La cinta refleja la concepción de la directora del filme, la periodista María Seoane, quien eligió que la historia de Eva fuera narrada desde la óptica del escritor y también periodista Rodolfo Walsh, desaparecido en 1977 por la última dictadura militar.
La película está atravesada por un juego dialéctico entre la figura de Eva y una oligarquía odiosa y déspota
"La película está basada en hechos reales pero es una
ficción porque el personaje de Walsh está compuesto por
mí, al igual que los textos. En Walsh está la
mirada de mi generación sobre el peronismo",
dijo Seoane, actual directora de Radio Nacional de
Argentina, en una entrevista con Efe.
Sin medias tintas, la película está atravesada por
un juego dialéctico entre la figura de
Eva, una joven de origen pobre y bastardo, sensible ante
las necesidades de su pueblo, y una oligarquía odiosa y
déspota, representada por oscuros cuervos que acechan a
esta mujer incluso tras su muerte. "La historia de Eva
fue contada muchas veces, pero yo elijo contarla de esta
manera, desde lo que yo siento frente a esta historia,
una historia de pasiones, de emociones", señaló Seoane.
Aunque la trama se inicia casi sin palabras, con
imágenes de una Eva niña que ya entonces da muestras de
su carácter, la producción toma forma a partir
del relato de Walsh, para quien, en principio y
según sus propias palabras, Evita "no significaba nada".
Sin embargo, atraído por el misterioso robo en noviembre
de 1955 del cadáver embalsamado de Evita, Walsh se aboca
a escudriñar los enigmas de su vida.
Desenreda así una madeja que se inicia con Eva dejando
su pueblo natal para buscar consagrarse como actriz en
Buenos Aires, aun a costa de "miserias, promiscuidad y
cierta humillación", como plantea este Walsh de ficción.
Ya consagrada en 1944, "la Duarte", de 25 años y una
belleza fulgurante, conoce en una gala benéfica
a Perón, que a sus 49 años es un militar en
franco ascenso político. "Si la causa del pueblo es su
propia causa, no dejaré de estar a su lado hasta
desfallecer", le dice Eva a Perón esa noche, para nunca
más separarse.
La pareja se hace fuerte en su liderazgo político
recostándose en las clases populares y alimentando el
rencor de la oligarquía. Perón se convierte en
presidente en 1946 y Eva forma parte activa del gobierno
hasta tal punto que las clases obreras, los
"descamisados", reclaman en 1951 que sea
candidata a la vicepresidencia cuando su esposo
decide ir por la reelección.
Pero el general le niega esa posibilidad porque el
cáncer ya está haciendo mella en el cuerpo de Eva, quien
muere en 1952, a los 33 años, convirtiéndose en mito.
Historia animada
"El mito de Eva es inalterable, pero se reinterpreta, se realimenta", apuntó Seoane, para quien la vida de Evita representó "la historia de una Argentina más armónica" y "del reconocimiento de derechos sociales y políticos, especialmente para las mujeres".
La animación se apoya en creaciones del recientemente fallecido Francisco Solano López, dibujante de 'El Eternauta'
"Eso se extiende al hoy, y yo encuentro que todo esto
está muy presente en el kirchnerismo, más allá de la
estructura partidaria del peronismo. En el kirchnerismo
hay mucha gente como yo que no es peronista pero que sí
rescata al peronismo como uno de los grandes momentos de
la historia argentina", agregó.
La película sobresale por su estética, un
trabajo de animación de notable factura,
mechado con pinceladas documentales con la inserción de
fotos, registros audiovisuales y grabaciones sonoras de
tramos de la vida publica de Evita y Perón.
"Es la primera película animada que aborda la historia
política argentina. El código de animación me permitió
abarcar toda la vida de Eva y también
el uso de la metáfora", señaló Seoane.
La animación se apoya en creaciones del recientemente
fallecido Francisco Solano López, el dibujante de El
Eternauta, "lo que le da un rasgo de identidad muy
argentino a la película", añadió la directora.
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