Con un aforo completo del salón de actos "
Manuel de Falla", de la Sociedad General de
Autores y Editores (SGAE), de Madrid, el pedagogo
y estudioso de la canción de autor, Fernando González Lucini
presentó el lunes 4 de junio, su nuevo libro "Y
la palabra se hizo música: El canto emigrado de América Latina", un
texto que completa la trilogía que el escritor ha dedicado con atención
especial a la historia de la canción de autor, centrándolo, en
esta ocasión, en los artistas latinoamericanos.
El recopilador González Lucini, completa
así su estudio retrospectivo sobre la canción social con un libro
que considera "de justicia" y para "agradecer
y dejar constancia de grandes artistas que ayudaron a establecer la
Democracia española". Esta compilación,
cuidada con mimo y editada bellamente, está divida en capítulos: el primero es el testimonio
sobre tres autores ineludibles de la historia del canto popular: el
argentino Atahualpa Yupanqui y los chilenos Violeta
Parra y el martirizado Víctor Jara.
El segundo bloque lo tituló "El
canto emigrado: Sudacas en España", y en él el
autor destaca el trabajo de aquellos autores e intérpretes
latinoamericanos que se exiliaron en España, desde 1970 en
adelante. Cierra el libro el título "El canto
solidario. 'Yo vengo a ofrecer mi corazón", donde González
Lucini rescata y rememora a aquellos compositores que con
sus músicas "mostraron su solidaridad y fortalecieron
nuestras esperanzas en los últimos momentos de la dictadura franquista".
Anteriormente FGL, ya había
publicado "Veinte años de canción en España
(1963-1983)" o "Crónica cantada de los
silencios rotos. Voces y canciones de autor( 1963-1997 )", precedentes
de este libro que acaba de ponerse en circulación.
FGL quiso que el acto de
presentación fuera "una fiesta con menos palabras y más
música", por lo que se rodeó de muchos de los
protagonistas de este tercer volumen sobre la canción poética. Caco
Senante ( " un sudaka canario", como se
autodefinió), el poeta y periodista Antonio Gómez,
el productor musical Gonzalo García Pelayo,
hicieron de "maestros de ceremonia" para arropar al
escritor y amigo y a los artistas intervinientes.
Senante destacó, las actuaciones de
los autores incluidos en "Y la palabra se hizo música"
- como Olga Manzano, viuda de Manuel
Picón, y sus hijos Tabaré y Nagod o
la poeta Esperanza Párraga, viuda a su vez de Indio
Juan, y quien leyó un poema conmocionante de su
compañero desaparecido; Quintín Cabrera,
interpretando para la excepcional ocasión una canción inédita; Gonzalo
Reig, fundador de "Toldería", lugar
de cruce y encuentro de caminos artísticos, quien a su vez
invitó al escenario a los folcloristas, Tacún
Lazarte y Omar Berruti; Carlos Montero, haciendo
oir con su voz lenta y grave, el tango "Sur", de
Homero Manzi y Aníbal Troilo o el histórico dúo
formado por Claudina y Alberto Gambino, con una
magistral intervención sarcástica: " El tren de los
avestruces" -, hicieron que los asistentes pudieran
"retroceder 30 años atrás sólo cerrando los ojos".
Ante la ausencia por compromisos profesionales de Alberto
Cortez, cerró el vibrante y emotivo acto, el poeta y músico
argentino Martín "Poni" Micharvegas, autor
de la emblemática canción de los '70, "La poesía de mis
compañeros". Micharvegas homenajeó al
recientemente fallecido bardo uruguayo, Aníbal Sampayo,
otro de los paradigmas de la canción latinoamericana. Citó a Sampayo,
en unas declaraciones hechas por este en Suecia en el año 2000:
" El arte y el compromiso está unidos. El pueblo es el
poseedor de una verdad y de una experiencia insustituible. Por lo tanto,
cuanto mayor es el compromiso y la integración del artista con su
pueblo, es inevitable e imprescindible que el creador haga suyas las
necesidades y los derechos de su gente". Toda una poética
testimonial que empapó y empapa con su dignidad, el quehacer de
los auténticos artistas populares.
Una lluvia de flashes de cámaras fotográficas, iluminó el abrazo
colectivo y feliz que la casi veintena de participantes de la presentación,
se dieron en señal de unidad y fervor. La canción poética
latinoamericana recupera así su vigencia como expresión veraz. La profusa
documentación ( carátulas de discos, portadas de libros, afiches de
conciertos, fotos de los artistas, etc...) tan bien lograda por González
Lucini, destaca la fuerza y la lucidez que esta experiencia válida aportó
generosamente en sus territorios de acogida a la incipiente
transición democrática española.
*** La edición de esta obra es resultado de la colaboración
conjunta de Ediciones de Autor,
SGAE y el Ministerio de Cultura.
Rústica, 400 páginas. PVP: 32 euros. Madrid, 2007.