
Existencialismo feminista
Simone de Beauvoir (1908-1986)
Filósofa feminista del segle XX
por | 20/03/2019 (publicación anterior: 26/04/2013)Inicio > Hª Filosofía > Filosofía Contemporánea > Simone de Beauvoir (1908-1986)
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Simone de Beauvoir (1908-1986) es una filósofa francesa del siglo XX. Feminista y existencialista. Su libro El segundo sexo (1949) promovió la denominada "Segunda Ola" del feminismo occidental.
- I. BIOGRAFÍA
- II. CONTEXTO FILOSÓFICO
- III. LECTURA
- IV. CONTENIDOS CONCEPTUALES PARA LA PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
- 1. Hermenéutica propia del existencialismo de Beauvoir
- 2. Problematización de la categoría “mujer”
- 3. El factor cultural como factor decisivo en el análisis de las causas de la opresión de la (...)
- 4. Educación y evolución colectivas para conseguir la autonomía de las mujeres y la reciprocidad (...)
I. BIOGRAFÍA
Para un primer acercamiento a Beauvoir, veamos el vídeo "Simone de Beauvoir -cultura para principiantes".
Un conocimiento más profundo de la filósofa lo puedes obtener con este documental dirigido por Virginie Linhart, "Simone de Beauvoir. No se nace mujer..." (2007).
- Una biografía sobre la filósofa podemos leerla en la Wikipedia. "Simone de Beauvoir".
II. CONTEXTO FILOSÓFICO
1. El feminismo
1.1 ¿Què es la teoria feminista?
La teoría feminista es la extensión del feminismo a los campos teóricos o filosóficos. Abarca el trabajo (...) en cuanto a los roles y vidas de las mujeres y la política feminista en la antropología y sociología, el psicoanálisis, la economía, los estudios de género y de mujeres, la crítica literaria feminista y la filosofía, (...) La teoría feminista tiene como fin la comprensión de la naturaleza de la desigualdad y se centra en la política de género, las relaciones de poder y la sexualidad. (...). El feminismo explora temas como la historia del arte, y el arte contemporáneo, la estética, la discriminación, los estereotipos, la deshumanización (especialmente la deshumanización sexual), la opresión, y el patriarcado.1
1.2 ¿En qué corriente feminista queda situada Simone de Beauvoir?
Beauvoir forma parte de la corriente del feminismo ilustrado. En Los feminismos a través de la historia. Capítulo II. Feminismo Moderno, Ana de Miguel caracteriza el feminismo ilustrado.
...Diferentes autoras, como Geneviève Fraisse y Celia Amorós, han coincidido en señalar la obra del filósofo cartesiano Poulain de la Barre y los movimientos de mujeres y feministas que tuvieron lugar durante la Revolución Francesa como dos momentos clave -teórico uno, práctico el otro- en la articulación del feminismo moderno. Así, en el texto de Poulain de la Barre titulado Sobre la igualdad de los sexos y publicado en 1673 -en pleno auge del movimiento de preciosas- sería la primera obra feminista que se centra explícitamente en fundamentar la demanda de igualdad sexual. (...) Amorós encuadra la obra de Poulain en el contexto más amplio de la Ilustración. Aun reconociendo el carácter pionero y específico de la obra, ésta forma parte de un continuo feminista que se caracteriza por radicalizar o universalizar la lógica de la razón, racionalista primero e ilustrada después. Asimismo, mantiene que el feminismo como cuerpo coherente de vindicaciones y como proyecto político capaz de constituir un sujeto revolucionario colectivo, sólo puede articularse teóricamente a partir de premisas ilustradas: premisas que afirman que todos los hombres nacen libres e iguales y, por tanto, con los mismos derechos. Aun cuando las mujeres queden inicialmente fuera del proyecto igualatorio -tal y como sucedió en la susodicha Francia revolucionaria y en todas las democracias del siglo XIX y buena parte del XX-, la demanda de universalidad que caracteriza a la razón ilustrada puede ser utilizada para irracionalizar sus usos interesados e ilegítimos, en este caso patriarcales. En este sentido, afirma que el feminismo supone la efectiva radicalización del proyecto igualitario ilustrado. La razón ilustrada, razón fundamentalmente crítica, posee la capacidad de volver sobre sí misma y detectar sus propias contradicciones. Y así la utilizaron las mujeres de la Revolución Francesa cuando observaron con estupor cómo el nuevo estado revolucionario no encontraba contradicción alguna en pregonar a los cuatro vientos la igualdad universal y dejar sin derechos civiles y políticos a todas las mujeres.
- Simone de Beauvoir
1.3 Historia del Feminismo
Para acercarnos a la historia del feminismo, es recomendable la lectura del artículo "Feminismo: historia y corrientes" de Susana Gamba, publicado en la web Mujeres en Red.
2. Psicoanálisis (Sigmund Freud)
Breve introducción al psicoanàlisis:
Una visión de las relaciones entre psicoanálisis y feminismo, la encontramos en el artículo "Sexualidad, psicoanálisis y crítica feminista" de Judith Ribas. En el epígrafe 7 ("Complejo de Edipo y deseo masculino y femenino"), Ribas escribe:
"Según dicha teoría, el deseo más arraigado y, a la vez, el más reprimido dentro de todo sujeto y cultura es el del incesto, tanto es así que en el tabú del incesto Freud cree ver en el plano social el fundamento de la constitución de la sociedad y la moralidad. En el plano individual, la correcta superación del complejo de Edipo supondrá el establecimiento normalizado de la personalidad femenina o masculina y su carácter moral. [...]
...¿qué sucede con las mujeres? Esta es una pregunta que a menudo se hacía Freud para concluir rápidamente que en ellas todo es mucho más complicado. En primer lugar -señala-, las mujeres no tienen que temer la castración puesto que ya están castradas, pero como esto es algo que no podrán lograr, sustituyen esta envidia por el deseo de tener un bebé, especialmente un varón. Otra de las consecuencias de la envidia del pene sería la tendencia al narcisismo y una fuerte necesidad de ser amada como resultado de la constatación de inferioridad que produce en la mujer el saber que está privada de este miembro, y que lo estará siempre.
Al sentirse castrada, de entrada, el superyó de la niña no necesita presentar una batalla tan severa a su impuso incestuoso. Esto es lo que hace -según Freud- que las mujeres tengamos menos inclinación a la competencia, a la creatividad, a las tareas científicas, etc. Al no tener que reprimir con tanta fuerza, como los varones, su deseo por los progenitores, las mujeres no desarrollan un superyó tan fuerte. Esta sería la causa de que a las mujeres nos falte el sentido de la justicia social y la conciencia que es la esencia del hombre civilizado, piensa Freud."
Por su parte, Susana López Pavón2,
Beauvoir reconoce en El Segundo Sexo las aportaciones de esta teoría [el psicoanálisis], sobre todo el carácter complejo de la vida psíquica. Comparte con ella la idea de que lo que existe no es el cuerpo-objeto descrito por los científicos, sino el "cuerpo vivido" por el sujeto: para Freud, está atravesado por tensiones a veces contradictorias; para Beauvoir, está integrado en una determinada estructura valorativa. A partir de aquí, la filósofa existencialista realiza una fuerte crítica a las teorías freudianas. En primer lugar, porque no puede admitir un sistema que, según su interpretación, hace descansar el desarrollo de la vida humana en su totalidad en la sexualidad. Rechaza también el tratamiento freudiano de la sexualidad femenina, que es considerada a partir de la masculina. Finalmente, para la filósofa existencialista es inadmisible el determinismo de la vida psíquica que implica la teoría freudiana, esto es, la historia humana explicada por un juego de elementos establecidos. Además de no dar cabida a la decisión y actuación libres, guiada por valores, por parte del sujeto, no respeta la unidad de la vida psíquica, sede de la intencionalidad original de la existencia. Insiste en que no pretende negar la importancia del papel que la sexualidad desempeña en la vida humana, pero afirma que solo puede descubrirse su significado desde una determinada concepción de la existencia
- Psicoanàlisi. Il.lusió òptica.
3. Materialismo histórico (Karl Marx y Frederic Engels)
En el prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política (1859), Karl Marx (1818-1883) resume las ideas principales del materialismo histórico:
"El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, me sirvió de guía para mis estudios, puede formularse brevemente de este modo: en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su conciencia. Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productoras de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social. El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción –que se debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias físicas y naturales– y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas; en una palabra, las formas ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven. Así como no se juzga a un individuo por la idea que él tenga de sí mismo, tampoco se puede juzgar tal época de trastorno por la conciencia de sí misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas productoras sociales y las relaciones de producción. Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productoras que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y superiores no se sustituyen jamás en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad. Por eso, la humanidad no se propone nunca más que los problemas que pueda resolver, pues mirando más de cerca, se verá siempre que el problema mismo no se presenta más que cuando las condiciones materiales para resolverlo existen o se encuentran en estado de existir. Esbozados a grandes rasgos los modos de producción asiáticos, antiguos, feudales y burgueses modernos, pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación económica. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso de producción social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productoras que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación social termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana."
Sobre materialismo histórico ver también el artículo de la web Enciclopaedia Herder
Según Susana López Pavón3,
Beauvoir reconoce el valor del materialismo histórico por haber puesto de relieve la importancia del contexto histórico -económico y social- en sus análisis de las relaciones humanas. Sin embargo, no acepta el determinismo económico que implica. (...) Que la humanidad es una realidad histórica que se desarrolla a través de la acción humana, por un lado; que la acción humana está condicionada por la estructura económica de la sociedad, por otro; son cuestiones que el existencialismo acepta. Pero Beauvoir señala las insuficiencias de este punto de vista, algunas de las cuales se muestran (...) en el análisis que ofrece Engels (1820-1895) (...) de las causas de la opresión de las mujeres en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
Para Engels, la opresión de las mujeres está vinculada a la historia de las técnicas. La derrota del sexo femenino se habría producido con la aparición de la propiedad privada, explicada por el gran cambio acaecido en la división del trabajo tras el invento de nuevos instrumentos (descubrimiento del cobre, estaño, bronce, hierro). Pero desde el punto de vista de la filósofa francesa, Engels no profundiza en las cuestiones que subyacen a sus planteamientos: ¿Cómo se pudo realizar el paso del régimen comunitario a la propiedad privada? ¿Cómo se explica que la propiedad privada haya provocado fatalmente el sometimiento de la mujer? ¿De dónde nació el interés que une al hombre con la propiedad, que sería a su vez origen de instituciones sociales como el matrimonio?.
Además, Beauvoir está convencida de que la abolición de la familia que, según Engels, traería consigo la comunidad socialista no supone necesariamente la liberación de la mujer. El Estado puede pretender controlar la función reproductora de las mujeres para conseguir determinado objetivos. (...) Beauvoir advierte que esto ya ha ocurrido en la URSS, con la puesta en marcha de una política natalista desde el final de la década de los años 30 del siglo XX."
- Beauvoir, Sartre, El Che y Castro. Març, 1960
4. Existencialismo: Jean Paul Sartre
Sobre los temas de los que se ocupa el existencialismo, podéis leer el artículo "Existencialismo" de la web Cibernous.
El existencialismo de Jean Paul Sartre, lo encontramos en ’Existencialismo’ en e-torredebabel
Sobre el existencialismo propio de nuestra filósofa, Teresa López Pardina, en "Beauvoir, la filosofía existencialista y el feminismo" nos dice:
"El existencialismo de Beauvoir está provisto, en 1947, cuando empieza su investigación sobre las mujeres, (...), de las herramientas necesarias para aplicar un análisis crítico a la información que va recopilando en las bibliotecas de París acerca de “las múltiples maneras mediante las cuales vosotros, infames hombres, nos habéis oprimido a nosotras, pobres criaturas femeninas”. Las herramientas propias con que cuenta como filósofa son los conceptos que constituyen su propia hermenéutica existencialista (...).
Su primera e inintercambiable herramienta es el hecho de ser mujer. (...) qué ha supuesto para ella el hecho de ser mujer.
Primera respuesta: absolutamente nada; nunca notó que el hecho de ser mujer fuese un obstáculo para hacer lo que se había propuesto hacer en cada momento. Vuelta a la reflexión, por consejo de Sartre, que le advierte: tú no has sido educada del mismo modo que si hubieras nacido chico. Segunda respuesta, tras el estudio de los mitos de nuestra cultura: vivimos en un mundo construido por los hombres. Los mitos han sido inventados por los hombres y las mujeres en ellos son como los varones quieren que sean. (...)
Así pues, el hecho de ser mujer, le provee de una especial sensibilidad para indagar y captar el modo de existirse como tal. Pero lo primero de todo, porque es un modo de existirse diferente, desigual con respecto a los varones: un modo de existir que casi siempre raya en la opresión, que de forma generalizada es opresivo.
La segunda herramienta hermenéutica es su particular manera de entender las nociones de libertad/situación. Somos absolutamente libres, constitutivamente libres, pero la libertad se encarna en situaciones y las situaciones pueden favorecer o entorpecer nuestra actividad libre. (...) nuestros libres proyectos tienen más bien que acomodarse a las posibilidades que nos ofrece la situación. Si no queremos aprovechar las posibilidades, si no utilizamos el margen de libertad que nos ofrece la situación, no ejercemos la trascendencia que como seres humanos nos corresponde, nos degradamos a la categoría de cosas; (...) Pero hay situaciones muy constrictivas que sistemáticamente impiden nuestro ejercicio de la trascendencia, que nos constriñen a caer una y otra vez en la inmanencia, en la facticidad cuando queremos ejercer la trascendencia: a este tipo de mal moral, Beauvoir lo llama opresión.
Las mujeres sufrimos la degradación ontológica y moral de la opresión en múltiples escalas y desde múltiples instancias. Las costumbres nos atribuyen poca capacidad de decisión: en la familia por ser patriarcal, en el trabajo porque casi siempre ocupamos un lugar subordinado; las normas morales y jurídicas nos ponen del lado de los que tienen que obedecer las decisiones que otros, varones siempre, toman; la literatura, incluida la literatura infantil, nos describe pasivas, inconstantes, todo sentimiento y sensibilidad, acomodaticias, siempre pendientes de las decisiones que otros adoptan. La educación que se nos da desde la infancia va en el mismo sentido y es bien diferente de la de los varones.
Tercera herramienta: El cuerpo como elemento de la situación: el cuerpo de las mujeres es un handicap para su trascendencia, porque está sometido a la especie de una forma mucho más estrecha que el cuerpo de los varones, mucho más atado que el de ellos a la función biológica de la reproducción. Pero, con todo, no determina nuestro destino. (...) La cultura en su versión científica viene favoreciendo cada vez más el control autónomo del cuerpo con sus conocimientos sobre la fisiología de las mujeres y el avance de los métodos anticonceptivos. Pero también los avances impulsados por el feminismo: las leyes despenalizadoras del aborto y del uso de anticonceptivos; la libertad de opción sexual; (...)
Los pasajes que El segundo sexo dedica a la cuestión del cuerpo como situación, dispersos en varios capítulos, levantaron ampollas en la sociedad francesa de la posguerra: una mujer que llamaba a los órganos genitales por su nombre, que hablaba de la vulva y de la vagina, del pene y del coito, que describía las molestias y el engorro de la menstruación, que afirmaba que el embarazo es un trabajo para el cuerpo, un gasto de energía que no representa ningún beneficio individual desde el punto de vista fisiológico y que desde el punto de vista perceptivo es una alienación. (...) [Sin embargo, lo que hizo Beauvoir fue] utilizar el método fenomenológico que, como enseñaba Husserl, consiste en “ir a las cosas mismas”, describir la realidad tal como se presenta, sin interpretaciones mediadoras.
Eso es lo que hace también cuando trata la cuestión de las conductas relacionadas con el cuerpo en la pubertad, en la juventud y en la vida de sociedad: lo que supone para las mujeres el arreglo, el vestido las costumbres y las normas que se acostumbra a seguir.
Relacionada también con el cuerpo está la afectividad, la vida afectiva de las mujeres, a propósito de la cual polemiza con el psicoanálisis (...)"
Para ampliar conocimientos sobre el contexto filosófico de Beauvoir es recomendable la lectura de "El legado de Simone de Beauvoir en la genealogía feminista: la fuerza de los proyectos frente a ’La fuerza de las cosas’" de Ana DE MIGUEL ÁLVAREZ
- "El taller de Picasso" Lacan, Pierre Reverdy, Picasso, Simone de Beauvoir, Sartre, Albert Camus, Michel Leiris y Jean Aubier. (16 de juny de 1940)
III. LECTURA
Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo, "Introducción" y "Conclusión"
IV. CONTENIDOS CONCEPTUALES PARA LA PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
1. Hermenéutica propia del existencialismo de Beauvoir
2. Problematización de la categoría “mujer”
3. El factor cultural como factor decisivo en el análisis de las causas de la opresión de la mujer
4. Educación y evolución colectivas para conseguir la autonomía de las mujeres y la reciprocidad de las relaciones entre hombres y mujeres.
Notas
1 Sacado de "Teoria feminista", Wikipedia.
2 en Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Lectura crítica de la Introducción y la Conclusión. Editorial Diálogo, pág 14
3 en Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Lectura crítica de la Introducción y la Conclusión. Editorial Diálogo, pág 15-16
4 Fuente: "Hermenéutica". Glosario de Cibernous.
5 Susana López Pavón "Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 19
6 Fuente: epígrafe 1.1, pàg. 198 Simone de Beauvoir, su aportación a la discusión sobre el género de Joana Ortega Raya Tesis 2005
7 Susana López Pavón Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 29
8 Susana López Pavón Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 22-25
9 Susana López Pavón Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 19-22
10 Susana López Pavón Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 34-46
11 Susana López Pavón Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Diálogo, pág. 46 y 121-124