¿ANTIIMPERIALISMO? ¡INTERNACIONALISMO!

La continuidad y el desarrollo de la lucha contra los explotadores, nos conduce a coincidir con nuestros hermanos de clase en todo el planeta, en una sola comunidad de lucha contra el capital mundial, ¡aquel que ya ha abolido las fronteras para sí mismo en pos de circular libremente y que no tiene patria!

El imperialismo, no es un fenómeno particular de tal o cual potencia, de tal o cual Estado, sino que es un fenómeno inherente e invariante del capital mismo: cada átomo de valor valorizándose contiene todos los presupuestos del terrorismo imperialista. “Los Estados poderosos sólo pueden sostenerse por el crimen. Los Estados pequeños sólo son virtuosos porque son débiles” expresaba ya hace siglos Bakunin.

El grupo político que ahora nos gobierna, o los capitalistas que actualmente nos explotan, podrían ser otros, de otro país, de otra religión, ideología política o hasta de otras familias. No es sólo su poder particular lo que permite su dominación, sino las condiciones globales de explotación y opresión.
La lucha anti-imperialista, es la renuncia a la lucha contra el capitalismo y sus Estados en tanto que relación social. El anti-imperialismo apunta hacia un país, justificando así el capitalismo y el estatismo de los países menos desarrollados.

El trabajo asalariado siempre es explotación. Las condiciones de trabajo son, por supuesto, mucho mejores para un obrero de un restaurante sueco que para, por ejemplo, un niño que trabaja en una fábrica de zapatos en China. El problema es que sólo hay un mundo, donde las condiciones y la explotación de los obreros en Suecia y en China están conectadas entre sí. Si uno se toma en serio el cambiar el mundo, hay que atacar la base misma de la que depende el capital: el trabajo asalariado. (Kämpa Tillsammans!, “Hamburguesas vs. Valor”)

El proletariado no tiene -y nunca tuvo- patria. Por ello, el internacionalismo no es la suma de los nacionalismos particulares, ni la suma de los procesos de “auto-determinación de los pueblos”.

El patriotismo, sea del color que sea, siempre será un as bajo la manga de la burguesía para dividir a una clase que es mundial. Si bien hoy el desarrollo del capitalismo mundial tiende a eliminar la existencia de luchas de “liberación nacional”, o por la “auto-determinación de los pueblos”, estas aún persisten, agregando por ejemplo la variante de la liberación de conjuntos o bloques de países. Sin embargo, su programa es invariable: reemplazar una dominación por otra, ocultar el antagonismo de clase presente a escala global, y la producción capitalista. Estas afirmaciones programáticas que expresamos no son dogma o tradicionalismo, parten de la comprensión de que nuestra clase, es una clase mundial, y sólo mundialmente pude auto-suprimirse. Ya no se trata de solidarizarse con el proletario de otro país que pensamos en peores condiciones que las nuestras, se trata de asumir que su lucha es la nuestra, luchando en “nuestro” país, contra “nuestro” Estado, contra “nuestra” burguesía.

Extraido de “Cuadernos de Negacion” nº 4
Argentina – Noviembre de 2010

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