duro discurso
de crítica proferido por el Nuncio Apostólico (que Chávez objetó por ser una
ingerencia en asuntos internos). Este enfrentamiento con la cúpula
eclesiástica hace evidente la transformación de este sector en un actor de
la oposición de primer orden, y alcaza niveles álgidos tanto en los fuertes
adjetivos empleados por el presidente como en las amenazas de algunos
sacerdotes. La tragicomedia que vienen desplegando los medios incluyó
alusiones a la posible excomunicón del Presidente de la República.
4 de febrero Se realiza una gigantesca manifestación para conmemorar los 10
años del fallido levantamiento cívico militar contra el gobierno autoritario
e impopular de Carlos Andrés Pérez, protagonizado por el movimiento que
lideraba Chávez - el cual contó con amplio respaldo popular. Estimaciones
apuntan a la presencia de cerca de un millón de personas que acudieron a la
concentración, entre representantes de barrios y organizaciones populares,
círculos bolivarianos, partidos de izquierda, sectores críticos,
estudiantes, campesinos, etc., provenientes de todos los estados del país.
En un contexto de tanta conflictividad política, esta marcha- que fue
precedida una vez más de una campaña mediática basada en el terror - debe
entenderse más como una manifestación de fuerza de los sectores que están
respaldando el proceso político actual que como una simple conmemoración del
fallido golpe. Está de más señalar la ínfima (y en algunos casos nula)
cobertura que tan abrumadora manifestación tuvo por parte de los medios
comerciales, cuyos titulares se centraron en destacar las escasas personas
que se concentraron vestidas de luto en los barrios del este de Caracas.
5 de febrero Se inicia la visita de Sr. Santiago Cantón, Relator Especial de
Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
para analizar la situación de ese derecho en el país. En continuidad con la
campaña iniciada hace meses, los dueños de los medios alegan que en
Venezuela existe una situación de violación flagrante a ese derecho por
parte del gobierno. Sin embargo, como pruebas sólo pueden mostrar el rechazo
del que son objeto los reporteros por parte de grupos de simpatizantes del
gobierno, la extensión de las cadenas presidenciales y el fuerte
enfrentamiento verbal existente entre estos y el presidente. Los
representantes del gobierno presenta como prueba de la absoluta libertad
existente los frecuentes ataques, agresiones y comentarios difamantes de los
que son blanco el presidente y demás autoridades públicas, así como vastos
sectores de la población por el mero hecho de sus preferencias políticas, y
la absoluta y total apertura a las declaraciones de miembros de oposición,
que copan totalmente los espacios de los medios - desde la línea editorial
hasta la informativa. De hecho, se llega al extremo de reproducir y aupar
públicamente los diversos llamados al golpe de estado militar, sin que hasta
el momento se haya producido sanción alguna contra ningún medio, ni haya
periodistas perseguidos, encarcelados o violentados, como ocurrió con
muchísima frecuencia en los regímenes anteriores. En cuanto a las agresiones
de sectores populares contra medios y periodistas, estas solo pueden
evaluarse teniendo en cuenta la permanente actitud de insultante y
discriminatoria descalificación que reciben por parte de los grandes medios
de oposición.
6 febrero El Secretario de Estado Norteamericano, Collin Powell, realiza
unas declaraciones enérgicas, al explicar la percepción que tiene el Estado
norteamericano del proceso venezolano. Señala que al gobierno estadounidense
no le gusta en lo absoluto la actuación del presidente, en especial su
visita a países con gobiernos despóticos y con presuntas vinculaciones con
el terrorismo; que tampoco le complacieron las opiniones de Chávez sobre la
guerra en Afganistán, ni su actuación en política interna por su peculiar
visión de la democracia. Al día siguiente, el director de la CIA realiza
comentarios similares. Estas declaraciones caldean el ambiente en plena
visita al país del Relator de la OEA.
7 de febrero En el transcurso de un acto organizado por diversos medios de
comunicación, el coronel activo de la aviación, Pedro Soto, realiza un
conjunto declaraciones de rechazo al gobierno y al presidente, objetando su
carácter autoritario y su orientación comunista. Tales declaraciones, en las
que sostiene que el malestar en las Fuerzas Armadas es generalizado (de un
supuesto 75%), que son reproducidas y magnificadas por las grandes cadenas
de comunicación, crean un estado de tensión en el país, y propician la
movilización de un grupo de personas de los barrios de clase alta hacia la
residencia presidencial, por un lado; y de miembros de organizaciones
populares, sectores de izquierda, y vecinos de los barrios cercanos, hacia
el palacio de gobierno, en defensa del gobierno, por otro. El coronel Soto,
al cual se le suman posteriormente dos militares activos de Guardia
Nacional, permanece en libertad haciendo declaraciones públicas y mítines
políticos contra el gobierno en la calle y a través de los medios de
comunicación. Al día siguiente, un periodista independiente hace pública la
circulación de información previa al acto, explicando a los periodistas que
iban a estar presentes como proceder para aupar y proteger al coronel. Se
desvela la abierta participación de amplios sectores de los medios de
comunicación en la trama de conspiración.
18 de Febrero El contralmirante Carlos Molina Tamayo se pronuncia
públicamente, manifestando su descontento por la gestión e inclinaciones
ideológicas del gobierno actual, y hace un llamado a la Fuerza Armada y a la
población en general a que soliciten la renuncia del Presidente Chávez.
Sectores económicos poderosos, miembros de los viejos partidos políticos y
representantes de los medios de comunicación se suman a este llamado,
anunciando públicamente que "a Chávez le quedan pocos días". Frente a tales
amenazas, miembros de organizaciones populares, sectores de izquierda y
demás simpatizantes del proceso de cambios permanecen alerta, concentrándose
en esta ocasión en torno a la residencia presidencial, mientras que las
clases medias radicalizadas se concentran en la plaza que vienen utilizando
como bastión público para la reacción.
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VENEZUELA - política urgente es una iniciativa de contrainformación
realizada por la comisión de medios de la Plataforma democrática radical,
una de tantas iniciativas de la izquierda crítica que se han gestado en los
últimos meses en el país, ante la acometida de la derecha y su pretensión de
derrotar el proyecto de transformación social que se sucede en el país.
Para información y contactos: politicaurgente@yahoo.com
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