Como esos viejos árboles…

No nos domaron,

ni nos doblaron,

ni nos van a domesticar”

                              Marcelino Camacho

Cuando llegamos a España, en la década del 70, huidos por el espanto, el terror, el desamparo de dirigentes traidores, fue inevitable encontrar nuevos puntos de referencia que nos devolvieran la esperanza y la confianza como individuos.

Encontramos en la persona de  Marcelino Camacho, ese punto de referencia de honestidad, lucha y compromiso con la clase trabajadora.

Años mas tarde, una vez retirado, siguió fiel a sus principios rechazando los ofrecimientos que se le hacia para estar en otros estamentos en los cuales hay codazos para llegar al sillón.

Junto a su compañera, Josefina, prefirió la humildad y la sencillez de un dirigente cabal y consecuente. Pero siguió batallando, dando testimonios a la juventud.

Si bien podemos tener algunas diferencias en lo político, el testimonio de Marcelino Camacho es patrimonio de toda la clase trabajadora, que es una sola y en todas las partes del mundo.

Así fue la trayectoria de este luchador, sin mas patrimonio que la honradez y el reconocimiento. Y en el último adiós a un soriano, recordamos los versos de otro soriano de adopción, Don Antonio Machado

“Y cuando llegue el día del último viaje

y este al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontrareis a bordo ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar”.

Despedimos a Don Marcelino con el canto de José Antonio Labordeta y Alfredo Zitarrosa.

 Somos como esos viejos árboles.....

 

De la lucha