ANTE LA APOLOGÍA DE LA TORTURA QUE SE HA MANIFESTADO EN DISTINTOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN  INTERNACIONALES Y ESPAÑOLES CON MOTIVO DE LA EJECUCIÓN DE BIN LADEN RECOMENDAMOS LA LECTURA DEL EDITORIAL DE OPINIÓN DEL
NEW YORK TIME
S
DEL DIA MARTES 5 DE MAYO DE 2011 

http://www.nytimes.com/2011/05/05/opinion/05thu1.html

 

Los apologistas de la tortura

La ejecución de Osama Bin Laden ha provocado una multitud de reacciones en la sociedad estadounidense: celebración, triunfo, alivio, cierre y dolor renovado. 

Una reacción, sin embargo, fue cínica e inquietante: [crowing] la machacona insistencia por apologistas y promotores de la tortura en que la muerte de Bin Laden reivindica su comportamiento inmoral e ilegal después del 11-S. 

José Rodríguez Jr. fue el líder de contraterrorismo de la CIA de 2002 hasta 2005 cuando Khalid Shaikh Mohammed y otros líderes de Al Queda fueron capturados.  Él declaró  a Time Magazine que los acontecimientos recientes han demostrado que el Presidente Obama no debiera haber prohibido las así llamadas técnicas extremas de interrogación.  (Mr. Rodríguez, quizás lo recuerden, fue él que ordenó la destrucción de los videos de los interrogatorios.)

John Yoo, el ex abogado del departamento de justicia de Bush que tervigersó la Constitución y las convenciones de Ginebra hasta que fueran un lío no reconocible con el fin de justificar la tortura, escribió en The Wall Street Journal que la ejecución de Osama Bin Laden ha demostrado que el ‘submarino’ [waterboarding] y otros abusos fueron prácticas adecuadas. 

Donald Rumsfeld, el ex ministro de defensa, insistió en un principio en que las pruebas obtenidas bajo tortura no tuvieran ningún rol en localizar a Bin Laden, pero el martes pasado ya estaba repitiendo las directivas [talking points] sobre el valor del apremios ilegales a los prisioneros. 

No se podría afirmar la posibilidad de que alguno de los prisioneros torturados en los campos de detención ilegales de George W. Bush entregara alguna información que luego resultase útil para encontrar a Bin Laden.  Una historia detallada de The New York Times, publicada el miércoles por Scott Shane y Charlie Savage, concluyó que la tortura “tuvo un papel mínimo en el mejor de los casos” en los años y años de trabajo de inteligencia meticulosa y de investigación que facilitó que un equipo elite militar [Navy Seals] llegara al escondite de Bin Laden en Pakistán. 

Eso cuadra con el testimonio, frecuente a lo largo de la década pasada, proveniente de muchos otros interrogadores y funcionarios gubernamentales.  Ellos han dicho una y otra vez, incluso en esta semana, que la mejor información se obtuvo a través de prisioneros que no fueron torturados.  El artículo comentó que Khalid Shaikh Mohammed, que fue sometido al “submarino” [waterboarding] 183 veces, les dio información falsa a sus captores mientras lo estaban torturando.

Aun en el caso que alguna pieza de información fuera obtenida de un prisionero mientras estaba siendo torturando por los interrogadores de la CIA, no justificaría en ningún sentido la decisión de Sr. Bush de haber violado la ley y a cualquier norma moral aceptable. 

Esto no es el caso de una “bomba de relojería” [ticking time bomb scenario] que los funcionarios de la administración Bush solían invocar para justificar los abusos en los interrogatorios.  Si, como ha dicho  Peter King , representante Republicano de Long Island,  la información obtenida de prisioneros torturados “directamente facilitó” el descubrimiento de Bin Laden,  ¿por qué no se ahondó en ese sendero hace años?

Hay muchos argumentos contra la tortura.  Es inmoral, ilegal y contraproducente. Los abusos de la administración Bush – el fin justifica los medios – ha dañado gravemente al prestigio de este país y les dio argumentos a sus enemigos.  Si esto en sí no queda suficientemente claro,  hablemos del argumento práctico también, pues  los interrogadores más expertos creen que la misma información, incluso más fiable, hubiera podido ser obtenido a través de maneras humanas y legales.

No importa lo que digan Sr. Yoo y sus amigos, la lección más importante de la operación dedicada a Bin Laden es que ha demostrado lo que se puede lograr cuando el trabajo de inteligencia  se centre  en la persistencia. 

Los,  hasta el momento desprestigiados servicios de inteligencia,  deben estar disfrutando ahora de la gloria de una operación exitosa.  Estos servicios no deben ser arrastrados de nuevo al lodo y la oscuridad por figuras políticas cuyo único objetivo parece ser justificar acciones que han sido muy dañinas para este país - por   nuestra incapacidad de procesar de manera creíble  a hombres terriblemente peligrosos - y por el daño persistente causado a nuestra reputación como país. 

nota de traducción : entre corchetes hemos puesto la palabra o conjunto de palabras para cuya traducción hemos buscado la palabra mas adecuada,  pero creímos prudente mantener las palabras originales.

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