CONVENCIÓN-DESAPARICIONES Argentina
protagonista en firma de la Convención contra Desapariciones
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Aparte del acto concreto de la firma, en la ceremonia tomaron la
palabra la presidenta de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo,
Marta Vázquez Ocampo y la senadora argentina
y "primera dama" de ese país, Cristina Fernández de Kirchner.
Junto a otras personalidades, ambas intervinieron para subrayar la
importancia del nuevo texto, que es un instrumento legal contra el
abuso de poder de los Estados y para proteger a las personas de las
desapariciones forzadas.
El momento más emotivo del acto fue cuando Marta Vázquez Ocampo,
tocada con el tradicional pañuelo blanco, dio las gracias "en
nombre de todas las víctimas de las desapariciones".
Vázquez Ocampo dijo que esta Convención pone término a veinticinco
años de esfuerzos y negociaciones para alcanzar un acuerdo.
A su juicio, el texto consagra los esfuerzos en favor de la verdad y
la justicia y reconoce los esfuerzos de sus compañeras, que nunca
invocaron "ni la venganza ni la violencia".
"Por la verdad y la justicia", clamó la presidenta de las
"Madres", quien recordó el dramático destino de muchos jóvenes
de su país durante la dictadura militar.
Por su parte, Cristina Fernández elogió la labor de las mujeres de
la Plaza de Mayo y manifestó que su país fue "un laboratorio de
las prácticas del terrorismo de Estado para implantar un modelo político,
social y económico de exclusión".
Admitió que Argentina
tiene un "protagonismo triste" en el fenómeno de las
desapariciones forzadas, un tipo de acción seguida en muchos casos de
las torturas físicas, pero también psicológicas para las víctimas y
sus familiares, que viven en la incertidumbre sobre el paradero de sus
seres queridos.
"Es un gran día para la condición humana", dijo la
senadora Fernández de Kirchner, quien calificó a las madres y
abuelas de la Plaza de Mayo de "memoria viviente" de una época
difícil de su país.
Recordó que hace unos meses desapareció Jorge Julio López, un
testigo de cargo en un proceso contra un jefe policial presuntamente
implicado en torturas y desapariciones durante la dictadura.
Ante la "desazón" que causan ese tipo de acciones la mejor
solución, según la "primera dama" argentina,
es la política que sigue su Gobierno, que quiere dejar claro que se han
de celebrar todos los juicios contra presuntos torturadores, para que no
encuentren impunidad.
La Convención firmada hoy en París define las desapariciones
forzadas como las detenciones secretas y la privación de libertad en
sitios que no estén oficialmente reconocidos y controlados y las
considera un crimen contra la Humanidad. EFE
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Firman Convención que equipara desaparición forzada y crimen
lesa humanidad
París, 6 feb (EFE).- Representantes de medio centenar de Estados
firmaron hoy en París una Convención contra las Desapariciones
Forzadas, una norma que eleva a categoría de crimen contra la
humanidad las detenciones secretas y la privación de libertad en
sitios que no estén oficialmente reconocidos y controlados.
El Ministerio francés de Asuntos Exteriores fue hoy la sede de la
firma de ese documento, que empezó a negociarse hace un cuarto de
siglo y que fue aprobado en diciembre pasado por la Asamblea General
de las Naciones Unidas.
La Convención establece como derecho absoluto el que nadie sea
sometido a una desaparición forzada y define ésta como cualquier
tipo de arresto, detención, secuestro u otra forma de privación de
libertad de una persona por parte de funcionarios de un Estado o de
particulares pero con apoyo estatal.
Cuando el texto entre en vigor, los países de la ONU deberán tomar
medidas adecuadas para investigar los casos de desaparición y
reformar sus legislaciones para que la práctica sea tipificada como
un delito criminal.
Está previsto que se cree una comisión internacional integrada por
diez personas cuya labor será hacer un seguimiento de la aplicación
de la Convención en los diferentes países.
La ratificación de al menos una veintena de países hará efectiva
la entrada en vigor de este documento, que cuenta con 45 artículos.
Uno de los salones de ceremonias del Ministerio de Exteriores francés
acogió ese acto, al que asistieron, entre otros, la responsable de
la Alta Comisaría para los Derechos del Hombre de la ONU, Louise
Arbour; el fiscal del Tribunal Penal Internacional, Luis Moreno
Ocampo; el presidente de la Cruz Roja Internacional (CICR), Jakob
Kellenberger, así como representantes de organizaciones de derechos
humanos, ministros y embajadores de medio centenar de países.
La presidente de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo, Marta Vázquez
Ocampo y la senadora argentina
y "primera dama" de ese país, Cristina Fernández de
Kirchner, estuvieron presentes asimismo.
Antes de la firma tomaron la palabra algunas personalidades, entre
las cuales la nota más emotiva la puso Marta Vázquez Ocampo, quien
dio las gracias "en nombre de todas las víctimas de las
desapariciones".
Con el pañuelo blanco en la cabeza que distingue a las luchadoras
de la Plaza de Mayo de Buenos Aires, Vázquez Ocampo dijo que esta
Convención consagra los esfuerzos en favor de la verdad y la
justicia y reconoce los esfuerzos de sus compañeras, que nunca
invocaron "ni la venganza ni la violencia".
Cristina Fernández elogió la labor de las mujeres de la Plaza de
Mayo y aseguró que su país fue "un laboratorio de las prácticas
del terrorismo de Estado para implantar un modelo político, social
y económico de exclusión".
Arbour y Kellenberger coincidieron en pedir a los Estados que se
esfuercen en ratificar a nivel nacional la Convención lo más rápidamente
posible para que pueda entrar en vigor y acabar así con cualquier
sentimiento de impunidad.
El responsable del CICR puso énfasis en que los seres humanos
requieren protecciones jurídicas y dijo que las desapariciones
forzadas son una violación del derecho de las propias víctimas y
de sus familiares.
Por su parte, la comisaria de derechos humanos de la ONU afirmó que
la Convención reconoce que todas las víctimas y sus familiares
podrán "saber la verdad" y advirtió a los Estados, sin
mencionar expresamente a alguno, que recurren a los centros de
detención ilegales.
Las dictaduras en Latinoamérica de los años 70, que recurrieron a
las desapariciones forzadas, fueron uno de los factores principales
para impulsar el debate sobre la necesidad de crear un texto
internacional como el suscrito hoy en París.
No obstante, el fenómeno persiste y un grupo de trabajo de la ONU
estableció que en 2005 se habían producido 535 nuevos casos de
desapariciones forzadas en veintidós países, mientras 41.000
siguen sin aclarar.
Entre los países firmantes hoy figuran Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Honduras, México,
Paraguay, Uruguay, Marruecos y Túnez.
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