¿Qué ocurrió con el ferrocarril Baeza-Utiel?  
   
Instituciones y ecologistas recuperan el proyecto de la ruta verde del Baeza-Utiel  
   
Van a iniciar las gestiones para presentar un plan al programa ‘Vías verdes’ del ministerio de Medio Ambiente  
(La Verdad de Albacete. 17 de Junio de 2.001)

El ferrocarril Baeza-Utiel, uno de los grandes fiascos en el campo de las infraestructuras de la historia de España, aún respira. Ecologistas en Acción va a exigir a las autoridades provinciales la convocatoria de una reunión con el fin de recuperar el viejo trazado de esta línea fantasma como vía verde. Por su parte, instituciones como la Diputación y varios ayuntamientos ya han mantenido los primeros contactos para hacer realidad este proyecto. La idea no es nueva; en los últimos años se ha anunciado en varias ocasiones esta iniciativa. Sin embargo, hasta la fecha, además de palabras, poco se ha hecho, y eso a pesar de que el Estado, a través de su programa Vías Verdes, ha rescatado ya del olvido cerca de 1.000 kilómetros de líneas abandonadas en toda España, algunas de ellas, en la región.

Este diario ha sondeado en los últimos días a diversos responsables de instituciones albaceteñas acerca de sus pretensiones sobre el trazado del tren fantasma que desde hace años debía conectar Baeza y Utiel. La respuesta ha sido unánime: «Estamos en ello». Sin embargo, hasta la fecha, poco se ha hecho para tratar de recuperar para uso público este legado fruto de un sueño de grandeza que costó a los españoles cientos de millones de pesetas.

El ayuntamiento, y bajo el mandato de la alcaldesa socialista Carmina Belmonte, en el avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) presentado en 1994 incluía como una de sus prioridades la recuperación del Baeza-Utiel como ruta verde con el fin de poner a disposición de los ciudadanos un trazado para recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.

Ese documento municipal indicaba que el itinerario del Baeza-Utiel presenta las características adecuadas, ya que carece de pendientes acusadas y no atraviesa accidentes geográficos complicados. Además, los técnicos contratados para revistar el planeamiento urbanístico de la capital aseveraban que la sería accesible incluso para las personas con problemas de movilidad.

Como medidas preventivas, y para evitar la destrucción total de esta inútil línea de ferrocarril, el avance del PGOU proponía la prohibición de toda actividad edificativa o de transformación del trazado.

Construcciones en pie

Pero el avance del nuevo plan urbanístico iba más allá, ya que proponía la conservación y mantenimiento de las estructuras y edificaciones asociadas al trazado, desde puentes a túneles, pasando por estaciones y apeaderos, como partes integrantes de la propia vía verde. En esta línea, los urbanísticas ponía especial interés en el rescate de los edificios levantados junto al trazado ferroviario, al considerarlos lugares idóneos para la instalación de albergues y zonas de descanso dentro del corredor ambiental.

Pues bien, todos estos buenos propósitos se quedaron en una mera declaración de intenciones, en un documento que pasó a engrosar el cajón de los asuntos olvidados en algún despacho municipal.

Pero no solamente el ayuntamiento de la capital ha mostrado su interés por hacer algo con los restos del ferrocarril Baeza-Utiel. Algún responsable regional ya trató de poner en marcha un proyecto similar, y últimamente, la Diputación provincial. Y ésto es así hasta tal punto que en su programa de gobierno, el actual equipo director de la corporación provincial incluyó como una prioridad la «recuperación de vías pecuarias y de tramos del antiguo trazado de la línea de ferrocarril Baeza-Utiel y otras actividades ecológicas en aulas de la naturaleza». El diputado provincial de Medio Ambiente, Ramón Sotos, en declaraciones a La verdad, ha asegurado que ha mantenido «alguna reunión» con alcaldes interesados en el proyecto, haciendo especial hincapié en el caso del ayuntamiento de Alcaraz. Pero la corporación provincial no ha pasado de esas simples conversaciones.

Lo mismo vino a contestar el concejal de Medio Ambiente del ayuntamiento de la capital, José Eduardo Martínez Valero, para quien el proyecto de convertir en ruta verde este viejo trazado ferroviario es «tremendamente interesante, y nos vamos a poner manos a la obra, de hecho, ya hemos mantenido los primeros contactos». En este sentido, el portavoz de Ecologistas en Acción, José Manuel Pérez Pena, expresaba su «satisfacción» ante la posibilidad de que «de una vez por todas haya instituciones valientes que decidan abordar este proyecto». De cualquier manera, «no debe ser fácil, ya que los terrenos del trazado volvieron a manos de sus propietarios, y ahora habrá que iniciar otra vez un proceso de expropiación».

Tras conocer la intención de varias instituciones provinciales de ponerse manos a la obra para convertir el Baeza-Utiel en una Vía Verde, Pérez Pena –que recordó que en las corporaciones de José Jerez y Carmina Belmonte ya propusieron esta posibilidad– indicó que «vamos a pedir con la máxima urgencia una reunión con la Diputación y los ayuntamientos interesados para exigirles agilidad y mostrarles nuestro total apoyo, la población albaceteña demanda un proyecto de estas características».

Implicación

Desde la Fundación de Ferrocarriles Españoles, entidad que coordina el programa de Vías Verdes, se explicó a este diario que la iniciativa para rescatar un viejo trazado de ferrocarril como ruta ecológica debe partir de las administraciones locales, provinciales y regionales. En España se calcula que existen más de 7.000 kilómetros de líneas que ya no tienen servicio de trenes o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción.

Desde 1993, estos antiguos trazados están siendo acondicionados como recorridos ecológicos para viajeros un tanto diferentes a los usuarios habituales del ferrocarril, desde cicloturistas a caminantes, pasando por jinetes. El ministerio de Medio Ambiente, en la actualidad, es el departamento responsable de desarrollar el programa Vías Verdes, en colaboración con Renfe y Feve, y cualquier actuación suele contar con la implicación de instituciones locales, provinciales y regionales, además de agrupaciones ecologistas y vecinales.

Hasta el pasado año se habían invertido más de 5.000 millones de pesetas en el rescate de diversos trazados, dinero que ha servido para la recuperación de 43 recorridos de diversa longitud, y de los que tres transitan, en parte o completamente, por Castilla-La Mancha, más concretamente, por Ciudad Real y Toledo.

La Ruta del Ferrocabriel

En la Mancomunidad de La Manchuela no han esperado a que alguna institución decida regalarles un proyecto para recuperar como vía verde lo que queda del ferrocarril Baeza-Utiel. Todo lo contrario, con buena voluntad y mucho esfuerzo han conseguido poner en marcha la denominada Ruta del Ferrocabriel.

Su itinerario sigue la línea inacabada de esta línea de ferrocarril, atravesando numerosos túneles, apeaderos, taludes, ramblas, pinares y puentes, saliendo al paso los característicos mojones de cemento con las iniciales FC de este particular proyecto de vía de ferrocarril.

En la zona, el cultivo predominante es el de la vid, y como nota curiosa, de cuando en cuando pueden verse refugios de piedra –llamados cucos o chozos–, construcciones típicas del centro norte de la provincia empleada como lugar de cobijo y para albergar los aperos de labranza, y también es posible encontrarse las viejas casetas de vigilancia del ferrocarril. El paisaje que recorre la Ruta del Ferrocabriel está salpicado de caseríos durante el primer tramo del sendero y como puntos más destacados del camino es preciso destacar el nacimiento del Arroyo de la Aldea, el caserío de Los Borjas, la huerta de Carreras, la rambla conocida como Tollo de Tortuga, el barranco de la Zúa, y por supuesto, el río Cabriel, que da nombre al recorrido.

El final del recorrido está marcado por los pequeños saltos de agua, los remansos, la vegetación propia de la ribera y algunas construcciones populares en estado de abandono desde hace años. Al subir, la ruta llega a su punto más alto. Al otro lado del río ya se encuentra la provincia de Valencia, concluyendo el itinerario en Los Cárceles, una pequeña aldea con muy buenas zonas para acampar y bañarse junto al Cabriel.

 
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