Standing rock

«Standing Rock: Los guardianes del agua contra la serpiente negra». Ed. Descontrol, 2017.

Si tal como se afirma en la presentación de este libro «algunas de las luchas más importantes de los últimos años alrededor del mundo tienen que ver con la defensa de un territorio» queda claro que la ocupación en Standing Rock es uno de los ejemplos a tener en cuenta. La defensa del Sacred Land (territorio sagrado) contra la construcción del Dakota Access Pipeline -DAPL, un oleoducto que cruza varios estados- está suponiendo la lucha por una forma de vida que se opone a la voracidad y destrucción del capitalismo en el corazón mismo de la bestia, Estados Unidos. Es por esto que la historia y las reflexiones en torno a la lucha que expone este libro es un documento de referencia para entender las dinámicas, dificultades y fuerzas de un movimiento heterogéneo que, sin embargo, ha decidido hacer frente a los intereses del capital. Y hablamos de heterogeneidad porque alrededor de la lucha de Standing Rock y en el seno de los campamentos que ocupan los territorios por donde tiene que pasar el DAPL, conviven, se comparten y discuten diferentes formas de entender la resistencia. Por un lado, en el corazón de la lucha se encuentran los Oceti Sakowin, nativos provenientes de las reservas indias del mismo Standing Rock, Cheyenne River, Pine Ridge, Crowd Creek y Lower Brule (entre otros) y que antaño formaban la Gran Nación Sioux. Los lazos familiares, la intergeneracionalidad y la oración como forma de lucha explican su fuerza y capacidad de enfrentamiento. Por otro, se cuenta con la participación y solidaridad de los pueblos indígenas de Turtle Island (Norteamérica) que a través de sus delegaciones aportan apoyo material, logístico y humano en los diferentes campamentos que conforman la resistencia. Finalmente, también existe la implicación de los no-nativos (hippies, ecologistas, hacktivistas y anarquistas) que han acudido des de ciudades lejanas para ofrecer su apoyo, en un entorno natural hostil y aislado en el cuarto estado menos poblado de Estados Unidos. La particularidad y fuerza de este desafío al poder reside en que supone la mayor congregación de nativos y no-nativos formando una comunidad de lucha, una realidad sin precedentes. Y, de hecho, esta congregación también ha supuesto el reencuentro de muchos pueblos nativos que desde hacía décadas no establecían lazos de solidaridad tan fuertes. La resistencia contra la serpiente negra ha levantado a centenares de luchadoras y luchadores como Tyuskin, American horse of Standing Rock, que recuerda la vieja profecía que contaban sus antepasados: «si la zuzeca sape, la serpiente negra, atraviesa nuestra tierra, nuestro mundo llegará a su fin». Para Tyuskin y los guardianes del agua o Black Snake Killas, zuzeca ha llegado en forma de oleoducto y por eso hay que luchar. Es así como la lucha contra el capitalismo se enlaza con las formas de vida nativas, dando lugar a nuevas resistencias colectivas que se enfrentan con lo que haga falta a la violencia y destrucción del capital.

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