Ediciones Descarriadas & revista ContraHistoria Presentan:
“Tres décadas de espaldas al kiosko” Literatura subterránea, contra información, autogestión, kooperativa y “do it yourself”
ANÁLISIS HISTORICO DEL FANZINE MADRILEÑO
EXPOSICIÓN TEMPORAL
Del 14 al 28 de febrero en Biblioteca ESOA la Dragona.
14 feb jueves inaguraración 19h Charla debate sobre okupación 20h
BARRUNTANDO DESARRAIGO VK16
El Divertido material bibliográfico y documental compilado en la presente muestra integra, en su mayoría, los fondos del archivo contrahistoria, y en menor medida, otros fondos o colecciones particulares, zines, boletines, textos y bibliografía en su mayoría madrileños pertenecientes al periodo 1988-2012 junto a material de hemeroteca y retratos urbanos realizados en la última década. Fuentes inéditas desplegadas sobre material 100% reciclado de primer orden en el análisis historiográfico del anti-arte y la akracia.
Made in Madrid
TRES DÉCADAS DE ESPALDAS AL KIOSKO
Literatura subterranea, contrainformación autogestión cooperativa y “do it yourself”. Análisis histórico del fanzine madrileño.
Resistiéndose a la extinción, aunque determinado en la actualidad por el formato digital, el fanzine en papel constituye un vigente medio de expresión modesto pero netamente independiente y antilucrativo, un canal de difusión contracultural, de emprendimiento cooperativo o individual que plasma fielmente la filosofía del “do it yourself” (hazlo tú mimx).
Con origen en el londres de mediados de los setenta, donde el zine punk sniffinglue (esnifando pegamento), lo constituye la más remota referencia, el de luxe mmva o la cascorro factory vendidos en el rastro a entre 1 y 3 duros.
Primigenios títulos que notablemente influenciados por el cómic futurista, confinaban collages, monográficos triburbaneros , fotografía, entrevistas, manifiestos o relatos cortos. Abarcando ámbitos como la música, el cine, la literatura o los boletines políticos y paskines, órganos de expresión de colectivos, plataformas, asociaciones vecinales, o luchas sociales de diversa índole, cabría destacar a este respecto, la emprendida en 1976 por el colectivo de presos en lucha (copel) reflejada en boletines como “Solidaridad con los presos” o copel en lucha; ambos 2 realizados en la carcel de carabanchel entre 1977 y 1981
Apareció en 1981, el fanzine Distribuidora penetración. Fué una pionera referencia de tendencia ákrata, en la línea de la publicación antiautoritaria británica “class war”, con el objetivo de mover material punk del mayor número posible de lugares al menor coste posible. Derivó con el tiempo en “Sabotaje”, zine libertario coetaneo a la eclosión de los primeros centros sociales okupados en Madrid, hacia 1984-86 las distribuidoras vendian entonces casetes grabadas, con carátulas caseras y textos interiores redactados con máquina de escribir, al precio de soporte y los gastos de envio más un mínimo remanente que permitiera seguir adelante con el proyecto. Era lo que se conocia como coste + 100, origen entre otras muchas cosas de las míticas Potencial Hardcore y Fobla (víctimas del progreso – crímenes de estado). En 1986 nacen fanzines como “La teta atomika”, “Servicios del orden”, o “Telepunken”, algo después “Sarna”, “Radikal”, “La columna de la peste”, “RIP”, “Valdomero y su gente”, “Atún peludo”, “Not”, “El piolet de Trotsky”, “Masacre”, “Aquí vale todo”, “Alternativa crew”, o “Modus operandi”. Por entonces no se disponía de ordenador por lo que máquina de escribir o en su defecto un simple bolígrafo, constituia la principal herramienta de trabajo en la elaboración de artesanales zines maquetados a base de corta y pega.
Entonces resultaba muy frecuente el carteo con mucha gente, y los bolsillos solian vaciarse comprando sellos y sobres acolchados en el estanco, reutilizandose a menudo los primeros tras su trucaje para borrar el matasellos. Con frecuencia se volcaba la efigie del bobón que aparece en el sello e incluso se camuflaban ácidos bajo la estampita en cuestión.
Junto a las hoy residuales K7 (aparecidas en 1960) los fanzines constituyeron un elemento clave en la difusión de la cultura punk. Indispensable complemento del vinilo (universal vehículo transmisor de incompromiso y rebeldía) al menos hasta la aparición del disco compacto, primero y sobre todo internet, más de una década después, fueron y aún siguen siéndo, un saludable modo de suplir la desinformación, hoy provocada por el exceso de información, ayer por el aislamiento geográfico y por ende cultural, entre zonzs urbanas y áreas rurales constituyendo un canal verdaderamente alternativo de difusión y distribución, canal quee sirvió a muxhxs para expresar inquietudes y pensamientos sin ningún tipo de censura, formando a legiones de inquietxs jovencitxs en el concepto de trabajo común y combativo, dando a conocer maquetas, y trabajos realizados en otros punto del país e incluso del extranjero, algo fundamental si consideramos que buena parte de esas personas, en una época sin internet ni autovias, carecia de todo acceso a la escena “underground”.
Molotov fue un boletín contrainformativo surgido en Madrid en 1986 con objetivo de centralizar información que pudiese dar lugar a subversión, su formato fanzine (con una tirada inicial de 1000 g) dió lugar en 1992, en coordinación con la agencia U.P.A., a un periódico mensual con una tirada de 2000 ejemplares distribuidos en buena parte del estado. Serio intento de conectar las luchas antagonistas, que protagonizaron los años 90 como antifascismo, squaterismo, ecologismo, o especialmente, antimilitarismo e insumisión. “soporte en que buscar” referencias y analogias” El “molo” dio origen en 2005, tras un prolongado periodo de reflexión y reestructuración al periódico Diagonal que accede a redes de distribución comercial (financiándose con 2 millares de suscripciones) con las que definir y estabilizar circuitos de colaboración e intercambio que aprovechan nuevas tecnologías.
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