ELFO NEGRO

Melkor creó la raza de los Orcos en los abismos de Utumno. Sauron hizo a los uruk-hai para la guerra del anillo. Elfo negro ha editado un disco pletórico. Consistencia y energía que harían palidecer a Melkor y a Sauron. Hard core para gritar al mundo nuestro odio y nuestra insumisión terca ¡Destruyamos el poder! ¡Destruyamos el anillo!

Primero de todo felicitaros por el pedazo de disco. Propuesta fresca y sin resquicio para la duda ¿Cuál es el balance de la gira de presentación? ¿Cuántas fechas? ¿Satisfechos?

Barrio: Pues gracias. La verdad es que sí estamos bastante satisfechos, se puede decir que ha habido una buena aceptación por parte de la peña, se ha vendido muy bien el disco en los conciertos y es que se nos acabaron para verano, hemos reeditado otras 500 copias.

En total habremos tocado unos 30 bolos desde otoño del 2004 al verano del 2005 y la verdad es que muy a gusto en general, siempre hay algún día que sobra, pero la mayoría muy bien y, como no, alguno para recordar, yo personalmente destacaría los conciertos del Gaztetxe de Lizarra y el del Kremlin, increíbles!!!

En directo os mostráis como una máquina perfectamente engrasada. ¿Mucho ensayo y autodisciplina?

Barrio: Pues la verdad es que esta pregunta nos ha hecho un poco de gracia, porque en realidad hemos ensayado un día antes de cada concierto y poca cosa más, entre que alguno del grupo tenemos algún proyecto musical más y hay un guitarra que está viviendo en Madrid desde hace ya tres años, no hemos ensayado mucho, quizás antes de grabar estuvimos preparando los temas, pero luego poco más. Lo que en directo pretendemos es trasmitir, nos metemos en la música y a disfrutar, y esa sensación es lo que hace que todo suene perfectamente engrasado, que te lo creas y que lo sientas, por encima de la técnica.

¿Es alargada la sombra de El Corazón del Sapo, en el sonido y la actitud de ELFO NEGRO?

Barrio: No lo creo, musicalmente es un grupo que nos gustó mucho y que crecimos escuchando su música al igual que con muchos grupos, pero hay muchas influencias en este último disco, estas van desde clásicos rockeros como los Stooges, MC5 y los Doors, reinterpretaciones rockeras como Kyuss y Zen Guerrilla, al punk y punk-rock de clásicos como GBH, Exploited, Vomito, MCD y más actuales como Gluecifer, Turbonegro y Señor No, sin olvidarnos del hardcore de clásicos y no clásicos como Dead Kennedys, Bad Religion, BAP, Müsterland o El Corazón del Sapo.

Así que, en cuanto al sonido, yo no creo que sea alargada, en cuanto a la actitud, la verdad es que sí fue uno de esos grupos (junto con otros como Tarzán y Sin Dios, por citar a algunos) que nos hizo ver la mínima coherencia de hacer letras antisistema-s (en todos los sentidos, empezando por el de nuestra cabeza) y no tocar para coca-cola ni heineken, ni convertir los mensajes en mercancías para multinacionales (hablando ahora de Warner, Sony, DRO y toda esa patraña).

Yo personalmente detesto cada vez más a grupos como Reincidentes, Hamlet o Rage againts the machine, que han vivido de la revuelta convirtiéndola en un puto producto para disfrutar en el discman, acomodando a la gente.

Pandora: Eso es lo que dicen, ¿no? No cabe duda de que ha sido uno de los grupos que más nos ha influido en todos los sentidos. Negarlo sería un error. Personalmente, creo que ha sido la banda que más me ha influido a lo largo de estos últimos años. Aún recuerdo cuando compré su primer disco en la Likiniano; tenía catorce años y no sabía prácticamente nada de la distribución no comercial y el Do it yourself. Los grupos que había escuchado no tenían nada que ver con el planteamiento que seguía aquel grupo, y todo aquello me chocó bastante. A partir de ahí, comencé a interesarme por el tema de la distribución no comercial y ciertos planteamientos políticos. Yo creo que ésa ha sido la máxima influencia que este grupo (y otros muchos) ha tenido para mí, a parte de la musical, claro está.

A parte del cuidado en el aspecto instrumental, creemos que habéis escrito textos certeros y poéticos como no habíamos escuchado en tiempo.

Barrio: Los textos es una cosa que la cuidamos de siempre, nos gusta cuidar estéticamente las letras y hablar de las cosas que nos gustan o nos preocupan de un modo metafórico. Aunque luego me puedan gustar letras directas como las de Habeas Corpus en a las cosas por su nombre o letras como de La Polla.

Si son certeros, no lo sé, pero lo que si me interesa es que la gente haga una reflexión de hasta donde tiene metido el sistema o los valores en la cabeza, para poder empezar a criticarse a uno mismo y luego poder criticar el sistema del que formas parte (materialista, injusto e insano).

Marti: Tampoco hablamos sobre nada nuevo, ni en el fondo, ni en la forma. Además en márgenes las letras están escritas por cuatro personas diferentes, si bien en esta ocasión la mitad prácticamente las he escrito yo. Todos aportamos tanto en lo letrístico como en las melodías de voz, creo que las dos cosas son igual de importantes para nosotros y por eso participamos todos en ellas. Intentamos buscar melodías y letras que nos transmitan algo. Me alegra que os molen las letras, creo además que algunas de ellas terminan adquiriendo un sentido diferente dependiendo de quién las escuche y las interprete y eso es más interesante de lo que parece. Creo que básicamente hablamos sobre situaciones, contextos y sensaciones que surgen de alguna manera en nuestra realidad. El modo de vida acelerado, absurdo y programado en el que vivimos desde occidente como telespectadores pasivos que diría David. Aunque las temáticas cambian de registros e intentan llenar de energía y alegría para afrontar muchas de esas situaciones. Y evidentemente creo que tienen un cariz político, tanto a la hora de retratar realidades como de transmitir animo para hacerlas frente.

Pandora: Para nosotros la cuestión de los textos tiene bastante importancia, tanta como la propia música. Está claro que no se trata de frases hechas o textos demasiado directos. Aun así, creo que muchas de ellas siguen el mismo hilo conductor, un tema del que si bien no hablan directa o explícitamente, sí lo hacen de manera indirecta. El pretexto en cuestión es el mundo de las mercancías y la impresión que nosotros tenemos en el momento en que interactuamos y somos condicionados por él: esa relación de quien aun siendo consciente de su implicación, quiere al mismo tiempo ser y sentirse en la periferia ideológica de aquél. Un poco lo que queríamos expresar con el término que da nombre al disco: márgenes.

Habéis llamado al cd: márgenes. Os movéis entre los márgenes de lo alternativo (espacios okupados, sin caché fijo, con sellos no comerciales…) ¿No se quedan pequeños esos márgenes? ¿Hemos explotado todas las posibilidades que nos podría dar la autogestión?

Pandora: Bueno, la verdad es que la escena podría dar un poco más de si, al menos por donde nosotros vivimos. A pesar de existir numerosos centros ocupados o autogestionados, se echa de menos cierta comunicación entre ellos: por ejemplo, a la hora de establecer circuitos no comerciales, etc. También existen otros espacios que, aunque ocupados o cedidos legalmente, pasan olímpicamente de grupos con un planteamiento anticomercial. No es cuestión de dar nombres, pero en fin… parece (y digo que sólo parece) que ciertas casas discográficas vascas y algunos espacios ocupados mantienen una relación muy simbiótica en lo musical y lo comercial.

En cualquier caso, las limitaciones son algo que acompaña a quienes apuestan por una distribución no comercial. El hecho de no llevar a cabo promociones de carácter comercial o reducir el ámbito de distribución del material deliberadamente es algo que debe entenderse en términos políticos: no se trata de carencias o limitaciones asociadas a la casa discográfica. Lo mismo ocurre con los precios del material, el famoso “No pagues más de…” Se tratan todas ellas de medidas para controlar los diversos procesos del producto: dónde se distribuye, a qué precio (cuando se fijan precios políticos al material es para que estos no fluctúen y vengan determinados por la dinámica del Mercado), etc.

Puede que todo esto suene a chino para alguien que sólo concibe la protesta de manera espectacular; puede también que se nos diga que es preferible llegar a más gente que mantener la actitud y no salir del anonimato, aún a costa de asumir ciertas concesiones al Capital. Todas ellas serán afirmaciones justificativas. Nosotros no somos nadie para arrogarnos el derecho a enjuiciar personalmente a nadie; sabemos que la vida nace de las contradicciones y se desarrolla en ellas, sin embargo, pensamos que es preferible producir y crear nuevas redes de relación y nuevos nódulos de sentido antes que seguir manteniendo -de manera pasiva y con argumentos o justificaciones tan poco elegantes- relaciones y estructuras que en muy alto grado son transformables.

Tengo la impresión de que las bandas con propuestas inconformistas respaldadas por una actitud acorde, no acaban de tener una respuesta en cuanto a público. ¿No tenéis la impresión de que estamos más ghetizados que nunca?

Barrio: Yo creo que en Euskal Herria si hay un circuito de gaztetxes donde suele ir la gente a ver conciertos, aunque no se peten los locales.

Por otra parte, si creo que se esté un poco guetizado y la culpa, en parte, la tienen grupos como los que te he comentado antes. La gente se piensa que lo alternativo y antisistema es ir al Viña Rock a ver a Reincidentes o Hamlet, o a otros grupos que no se han vendido tanto como la Polla, Boikot, S.A… Todos estos grupos (que tendrían que ser coherentes con las letras que tienen) han convertido la música y sus letras en puta mercancía o, por lo menos, han convertido sus mensajes en kalimotxo y agua de borrajas quedando sin credibilidad. Son como los políticos y la apatía que generan: ellos se venden, qué puedes esperar de los demás, haciendo creer a las nuevas generaciones que la única alternativa para dar un concierto es que te llamen del viña rock o tinto rock o, por lo menos, cómo se puede hablar sobre puto consumismo o viva el Che y tocar para coca cola o cualquier entidad privada que se forre a costa de mensajes de izquierdas. Lo que tenían que hacer estos grupos, si se quieren seguir forrando a costa de la música, es hablar de txorradas (que puede ser muy legítimo y se puede hacer con gusto), del aborto de la gallina o del gato con botas… pero que no vendan la Revolución, porque vivimos una época muy oscura como para convertir esto en un kinito.

¿Qué pueden hacer cinco elfos negros contra todo un ejército de orcos-zipaioss al servicio de Saurón-Capital?

Barrio: Un grupo de música no puede hacer más que hacer música y tener una actitud coherente con sus letras. Luego está claro que si llega a mucha gente, sus letras pueden hacer reflexionar, aunque sea un poco, sobre problemas o sobre temas que de otra manera no hubiesen llegado a los oídos de algunas personas, o si no enfoques diferentes a los que se suelen dar a los temas en el lenguaje oficial. Esto te lo digo por experiencia propia, porque yo crecí escuchando grupos populares con temática comprometida que me hicieron ver injusticias que desconocía o las conocía desde otro enfoque.

Pandora: Nada importante. La música puede servir para muchas cosas, pero no desde luego para plantear situaciones de desestabilización social. Creer que la música, o el arte en general, puede ser un factor determinante para producir un cambio social es una ingenuidad que puede pagarse muy cara: fijémonos si no en la conversión mercantil del punk inglés y su puesta en escena como objeto de consumo, como estilo de vida a la carta. Vivimos en una sociedad donde todo ha sido o puede ser mercantilizado: la música, por mucho slogan revolucionario que pueda invocar, no es una excepción. El caso más llamativo al respecto es el enorme éxito que ciertos grupos de rock combativo han tenido en la industria del entretenimiento: el problema no es que sus discos se hayan convertido en mercancía, todo en la era del Capitalismo, y especialmente en la etapa del espectáculo, es mercancía, incluido nosotros mismxs desde el momento en que somos considerados como fuerza de trabajo y debemos poner nuestra vida a trabajar, a producirnos como productores. El verdadero problema es que dicha música, con ese mensaje, haya hablado el mismo lenguaje estructural que el resto de productos de la cultura de masas: que no exista diferencia alguna desde el punto de vista económico entre un disco de Alejandro Sanz y otro de Reincidentes o Fermín Muguruza: ambos se pueden distribuir y vender en los mismos centros de consumo, ambos dejan a la suerte del Mercado el dictamen sobre el precio de sus productos (precios fluctuantes), ambos presentan una misma concepción de la autoría creativa y el régimen de propiedad intelectual que debe ir asociado a ella, etc.

Después de esto, ¿dónde queda la diferenciación política en el contexto de la producción musical?, ¿debemos conformarnos con ver nuestros discos favoritos, aquellos que articulan un discurso anticapitalista, en nuestro centro comercial más cercano?, ¿pueden los “enemigos del sistema” ganar también su pequeña parcela en alguna estantería perdida del centro comercial?
Y por último, y tal vez, lo más crudo, ¿no sería esto quizá el triunfo más sutil de la dinámica capitalista, el signo más fehaciente de su victoria total?
Dicho esto, cómo no intentar, al menos, marcar una huída del espectáculo o de la rítmica que impone el puro deleite de las mercancías. A mi modo de ver, es algo no sólo ético, sino fundamentalmente estético, político.

¿Cómo os habéis planteado el tema de los derechos de autor? ¿Estáis en la onda del Copyleft?

Pandora: La verdad es que no hemos registrado ni éste, ni el anterior trabajo bajo ninguna licencia jurídica: ni en Copyright, ni en Copyleft. En cierto sentido, lo nuestro ha sido algo más parecido al Anticopyright que a las licencias anteriormente citadas. De todas formas, no vemos mal el tema del Copyleft; especialmente en aquello relativo a la posibilidad de establecer una ruta de creaciones por medio de Internet y las posibilidades que abre ese nuevo soporte técnico. Nosotros no tenemos ningún problema en ceder nuestras canciones siempre y cuando ello no sea para fines lucrativos.

Se ve que disfrutáis sobre las tablas y eso se transmite claramente en todos vuestros directos. Habéis facturado once temas contundentes. ¿Cuál es el siguiente reto?

Barrio: Lo importante sobre las tablas es disfrutar y para mí no hay lugar para la duda, para mí subirme al escenario es como una performance, donde te metes en la música y te dejas llevar hasta donde sea, lo que se trata es de trasmitir y para eso solo hace falta creertelo y dejar a un lado todos los tabús. No me gustan los profesionales ni tecnicistas de la música que sólo hablan del sonido, de las marcas de amplis y guitarras, son unos pesados. Por eso muchas veces me siento identificado con grupos como Lobo Electrico o Paniks, con los que comparto la forma de entender la música, que consiste en coger una guitarra, tocarla como se pueda y dejarse de txorradas. Para mí una guitarra no es más que un medio, una herramienta para trasmitir lo que sientes, no es más que un cacharro más, también me podría haber dado por la pintura, la escritura o el teatro, pero la música me emociona mucho desde siempre. El siguiente reto es seguir para adelante mientras nos queden ganas.

Marti: Es quizá el peor momento para retratar nuestros futuros proyectos. Yo acabo de enterarme de que me voy un año a Argentina y las cosas están un poco en el aire. Nuestra intención era la de hacer un parón de directos por unos 10 meses para seguir componiendo y sacar temas en el local. Y evidentemente volver con un nuevo trabajo cargado de caña, melodía, HC y rockanroll. Pero esta respuesta la dejamos para dentro de unas semanas. Creo que los cinco elfos tenemos que hablar y replantearnos la hoja de ruta para los próximos tiempos. Lo que sí es seguro es que disfrutaré leyendo esta entrevista en Buenos Aires. Pero que no quede duda de que habrá elfo negro para rato.

A parte de en la banda, sois gente comprometida en diversas movidas. Se puede decir que en vuestro caso la lucha ni empieza, ni acaba al encender o apagar los amplis ¿no?

Barrio: Yo estoy metido en el Gazte Lokala de Deusto, local autogestionado por la gente del barrio sin ningun tipo de ánimo de lucro donde organizamos charlas, conciertos, teatros, talleres, fiestas de colectivos… Yo lo veo como una de esas islas sin contaminar del todo en esta sociedad tan consumista y apestosa donde cada uno mira a su propio ombligo y nada más. Este año el Gazte Lokala hace 15 años y esperemos que cumpla muchos más.

Pandora: No sé si llamarnos gente comprometida, pero el caso es que estamos familiarizados con los planteamientos, la gente y los espacios donde tienen cabida muchas de las luchas y las prácticas antisistémicas. Eso no significa que seamos gente super comprometida pero tampoco que seamos marcianos o personas desconocidas para quienes trabajan desde la lógica de la autogestión. De hecho, varios de nosotros hemos formado parte -algunos más, otros menos- de colectivos de tipo autogestionario y asambleario: gaztetxes, grupos libertarios… En cualquier caso, el asco no se articula desde ninguna posición…

el Golum negro

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