CULTURA

 

RAÚL FRAIRE: COMPAÑERO EN LAS DURAS

 

Tenía un rostro como tallado a formón. Un aspecto recio, huraño, serio, como el de un hombre castigado fieramente por el dolor. Los directores de cine y televisión le elegían por esos rasgos contundentes de sujeto bruto, retobado, cruel, vejador, sin clemencia. En el teatro - donde pudo señorear su enorme y talentosa versatilidad -, iba seguro de un extremo a otro de los humores; trágico o enternecedoramente cómico. En la vida, en los detalles del día a día, aquel careto intimidador no se adecuaba a su ser gentil, generoso, solidario. Raúl transgredía el dictum: en él, la cara no era, el espejo del alma! Raúl Fraire acaba de morir, a sus 70 años, en una clínica de Madrid. Le cobijaron con respetuoso silencio, su mujer - la también notable actriz - Sara Bonet, la "Negra" Bonet, y acongojados amigos

Raúl Fraire fue uno más de los cientos de miles de argentinos que, por causa del golpe genocida de la Junta Militar del 24 de marzo de 1976 busco refugio y protección en los azarosos repliegues del exilio. Su delito? El de esos cientos de miles de desterrados: desear, promover y luchar por una Argentina noble, justa y revolucionaria.

En aquella polarizada realidad extrema de los "setenta" Sara y Raúl, como actores que eran, participaron, en el film "Los traidores", dirigido por Raimundo Gleyzer, quien integraría poco después, la nefasta lista de los ?0 mil "detenidos-desaparecidos", forma eufemística de llamar al exterminio sistemático de lo mejor del pueblo argentino a manos de aquellos húsares mesiánicos, occidentales y cristianos.

Corría 1975 y "Los traidores" - sin llegar deliberadamente a las salas comerciales -, se proyectaba en unidades básicas, sedes de sindicatos combativos, germinales centros de cultura popular. Desvelaba la corrupción burocrática en las cúpulas sindicales entreguistas y mostraba la miseria de unos dirigentes lameculos y de mano extendida hacia el incipiente neoliberalismo que nos arrasa todavía.

No era un hecho aislado esta expresión del cine de base. No estaban solos Solanas y Getino, Jorge Cedrón, Gerardo Vallejos y muchos más directores identificados con los acuciantes motivos centrales de un pueblo postergado y frustrado, ensayaban caminos similares. Era una hendija, una fisura, una brecha lúcida abierta en el monolítico poder conservador de una oligarquía terrateniente y plutocrática. Había que echar luz, imágenes, palabras, canciones y gestos comprometidos en aquella encrucijada crucial. Qué podía haber de perverso en esa necesidad improrrogable de afianzar una identidad de clase, siempre reprimida y amordazada?

Como tantos otros ciudadanos y trabajadores de la cultura, Sara y Raúl se exiliaron en España. Para sobrevivir, se extremaron, denodadamente: títeres en la calle y parques, cine y teatro profesional, televisión. Para Raúl, el papel secundario, el segundo plano, el co-protagonismo, como si en las representaciones dramáticas perdurara el mismo sistema verticalista y jerárquico de la sociedad actual: unas estrellas centrales y alrededor los satélites. Los sin nombre, los don nadie, los sin nada.

Raúl fue camarada de quinta de actores como Alterio, Luppi, Alcón, Vidarte, Briski y los ya fallecidos Luis Politti, Oscar Ferrigno, Lautaro Murúa, entre otros. Todos mostraron y muestran la raigambre creativa y de fundamento social de un movimiento mas cultural que artístico, que es orgullo nacional y asombro admirativo del mundo. Cultura desde el pueblo y hacia el pueblo. Salud, popular, luchadora y obstinada, de aquellos formidables. '70 que aun no han dicho sus últimas palabras. Y que cuando las diga, Raúl Fraire, desprendido compañero, en sílabas victoriosas tendrán escrito tu nombre a fuego.-

Poni MICHARVEGAS

Raúl Fraire, actor multidisciplinario, nació en Santa Fe, Argentina, en 1932.
 Falleció en Madrid., el 29 de setiembre de 2002.-