Informe del 31 de Julio de la Mesa de Madrid
BLOQUE 1d 
 Algunos temas debatidos en la submesa 1.d "Formas de vida más allá del mercado" en el CSO Laboratorio
(Actas jueves 31, mesa 1.d "Formas de vida más allá del mercado")

No se trata con este escrito de expresar conclusiones unificadas o consensuadas, sino más bien mostrar la diversidad de planteamientos para dejar constancia de los temas que se han discutido. 

- Con respecto a la posibilidad del "más allá del mercado" se daban dos posturas bien diferenciadas: había quien sí creía que era posible (o deseable) la creación de islas autosuficientes completamente fuera del mercado y quien planteaba esa imposiblidad en la medida que el capital en nuestro tiempo lo subsume todo. Se hacía la observación crítica de que muchas experiencias que se reclaman autogestionarias se mantienen dentro de las relaciones mercantiles capitalistas, pero hay algunas otras de carácter dual que los beneficios obtenidos los usan en proyectos sociales alternativos ("non profit"), es decir, que están dentro y fuera al mismo tiempo. Se valoran esos intentos parciales que de algún modo también cuestionan las relaciones capitalistas.

- El espíritu de esta mesa: investigar, crear proyectos no lucrativos, pero cambiar también el sistema de valores que impone el mercado capitalista (competitividad, individualismo, egoísmo…). 

Para tender a un éxodo del mercado capitalista se ve necesario promover la autosuficiencia, sin caer en la reproducción de esquemas metropolitanos, que son producto del desarrollo industrial: tender a la simplificación de la tecnología, cuestionar la división del trabajo, romper con la mentira del progreso urbano, crear pueblos en las metrópolis, nuevas identidades urbanas que rompan con el modelo de las grandes ciudades. 

- Esto último genera posturas también diferenciadas sobre qué hacer con la tecnología. Hay quien no ve posibilidades de reutilizar el modelo actual de cooperación social y se orienta más por la simplificación tecnológica (alta tecnología implica jerarquía y muchas otras cosas indeseables) y la generación de otras formas de cooperación. Otros proponen una vía de reapropiación de la potencia de la cooperación social en acto, destruyendo el mando capitalista que constriñe dicha potencia, liberando el tiempo de vida y permitiendo la proliferación de las singularidades. Se añade un criterio en esa reapropiación para el uso de la tecnología como es el de valorar su efecto no sólo en la vida de las personas que la utilizan sino también las repercusiones en l@s productor@s de tecnología, en la gente que sufre sus consecuencias y en la biodiversidad del propio planeta, siendo deseable la destrucción de algunas aplicaciones tecnológicas (nuclear, militar…).

- Al hablar del mercado, conviene hacer alguna precisión. El capitalismo y el mercado de este fin de siglo no es el mismo que el del siglo XIX; eso ayuda a entender los fracasos que la vieja izquierda ha ido cosechando a lo largo del siglo XX y el surgimiento de nuevos movimientos sociales que cuestionan los modelos clásicos de organización y formas y estrategias de lucha. 

La cuestión de las redes

- Se advierte sobre la forma actual del poder capitalista, nada unificado ni centralizado y que responde también al paradigma de la red: esto obliga a diversificar las luchas y los modos de enfrentarse a él, abandonando definitivamente el modelo insurreccionalista o de toma del poder o de tratar de exportar un solo modelo de lucha a todas partes.

- Sobre las formas organizativas y la propuesta de crear redes de luchas: se hizo una evaluación de modelos anteriores -tipo coordinadoras temáticas o plataformas estatales/continentales o también la forma-partido- y se expresa el deseo de construir nuevas formas de coordinación que no sigan ese modelo y que busquen la coordinación global pero desde la singularidad de cada lucha. 

- Se incide en que dichas redes no deben tomar al Estado como referencia simétrica a la hora de definir sus luchas, sino potenciar la autonomía de las experiencias creativas y las formas organizativas que cada lugar adopte. 

- Se cuestionan las relaciones de poder dentro de los movimientos, la presencia de "cuadros" o personas que asumen demasiadas responsabilidades y se ve como una muestra de debilidad de esas redes más que un deseo hegemónico de esas personas. 
 

  • - Un último punto sobre la organización de los II Encuentros: se critica la exclusión en las mesas de trabajo de las personas sin acreditación, cosa que se decidió evitar desde el principio en este Centro Social. También se critica el uso del dinero y el modo en que se propuso gestionar los gastos: al obligar a que los asistentes al Encuentro fueran con todo pagado desde el principio, se limitaba las posiblidades de autogestión del viaje, las comidas, etc. y se condenaba a la organización a un papel de proveedores de servicios. La gente adopta entonces un papel pasivo y exigente. La centralización de las mesas, la excesiva carga de responsabilidades en unas pocas personas y el punto un tanto burocrático de algunos funcionamientos tampoco es un modelo de las redes horizontales que deseamos. La autogestión no sólo es una palabra para poner en los textos, es una práctica cotidiana que debería haberse dado en estos II Encuentros. Eso no quita para reconocer y valorar los esfuerzos de tod@s l@s compañer@s que han hecho posible este evento. 
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