ENRIQUE NÉSTOR ARDETI Un histórico militante de la Resistencia Peronista

(reproducción de una nota del diario de Gualeguaychu)

VER NOTA ORIGINAL EN EL DIARIO DE GUALEGUAYCHU

Gualeguaychú tuvo una importante inmigración Sirio–Libanesa, los hasta hoy mal llamados “Turcos”. Unos  llegaron a fines del siglo XIX; otros, entrado ya el Siglo XX.  Salomón José Ardeti fue de los primeros y se casó con una compaisana llamada  Carmen Márpez.

Por Osvaldo Delmonte

Colaboración


 

Algunos mayores aún recuerdan la fonda que Don Salomón tenía en calle Del Valle casi Rocamora, lugar de  encuentro de sus compatriotas; de charlas y nostalgias del sufrido y desgarrado pueblo Libanés.

El 24 de octubre del año 1934 Salomón se acercó a la oficina del registro civil a denunciar el nacimiento de un nieto, hijo de su hijo ALFREDO ELIAS y de ZULEMA MOLARO. Lejos estaba este orgulloso abuelo de imaginarse el destino del niño recién nacido: hoy es uno de los 21 desaparecidos de nuestra ciudad y en el conurbano sur un Anfiteatro en la localidad de Florencio Varela lleva su nombre: ENRIQUE NESTOR ARDETI

En agosto del año 2009, a treinta años de su desaparición, la Municipalidad de esta localidad y la Municipalidad de Avellaneda por medio de sus respectivas Direcciones de Derechos Humanos, publicaron un folleto en su homenaje, titulado “ENRIQUE ARDETI -Un luchador incansable”, rescatando su trayectoria como dirigente obrero fogueado en el rico y heroico período de la Resistencia Peronista.

De este documento y de un libro sobre  Rodolfo Walsh  de Enrique Arrosagaray se extrae parte de su historia.

Allá por el año 1959, Ardeti  trabaja en los Astilleros de la Ciudad de la Plata. Habían pasado apenas cuatro años de los bombardeos a la Plaza de Mayo; aún se olía la pólvora  por el  fusilamiento del General Valle y dolían en las entrañas las muertes de civiles en los basurales de José León Suárez. Entonces, Enrique tiene 25 años y milita en la Juventud Peronista. Duros momentos para estos empecinados jóvenes trabajadores  dispuestos a dar la pelea en todas sus formas: paros, sabotajes y acciones insurreccionales caracterizaron las luchas obreras  en este período.

Una gran huelga en los Astilleros lo tiene a Ardeti entre sus principales dirigentes, por este motivo es despedido junto a 180 trabajadores y su actitud calificada como de “traición a la patria”. Con estos antecedentes, buscar trabajo será toda una odisea; pese a ello ingresa a YPF pero lo vuelven a echar cuando alguien reflota su expediente.

Existía entonces un férreo control  sobre los militantes políticos y gremiales, por eso su derrotero laboral pasará por distintas empresas como Propulsora Siderúrgica, Destilería de YPF, Frigorífico Armour y finalmente el Frigorífico Swift de Berisso. En ningún momento abandona su accionar sindical y va creciendo en el rico activismo político de la época, sobre todo el de Berisso; ciudad proletaria por excelencia donde hierven las ideas y es una cantera en la que se van moldeando militantes con convicción de clase.

Allí se discute todo: plan de acción, el próximo paro, el Plan CONINTES, los caídos, los mártires, Perón, el peronismo; pero además en sus calles se voceaba “Prensa Obrera” de orientación trotskista inspirada por el mítico “Vasco Bengoechea”. Muchos trabajadores comienzan a manejar categorías de análisis marxista como lucha de clase, por ejemplo.

Para situarnos mejor recordemos que estamos  a  principio de la década del 60. John William Cooke era el Delegado Personal de Perón, en Cuba se consolidaban los jóvenes barbudos que bajaron de la Sierra Maestra, el Che soñaba con extender la Revolución por toda América Latina y Perón desde Madrid amenazaba con regresar al país.

En este marco histórico y en un combativo Sindicato de la Carne de Berisso, Enrique Ardeti conoce a una joven y fogueada militante de la Juventud Peronista, la NEGRITA CONSUELO ORELLANO; al tiempo se casan y unen sus vidas con un proyecto en común: luchar por una sociedad mas justa e igualitaria y que por entonces se definía en forma muy clara: “La Patria Socialista”.

Un capítulo aparte merece la vida de la Negrita Orellano. Digamos por ahora solamente que participó del 17 de Octubre del 45 en brazos de su padre, que lloró a Evita en los altares que se levantaban en el barrio de Berisso y que tempranamente integra los grupos resistentes que sacaban los tranvías de sus vías en protesta contra la Libertadora.

En el año 1964 “Quito” -apodo familiar de Ardeti- y su compañera de lucha y de la vida participan de los preparativos de apoyo al grupo guevarista  de Jorge Ricardo Masetti que se había instalado en Salta, experiencia guerrillera que tuvo un rápido y trágico final.

Para el año 1968 Enrique y su mujer son parte del proyecto de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) de instalar un foco guerrillero en Tucumán. Para ello viajan y se instalan al pie del Cerro San Javier en la Localidad de TACO RALO; desde este lugar subirían al monte un grupo de militantes de la Juventud Peronista recientemente venidos a guerrilleros, encabezados por Envar el Kadri y Néstor Verdinelli. Antes de iniciar cualquier tipo de operaciones gran parte del contingente cae detenido confundido con ladrones y contrabandistas. Ardeti y la “negrita” se retiran de la Provincia de Tucumán.

Comienza entonces una agitada militancia dentro de las FAP y en algunos períodos es parte de la conducción de la misma. Por esos años se produce un hecho que aún está en la memoria de muchos y que fue el asalto a la Cárcel de Mujeres ubicada en calle Humberto Primo 378 del barrio de San Telmo de la Capital Federal, con el objetivo de liberar a varias presas políticas allí confinadas, entre ellas la NEGRA AMANDA PERALTA, detenida en Taco Ralo.

El comando se denomina “Eva Perón” y el sábado 26 de junio del año 1971 logran ingresar a la Cárcel de Mujeres y liberar a cuatro presas, pero en el fragote muere Bruno Cambareri, militante de las FAP.

Por los años 70 gran parte de esta militancia obrera de origen peronista pero históricamente enfrentada a la dirigencia sindical acuerdista de la cual Vandor era su máxima expresión (Ej. Vandor participó del acto de asunción de Onganía), se nuclean en la CGT de los Argentinos tras dirigentes como Raimundo Ongaro y Jorge Di Pascuale. Entonces intentan poner en el centro, por  sobre la acción guerrillera, a las  lucha obreras y a cuestionarse el foquismo como modo de construcción política. Surge en aquella época el Peronismo de Base y su propuesta de la “Alternativa Independiente”. Esta concepción ideológica implicaba reconocer que existía un “peronismo de abajo” y un “peronismo de arriba”, “uno obrero” y “uno patronal”, uno “subordinado al imperialismo” y otro “comprometido con la liberación” por lo cual era  necesario construir la herramienta política revolucionaria desde el seno mismo de la clase obrera peronista, en forma independiente de los patrones y del aparato político y sindical del PJ.

Ardeti impulsa esta propuesta del PB y no fue difícil que en el camino se encontrara con  otro histórico: RAIMUNDO VILLAFLOR, aquel del tiroteo en la Confiteria “La Real” de Avellaneda y que Rodolfo Walhs inmortalizó en su libro “¿Quien mató a Rosendo?”.

El Gordo Quito (Ardeti) y el Negro Raúl (Raimundo) se enorgullecían hasta las lágrimas -en aquel entonces- hablando de la dignidad obrera y de su historia, de la cual ellos en los últimos años habían sido principales protagonistas.

En muchas madrugadas se los vio en las puertas de las fábricas hablando con sus compañeros trabajadores: con los gráficos, los telefónicos, los metalúrgicos, los de Bagley; en la Hidrófila, en Propulsora, en Petroquímica Mosconi; en SIAT, con los  colectiveros, en la Peugeot; apoyando siempre a los delegados e impulsando la democracia  y la solidaridad obrera, con el norte de construir el  poder desde abajo.

El  24 de marzo del año 1976 se produce el golpe militar. Ardeti y Villaflor ponen un humilde taller de reparaciones de artículos electrodomésticos en la localidad de Florencio Varela con la finalidad de sobrevivir en la noche más oscura.

En agosto del año 1979 ambos fueron secuestrados por una patota de la Armada; se supo luego que estuvieron en la ESMA y actualmente integran la penosa lista de desaparecidos de nuestro país.

Este 24 de Octubre del año 2010, Enrique Ardeti cumpliría 76 años, sin dudas el mayor de los desaparecidos de nuestra ciudad y tal vez el más desconocido. Sirva entonces este artículo para recuperar su memoria e integrarlo a la historia colectiva de las heroicas  luchas populares.

Gualeguaychú, octubre del año 2010