COMISION DE EXILIADOS ARGENTINOS EN MADRID
Hoy se cumple un año más, del genocida Golpe Militar Argentino, y hoy
estamos junto a todo el
pueblo de España, sumergidos en un nuevo horror, con rabia e impotencia ante al
incalificable atentado perpetrado por un grupo terrorista islámico contra
trenes repletos de trabajadores, jóvenes, niños, ancianos, todos ellos
inocentes. Lloramos cientos de muertos, de heridos y participamos del dolor y del
desconsuelo de sus familiares y también del estupor de la sociedad española
ante tanto dolor injustificable e inexplicado.
Las necesidades de reacomodamiento de los poderes económicos, políticos
y militares mundiales, con su hegemonía bélica, han generado monstruos que, sólo
conciben el Terror como forma de imposición de sus ideas, sus valores sociales,
económicos, éticos, religiosos y culturales, para establecer el pensamiento único Ese terror puede ser el Terror de Estado, como el sufrido por la sociedad
argentina a cuyas victimas hoy recordamos o pueden ser acciones sin otro destino
que terror, como las del atentado de Madrid. Pero el terror también se esconde detrás de las intervenciones
militares, mal llamadas humanitarias y de paz, que pretenden garantizar una Paz
y un Orden que nunca serán la Paz y el Orden que los pueblos y los seres
humanos reclaman y desean. Han pasado 28 años desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 y 21 años
del último gobierno militar. El pueblo argentino y nosotros, que somos parte de él, vivimos hoy la existencia de un gobierno que abre las
puertas a muchas esperanzas de justicia y libertad, acrecentadas con la
sentencia del Juez Canicoba Corral, que anuló los indultos den el I Cuerpo de
Ejército. Pero se está muy lejos aún de resolver los problemas heredados de los
gobiernos civiles que acrecentaron la servidumbre a los mandatos y a los
proyectos neo-liberales de un nuevo Orden Mundial impulsado impunemente, a
sangre y fuego, por los militares del el Cono Sur mediante el plan Cóndor
aplicado por la Dictadura Militar Argentina: el plan del genocidio socio –
económico – cultural, con políticas de Seguridad Nacional y de represión
generalizada con 30.000 desaparecidos, miles de torturados,
encarcelados y
exiliados. Somos aún exiliados y represaliados, indudablemente, de la dictadura
militar y de esa represión perversa. Nunca dejaremos de serlo, porque lo somos de la continua descomposición
del Estado Argentino y de la desestructuración política, cultural y productiva
de la sociedad argentina.
Hemos sido excluidos por las viejas políticas y las viejas corrupciones
provocadores de las miserias y pobrezas súbitamente constatadas en el 2001 a
las puertas de las financieras y bancos. Miserias y pobrezas que han
sumado a los anteriores exilios un nuevo fenómeno inédito en Argentina: la
emigración de amplios sectores sociales, hacia el mundo desarrollado, muy
selectivo y excluyente en la integración social. Las raíces de estas miserias se hunden
en los muchos ensayos del Neoliberalismo, con su crueldad y perversión en la
puesta a punto del Nuevo Orden Neo liberal, para
nuestros días y para el futuro, en Latino América y en el Mundo. Por eso, también, nos sentimos desterrado del Ecuador, del México de las espaldas mojadas, del Paraguay o de la
Bolivia siempre olvidados, de tantos lugares del Caribe y de una América Latina
afro-indígena siempre sometida. Sufrimos las agresiones planificadas por parte las administraciones
norteamericanas, organizadora de golpes de estado militares o civiles, imponiéndonos
“democráticos” gobiernos serviles, siempre cruelmente represivos. Recordemos, entre otros, la invasión de Granada, las matanzas en los
barrios pobres de Panamá, el Plan Colombia que se quiere imponer, el armamento
y sostén de la Contra en Nicaragua que destruyó un proceso social renovador,
los bloqueos y los embargos que hambrean a los pueblos y mas aún, las guerras
preventivas
Padecemos también con los
conflictos del Medio Oriente. Nos han desterrado junto a los Palestinos despojados del derecho a un
territorio, o de los Saharauies traicionados y olvidados Nos imponen una mundialización opuesta al Ser Humano solidario y
fraternal, que nos quiere excluir
de la Vida. La Globalización de los mercados, la Globalización del FMI, del Banco
Mundial., del G.7 nos desean marginados y derrotados. Sufrimos el descontrol voluntario de la circulación de los capitales y
las inhumanas migraciones a ninguna parte porque la libre circulación de los
seres humanos está prohibida. Nos destierra el aprovechamiento especulativo de la Naturaleza con la
secuela de su destrucción acientífica y ciega que enriquece a las poderosas
empresas multinacionales. La explotación petrolera descontrolada
en los territorios argentinos es un claro ejemplo en nuestro país. Por eso caminamos los errantes destierros de las hambrunas y los
inciertos destinos de las emigraciones desesperadas de tantos pueblos, de etnias
enteras de las zonas más pobre del mundo para escapar de sus miserias.
Pero ni los exilios, ni los destierros nos pueden acallar, mucho menos
sumirnos en el olvido. Seguimos siendo parte de una Memoria esperanzada, viva y activa; de
las luchas del pueblo argentino para un devenir con más justicia social,
con respeto a la soberanía entre naciones soberanas y con libertad. Pero sobre todo somos parte
de una Argentina en Latinoamérica, de una Argentina en el Mundo. Poseemos una Memoria nacida de la defensa y la búsqueda de la
Igualdad, la Libertad y el entendimiento Fraternal entre los Seres Humanos y los
Pueblos, de la defensa de los Derechos Humanos y su Justicia. Somos parte de una Memoria que se enfrenta a las agresiones militares de
los EE.UU. y sus cómplices, hoy, contra el pueblo de Irak. Mañana contra quien
quieran. Somos parte de una memoria que quiere conquistar la PAZ
Y LA JUSTICIA DE LA DIGNIDAD HUMANA. De una Memoria que se opone AL
NEOLIBERALISMO Y SU BELICISMO. Somos parte de una Memoria que no
admite LA PAZ DE LA HUMILLACIÓN Y LA
SUMISIÓN PARA NINGÚN PUEBLO DEL MUNDO.
(*)Este texto se ha realizado sobre la base de una propuesta de Adolfo Asensio Quirós de CEAM |