COMISION DE EXILIADOS ARGENTINOS EN MADRID - PAGINA PRINCIPAL
Madrid 23 de agosto de 2006 Señor Marcelo Helfgot Los
integrantes de la Comisión de Exiliados Argentinos – Madrid hemos
tenido un tardío conocimiento del artículo publicado por usted en el
diario Clarín del 07/08/2006. Mas
allá de la indignación y perplejidad que nos causó la lectura del
mismo nos sentimos en la obligación, por nuestra propia historia, a dar
una respuesta a los conceptos por usted desarrollados en la mencionada
nota. Usted
dice:” Podría darse
que un grupo aventajado por sus contactos internacionales califique como
exiliado político —exhibiendo status de asilado o refugiado— y que
parte de sus beneficios sean solventados vía impuestos por una
mayoría de perseguidos imposibilitados de reunir pruebas. Sin contar al
resto que se quedó en el país y fue privado de derechos civiles, políticos
y sociales.” Afortunadamente la existencia de organismos internacionales de solvencia junto con gobiernos democráticos, solidarios con los perseguidos por estados totalitarios y genocidas permitió el reconocimiento de la condición de refugiados a una cantidad de compatriotas lo que les brindó cobijo y protección. Usted intenta descalificar tanto a las organizaciones reconocidas y gobiernos que han dado cobijo a los exiliados como a los propios perseguidos llamándolos “grupo aventajado” y dando por sentado que las organizaciones no cumplen diligentemente su tarea solidaria ¿Descalifica usted a
los gobiernos de países que mantienen la tradición de refugio al
perseguido? ¿Descalifica usted la
labor y la existencia de los organismos internacionales, ACNUR por
ejemplo? ¿Cree que son
privilegiados quienes son protegidos por ellas? ¿No esta usted de
acuerdo con la existencia de estos organismos? ¿Colaboraría usted con
sus impuestos para que estas organizaciones existan? ¿Le daría usted a estos perseguidos, torturados y trasterrados la condicion de exiliados o pretende descalificarlos por ser perseguidos? Usted habla de “beneficios” cuando se debe hablar de una reparación en la que todos estamos de acuerdo en que ninguna cifra puede compensar el dolor de las perdidas sufridas: identidad, marco familiar, proyectos laborales, profesionales y algo mas importante la construcción de un proyecto político solidario. ¿No le preocupan a
usted los “beneficios” conseguidos a través de la corrupción
necesaria para desmantelar el aparato productivo y laboral de nuestra
patria, con la colaboración de la oligarquía y políticos comprados? ¿Tampoco le preocupa a
usted las canallas comisiones pagadas a parlamentarios elegidos democráticamente
y que usaron sus escaños para modificar la legislación laboral en
contra de los trabajadores? ¿Desde su posición privilegiada como
periodista investigó y denuncio estos hechos? ¿Con los impuestos de
quien se pago este jolgorio de corruptos y cipayos? Tanto los que se fueron
al exilio como los que se quedaron sufrieron la privación de derechos
civiles, políticos y sociales. Por supuesto que aquellos perseguidos por la dictadura que no pudieron o no quisieron irse del país deben tener el reconocimiento y reparación correspondiente, la ley de reparación del exilio es un paso importantísimo para que también logremos la reparación del exilio interior, pero señor periodista sea sincero y no utilice el extrañamiento de unos para enfrentarlo con el dolor de otros, de la misma manera que la reparación a los familiares de desaparecidos no se enfrentaba a la de los presos, y la de esta no se enfrenta con la de los exiliados. No hay razón para que el debate dentro de la sociedad no permita e impulse la reparación de todos los perseguidos por la dictadura. Señor periodista: ¿no
temerá usted que la búsqueda necesaria de pruebas, como lo exigirá la
ley sea un revulsivo que provoque una revisión histórica profunda Usted
dice: “Es posible que
pronto Felisa Miceli se vea intimada a balancear sus aires
setentistas, comparables a los del presidente Néstor Kirchner, con
su reconocido apego al control del Tesoro público” Afirmamos que “El estado es responsable de su accionar” por lo tanto no es la consecuencia de principios de una ministro de economía entre sus luchas de juventud y su responsabilidad actual, quien decida la aprobación de una ley. Será una decisión política que toma el parlamento la que obligue al estado ha hacerse responsable de las atrocidades que los militares cometieron cuando tenían su dominio íntegro. ¿Usted cree que es
contradictorio el control de los dineros públicos por parte del estado
y la decisión que tome éste con respecto a la reivindicación de la
justicia?¿o prefiere el otro estado, aquel que utilizo el Tesoro público
para la tortura y la represión?. En su nota no hace
referencia a que el estado genocida implementado por los militares
obedecía a un proyecto de desindustrializacion y entrega, definido en
otras esferas de poder, encargándoles el trabajo sucio a unos ejércitos
que traicionaron su cometido Usted
dice: “Si prospera el
apuro de los diputados oficialistas por convertir en ley la reparación
monetaria de los exiliados por razones políticas en los 70”, Le recordamos que este proyecto de ley reivindicatoria comenzó su andadura por los sinuosos pasillos burocráticos en 1998. Donde usted observa el apuro, no cree tal vez que lo que hay es un pensado retardo y que por fin esta legislatura democrática intenta cumplir la función que le corresponde Usted
dice: “La Comisión de
Derechos Humanos dictaminó el martes, con amplia mayoría K, en favor
del proyecto sancionado por el Senado en marzo del año pasado.
Contempla un beneficio de 107,50 pesos por cada día de exilio...”
¿Antepone el problema
del dinero ante la posibilidad de llevar a la práctica una vez por
todas principios éticos y morales? ¿o usted propone el olvido de estos
principios? Fundamentalmente
le decimos que una reparación económica nunca puede reemplazar al
dolor de los perseguidos y sus familiares. Pero es la forma que el
estado tiene para hacerse cargo de su accionar
mediante una ley que promulgue el parlamento señalando ante la
historia lo que nunca debió haber pasado, intentando paliar sus efectos. Usted
dice: “Esas son sólo
algunas aristas de la tormentosa polémica que amenaza con dispararse
cuando el tema aterrice en el recinto, previo paso por la Comisión de
Presupuesto, el principal obstáculo que tiene delante. De hecho, una
ampliación acrítica de las reparaciones a los afectados por la represión
—y que el proyecto extiende a sus hijos— provocaría irremediables
desigualdades” La tormentosa polémica la desatan las personas que utilizan los medios de
comunicación no para reflejar la opinión pública sino para crear una
“opinión publicada” insolidaria, desmemoriada y antidemocrática. Mediante esta metodología ¿se intenta influir en
el poder legislativo? La ley no propone una reparación acritica, muy por
el contrario, el estado mediante
la reglamentación de la ley de reparación del exilio debe poner los
medios para comprobar la veracidad de los exilios. Los hijos de
exiliados han pagado por el compromiso de sus padres con el desarraigo y
la rotura familiar ¿no cree usted que son damnificados directos? Usted
dice: “Curiosamente,
el plazo de vigencia del beneficio no da comienzo con el golpe militar,
sino que se remonta al día en que el gobierno democrático encabezado
por Isabel Perón decretó el estado de sitio…”
Se
asombra usted que la ley pueda beneficiar a los que se exiliaron antes
del golpe militar, señor periodista usted debería saber, tanto como
nosotros, que la triple A con sus amenazas y asesinatos obligó a
exiliarse desde 1974 no solo a políticos y militantes populares sino
también de científicos, intelectuales, artistas, etc. Como ejemplo le
informamos que uno de los actuales integrantes de CEAM trabajaba en un
instituto de investigación donde los máximos impulsores de tecnología
necesaria para el país: electrónica y física del plasma, amenazados
por la triple A en 1974 debieron exiliarse Usted
debería saber como hombre informado, que la represión y persecución
masiva de los militantes populares se inicia en septiembre de 1955 y se
estructura con la exclusión de la participación política del 60 % de
los argentinos cuyo núcleo de resistencia fue la clase obrera. Otra
de sus afirmaciones con las que usted intenta
la descalificación de la ley es ésta
podría alcanzar a los dirigentes de la guerrilla de los años 70, si
bien esto queda para los legisladores y sus reglamentaciones le pedimos
que sea serio y no utilice el argumento de que pueda alcanzar a una
decena de dirigentes cuando en
realidad lo que usted parece propugnar, utilizando el diario Clarín
como tribuna, es que no se
promulgue la ley que reconocería la existencia de cientos de miles de
exiliados de la dictadura (muchísimos de ellos ya
fallecidos)…realmente lo que se desprende de sus criticas al proyecto
de ley es similar al planteo
de Hoy: no reconozcamos mediante ley la existencia de exiliados Usted
dice: Otra curiosidad: el proyecto presentado por el senador salteño Marcelo
López Arias, con aval del Gobierno, no encontró resistencias en la Cámara
alta. Se aprobó sin debate con 38 votos a favor y la única abstención
del radical Rodolfo Terragno, quien se excusó para no votar una ley que
lo beneficia por haber estado en el exilio. ¿Adoptarán la misma
actitud los diputados que en los años de plomo se refugiaron en el
exterior? Señor
periodista usted debería saber que los legisladores promueven leyes que
son los pilares donde se edifica la sociedad, la aprobación de las
mismas debe ser independiente de las historias personales, se aprueban
para que la sociedad se organice, administre y sobre todo ….no olvide
y construya sobre experiencias pasadas el futuro de la misma.
Cristian
Areal, José Portas, Julio Miguez y Luis Calero Integrantes
de la Comisión de Exiliados Argentinos - Madrid
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