El agua que se consume en los hogares de Albacete y sus pedanías es potable, pero en determinados casos, no cumple el indicador de calidad que establece la normativa estatal. Esta es la principal conclusión que se puede extraer del informe presentado ayer por el concejal de Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero, tras las polémicas declaraciones de representantes de Ecologistas en Acción, quienes aseguraron que se debía realizar un estudio serio sobre las consecuencias para la salud de los albaceteños del consumo del agua del grifo. De acuerdo con los datos dados a conocer por Martínez Valero, durante 1999, los valores medios de nitratos -único elemento nocivo para la salud de cuantos contiene el líquido elemento- del agua consumida en la ciudad fueron de 21 miligramos por litro, y por lo tanto, por debajo del indicador de calidad que fija la normativa estatal, que es de 25 miligramos por litro.

El agua que se consume en Albacete es potable. Con esta declaración tan contundente, el concejal de Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero, quiso despejar ayer cualquier duda acerca de las consecuencias que para la salud, y según denunciaron los ecologistas la pasada semana, podrían derivarse del consumo de agua del grifo.

El edil -acompañado del jefe del Servicio de Salud Ambiental y del Laboratorio Municipal, Juan Carlos Sánchez- ofreció ayer toda una batería de datos acerca de los estudios que de manera «exhaustiva y rigurosa» se realizan del agua del que se abastece el municipio para el consumo de los ciudadanos.

En estos controles, el Ayuntamiento aplica tanto la Reglamentación Técnico-Sanitario (RTS) de Control de Calidad de las Aguas Potables, de ámbito estatal, como la nueva Directiva Europea de Calidad de las Aguas Destinadas al Consumo Público.

Según indicó Martínez Valero, la vigilancia de las aguas se realiza en los pozos de captación que abastecen al municipio -en la actualidad, de los ocho existentes, funcionan seis- y en diecinueve puntos de la red de distribución, y además, se lleva a cabo un trabajo de vigilancia en las pedanías albaceteñas.

Diariamente se controlan los parámetros entendidos como naturales, teniendo en cuenta que las aguas que se consumen en la ciudad, de carácter subterráneo, tienen una serie de sustancias propias de la roca, y que no son nocivas para la salud, como calcio, magnesio o sulfatos, según recalcaba el titular del área de Medio Ambiente.

Por otro lado, se lleva a cabo un control semanal de los sondeos y de la red, pero para conocer, al margen de los elementos naturales, el porcentaje de aquellos componentes que sí podrían ser causa de peligro para la salud de los albaceteños, como son los nitratos. «En todos los puntos en los que se ha hecho el muestreo, estamos muy por debajo del parámetro que podría significar la señal de alarma, el indicador de calidad del agua, que está fijado en 25 miligramos por litro, siendo la media, en 1999, de 21 miligramos por litro en el conjunto de los pozos y de la red donde se han tomado muestras», aseguró José Eduardo Martínez Valero.

No hay alarma
«No estamos en una situación de alarma ni de preocupación, algo que debe quedar suficientemente claro, y no nos consta que por la calidad del agua que se consume en Albacete haya algún tipo de enfermedad o problema grave para la salud de los vecinos y vecinas de nuestra ciudad», indicó. El jefe del Laboratorio Municipal entregó ayer a los medios de comunicación un estudio realizado sobre los valores medios de los sondeos de abastecimiento al municipio de Albacete, y en todos ellos, salvo en los dos del Hondo de la Morena, el porcentaje de nitratos está por debajo del indicador de calidad que establece la normativa estatal, es decir, 25 miligramos de este componente por litro. Sin embargo, en los del Hondo de la Morena se alcanzan unas medidas de 27 y 28 miligramos de nitratos por litro, un valor que, no obstante, está muy por debajo del límite de potabilidad que establece tanto la normativa estatal y las nuevas directivas europeas, que es de 50 miligramos de nitrato por litro de agua.

En este estudio realizado por Juan Carlos Sánchez se asegura además que cuando el agua venga por el trasvase Tajo-Segura, procedente del Júcar, los nitratos no pasarán de 3,25 miligramos por litro. Respecto a otros parámetros, los de carácter físico-químico, propios de la composición natural del agua, los sulfatos suelen estar por encima de la concentración máxima permitida, y en cuanto al magnesio, también se supera ese límite. No sucede lo mismo en cuanto a las pedanías, ya que contrariamente a lo manifestado ayer por el concejal de Medio Ambiente, el indicador de calidad en el capítulo de nitratos -es decir, 25 milímetros por litro- se supera en Tinajeros, Santa Ana, Casa de las Monjas y Aguas Nuevas, con medias que se sitúan entre 28 y 43 miligramos por litro. Sin embargo, en todos los sondeos analizados en las pedanías, la concentración máxima admisible -50 miligramos por litro- no se supera en ningún caso.