Movimiento Estudiantil Mapuche
Nuestra histórica demanda por Hogares Universitarios
Coordinadora de Hogares Mapuches del Sur / Temuko – Julio de 2003


El movimiento estudiantil mapuche ha desarrollado en los últimos años un proceso de reorganización interna que le ha permitido posicionarse como un importante actor en el escenario político de nuestro pueblo. A través de la realización de encuentros, participación activa al interior de organizaciones sociopolíticas o en la lucha directa por demandas de carácter gremialista, los estudiantes hemos ido retomando crecientes niveles de organización, toma de conciencia y combatividad que sólo son comparables a los existentes con anterioridad al golpe militar del año 1973 en la desaparecida Federación de Estudiantes Indígenas (FEI).

En este sentido, especial importancia ha tenido en posibilitar este proceso de reorganización, la lucha que desde el año 1997 los estudiantes hemos desarrollado en Temuco frente a las autoridades por la construcción de hogares universitarios para estudiantes mapuches. Esta demanda, por cierto, no es una ocurrencia de última hora de los estudiantes como sector. Por el contrario, se enmarca dentro de las variadas demandas por educación planteadas por el pueblo Mapuche al Estado Chileno desde las primeras décadas del siglo XX. No se trata, por tanto, de una demanda aislada y orientada a satisfacer hoy en día las necesidades puntuales de albergue de determinado grupo de personas, sino más bien, de la continuidad histórica de un proceso de demanda todavía no resuelto hacia el Estado chileno.

Esta demanda por hogares ha sido planteada desde comienzos de siglo por diferentes organizaciones mapuche, desde el instante mismo en que algunos jóvenes de nuestro pueblo logran acceder al sistema educacional chileno. Con el transcurso del tiempo y en gran parte gracias a la fortaleza alcanzada por las organizaciones estudiantiles mapuche durante los albores de la década del 70', la demanda resultó en la construcción de hogares en las ciudades de Temuco, Santiago y Victoria (Diario Austral: Junio, 1972), pero con el fin del gobierno de la Unidad Popular estos recintos fueron en su mayoría expropiados y toda la organización estudiantil, hasta entonces agrupada en la Federación de Estudiantes Indígenas (FEI), resultaría desarticulada por el régimen militar.

Tras el retorno al país de los regímenes democráticos el año 1990, tanto la organización estudiantil Mapuche como el nivel de las demandas por hogares estudiantiles adquirieron un fuerte y renovado impulso. Influyeron en este aspecto tanto las libertades políticas que trajo consigo el fin de la dictadura, como el notorio aumento del número de jóvenes mapuche que logró acceder a la educación superior y que, proviniendo de comunidades rurales, carecían de espacios que los acogieran en la ciudad durante el transcurso del año académico.

El problema comenzó a manifestarse con gran fuerza a partir del año 1993, en la propia ciudad de Temuco, generando entre los estudiantes mapuches organizados, los miembros de los hogares estudiantiles y las autoridades locales, situaciones de conflicto no resueltas hasta el día de hoy. Cabe destacar que gran parte de estos conflictos tienen su origen, en la no-existencia en el ámbito estatal de un presupuesto que año tras año garantice a estos recintos su normal funcionamiento y en la nula voluntad política de las autoridades para obrar en dicho sentido, privilegiando por el contrario un sistema de “becas residenciales individuales” que sólo persiguen a nuestro juicio terminar con los hogares, atomizar a los estudiantes y dispersarnos como movimiento.

Es así como los estudiantes Mapuche de Temuco, por ejemplo, tuvimos que enfrentar a fines del año 2001 la amenaza real de cierre por parte de las autoridades de dos hogares estudiantiles (el Hogar Pvram Peyvm Zugu y el Hogar Universitario Mapuche de calle Las Encinas), los cuales iban a ser clausurados por el gobierno debido a una supuesta "falta de presupuesto" y “escasez de demanda”. A cambio, las autoridades nos planteaban como movimiento el traslado de los ocupantes de dichos recintos a un nuevo y recién construido Hogar Estudiantil en la comuna de Padre Las Casas y que tendría capacidad para un máximo de 100 estudiantes universitarios.

Si bien los estudiantes Mapuche valoramos en su oportunidad la construcción de este albergue estudiantil, fruto de los acuerdos firmados el año 1997 entre el gobierno y los propios estudiantes en aquel tiempo movilizados, rechazamos desde un principio que dicha obra fuera tomada por el gobierno como "moneda de cambio" para el cierre de otros recintos en la ciudad de Temuko. Considerábamos entonces, y el tiempo nos dio más tarde la razón, que difícilmente el Hogar de Padre Las Casas podría dar cabida a todos los miembros de los hogares a clausurar a fines de ese año (ambos hacían un total de 150 estudiantes) y además dar cabida a los cientos de estudiantes mapuche de comunidades que a contar del año 2002 se integrarán a la Educación Superior.

Finalmente y sólo tras un proceso de movilización que nos obligó entre los meses de noviembre y diciembre del año 2001 como movimiento a salir a las calles, ocupar dependencias públicas y realizar incluso una prolongada huelga de hambre al interior de la Catedral de Temuco, los estudiantes logramos frenar los intentos de la autoridad, encabezada por el Subsecretario de Mideplan, Jaime Andrade, de clausurar unilateralmente aquellos dos recintos estudiantiles.

Más aun, los estudiantes también logramos tras dicha movilización el compromiso de las autoridades por habilitar de manera urgente tres nuevos hogares universitarios. Uno de ellos en la ciudad de Santiago, exclusivo para estudiantes mapuches, otro en la ciudad de Valdivia y el último en la ciudad de Osorno. Si bien tuvo que pasar casi un año completo de atraso en el cumplimiento de este importante acuerdo, estos tres recintos se encuentran hoy habilitados y funcionando, albergando en promedio a más de 25 estudiantes universitarios de nuestro pueblo que anteriormente carecían de residencia urbana durante el año académico.

Tras esa conversación con las autoridades y la posterior firma de un protocolo de acuerdo, con el señor Obispo de La Araucanía Manuel Camilo Vial como garante, las cosas no han mejorado para nosotros los estudiantes. Si bien el gobierno se comprometió a realizar una fuerte inyección de recursos económicos para habilitar de mejor manera nuestros recintos, esto no se ha cumplido, careciendo hoy los albergues de Las Encinas y Puram Pegunzugu de mínimas condiciones para albergar a los estudiantes que allí residen durante el transcurso del año académico. Se suma a esto un avanzado incremento del grado de hacinamiento existente en la mayoría de los albergues de Temuco, los cuales en un 30% promedio sobrepasan sus niveles óptimos y normales de habitabilidad.

A continuación, los estudiantes Mapuche entregamos algunos fundamentos de tipo históricos y socioculturales que legitiman nuestra demanda por la mantención de los hogares hoy existentes y por la construcción de otros recintos de este tipo a nivel nacional.


Fundamentación Histórica

Desde el momento que se organizaron las comunidades mapuche para hacer resistencia a los intentos más dominadores e impositivos que provenían de sectores de la sociedad chilena, se entendió que una manera de hacerlo era vía la preparación en el conocimiento de ciertas claves que para el winka (chileno) eran significativas, por ejemplo: aprender a leer y escribir, así como obtener conocimientos en cálculos elementales. Por esta razón, desde la fundación de la Sociedad Caupolicán Defensora de La Araucanía (1910) en adelante, las principales demandas del conjunto de las organizaciones mapuche serán por "tierra" y "educación" (Foerster & Montecino, 1988).

Tempranamente se entendió y luchó porque la educación para los jóvenes mapuche fuera pertinente y accequible, es decir, partiera de su realidad (económica productiva) y contara con beneficios que permitieran la continuidad dentro del sistema. Respecto al tema accesibilidad al servicio, habría que decir que históricamente se ha contado con tres anhelos: ampliar la cobertura de colegios, contar con becas de estudio y conseguir la edificación de hogares estudiantiles (Marimán, 1996).

Tenemos que entonces la sociedad mapuche utiliza el servicio educativo, por medio de sus organizaciones y dirigentes exige demandas concretas en su interior y por último, eleva sus índices de inserción en el sistema por sobre la de otros pueblos indígenas del continente (Vidal, 1989). La preocupación de los distintos gobiernos por integrar al mapuche, ha entrado en sincronía con las demandas educativas del pueblo mapuche, por eso y a contar de la creación de la Dirección de Asuntos Indígenas (DASIN) el año 1952 y cuyo primer director fue Venancio Coñuepán, se han destinado fondos para cumplir con este anhelo del movimiento mapuche: más becas de estudio y más hogares.

La estrategia de muchas organizaciones fue comprometer a los gobiernos en esta tarea. Es así como la Corporación Araucana logró conseguir de parte de autoridades de finales del cincuenta, un espacio donde se instalaría el Instituto de Educación Mapuche "Pelontuwe", el que contaría con hogares y todos los niveles de educación. Para su emplazamiento estaba destinado el Fundo Trianon, donde hoy se instala el Campus Valentín Letelier de la UFRO y el actual Hogar Universitario Mapuche de calle Las Encinas.

El año 1969, la concordancia de las organizaciones de confluir en un organismo que las aglutinara y representara a todas dio origen a la Confederación de Sociedades Mapuche, en la cual juega un papel de importancia las gestiones que realizan los estudiantes mapuche de la Federación de Estudiantes Indígenas (FEI). Esta Confederación conseguirá el año de 1972 y previa la realización de dos congresos nacionales, una nueva ley indígena (17.729), que entre otros elementos creará el Instituto de Desarrollo Indígena (IDI).

Entre las funciones del IDI estarán velar por las condiciones educativas de la población y será en estos años, donde el anhelo y la lucha de los estudiantes mapuche calzarán con mayores espacios de participación y de comprensión de su problemática por parte del gobierno, aunque siempre bajo el prisma de la integración (Coronado, 1973). Becas y Hogares fueron entregados a los estudiantes, y un producto palpable de quienes se sirvieron (y lucharon) por aquellos es la generación de profesionales que tomaron luego responsabilidad en ONGs urbanas como Newen y Lonko Kilapan, y posteriormente en instituciones como la CONADI (como su ex director Mauricio Huenchulaf) o en algunos municipios locales (casos del alcalde de Puerto Saavedra, Domingo Ñancupil y el concejal de Nueva Imperial, José Turra).

De esta época de conquistas sociales data la construcción en Temuco del Centro de Capacitación Campesino Mapuche (1972) y que corresponde hoy días a las instalaciones del Hogar Universitario Mapuche Las Encina, ubicado a un costado del Campus Valentin Letelier de la Universidad de La Frontera de Temuco. Este Centro de Capacitación inaugurado por el propio presidente Salvador Allende, tras el golpe militar del año 1973 fue traspasado a instituciones del régimen ajenas al ámbito educativo, al igual que muchos otros espacios construidos en Santiago y Temuco originalmente para beneficio de los estudiantes mapuche.

Otro ejemplo de esta situación fue lo acontecido con el Hogar de Estudiantes Mapuche ubicado en la Avenida Alemania, el cual había sido creado por el gobierno tras un periodo de movilizaciones emprendidas por los miembros de la Federación de Estudiantes Indígenas (FEI). Tras el golpe militar, este hogar también fue clausurado y sus instalaciones hoy en día pertenecen a la Universidad Católica de Temuco, la cual tiene emplazada allí las oficinas de su Casa Central.

Un último ejemplo lo constituye lo ocurrido con el antiguo Hogar Estudiantil ubicado en calle Las Encinas y conocido más bien como el "Hogar IDI". Este recinto, si bien tras el golpe militar siguió prestando servicios como albergue para estudiantes universitarios, con el retorno de los regímenes democráticos terminó siendo sólo para estudiantes secundarios mapuche, desplazando así a los pocos universitarios que en el se encontraban (1989).

Si bien los gobiernos de la Concertación al crear la CEPI (1991) y posteriormente la CONADI, han tenido en su mira, por mandato de la ley, cumplir con estas exigencias históricas del movimiento mapuche, el tema de los hogares estudiantiles ha sido abordado por los diferentes gobiernos de manera difusa. Esto porque a partir del año 1993, gran parte de los hogares hoy existentes y que reciben aportes fiscales surgieron debido a la iniciativa propia de los estudiantes y no producto de la preocupación de los gobiernos respecto del tema. Incluso, algunos de ellos -como el actual Hogar Universitario Mapuche- fueron habilitados por las autoridades sólo tras un fuerte periodo de movilizaciones estudiantiles (1997).

Hacia el año 1993, existían en la comuna de Temuco tres pequeños hogares estudiantiles, en cada uno de los cuales sus miembros no sobrepasaban los 25 estudiantes. Uno de ellos estaba ubicado en el edificio de la ex Comisión de Especial de Pueblos Indígenas (CEPI), en la céntrica calle Claro Solar N°994. Este hogar se mantuvo allí hasta el año 1997, fecha en la cual -y debido al hacinamiento y las condiciones infrahumanas en que vivían sus miembros- deciden abandonarlo y "ocupar" las antiguas dependencias del Centro de Capacitación Mapuche ubicadas en calle Las Encinas para formar el actual Hogar Universitario Mapuche.

Otro hogar que contaba con financiamiento estatal por aquellos años fue el Hogar Coyhaiquino, que desaparece en el año 1998. Se constata, además, la existencia de otros tres hogares con financiamiento privado: el Hogar Femenino Mapuche, financiado por la parroquia de Puerto Domínguez y administrado por la Fundación Instituto Indígena, que desaparece en el año 1997; el Hogar Kalfullikan propiedad de la organización mapuche del mismo nombre y que a partir del año 1999 comienza a recibir aportes del Estado; el Hogar Mapuche ubicado en Calle Andrés Bello, creado en el año 1995 y financiado por la Congregación Capuchina hasta el año 1998. Desde esa fecha este Hogar, que alberga a 30 estudiantes universitarios mapuche, ha sido financiado por la CONADI y administrado por la Agrupación Cultural Pvrampeyvm Zugu.

Finalmente, el año 2000 nace en Temuco y por iniciativa de los propios estudiantes mapuche, un nuevo Hogar Estudiantil que da en la actualidad albergue a cerca de 30 estudiantes universitarios y secundarios de origen Pehuenche. Este Hogar se mantiene en la actualidad con aportes provenientes de la Municipalidad de Lonquimay y recibe mínimos aportes del Estado a través de CONADI.

Hoy, gran parte de los cuatro Hogares Estudiantiles Mapuche de Educación Superior existentes (Hogar Universitario, Hogar Puram Peyum Zugun, Hogar Kallfullikan y Hogar Pewenche) reciben pequeños aportes presupuestarios del Estado para su mantención y funcionamiento. Estos aportes que son diferenciados por hogar y entregados por la CONADI, dicen relación con el pago de arriendos, gastos básicos de agua, luz y gas, y en algunos casos, items de alimentación.

En este punto, cabe destacar que al no existir una política presupuestaria en la Ley Indígena que contemple el tema de los hogares estudiantiles, todos estos aportes realizados por el Estado a través de CONADI, provienen de un sin fin de "recortes presupuestarios" de dudosos orígenes y que en la mayoría de los casos van en perjuicio de otros departamentos de este organismo indigenista, situación que genera conflictos entre los estudiantes y sectores de comunidades que se ven perjudicados por esta situación.

Los mismo ocurre con determinados Consejeros Indígenas de la CONADI, que al ver por esta razón recortados sus presupuestos para Fondo de Tierras, Educación Intercultural Bilingüe o Proyectos Culturales, ven también amenazadas sus posibilidades de mantener satisfecha a la clientela política mapuche que permite cada año su llegada al Consejo de dicha Corporación.

Los estudiantes y sus organizaciones hoy en día hemos retomado consecuentemente las banderas que en otros tiempos nos han aglutinado, más cuando la injusticia y la exclusión nos han apartado de nuestras conquistas. Sacrificadamente y a veces con una fuerte incomprensión del propio movimiento mapuche que no comprende o que sólo pretende instrumentalizar nuestras legítimas reivindicaciones como sector, se nos ha hecho sentir el peso de la represión y la persecución judicial, existiendo numerosos dirigentes estudiantiles mapuches procesados por la justicia y un número no menor de compañeros estudiantes condenados.

Sin embargo en todo momento hemos buscado y seguimos buscando los caminos que nos permitan conquistar nuevos recintos para que funcionen no solamente como albergues, sino también como verdaderos Centros de Formación Cultural y Política para las nuevas generaciones de profesionales mapuches que egresan año tras año de la Educación Superior y que hoy, en la mayoría de los casos, acaban sirviendo a los intereses de la dominación chilena que existe sobre nuestro pueblo, sean al interior de instituciones públicas, partidos políticos, agrupaciones religiosas o incluso empresas transnacionales.


Fundamentación Sociocultural

La cultura, se entiende como significados compartidos por los individuos que forman parte de una sociedad y que norman comportamientos individuales y colectivos, manifestaciones culturales, políticas, sociales y religiosas. En este sentido, el Pueblo Mapuche no es ajeno al proceso de construcción de redes de significados que se manifiesta en la interacción cotidiana fundada en los principios de vida mapuche.

La consolidación de los espacios que permitan la socialización e interacción de los individuos miembros de una sociedad oprimida, hace necesaria la existencia de Hogares con el fin de proyectar y fortalecer la identidad de los Estudiantes mapuche a través de la realización de talleres culturales y religiosos, dado que constantemente quienes emigran a la ciudad están expuestos a las influencias aculturizantes de la Sociedad Chilena.

En ese sentido, la mantención de los actuales hogares estudiantiles y la construcción de nuevos recintos se inscribe dentro del respeto de la cosmovisión y cultura de nuestro pueblo. No así la implementación de becas residenciales individuales, programa piloto que el gobierno se encuentra implementando hoy en día en otras zonas con población indígena del país y que atenta directamente contra el carácter colectivo de la convivencia que los mapuche en tanto sociedad hemos construido a lo largo de nuestra historia.


Propuesta Estudiantil


Los estudiantes mapuches organizados consideramos que la demanda por hogares universitarios es una de nuestras principales banderas de lucha a levantar hoy como movimiento. Por tanto, exigimos al gobierno el asumir con seriedad este tema, que tal como lo hemos fundamentado anteriormente escapa al ámbito de lo meramente gremialista por sus connotados componentes políticos y culturales.

Los estudiantes siempre hemos buscado las vías del diálogo para tratar de solucionar estos temas pendientes con la autoridad. Pero de la misma forma hemos sido firmes en defender también por otras vías nuestros derechos cuando sabemos que estamos siendo atropellados. Eso es algo que hemos demostrado siempre, una disposición de lucha y de movilización que nos enorgullece como sector estudiantil, por cuanto tenemos claro que más allá de las caricaturas de “violentistas” que se nos asignan por parte de algunos, nuestro pueblo sabe reconocer en nosotros una parte importante de su dignidad.

El diálogo con el gobierno jamás lo hemos rechazado, pero estamos conscientes que cualquier solución a nuestras demandas, sean estas hogares universitarios, becas indígenas, revisión de planes de estudio, mallas curriculares, etc., debe pasar primero por la discusión política y responsable de al menos dos puntos centrales y que escapan a la lógica de las soluciones “parches” y “economicistas” ofrecidas en los últimos años a los estudiantes por los diferentes gobiernos de turno.

1. La creación de una política estatal hacia los Estudiantes Mapuche de Educación Superior: En la elaboración de esta política deben participar todos los ministerios que tengan injerencia con el tema indígena: MINEDUC y MIDEPLAN, entre otros, y debe estar basada en el respeto irrestricto de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales de nuestro pueblo por el Estado chileno.

En este punto y relacionado con la demanda que da título a este documento, es de vital importancia que dicha política estatal contemple la consolidación de hogares mapuches en la urbe, es decir, que el Estado implemente las medidas políticas, jurídicas y administrativas para la consolidación de los hogares hoy existentes y para la creación de más y nuevos espacios dentro de las ciudades donde exista una demanda que así lo amerite.

2. La legitimación de nuestras propias formas autónomas de organización estudiantil: Creación de los mecanismos necesarios para la participación de los estudiantes en la generación de una política estudiantil mapuche y las condiciones para la real participación de los estudiantes en la discusión, elaboración e implementación de los diferentes programas de asistencia social derivados del Estado materia indígena.

Sólo de esta forma consideramos posible avanzar verdaderamente en un proceso de diálogo respetuoso y productivo para nuestros intereses como estudiantes universitarios de la Nación Mapuche.