Compañeros

Nos llegó este mensaje de NAVIDAD (aunque algo tarde) y queremos compartirlo con ustedes.

Es bueno recordarla y recordar lo que nos dijo como un mensaje atemporal, siempre fecundo.

Feliz año!!!!

Abrazo     CEAM


 Todos los años, la Nochebuena nos reúne en el hogar inmenso de la Patria.
 
 Esta noche hacemos una tregua de amor en el camino de nuestras luchas y de
 nuestros afanes; y sólo pensamos en las cosas buenas y bellas que nos ha
 regalado la vida en el año que se acaba, hundiéndose ya como un cometa en
 el horizonte de la eternidad, dejándonos una estela de recuerdos en el alma.
 
 Por eso estas palabras mías se atreven a romper el bullicio o el
 silencio de la noche, se animan a llegar con su mensaje al corazón de
 todos los hogares que quieren recibirlas con cariño.
 
 Esta noche también sentimos que empieza ya a morir el año que termina.

 Por eso nos gusta rememorar las alegrías y las penas que nos trajo sobre
 el hombro de sus días y de sus semanas, y hasta los dolores ya
 sobrepasados nos parecen esta noche menos amargos.
 
 Acaso, precisamente, porque ya son recuerdos.
 
 Yo sé que dentro de muchos años, cuando en esta misma noche los
 argentinos se dejen acariciar por el recuerdo y retornen sobre sus alas
 al pasado, llegarán a estos años de nuestra vida y dirán
 melancólicamente: entonces éramos más felices.
 
 Primero la Justicia, que es algo así como el pedestal para el amor.
 
 No puede haber amor donde hay explotadores y explotados. No puede haber
 amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y pueblos
 desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores pudieron ser ni
 sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con
 ningún pueblo el abrazo sincero de la fraternidad. 
 El día del amor y de la paz llegará cuando la Justicia barra de la faz
 de la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se
 cumplan inexorablemente los ideales del Justicialismo Peronista:
 
 Que haya una sola clase de hombres, los que trabajan;
 
 Que sean todos para uno y uno para todos;
 
 Que no exista ningún otro privilegio que el de los niños;
 
 Que nadie se sienta más de lo que es ni menos de lo que puede ser;
 
 Que los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieran;
 
 Que cada día los hombres sean menos pobres y
 
 Que todos seamos artífices del destino común.
 
 Seguiré a su lado con todos ustedes, mis amigos descamisados, mis
 compañeros trabajadores; con todos los que se sientan peronistas de
 corazón.
 
 Seguiré a su lado como la simple y humilde mujer que renunció a todos
 los honores, porque le gustaba más que su pueblo la llamase
 cariñosamente: Evita.
 
 Mi brindis es para mi Pueblo, para todos ustedes; y no puedo expresarlo
 de otra manera que deseándoles sencillamente que sean muy felices, cada
 vez más felices.
 
 Eva Perón
 Mensaje de Navidad 1951.