COMISION DE EXILIADOS ARGENTINOS EN MADRID - PAGINA PRINCIPAL  

 

(Carta con información complementaria sobre la ley de reparación del exilio en Uruguay enviada por un compañero uruguayo)

Salud compañeros, quería darles alguna informacion acerca del tema Uruguay!Yo soy Uruguayo , y además viví en Argentina hasta el 77 cuando NNUU me saco para Canada!!!

 Copio parte de vuestra información para entregar la nueva 

Tema 7 (de la nota de COEPRA)
Aquellos que tengan amigos y compañeros uruguayos que fueron exiliados avísenles que el Senado del Parlamento de la República Oriental del Uruguay ha aprobado el 5 de septiembre, una ley reparatoria para los compañeros uruguayos que estuvieron presos, clandestinos o debieron abandonar su país durante la dictadura y en los años previos. Si bien esto significa que la ley tiene recién media sanción, quien necesite el texto que se comunique con nosotros ya que disponemos de una copia.

  La novedad es que Diputados también aprobó ya la ley de reparación y les mando el extracto de la información:

   Esto publico el diario La Republica en Uruguay y lamentablemente aun no es accesible la información oficial en la pagina de la Presidencia para acceder al texto oficial! aun así vale la información!

                                                               Saludos Raul Martinez

 


 

Durante el plenario se revivió con énfasis la lucha contra la dictadura

Diputados aprobó una de las leyes de reparación de derechos más esperadas

Por unanimidad, el plenario de la Cámara de Representantes hizo ley el proyecto ­que contaba con aprobación del Senado- por el cual los ciudadanos que no pudieron acceder al trabajo por razones políticas o sindicales entre el 9 de febrero de 1973 y el 28 de febrero de 1985, recuperan sus derechos jubilatorios y pensionarios.

Antonio Pippo

Las barras se fueron colmando poco a poco, en respetuoso silencio, mientras a las puertas del viejo edificio parlamentario una larga cola denunciaba el interés de muchísima gente por asistir a la sesión.

José Luis Blasina (Partido Socialista), miembro informante, destacó --con su estilo pausado, respetuoso y elegante de caballero decimonónico-- que el proyecto llegaba al plenario con la media sanción del Senado y aprobado por unanimidad en la Comisión de Seguridad Social de Diputados. Resaltó la colaboración de legisladores de todos los partidos y, a renglón seguido, agradeció el aporte de las organizaciones sociales que tanto trabajaron por zanjar esta cuestión.

Su exposición, meticulosa y precisa, hizo hincapié en los aspectos esenciales del proyecto, que complementa normas anteriores y, en especial, da una solución más amplia y adecuada que la establecida por la ley 17.449, del 4 de enero de 2002. Blasina dijo que se había debido enfrentar un problema delicado y complejo y, aunque adelantó que era imposible contemplar todas las situaciones, precisó que el texto a consideración prevé hacer correcciones en el futuro. De este modo, enfatizó, "el Parlamento ha estado a la altura de su verdadera responsabilidad". Nadie osó contradecirlo.

Y luego pasó a los detalles. En el Capítulo I, artículo 1º, para el caso de las personas que se vieron obligadas a abandonar el país, se prolonga la fecha de retorno del 1º de marzo de 1987 al 1º de marzo de 1995. Por otra parte, se incorporan aquellas personas que hayan sido despedidas de la actividad privada al amparo del decreto de la dictadura del 4 de julio de 1973, y se ampara a quienes fueron detenidos o debieron abandonar el país antes del 9 de febrero de 1973.

Asimismo, se prolonga el cómputo ficto de servicios para las personas incluidas en el artículo 1º, en el lapso que haya insumido el reingreso a la actividad formal, hasta el 28 de febrero de 1985; se incrementa considerablemente la asignación computable mensual, durante el período ficto de servicios, hasta un monto equivalente a once bases de prestaciones y contribuciones; se consigna que el monto mínimo de jubilación será de cuatro bases de prestaciones y contribuciones y que se podrá aumentar en caso de circunstancias especiales; se ampara a aquellas personas que, contando con 60 años de edad, computen un mínimo de diez años de servicios anteriores o posteriores al período de reconocimiento ficto; se incluye a las personas que hayan fallecido o hayan sido declaradas ausentes, reconociéndose en esos casos el derecho a una pensión de sobrevivencia; se incluye también a quienes, habiendo desarrollado actividades laborales simultáneas, no fueron reparados por alguna de ellas; y se establece una pensión especial para las personas procesadas por la Justicia Civil o Militar en el período considerado, equivalente a ocho y media bases de prestaciones y contribuciones mensuales.

Entre el primero y segundo año de vigencia de la ley, una Comisión Especial, a través del Poder Ejecutivo, hará a la Asamblea General una evaluación de la norma a fin de, eventualmente, establecer los correctivos que correspondan.

También es de interés informar que habrá un plazo de 180 días, a partir de la constitución de esa Comisión Especial creada por la ley, para que los peticionantes hagan su presentación.

Finalmente, cada base de prestaciones y contribuciones equivale al valor del salario mínimo nacional a la fecha de vigencia de la presente ley.

 

El Frente unido

Pese a la amplitud, minuciosidad y contundencia del informe de Blasina ­y pese a que unánimemente se le elogió y se reconoció que "después de lo dicho, poco había para agregar"- representantes de todos los sectores del oficialismo decidieron hacer sus exposiciones.

Doreen Ibarra (Fidel 1001), inusualmente enérgico aunque muy urbano, se explayó contra quienes dieron el golpe de Estado en 1973 y, en particular, sobre un decreto, al que calificó de vergonzoso", que respondió a la huelga general de ese año convocada por la CNT.

Diego Cánepa (Nuevo Espacio), con vigor juvenil y estilo ardoroso, argumentó que este proyecto "expone la responsabilidad del Estado en lo que ocurrió" y enalteció la lucha de la izquierda contra la dictadura. Esto enojó mucho a Sergio Botana (Alianza Nacional), quien, perdiendo ligeramente la compostura, y por más que se mantuvo recostado en la banca ­se ve que estaba cómodo- gritó: "¡Miente, Cánepa, el Partido Nacional también tiene una historia de lucha por la libertad!"; hubo quien no lo escuchó porque el presidente de la Mesa, poniendo la pelota debajo del brazo como Obdulio en Maracaná, no le abrió el micrófono. Cánepa siguió con lo suyo y rindió homenaje, en el nombre de Luis Stolovich, a todos quienes lucharon por esta iniciativa parlamentaria y han fallecido. Pero entre los blancos persistía cierto desacomodo emocional y Mauricio Cusano (Alianza Nacional) también le mostró a Cánepa su disgusto, claro que con mucho más estilo de gaucho con oficio que Botana, recordándole que "nosotros también aportamos algún granito de arena".

Gonzalo Mujica (independiente Frente Amplio) puso paños fríos y expresó su profunda alegría y honor ­la alegría pasó inadvertida y el honor, conociéndolo, cualquiera se lo reconoce- por votar este proyecto, que "homenajea a pequeños grandes luchadores por la felicidad colectiva".

Daniela Payssé (Asamblea Uruguay) también dijo estar alegre ­como tampoco se le notó seguramente iba por dentro- y sentir responsabilidad por el camino transitado junto a tantos compañeros cuyos derechos, a partir de ahora, serán reparados. Y sentenció que la seguridad social es uno de los derechos humanos esenciales, que hacen a la dignidad de la persona.

Enseguida, Nora Castro (Espacio 609) ­con elocuencia y tono magisterial de barricada- reivindicó la contribución a lo público, a lo social, con sacrificio de lo personal, realizado por todos aquellos a quienes ahora se reparará, al menos en parte; Eduardo Brenta (Vertiente Artiguista) leyó una carta de Bordaberry negando, en 1973, que en Uruguay hubiese detenidos por razones políticas y se declaró orgulloso de haber integrado ese grupo de personas de cuya existencia el dictador dijo no tener noticias; y Gustavo Guarino (Alianza Progresista), apoyado por una interrupción concedida a su compañero Pablo Pérez, recordó a los que ya no están para celebrar este acto de justicia.

 

Un debate que no fue

Sorprendiendo a unos cuantos, Washington Abdala (Foro Batllista) habló y separó tantos con tono calmo e inocultable astucia. Fue el único momento de la sesión en que ningún legislador se distrajo mientras hablaba otro. Cierto es que varios se concentraron en el diputado colorado no tanto por la calidad de su alocución sino por la calentura que les fue metiendo entre las ropas.

Abdala felicitó a Blasina porque no había incurrido en consideraciones políticas ni ideológicas, expresó su respeto por la norma que iba a votar y por las personas a las cuales se beneficiará y, al final, metió la cuchillada trapera: "Las discrepancias son con la mirada histórica sobre cómo se sucedieron los hechos"; "rechazo el terrorismo de Estado, pero cuando en democracia se pretenden subvertir el orden institucional ese terrorismo también es negativo"; "muchos se pegan en el pecho ahora, pero entonces se arrimaron a los comunicados 4 y 7"; "cuando Quijano dijo que lo esencial era la institucionalidad no muchos lo siguieron"; y, cerrando, "la mirada prospectiva debe ser de reconciliación, nadie puede tener el monopolio de la sensibilidad para excluir a los demás en la construcción del futuro".

Cuando en las tribunas se palpitaba un furibundo contragolpe, las barajas fueron al montón.

Primero, el freezer: luego de Abdala hablaron Carlos Signorelli (Foro Batllista) ­"hoy damos un paso más en algo que comenzó hace mucho"- y Beatriz Argimón (Correntada Wilsonista), quien recordó la anécdota de su padre, destituido por la dictadura cuando ella era todavía una tierna, muy tierna adolescente.

Y después el presidente Cardozo dijo "se va a votar", se votó nomás y se aprobó el proyecto por unanimidad y en medio de encendidos aplausos, en sala y en las barras.

Enseguida, Abdala, con sigilo y cierta satisfacción, se retiró. *