UNA FLOR PARA SUSANA VALLE

Este domingo, 2 de septiembre de 2007 a las 11, en el cementerio de Olivos, frente a la bóveda donde descansa junto a su padre asesinado por la  dictadura genocida de Aramburu y Rojas; y a sus mellizos asesinados por la  dictadura genocida de Videla y Massera, estaré para ofrecerle simplemente una flor  y mi recuerdo, invito a todos quienes me quieran acompañar a que así lo hagan y que  simplemente hagamos eso, llevemos una flor, ella era así, simple y concreta,  valiente y heroica cuando hizo falta.

No se ha invitado formalmente a nadie, ni autoridades, ni candidatos, no habrá 
–seguramente- medios que cubran, simplemente así boca a boca, militante a militante 
el que quiera venir que venga, bajo la consigna
"UNA FLOR PARA SUSANA"

Porque este 2 de septiembre hace exactamente un año que la querida Susana Valle se unió al comando celestial, donde tantos cumpas la esperaban para  abrazarla y compartir con ella recuerdos, charlas, luchas y utopías. No se fue,  porque ella continúa en el recuerdo de todos aquellos que la hemos conocido, de  quienes disfrutamos su presencia y admiramos desde siempre su nombre, un símbolo  vivo de la resistencia peronista. Susana era el peronismo que Evita definió: "el peronismo será revolucionario o no será nada…"

Quince años vivió junto a su padre héroe, el Grl. Juan José Valle; disfrutó con él  los diez años más felices de la Argentina de Perón; compartió a su lado la lucha  por la recuperación de la soberanía popular avasallada por la dictadura de Aramburu  y Rojas; estuvo a su lado en la penitenciaría de Av. Las Heras hasta el último minuto -previo a su asesinato por las balas de revolución fusiladora-. Desde ese mismo  momento formó parte de la resistencia peronista, se convirtió en sinónimo de  peronismo y de resistencia, integrando, con un rol político, tanto las Fuerzas  Armadas Peronistas (FAP) como la conducción del Partido Auténtico, una organización de superficie del Movimiento Peronista Montonero. En las malas, ella siempre estuvo.

Logró esconderse de la última dictadura en los años 70, y se casó; el genocida  Menéndez la mandó a prisión clandestina en 1978, donde fue sometida a torturas y vejaciones; con la misma templanza de su padre, también ella fue inquebrantable, aún cuando, en una de las tantas las sesiones de tortura, perdió –soportando la picana- su embarazo de mellizos. Un año más tarde tuvo a su única hija, Soledad, a quién protegió hasta el último aliento junto a sus ocho nietos.

Es inolvidable su risita cómplice y su mirada picara cuando, compartiendo un trago  o un café, ella solía recordar: "Estuve presa antes de tener la llave de mi casa";  o con una estampida risueña nos contaba que en aquellos años de persecución y genocidio: "… cuando explotaba un cohete o se oía el estallido de una sidra descorchada, venían y me ponían en cana. . . por las dudas".

En las buenas, jamás ocupó ningún cargo, ni fue candidata, ni convocada. En las  buenas no la tuvieron en cuenta, la ningunearon, la ignoraron.

Cuando presentó su pedido de reparación (año 1999) por todo el tiempo de detención 
ilegal, que le otorgaba la Ley 24.043 le fue rechazado, fundamentándose que no se  podía comprobar el tiempo que estuvo privada ilegítimamente de su libertad; y al  solicitar el beneficio que le concedía la Ley 25.192, por la muerte de su padre héroe (año 2000), a la fecha aún no le fue concedido ni a ella –entonces-, ni a su  hija Soledad –actualmente-, aduciendo que no presentó la declaratoria judicial que determine que Susana Valle era la heredera del Gral. Juan José Valle…; su hija y sus nietos aún esperan que el Secretario de Derechos Humanos (que la fue a despedir, compungido, el día de su velatorio) alguna  vez firme la resolución que les permita percibir esa reparación económica, mas allá de formalidades estupidas.

Saben que, me la imagino hoy a Susana, ya sin dolores ni enfermedades, sin  necesidades básicas que cubrir, sin hambre que la acose, sin falta de vivienda que  la acompañe, simplemente disfrutando la compañía de su padre, del mío, de todos los  compañeros y compañeras que la precedieron en el ingreso al comando celestial y  diciéndome: "Y bueno Daniel, los cumpas son así no te calientes tanto chiquito deja, alguna vez se acordaran".

COMPAÑERA SUSANA VALLE
PRESENTE
AHORA Y SIEMPRE