Las organizaciones ecologistas y conservacionistas que participan en el proyecto Aguiluchos 2000 destacaron ayer el papel que pueden prestar los agricultores y cosechadores en la conservación de los aguiluchos cenizo y pálido, dos especies amenazadas por la mecanización en la recolección del cereal.

Un total de 13 asociaciones naturalistas y las organizaciones agrarias Asaja, Unión de Pequeños Agricultores y COAG participan en Aguiluchos 2000 que fue presentado ayer en Toledo por miembros de los grupos Amus, Grefa y Esparvel y cuyo objetivo es reducir los efectos de la cosecha mecanizada en el desarrollo de estas dos especies que nidifican en los cultivos de cereal.

Los aguiluchos cenizo y pálido construyen sus nidos en el suelo, en zonas donde se cultiva el cereal y, generalmente, la incubación y desarrollo de los pollos coincide con la época de la recolección, que, al llevarse a cabo mediante cosechadoras, provoca la destrucción de los nidos y la muerte de las crías antes de que puedan volar.

Esta situación ha conducido a que el aguilucho, en concreto el cenizo y el pálido, sea una de las rapaces que más ha descendido tanto en España como en Europa en los últimos quince años.

Para paliar esta situación, el proyecto Aguiluchos 2000, que arranca en 1996, se propone consolidar un firme vínculo de colaboración y apoyo entre agricultores, conductores de cosechadoras, y emapacadoras, guardería forestal, organizaciones agrarias, ecologistas y administración para proteger esta especie, que además es muy beneficiosa para la agricultura porque su régimen alimenticio contribuye al control de las plagas en los cultivos de cereal.

Aumentar los conocimientos

Este programa también persigue aumentar los conocimientos sobre las áreas de distribución de la especie y su productividad y consta de una campaña de información y sensibilización social y educativa la elaboración de un censo de la población del aguilucho ibérico en España y de determinación de nidos para su protección en las épocas de recolección del cereal.

El representante de la organización Amus, Alvaro Guerrero, explicó que desde 1996 la iniciativa ha ganado receptividad entre los agricultores que, en muchos casos, ya avisan a las organizaciones implicadas en el proyecto sobre las fechas en que tienen previsto iniciar la cosecha de cereal para que se puedan poner a salvo los nidos de aguiluchos.

El representante de Esparvel, Juan Pablo Castaño, indicó, por su parte, que sólo con retrasar unos días la recolección se podrían poner a salvo muchos pollos que en esta época comienzan a volar.

Además de la mecanización de los cultivos, el aguilucho ibérico también está amenazado por la alteración de sus hábitats provocado por la intensificación de la agricultura, por la caza furtiva y el incremento en el uso de pesticidas, lo que limita el desarrollo de los insectos que constituyen la base de la alimentación de esta especie, de la que se estima existen alrededor de 5.000 parejas en toda España.