Anarquismo chileno

«Anarquismo actual en Chile. La experiencia personal y social de individuos anarquistas, Santiago», Carlos Reyes, Ceibo Ediciones, 2017, 369 páginas.

En los últimos años se han ampliado las perspectivas de análisis de las investigaciones históricas referidas al anarquismo en Chile al igual que los marcos temporales tradicionales, que habían delimitado su accionar sólo entre 1890 y 1931. Las investigaciones de Pamela Quiroga, Felipe del Solar y Andrés Pérez, Víctor Muñoz, Francisco Peña, entre otros/as, son un buen ejemplo en este sentido. Abordan sus propuestas político-ideológicas y culturales, pero al mismo tiempo sus principales orgánicas en un contexto caracterizado por el avance de las propuestas estatalistas de izquierda y la «opción guerrillera», el golpe de Estado y su posterior rearticulación en el período transicional, en donde emerge un anarquismo «contracultural» en desmedro del «sindical». Si consideramos lo anterior, la investigación de Carlos Reyes recientemente publicada por Ceibo Ediciones es meritoria por partida doble, en tanto aborda, por una parte, el anarquismo actual en Chile (del siglo XXI), con sus tensiones y múltiples expresiones. Y por otra, en cuanto su propósito es indagar y analizar los conocimientos teórico-prácticos que los mismos anarquistas poseen acerca de su propio quehacer contemporáneo. Para tal efecto, entrevistó a 21 anarquistas de distintas ciudades, con la finalidad de reflexionar en torno a la «experiencia» de los individuos desde una perspectiva sociológica. En este sentido, su investigación busca hacer visible la «experiencia anarquista» como el despliegue de una reflexividad sistemática sobre las formas en que sus protagonistas se constituyen como individuos en relación a otros/as, al mismo tiempo que van construyendo a contracorriente una vida social desde una autonomía en permanente tensión, pues saben que es relativa. El principal aporte de Reyes es que releva el anarquismo como una práctica personal de la vida cotidiana, «prefigurativa» como señala el antropólogo norteamericano David Graeber, es decir, como práctica del presente inserta en la vida social con posibilidades de autoconstrucción más allá de Estado, del mercado y de la cultura autoritaria en general.

Eduardo Godoy Sepúlveda

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