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                                           Madrid, 18 de mayo de 2004


A los compañeros de la Comisión de  Exiliados Políticos de la República Argentina ( COEPRA )


Nos emociona saber que, aunque a la distancia pero con naturalidad y sincronía, estamos actuando codo a codo por un hecho justiciero sin precedentes.


Vincular el exilio a los derechos humanos, dejará de ser una excusa discursiva para pasar a ser un reclamo combativo de primer orden contra un estigma de cruel vigencia entre los grandes padecimientos de la humanidad.


Exigir con vigor la reparación del arrebato de la identidad personal y colectiva tras el destierro obligado, ya no será una instancia formal de apelación al poder y pasará a ser una bandera de convicción y de militancia: los estados que expulsan población mediante el terror, la exclusión o el quebranto económico, deberán responsabilizarse de sus excesos represivos.


No somos un tribunal popular más para solaz de la venganza, pero cada uno de nosotros "es" un tribunal popular de la memoria y de la conciencia histórica.


La lucha por los derechos humanos empieza por el respeto que deben tener los estados ante la integridad del cuerpo social, sin discriminaciones, sin deformaciones, sin expulsiones.

Debe acabar el método de "el que no está conforme que se vaya", o "el que no  puede pagar que mendigue en el extranjero", o el "que no se adapte que huya".

 
Millones de seres humanos invadiendo fronteras a pecho descubierto sin coste alguno para los estados que los echan, millones de desterrados vagando por países extraños buscando un lugar en dónde hallar lo negado en las tierras natales.

Cientos de miles de argentinos lo hemos experimentado en carne propia a partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976. Y por lo tanto sabemos que, aunque muchos ya somos supervivientes, éste es un fenómeno artero que trabaja para el desquicio personal y comunitario y, al cabo, algo primordial en todos nosotros se va muriendo.

Es incuestionable: los exiliados argentinos en Madrid tenemos la certeza de que juntos con los compañeros de COEPRA, enfrentamos un problema reivindicativo de alcance histórico y de alto poder unificador.


Nos alegra y conmueve compartir este excepcional punto de partida y hacemos llegar por su intermedio, un jubiloso saludo al actual gobierno argentino que acaba de demostrar dúctil sensibilidad y viva inteligencia ante este  reclamo trascendente.

Un fraternal saludo.


Comisión de Exiliados Argentinos de Madrid

( CEA-M )