Inicio > Recursos > Prensa > Arbitrariedad, arbitrismo y canibalización de la Administración

Arbitrariedad, arbitrismo y canibalización de la Administración

de Vicente Díaz Rodríguez, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Inspectores del PV (ADIDE-PV).

por filosofem,



Arbitrariedad: "Una actuación administrativa es arbitraria si carece de toda justificación objetiva"... En esto consiste el arbitrismo: en propugnar recetas simples y sencillas para problemas complejos. ... Canibalización de la Administración: "El llamado caciquismo o canibalización de la Administración por grupos pandilleros". ... ¿Es eso así en la CV de hoy?

1. Arbitrariedad: "Una actuación administrativa es arbitraria si carece de toda justificación objetiva". Así se refería el profesor M. Atienza en estas mismas páginas a la regulación de la asignatura Educación para la Ciudadanía en la Comunidad Valenciana. En su opinión, lo que está en cuestión no es el ejercicio de la potestad legislativa y reglamentaria de la Generalitat en materia de educación. Lo que está verdaderamente en cuestión es si al ejercer esa potestad ha incurrido, o no, en arbitrariedad. La conclusión del catedrático alicantino es tan demoledora (¿sólo EpC en inglés? y, ¿sólo la opción B en EpC?) como escéptica, en cuanto a la suerte que puedan correr los recursos interpuestos ante los tribunales.

Muro
Muro

Con todo no pasaría casi nada si la supuesta arbitrariedad quedara restringida a este caso. Por desgracia parece no ser así. Con inusitada frecuencia los medios de comunicación vienen informando de otras actuaciones, al parecer, también arbitrarias en materia de educación. Sabemos de los nombramientos discrecionales de directores en un número creciente de centros. Es cierto que la Administración tiene esa facultad en ciertos supuestos (cese del director, ausencia de candidatos,..). Lo cuestionable es el nombramiento discrecional al margen de los méritos específicos necesarios para puestos tan importantes para el buen pilotaje de nuestros centros. O el nombramiento de directores tan poco arraigados en esos centros como poco comprometidos con los proyectos específicos y la cultura de los mismos (un curso valen para un centro y, al siguiente, a otro). O la exclusión en los procesos de selección de algunos candidatos "no amigos", con la excusa de la extensión del proyecto de dirección, para nombrar a continuación al "amigo".

Pero, aún hay más. También sabemos del creciente nombramiento de funcionarios al frente de tribunales de oposición, cuya formación y experiencia docente tienen poco o nada que ver con la materia de la que van a examinar. Una actuación que evidencia muy poco respeto por los procedimientos de acceso a la función pública docente, al tiempo que alimenta la desconfianza de los propios opositores en el rigor exigible en tan importante tarea.

2. Arbitrismo: El arbitrismo tiene una larga tradición en el pensamiento español, al menos desde los Austrias. Ya entonces surgió un grupo de "locos repúblicos y razonadores" (Quevedo) que, ante el desastroso panorama económico y social de la patria, proponían a la corte remedios sencillos, rápidos e infalibles. En esto consiste el arbitrismo: en propugnar recetas simples y sencillas para problemas complejos.

Pues bien, cuatro siglos después, la escuela valenciana parece haber caído presa de algunos arbitristas. Unas veces es la cuestionada propuesta de mejorar la formación de nuestros jóvenes para el ejercicio de una ciudadanía responsable, utilizando una lengua que dominan con dificultad a los 13 años. Otras, la ensoñación de mejorar el grave fracaso escolar en la ESO y el preocupante abandono escolar prematuro de nuestros jóvenes con el fallido plan de las clases de repaso en julio. Y, otras, la ocurrencia de que los uniformes escolares pueden contribuir a mejorar la consideración social de la educación y a reconstruir un clima adecuado de estudio en la escuela. Hay que reconocer que, entonces y ahora, las propuestas arbitristas tienen un enorme atractivo. Después de todo, no hay nada más sugerente para el intelecto humano (especialmente si el talento escasea) que dar con una solución mágica para los problemas.

3. Canibalización de la Administración: "El llamado caciquismo o canibalización de la Administración por grupos pandilleros". Con estas palabras describe el profesor J. Varela Ortega el régimen de la Restauración. La discriminación personalista de lo público, privatizándolo "pro amici sui", repartiendo los despojos para beneficiar a la propia pandilla, y perjudicar ostensiblemente a los demás, eran algunas de sus consecuencias más visibles. Creíamos que nuestro largo y complejo proceso de democratización y socialización política había impregnado de manera irreversible la Administración y las instituciones públicas de neutralidad e independencia, que había acabado la mecánica de "repartir y arrancar jirones a la Administración para contentar a la clientela".

Parece que no. Algunos sucesos recientes referidos a varias direcciones escolares, las sospechas de que en algunas oposiciones se pueda haber adaptado el viejo método del "encasillado" (en la época de la Restauración las elecciones no se celebraban, se escribían), o de que algunos "servicios externalizados" se adjudiquen a algunas empresas constituidas para la ocasión, son muestras de la buena salud del canibalismo administrativo por estas tierras.

Tal vez por ello insistiera el profesor Atienza: "los ciudadanos también tenemos derechos morales". Tenemos derecho a que los políticos y burócratas no nos humillen con sus actuaciones arbitrarias, a que no insulten nuestra inteligencia con sus ocurrencias arbitristas y a que no nos avergüencen con su grosera vuelta a la denostada canibalización de la Administración en favor de "sus amigos". A este propósito convendría recordar las palabras del profesor Varela Ortega: "lo peor no era el caciquismo, peor todavía era la anomia política y la masa inerte". ¿Es eso así en la CV de hoy?

Ver en línea : l’article de Vicente Díaz Rodríguez en INFORMACIÓN.es 9/07/2008

Vicente Díaz Rodríguez es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Inspectores del PV (ADIDE-PV).

Font: Sección "Opinión" de INFORMACIÓN.es (9/07/08)