Don José María Az... Manuel Vázquez Montalván. El estilo Aznar. Por Belén Martos. El Aznarato de Aznar. Por Edmundo Fayanás.
Don José María Az... Llegué a conocer personalmente a Don Pedro Go..., nombre con el que identificábamos a Don Pedro Gómez Aparicio buena parte de los radioyentes del diario hablado de Radio Nacional. Lo tuve de profesor de Historia del Periodismo en el tercer curso de la Escuela Oficial, obligatorio entonces seguirlo en Madrid, y gracias a ello pude recibir docencia o claridades de algunos miembros de la plana mayor intelectual del Régimen. Por ejemplo, Adolfo Muñoz Alonso, franquista agustiniano, y Don Pedro Go..., de la democracia cristiana colaboracionista. La abreviatura del nombre se debía a que, comentarista de fondo del diario hablado de Radio Nacional, bastaba que el locutor anunciara... a continuación el comentario de Don Pedro Go... para que muchos radioyentes se precipitaran hacia el aparato y lo desconectaran, porque el diario hablado de Radio Nacional fue obligatorio para todas las emisoras durante la mayor parte de la larguísima posguerra. El recuerdo de Don Pedro Go..., enfático apologeta del Régimen y lento e irrelevante profesor que se limitaba a repetir en clase, año tras año, su libro de texto, salió del desván de mi postadolescencia al advertir que Don José María Aznar está provocando reacciones similares y nada más aparecer en pantalla o en las ondas sonoras, las gentes cambian de canal o de emisora de radio. A continuación, el jefe del Gobierno, Don José María Az... No sólo desconectan de Don José María sus antagonistas políticos naturales o profesionales, sino también muchos, muchísimos peatones de la Historia que lo consideran sonoramente insoportable, argumentalmente torpe, gestualmente insuficiente y además armador de guerras santas, armador de guerras santas en las que no pega un tiro, a lo sumo se limita a enviar la Legión para el desfile de la victoria. Sospechoso Don José María Az... de graves deficiencias por el mero hecho de ser apreciado por George Bush y sospechoso también de extrañas connivencias dado que un hermano de Bush, casi tan inteligente como el emperador, declaró que el apoyo de Aznar a la guerra de Irak representaría muchos beneficios para los españoles. Estremecedor que Don José María Az... no tuviera ni una palabra sobre los muertos que iba a provocar la guerra santa, hasta que se puso aritmético el hombre y llegó a la conclusión de que Sadam Husein había matado a más iraquíes que los que pudieran liquidar Bush, Blair y él juntos. Hay que reconocer que no llegó a la línea Maginot argumental de un alto cargo o alta carga del PP, experto o experta en muertes comparadas, por ejemplo las que causan los accidentes de tráfico en España, y las que han conseguido los misiles inteligentes en Irak. El tráfico es mucho más mortífero que los misiles inteligentes.
Atraído por la posibilidad de escribir un libro sobre la aznarización de España o simplemente una epopeya titulable La Aznaridad, hace meses que he recuperado cuanto he escrito durante más de diez años sobre el todavía jefe de Gobierno español, desde sus tiempos de joven con cara de pésame, presentado en sociedad como nieto de Don Manuel Aznar, polifónico personaje que dirigió El Sol de Ortega y Gasset y contribuyó a la creación del mito de Franco durante la guerra de África. La polifonía final de Don Manuel tal vez se debiera a que a riesgo de morir a manos de los incontrolados de la República, se refugió en Salamanca, capital del franquismo, y allí estuvieran a punto de liquidarle los del Movimiento, hasta que Franco le echó naturalmente un capote. Curioso que aquel periodista criado intelectualmente a los pechos de la España liberal más avanzada fuera incluso biógrafo canonizador del Caudillo, fugaz embajador del Régimen y director de La Vanguardia, que por entonces era el diario Pravda del franquismo moderado editado en Barcelona. El mito de Franco como genial guerrero durante la guerra de África fue elaborado entre Manuel Aznar y otro abuelo de brillante político del PP hoy en ejercicio, el periodista Ruiz-Gallardón, Tebib Arrumi (así firmaba en Abc las glosas de la irresistible ascensión de Franquito a Franco, Franco, Franco, el abuelo del hoy aspirante a la alcaldía de Madrid). La irresistible ascensión de Don José María Az...
a la presidencia del PP fue consecuencia de los problemas de representatividad
política de la derecha española. Cómplice en la Guerra
Civil y en el uso y abuso de la victoria, la derecha social y económica
no se despegó del Régimen y llegó a la Transición
sin líderes ni aparatos presentables en el mercado democrático.
El simple recuerdo de aquel frente compuesto por Fraga Iribarne, Silva
Muñoz, Gonzalo Fernández de la Mora, Laureano López
Rodó inspira terror y de fracaso en fracaso las derechas incluso
promocionaron a un joven encantador que había cantado rock y se
sabía las canciones de Conchita Piquer, Hernández Mancha,
y a continuación pasaron por encima del cadáver de su político
mejor preparado, Rodríguez de Miñón. La larga complicidad
con el franquismo tenía aquel precio, nada menos que elegir a un
joven inspector de Hacienda que dirigía la comunidad autónoma
de Castilla-León con cierto sentido del marketing personal, pero
sin resultados gestores apreciables, aunque supo crearse la imagen de
político austero, reductor de consejerías, del uso de las
tarjetas de crédito por parte de altos funcionarios y vigilante
disuasor de las croquetas que se comían los periodistas cuando
llegaba la inevitable copa de vino español. Solo, fané y descangayado ha quedado Don José María Az... tras el desdichado Via Crucis de su mayoría absoluta llena de fracasos políticos como el fallido intento de destruir a ETA por el procedimiento de convertir al PNV en un exceso periférico del Imperio del Mal o de respaldar con usura y mala sombra, con mucha usura, con mucha mala sombra, el gobierno autonómico de Pujol en Cataluña o de tratar de despegar como un líder absoluto a la medida de su mayoría absoluta. Ni siquiera consiguió quedar en la consideración popular suficientemente por encima de Rodríguez Zapatero, un recién llegado al star system y a la vista del carrerón internacional que está cumpliendo durante el curso 2002- 2003 parece como si la última esperanza de promoción globalizada sea que Bush le nombre Secretario General de la ONU, previa ocupación militar de la sede de las Naciones Unidas. Tal vez le quede el recurso de encabezar simbólicamente el Eje Atlántico, si pilla a Blair distraído, siempre y cuando Bush y todo lo que representa vuelva a ganar las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Hagiógrafos próximos insinúan que cuando deje de ser jefe del Gobierno español, Don José María Az... incluso podría dedicarse a la poesía, más en la línea veneciana que en la de la nueva sentimentalidad. Siempre es una salida prestigiosa, habida cuenta de que su carrera política europea parece no imposible pero difícil, a no ser que Europa sea ocupada, militar y preventivamente desde luego, por el ejército de Estados Unidos. Menos mal que casi todos los presuntos delfines de Don José María Az... han procurado quemarse mínimamente en la guerra de anexión de Irak, aunque a veces recurriendo en exceso a la palabra humanitaria hasta provocar náuseas y mareos semánticos casi imposibles de paliar. Partidarios de la paz, los santones del PP respaldaban la guerra siempre que fuera humanitaria, naturalmente. Los errores de estrategia personal cometidos por Don José María Az... en la película que ha cointerpretado con George Bush y sus mariachis, alarman incluso a sus aparentemente más incondicionales seguidores y le restan apoyos como el de Pastor Ridruejo, uno de los inventores en 1990 de Aznar como gran esperanza blanca de una derecha española entonces todavía entre el caqui y el infinito pasando por el azul, aquel azul de la camisa de trabajo glosada por los teóricos de la Falange en los libros de Formación del Espíritu Nacional. Aunque por su edad, Don José María Az... podía haber extrañado la cultura de Por el Imperio hacia Dios o de España, como unidad de destino en lo universal, se siente atraído por ella, como las aguas se sienten atraídas por los sumideros. Para el futuro del PP, Don José María Az... representa la tozuda quinta columna de un proyecto nacionalcatólico malencarado, pretendidamente adaptado a la estrategia de la globalización vista por la extrema derecha norteamericana, personalista, cejijunto, servido por una voz llena de gallos. Además, sus correligionarios corren el riesgo de que, empecinado como sólo consiguen serlo los caudillos civiles, pretenda reinar después de morir, sobre todo después de su decisiva vivencia de héroe de hazañas bélicas: la conquista de Bagdad.
Aparecido en la sección En el portal de Belén (página de Javier Ortiz). 29/10/2.003.
La manera de comportarse de José María Aznar ha trascendido despachos. Su insoportable suficiencia, su fatuidad, su inmodesta altanería, su jactanciosa vanidad, esos aires de gran estadista que se da a cada instante, los humos que se gasta en sus declaraciones públicas, el endiosamiento al que sus compañías y su megalomanía lo han conducido, hacen tanto mal en su entorno más próximo (consejeros, ministros, secretarios de Estado), que en los altos y medios despachos de la Administración son cada vez más habituales las mismas ínfulas, la pedantería barata y las maneras altivas y dictatoriales. En los Ministerios, en las Direcciones Generales, en los Entes dependientes
de esta o de aquella Secretaría de Estado, se ha impuesto el capricho
y el ordeno y mando. Ana Palacio, uno de los personajes claves de este
Gobierno, ha merecido en su Ministerio una justa fama de déspota
con sus subordinados: tiene cabreada a la mitad del personal diplomático;
releva de sus cargos a la gente de manera tiránica y despreciativa;
no cuenta con los consejos de los expertos que deberían trabajar
para ella; grita, da portazos, cambia los planes a cada paso y no admite
réplicas. Otro tanto puede decirse de Francisco Álvarez Cascos: se dice que rompió una puerta de su Ministerio en un arranque de furia. Cuando alguien de su Gabinete se lo encuentra al otro lado de la línea telefónica, desearía que la tierra se lo tragase en ese mismo instante. Nadie le contradice: nadie se atreve a hacerlo. Ha instaurado un “terrorismo administrativo” en todas las instancias que dependen de su gobierno. Estoy convencida de que, cuando a algún experto se le pide –cuando se le pide– un informe sobre el trayecto del AVE (por ejemplo), el informador en cuestión está convencido de que su trabajo acabará en agua de borrajas, si su contenido no es del agrado del ministro. Acebes y Michavila son otro cantar. Son los representantes del ala furiosamente reaccionaria con capacidades ejecutivas, por así decirlo. El brazo armado del aparato pepero. Siempre juntos en sus iniciativas, esta especie de “dueto policial y judicial”, con la castrense ayuda de Trillo (todo un clásico), hace y deshace a golpe de codigazo penal, detenciones nocturnas y arbitrarias, ilegalizaciones, amenazas, destituciones dictatoriales, chantajes, mentiras, chulería y el estímulo del miedo pánico entre la población, a base de avivar cualquier presunta amenaza que justifique sus oscuros propósitos. El resto del Gobierno se compone de insultadores profesionales, fanáticos neoliberales de buena familia y malas maneras, devotos de la tríada “Familia, Patria y Dios”, y algún que otro pelota que deja hacer al Presidente, y se dedica a cumplir órdenes, sin más complicaciones. De todo esto tiene la culpa el estilo Aznar: engreído, carca, déspota, caprichoso y servil. Porque también hay que saber entender quién manda. Y vaya si Aznar lo sabe. Se ha formado sobre nuestros hombros un terrorífico castellet de locos perversos y fascistas. Desde Bush hasta cualquier mindundi con despacho propio en la Administración española, simpatizante con el Poder o deseoso de recoger alguna migaja de éste. Si caen los de arriba, encima tendremos que soportar que crujan nuestros huesos. Menudo sino el nuestro.
EL Inconformista Digital. 07/08/2.003. Dos puntos generales habría que valorar desde el principio como cuestiones generales. El primero es, que se deben diferenciar perfectamente las dos legislaturas. Mientras que en la primera, dependía del apoyo de otros grupos políticos al estar en minoría, fue rica en consensos y en acuerdos, pudiéndose calificar como una etapa fructífera en general. Sin embargo, la segunda legislatura con la mayoría absoluta ha sido una contraposición de la primera, imponiéndose los rasgos más conservadores de su programa, con muchos tics que nos recuerdan a la época negra del franquismo. El segundo punto a analizar es sus creencias fundamentalistas neoconservadoras en todos los aspectos que ha tocado. El peligro de este fundamentalismo de Aznar radica en su terror irracional al cambio, al pluralismo y a la diferencia. Se cree poseedor absoluto de la verdad, lo que le lleva a la sensación de inseguridad y a luchar por todos los medios a su alcance contra ellos. Como dice Unamuno “verdaderamente los más convencidos suelen ser los más tolerantes. La intransigencia proviene de la barbarie, la falta de educación o de la soberbia, no de firmeza de fe”. Análisis económico Es conocido el dicho de Aznar “España va bien”. Tres serían los grandes logros económicos que nos presentan. Un crecimiento económico sostenido y siempre superior al de la Unión Europea; una reducción muy importante del empleo y el famoso déficit cero que significa que las cuentas públicas están cuadradas. Si tenemos en cuenta las cifras, que es lo que hacen casi todas las cadenas de información, la situación es excelente. Pero si las analizamos y desmenuzamos, no son tan brillantes y nos presentan un porvenir con muchas sombras. En cuanto al crecimiento económico, es verdad que el crecimiento español es mayor que el conjunto de la Unión Europea, pero si quitamos la aportación de ésta (unos siete mil millones de euros anuales, que suponen el 1,1% de nuestro PIB anual) veríamos que no es tanto el logro que se hace. Respecto a la reducción del paro, también ha habido logros en la disminución del desempleo, pero los índices de precariedad han aumentado de forma importante, existiendo unos tres millones de puestos de trabajo en continua rotación, con lo que significa de inseguridad para los trabajadores. Son puestos mal pagados y se impide el logro de mejoras competitivas. La precariedad laboral en España es tres veces más que la media de la Unión Europea y con una tendencia cada vez más alejada. Son conocidos y no publicitados los llamamientos de la Unión Europea al gobierno de Aznar para que solucione este grave problema. Respecto al denominado “déficit cero” es una muestra más del fundamentalismo de Aznar. Si desapareciera la llamada contabilidad creativa, que también manejan los hombres del Partido Popular, estaríamos hablando de un déficit real entre el 1 y 1,5% del PIB. Este fundamentalismo económico está llevando a un deterioro ostensible de los servicios públicos y a carecer de financiación que sirva para aumentar nuestra competitividad. Aznar siempre nos habla de esta maravillosa economía española, pero nunca de sus abundantes e inquietantes problemas, como es la redistribución de la riqueza, ni de la perdida de competitividad de nuestra economía, ni de la falta de inversión en I+D, ni que España está a seis puntos por debajo de los índices de ocupación laboral respecto de la Unión Europea, ni de la falta de inversión en información, ni en Internet etc. Nos habla de las reformas fiscales, pero no analiza las consecuencias de las mismas, porque son escandalosas. Se ha favorecido a las clases pudientes y se ha perjudicado claramente a las clases bajas. Llevamos varios años con cuadros macroeconómicos que deben ser revisados continuamente por los errores de bulto que contienen. Pero estos, ni se explican ni se cuantifican, cuando es evidente que existen. Para el Ministerio de Economía ( Rodrigo Rato) los cuadros macroeconómicos son una mera diversión numérica, un carnaval de cifras intercambiables sin conexión con la realidad. Como ejemplo, valga que con un crecimiento del 3% del PIB daba lugar a una creación de empleo determinado, ahora que se revisa a la baja el PIB al 2,3%, se sigue creando el mismo empleo. En el año 2002, se preveía un crecimiento del 3% del PIB pero solo se consiguió al 2%, los datos de creación de empleo seguían siendo los mismos. Como se puede comprobar, la política económica de Aznar es milagrosa. Sería recomendable que sus cuadros macroeconómicos fueran una asignatura obligatoria en las facultades de Economía. Análisis político Si el ámbito económico, es muy cuestionado, el ámbito de la política cabe definirlo como claramente catastrófico. Sólo recordar sus actuaciones en el tema de la guerra de Iraq, Prestige, Yakolev 42, donde el oscurantismo, medias verdades, mentiras y las negativas a la creación de comisiones de investigación, hacen de la democracia española una caricatura. Aznar siempre habla de la honestidad de su gobierno. Dejen que lo ponga en duda. Los niveles de corrupción económica en España van a peor, como queda reflejado en los índices europeos, ocupando uno de los últimos puestos de la UE. A todo ello hay que añadir, la desaparición o neutralización de la Fiscalía Anticorrupción o de organismos de control interno que nos permiten ver los casos tan bochornosos como el de Madrid y Marbella. No se tardarán en ver aspectos poco claros, como los contratos del AVE Madrid-Barcelona, con el pago de comisiones económicas debidas a favores políticos, o por ejemplo las últimas OPAS en el sector inmobiliario, por medio de grupos italianos afines a Berlusconi y que han contado con el apoyo desde el poder. Nunca en España se había oscurecido tanto la figura del Rey como institución, pareciendo que estábamos en un régimen presidencialista, en vez de monárquico. Nadie había hecho un uso tan partidista de la Constitución de 1978 como Aznar. Con una apropiación sectaria de las instituciones que emanan de ella. Esto se ha traducido de manera automática, en alimento de los que están en contra del sistema y que han adoptado entre otras, las formas independentistas. Esta depredadora labor del gobierno de Aznar, está teniendo un efecto devastador en la sociedad española, de consecuencias difícilmente evaluables actualmente. Esta actitud de posesión absoluta ha ido avanzando como una espiral cada vez más insolente, más sin complejos, en todas las esferas del Estado. Desde los órganos rectores de la justicia, al Parlamento, pasando por la fiscalía, los medios de comunicación pública y hasta las fuerzas armadas. Aznar pues, ha logrado hacer cada vez más suyas las instituciones emanadas de la Constitución, pero con el inmenso coste de que sean cada vez menos de todos los españoles. Nunca se había asistido a la descalificación, al exabrupto, al insulto como arma política ante cualquier propuesta que no sea suya. Nos recuerda al franquismo, del que por cierto provienen y añoran. Resultado de la mentalidad ultramontana de Aznar, de su creciente fundamentalismo y sectarismo, crece el número de españoles que nos sentimos expulsados de las instituciones. Crece el número de quienes prefiriendo la nación, a cualquier nación, observan con progresivo desasosiego que las instituciones ciudadanas, sus instituciones se pueblan de símbolos grandilocuentes y lenguaje de origen neoimperial. Creciendo el número de españoles que ven el estado actual de la Constitución de 1978 como una sarcástica caricatura. En cuanto a la estructuración del Estado, se ha generado una gran frustración, puesto que Aznar se ha negado a cualquier reforma que parecía conveniente a amplios sectores políticos con la finalidad de culminar la configuración política de las comunidades autónomas y en consecuencia la eficacia del sistema. No se ha solucionado la participación de las comunidades autónomas en las decisiones de España como miembro de la Unión Europea. La institucionalización de las relaciones autonómicas de colaboración. La reforma del Senado, para permitir a las comunidades la participación en la legislación y en las grandes decisiones del Estado que les afectan. A todo ello, hay que unir que en esta última legislatura se han elaborado una serie de leyes y reglamentos de corte claramente centralista, especialmente en materia educativa, que ponen en cuestión todo el sistema autonómico. La forma de combatir a los nacionalismos periféricos, independientemente de cómo sea éste, se hace a través de exabruptos, descalificaciones y lo que es más grave con el surgimiento de un neonacionalismo español de consecuencias incalculables. La nefasta actuación de Aznar, está teniendo un efecto desolador en el tejido social y político de España. El Parlamento está en una degradación absoluta, donde su única función es la de ratificar las decisiones de Aznar. La oposición política es continuamente ninguneada y amenazada con el “Y tú más” como justificación política y que supone la desvertebración moral de la sociedad española. Estamos asistiendo impávidos al reparto del pastel entre la vieja derecha nacionalcatólica liderada por Aznar y su séquito en lo civil; y el arzobispo Rouco Varela y el suyo en lo religioso temporal. Análisis social La sociedad española ve que se está produciendo un cambio social importante. Las desigualdades sociales, según Aznar, deben ser solucionadas desde la llamada caridad cristiana y no como un deber que el Estado debe subsanar, debido a las deficiencias que el sistema económico capitalista genera en la sociedad. De ahí, cada vez la menor importancia que para su gobierno tiene la política social. En sus largos siete últimos años de gestión, los fondos públicos destinados a la atención social ha descendido un 16%, alejándonos de los estándares sociales europeos. Esa es la realidad y no la que nos vende el Partido Popular y sus grupos mediáticos. Cada vez adquieren mayor protagonismo en este gobierno de Aznar, entidades como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo, que van impregnando continuamente la gestión de este gobierno con sus ribetes más neoconservadores. Ejemplo palpable de esto, es la llamada “ley de calidad educativa”, que al contrario de lo que su nombre indica, sirve para retrotraernos a la antigua ley general de educación de 1970, pieza clave del franquismo. Con esta ley lo que se pretende es favorecer a la enseñanza privada, fundamentalmente religiosa, y perjudicar a la educación pública. El debate con la asignatura de Religión es más de lo mismo. Otros aspectos reseñables, son su conservadurismo en el papel de la mujer o en el tratamiento de los movimientos feministas, de homosexuales, lesbianas. Grupos que son considerados como la escoria de la humanidad. En el tema de las libertades, planteada la falsa dicotomía, libertad-seguridad, su elección es clara, la seguridad. Donde se ha producido una involución de nuestras libertades que produce asombro por el descaro del recorte de nuestros derechos y por la pasividad con que la ciudadanía les ha dejado hacer. La política que Aznar está practicando nos recuerda a la democracia con voto pero sin voz. El ejemplo más palpable ha sido su actuación en el tema de la guerra de Iraq. Como podrán ver, mi percepción de la gestión de Aznar es muy critica. Si queremos que la democracia española recobre un mínimo de dignidad y de futuro, pasa con urgencia por la salida del poder del Partido Popular y que lleguen otros políticos que la regeneren y esterilicen de todos los malos vicios que ha ido cogiendo durantes estos años. Parece que los españoles se conforman con la libertad de costumbres y el bajo interés de las hipotecas, estando más cerca de las posiciones pueblerinas del “dame pan y llámame tonto” que de convicciones genuinamente democráticas. Es muy desalentador la actitud de miles de españoles que no entienden la gravedad del problema democrático que tenemos. A mi modo de entender, la democracia y la libertad no se improvisan y en cambio el caciquismo y el nacional-catolicismo llevan años y siglos bien asentados en las mentes de los españoles. La democracia no es un regalo que nos han concedido, ni la libertad un título de renta fija. Son una conquista que todos los españoles debemos ganarnos día a día. Triste legado es el que nos deja Aznar. Edmundo Fayanás Escuer I
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