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LAS RELACIONES EUROPA-CUBA


Con su enorme poderío económico 1os EEUU intentan imponer en el Continente
Americano, una integración regional a la medida de sus intereses hegemónicos
mundiales, el Proyecto de Asociación para el Libre Comercio de las Américas -
ALCA-, pretendiendo desarticular MERCOSUR, ALADI, CARICOM y el PACTO ANDINO,
así como otros instrumentos del naciente proceso de integración regional en
exclusivo beneficio de las grandes transnaciona1es norteamericanas. Son
claras las intenciones de Washington: cerrar los mercados latinoamericanos a
las mercancías los servicios y las inversiones Europeas. Y sobre todo,
supeditar las relaciones de los demás países con Cuba a sus intereses
políticos, económicos y geoestratégicos, aplicando 10s Artículos III y IV de
la Ley Helms-Burton, que establecen sanciones a empresas extranjeras en la
Isla.

Las empresas europeas que desafiando las amenazas norteamericanas han
invertido en Cuba o hacen negocios sin importarles las amenazas
norteamericanas, han sido testigos del gran esfuerzo de ese país por crear
las mejores condiciones para el funcionamiento de estos negocios, siempre y
cuando ofrezcan: tecnología que no tienen, acceso a mercados o financiamiento.

Ha sido la opción de Cuba por el socialismo, por la socialización de su
economía lo que ha quebrantado la voluntad de dominación colonial de EEUU en
el Continente y se ha convertido en un elemento más para que ese país le
declare una guerra prolongada y sucia, desde todas las formas de terrorismo,
hasta el criminal bloqueo económico, comercial y financiero

La unidad nacional y el consenso social, corno forma de participación plural
y democrática, son las más grandes conquistas políticas del pueblo cubano,
gracias a las cuales el país ha edificado también su soberanía y dignidad.

A partir de 1990 (derrumbe del bloque socialista europeo) Cuba pierde, de la
noche a la mañana, sus principales socios y mercados. Decrece su economía un
39% y la crisis empieza a manifestarse en los indicadores de salud y
desarrollo, que habían colocado a Cuba, en treinta años, a la cabeza del
Tercer Mundo.

No fue hasta 1988 que se establecieron relaciones entre Cuba y la UE, después
de la firma de la declaración conjunta entre CAME y la Comunidad Europea.
Entre otras cuestiones, ambas partes se proponían “trabajar en la conclusión
de un acuerdo marco de cooperación que contribuyera a instaurar un entorno
político-jurídíco más favorable para el desarrollo de la colaboración en
todas las esferas (...), que facilitara el establecimiento de un diálogo
permanente y bilateral (...). Los contactos se mantuvieron a lo largo de años
y había una clara voluntad de amp1iar los vínculos por las dos partes,
elevando el nivel de diálogo político, así como la ayuda humanitaria.

Ese proceso quedó interrumpido en 1996, después de una negociación con EEUU
en la que Washington se comprometió a no aplicar la Ley Hellms-Burton a
empresas europeas que invirtieran en la isla y Europa por su parte aceptó
desarrollar una política que promoviera cambios democráticos, objetivo muy
general que cada país podía aplicar con independencia, hasta que Madrid
impulsó una política única: Madrid exige a las autoridades los cambios
previamente, mientras que el resto de los países europeos apuestan por la
integración como mecanismo para influir en los cambios.

A partir de ese momento la cooperación se redujo casi exclusivamente a la
ayuda humanitaria, que se ha venido realizando a través de ONGs cubanas y sus
contrapartes europeas, a las cuales incluso se les quiso imponer que
aplicaran los condicionamientos de la “posición común” para obtener
financiamiento para sus proyectos. Desde entonces, la disyuntiva radica en
definir la prioridad que se otorgue por ambas partes a las posibilidades que
se presentan. : diálogo político crítico, como precondición para dialogar o
diálogo constructivo permanente como parte del acuerdo.
En cambio para Cuba un acuerdo con la UE significaría la ampliación de una
cooperación que rebasaría el ámbito de la ayuda humanitaria y establecería el
marco jurídico para las futuras acciones de cooperación fomentaría la
expansión del comercio, reforzaría los vínculos económicos y exploraría otras
fuentes de abastecimiento y nuevos mercados.
Sin embargo en el caso cubano el factor político es determinante. Se
condiciona el diálogo a su sistema político pero Cuba no aceptará
condicionalidad ni trató discriminatorio para el inicio de la cooperación. El
gobierno del Sr. Aznar que mantiene la postura más intransigente a pesar de
ser el principal socio comercial de la Isla y tener sus empresarios la
mayoría de las empresas mixtas, continúa con su política de claras
intenciones injerencistas en la autodeterminación del pueblo cubano, al tener
la intención de subvertir el orden institucional y querer imponer un cambio
de régimen económico, político y social para hacerlo al gusto de su amo: EEUU
y al gusto de algunos dirigentes europeos. Por cierto, que Cuba es el único
país del mundo para el cual Europa tiene una “posición común”.

El gobierno español y el resto de los países europeos, que con tanta
frecuencia hacen la vista gorda ante las masivas y constantes violaciones de
los derechos humanos de otros países, con los que mantienen excelentes
relaciones de amistad, cooperación y hasta de alianzas, utilizan esta
política de doble rasero hacia Cuba, que viene determinada por intereses
económicos, estratégicos y de sometimiento a EEUU y nada tiene que ver con
principios democráticos.
Esta imposición intolerante está basada exclusivamente en criterios políticos
y esconde, bajo la campaña por las supuestas violaciones de los derechos
humanos y la falta de libertades políticas, la incapacidad para aceptar la
existencia del régimen socialista en Cuba.

Es aún más incomprensible esta actitud discriminatoria cuando en este periodo
de la historia, los cubanos han realizado mayores cambios: descentralización
de la economía, apertura a las inversiones de capital extranjero, reformas
del régimen de explotación de la tierra, creación de zonas francas
autorización para actividades privadas en algunos servicios y producciones
artesanales, etc.

Europa aplica con Cuba una política en la que se supeditan las relaciones
económicas y de colaboración a que La Habana realice cambios políticos en su
sistema. Cuba por su parte no acepta acondicionamientos de índole político y
que sólo se aplican a la Isla, por otra parte. La dichosa "Posición Común”
implica la exclusión de Cuba del acuerdo ACP (América, Caribe y Pacifico) que
privilegia a los países de estas regiones en la colaboración económica, los
créditos y las ayudas al desarrollo.
Como queda claro, el gobierno español es el que mantiene una política más
agresiva e intransigente hacia Cuba, mientras los gobiernos de Alemania,
Francia, Gran Bretaña y, sobre todo, Bélgica, mantienen una actitud más
flexible.

Esta política de la UE se reiteró en Ginebra, con su voto a favor de una
resolución de condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. El
gobierno cubano, que rechaza toda acusación referida a la cuestión
humanitaria, cuenta por otro lado con cierto apoyo de la UE en su campaña
contra el bloqueo económico. Por eso Washington ha suspendido en diez
ocasiones la aplicación de las disposiciones incluidas en el capítulo III de
la Ley Helms-Burton, y lo tiene sujeto a revisión cada seis meses. De hecho
el Presidente George W. Bush, postergó nuevamente, el 16 de este Julio pasado
por no ir más lejos, ese capitulo, que permite a estadounidenses cuyas
propiedades hayan sido confiscadas por el gobierno cubano a demandar ante
tribunales de su país a empresas de cualquier nacionalidad que negocien con
esos activos.

Asimismo, la UE puede acudir a la OMC, en caso de ver afectados sus intereses
en Cuba, amenaza que parece estar detrás de cada nueva suspensión
estadounidense de las polémicas disposiciones de la mencionada Ley. De hecho
la UE se vio obligada a presentar una demanda ante la OMC por el caso Bacardí-
Habana Club, ante la grave violación de las regulaciones internacionales, que
afectaban intereses europeos.

En resumidas cuentas, la UE y su Consejo de Ministros, siguen perseverando en
una posición contradictoria hacía Cuba, que vacila entre cooperación y el
dictado de condiciones no aceptables. La UE no ha sido capaz de apartarse de
los dictados del dueño del mundo: EEUU, por lo que su política se encuentra
en un callejón sin salida y está en contradicción con los intereses de los
pueblos europeos y cubano, cuando hoy más que nunca la globalizaci6n es un
reto a la existencia de toda la humanidad y requiere urgentemente soluciones.

Por lo tanto, reafirmamos nuestro apoyo y solidaridad Con la lucha del pueblo
cubano y de todos los pueblos del mundo que luchan por su independencia y la
soberanía nacional y una vida digna. Reafirmamos nuestro apoyo al derecho de
todos los pueblos a seguir el camino de desarrollo elegido por ellos mismo.
Asimismo, llamamos a los gobiernos europeos a. un trato justo hacía Cuba y a
firmar el protocolo de colaboración, como lo han hecho con todos los países
latinoamericanos.

Denunciamos el bloqueo de los EEUU contra Cuba, bloqueo que se agudiza con la
Ley Helms-Burton y que debe ser condenado por la UE como política inhumana,
anexionista y contraria al derecho internacional.

Rechazamos cualquier tipo de tutela, injerencia o chantaje, por ejemplo a
través de la instrumentalización de los derechos humanos.

Denunciamos y rechazamos la globalización capitalista e imperialista porque
es una afrenta y una burla a toda la humanidad.

Por lo tanto desde la CESC y en referencia a la política que viene
desarrollando hacia Cuba, exigimos que:

La UE se desmarqué y condene la politice del bloqueo contra Cuba y desarrollé
una política independiente.

Que renuncie a la política discriminatoria hacia Cuba y normalice 1as
relaciones sin tutelas y condiciones inaceptables.

Que se permita la integración de Cuba, sin condiciones, en los convenios UE-
ACP.

Que se trabaje por un convenio de cooperaci6n entre Cuba y 1a UE.

Y proc1amamos que nosotros/as sólo aceptaremos globalizar la solidaridad:

CUBA SI- BLOQUEO NO


Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba Madrid.