COMISION DE EXILIADOS ARGENTINOS EN MADRID

   
Alberto Alonso

 

Madrid  19 de Noviembre de 2003

  Querido Alberto, hace más de 20 años que no nos  vemos y, lo que es mucho peor , que no intercambiamos pareceres sobre estas cosas de las que vivimos, es decir de lo que hacemos con las manos. No te imaginás las palizas que me he dado con el taladro, nunca acabo de fijar las piezas como debe ser. Los otros días se me cegó una broca en un trozo de aluminio mal prensado y casi me rompo la mandíbula.

Es que a veces me descuido y olvido mi pregunta clave para estos casos:  ¿cómo lo haría el Alberto Alonso?.

Charlando en tu taller de El Escorial (afuera hacía un frío de mierda), éramos La Cumbre de los Cuyanos, vos el Presidente Teñido de Ébano y yo el Presidente de los Preguntones; considero que entre mate y mate este presidente se capacitaba. Pero como no solo contaba con tu alto oficio, al pasar los años cada vez que termino un trabajo extraño también  tu serena y afilada opinión.

Quiero confiar que en Argentina durante estos últimos años,  nuestros compatriotas hayan reparado lo suficiente en tu presencia. En aquellos años los españoles solamente especularon con tu maestría, subastaron tu creatividad, cuando no usurparon tu firma. Opinarían "la necesidad del exiliado manda  y hay que agradecer lo que te dén".

Es que no eras un artista plástico del panfleto, eso que suele calmar a la babosería de cierta intelectualidad, pero no, eras une experto en tratamientos, un sutilísimo colorista,y tus arquetipos no necesitaban de gestos ni de desafíos, porque habitaban en lo inmediato, en lo posible de una pincelada y en lo posible en la superficie de un tronco cualquiera.

Pocos, lo digo sin querer hacerte la pelota como se dice acá, pocos suelen tener el coraje de hacer valer esta relación con la realidad, con esta "nuestra materia de trabajo". Porque vos supiste siempre que la insurrección está en saber  que con esta materia se debe procurar exactamente lo que en sus detalles necesita.

Me disculpo por no haberte acompañado en el regreso. Te seguiré consultando. Fraternalmente.  Justo 

 

Talla en madera

Obra de Alberto Alonso