31
de marzo de 2007.
Julián Bruschtein para Pagina 12.)
Fue
amedrentado otro testigo que acusa al ex subcomisario Luis Abelardo
Patti en causas de delitos de lesa humanidad cometidos durante la
dictadura militar. El martes 6
fue baleado el frente de la casa de Elena Gómez en Lincoln,
provincia de Buenos Aires. A pesar de ser reconocida la actuación
del ex policía en la zona norte de la provincia, la causa es una de
las dos en las que se acusa al ex intendente de Escobar y candidato
a gobernador bonaerense de haber actuado en la zona de La Plata.
“El
martes pasado, media hora después de la medianoche, en casa ya estábamos
todos acostados en la cama cuando escuché un tiro y el chirrido de
un auto acelerando. Yo me asusté y salieron mi hijo y un vecino a
ver qué pasaba, porque también habían escuchado lo mismo. Después
no supe nada más hasta el día siguiente, cuando volví del
trabajo, revisé el frente de casa y descubrí el orificio que había
dejado la bala.” El relato pertenece a Elena Gómez, empleada
municipal de la localidad de Lincoln, quien hace un año y medio
inició una querella en contra del ex subcomisario por su actuación
en grupos de tareas que operaban en la zona de La Plata. Elena
cuenta que “cuando me di cuenta de lo que había sucedido, quise
llamar al Centro de Protección a las Víctimas, y
mi celular y el teléfono los tenía muertos, no
funcionaban. Ahí entendí lo que estaba pasando de verdad”.
La
historia empezó en septiembre de 1976, cuando vivía con su marido
y su hijo en una casa de La Plata, cercana a la zona del Bosque.
“Eran cerca de las dos de la mañana, cuando nos tocan el timbre y
nos gritan `Abran, policía’. Se metieron tipos por todos lados,
que nos preguntaban por Samuel Stola, un primo médico de mi marido
que atendía en esa casa. Nos separaron a los tres y yo quedé sola
con cuatro tipos que me apuntaban. Al nene, Juan Cruz, que no tenía
más de dos años, lo llevan al patio y se escucharon algunos tiros.
Nos hicieron creer que lo estaban fusilando para ver si así les dábamos
algún dato”, relata Gómez.
El que parecía el jefe
del grupo se mantenía alejado e “intentaba que no lo veamos.
Recuerdo que en un momento que tenía mis documentos en la mano y
cruzamos las miradas. Me dio la impresión de que lo conocía, pero
entre los nervios y la angustia por mi hijo no pude reconocerlo”.
La mirada de aquel verdugo no pudo olvidarla. Treinta años más
tarde lo vio por televisión “en un programa de Mirtha Legrand, y
en seguida me di cuenta de que era él. Ya lo había visto en otra
ocasión, pero no podía confirmarlo. Ese día le mandó un saludo
al pueblo de Baigorrita, donde nació, y se me aclaró todo. Yo
también soy de ahí, y resulta que lo conocía del pueblo. No tuve
dudas”, dice con firmeza. Samuel Stola, médico pediatra, y su
mujer, Raquel Sciarreta, psicóloga, desaparecieron finalmente en
noviembre de 1976, y no se supo nada más de ellos.
Unos
años más tarde, su hijo Juan Cruz le comentó el caso de Chicha
Mariani, quien busca a su nieta apropiada y es abuela de Plaza de
Mayo, y le pidió que dejara de lado su bajo perfil porque podía
ayudar con su testimonio. Mariani era la única que sindicaba a
Patti operando en la zona de La Plata. Con la causa que abrió como
querellante Elena Gómez, le dio sustento a la acusación de la
abuela.
La
abogada Laura Goity, quien patrocina a Gómez, contó a Página/12
que “presentamos la denuncia el viernes, y ese mismo día
obtuvimos respuestas. El juez (Arnaldo) Corazza se movió con mucha
rapidez y, a través de la Fiscalía Nº 6 de Junín, por la noche
Elena tenía custodia en la puerta de su casa”. En cuanto a la
investigación del incidente, dijo que “el análisis pericial
científico indicó que el orificio del proyectil era de un arma de
mediano o alto calibre”. En el transcurso de esta semana habrá
novedades judiciales sobre el tema.
“Es
vergonzoso que sigan pasando este tipo de cosas. Es gente que tiene
mucha impunidad y está convencida de que no va a perderla”,
asegura Elena, y agrega que “la reacción de la Justicia fue
buena, me sentí contenida y eso es importante. Pero debería tener
más celeridad con los casos de derechos humanos”.
Denuncian un secuestro (Página12 03/04/2007)
Escobar volvió a ser zona liberada. Daniel Cochetti, titular de la
Asociación de Ayuda a las Víctimas –una organización no
gubernamental (ONG) que se ocupa de los casos de gatillo fácil– fue
obligado a subir por la fuerza a un automóvil, donde lo
“encapucharon” para no poder ver a sus captores y le “pegaron”
duramente mientras lo interrogaban sobre las actividades de la ONG que
dirige. Después de una hora de golpes y torturas, Cochetti fue
liberado en el mismo partido de Escobar (donde también fue
secuestrado el militante kirchnerista Luis Gerez), aunque sus
colaboradores en la ONG –que efectuaron la denuncia– no alcanzaron
a precisar el lugar. Hoy al mediodía, en la calle Las Lomas 1122 de
Escobar, el propio Cochetti brindará una conferencia de prensa, en la
que dará detalles de la situación que atravesó durante la jornada
de ayer. Miembros de la asociación no descartaron que el
“secuestro” esté vinculado con las investigaciones y denuncias
sobre las que vienen trabajando desde que comenzaron su labor en ese
distrito del Gran Buenos Aires.