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Revista de prensa

Un nuevo mapa de ruidos de Valladolid sustituirá al realizado por la Junta en el 2002, que olvidó las zonas de copas, y que fue entregado al Ayuntamiento en el verano del 2003, casi un año después de su conclusión

Las áreas con discobares duplican los niveles sonoros recomendados por la OMS para el descanso nocturno

Sábado 20 de marzo de 2004

El mapa de ruidos elaborado por la Junta de Castilla y León para la capital vallisoletana deberá sustituirse en el plazo de un año porque el actual, entregado al Ayuntamiento el verano pasado, olvidó las áreas de concentración de bares donde los niveles sonoros resultan muy molestos para
los vecinos del entorno. El documento no recoge además algunas de las características exigidas por la reciente Ley del Ruido y, a pesar de los meses transcurridos, los técnicos municipales continúan el estudio de la documentación entregada desde la Consejería de Medio Ambiente.

El mapa, cuyo contenido en bruto fue remitido a los grupos políticos de la oposición, a las asociaciones de vecinos y a formaciones ecologistas en octubre pasado, resulta «ininteligible», asegura el concejal Ángel
Cristóbal, del PSOE. El mismo calificativo que utilizan para el documento varios de los técnicos municipales del área de Medio Ambiente.

Lo niega el concejal

El edil responsable de esta área, el concejal del PP José Carlos Muñoz, aseguró el martes pasado que no está prevista la elaboración de un nuevo mapa donde se recojan los distintos niveles sonoros de la capital. La ejecución de un mapa que sustituya y mejore al existente fue sin embargo
confirmada por otras fuentes municipales que aseguraron que la redacción del mismo deberá hallarse concluida a lo largo del año próximo.

La razón fundamental para que el mapa realizado por la Junta se considere inválido es que en el mismo se obvia la existencia de zonas de copas, como el área de Francisco Suárez y Ribera de Curtidores. La documentación entregada por el Ejecutivo regional se limita a señalar algunas zonas, muy pequeñas, donde según la encuesta realizada a las vecinos de los distintos barrios resulta molesta la concentración de personas durante las madrugadas de los días festivos.

Cifras sin refrendo

Estas molestias carecen de refrendo con mediciones que establezcan los niveles sonoros que alcanzan las concentraciones humanas. La ausencia de este dato contrasta con el estudio realizado para la Junta de castilla y
León por la empresa Audiotec sobre los niveles de ruido en siete localidades de la región con más de veinte mil habitantes. En este estudio sí se indica el nivel que alcanza el ruido de las noches festivas, un gráfico sin
paralelo en la documentación relativa a la capital vallisoletana.

Los trabajos de Audiotec indican diferencias entre una jornada nocturna normal y una de fin de semana que casi duplican los niveles ruidosos. Si para la noche el volumen recomendado por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) se sitúa entre los 40 y 45 decibelios (el ruido generado por la rotura de una hoja de papel), las vísperas de los días de fiesta los niveles rondan los 80 decibelios en la mayor parte de las zonas estudiadas. Estas cifras,
indican las fuentes consultadas en el Ayuntamiento, resultan extrapolables para las concentraciones de personas en las zonas de discobares de Valladolid. De esta forma, además de la contaminación acústica provocada por el tráfico rodado, Valladolid contaría con una segunda fuente que causa especiales molestias para los habitantes de los bloques afectados: las zonas de copas.

La falta de esta información ha provocado las críticas del principal grupo de la oposición política municipal. «Parece increíble que no se haya tenido en cuenta esta circunstancia y que, al final, haya que gastar más dinero
para disponer de unos datos de los que ahora se carece», comentó Ángel Cristóbal.

Atronador e insoportable

Antonio Presa, presidente de la asociación de vecinos de Ribera de Curtidores, considera que el documento elaborado en Valladolid debería titulares ’Mapa de los ruidos provocados por el tráfico en Valladolid’. El colectivo que preside es uno de los que más quejas recoge por los ruidos de la concentración de clientes de los bares de la zona del Cuadro o Francisco Suárez. «Obviar esta cuestión es engañar a Europa, a la Agenda Local 21, a la ciudadanía y, en especial, despreciar a los afectados», señala.

Presa no entiende como durante los trabajos de redacción «en ningún caso se haya considerado oportuno hacer las correspondientes mediciones en calles y zonas donde de antemano se sabe que el ruido sobrepasa con creces los límites recomendados», añade. El representante vecinal señala unos límites donde «el ruido es atronador e insoportable al máximo» formado por el núcleo situado en las calles Francisco Suárez, Paulina Harriet y Gregorio
Fernández.

Motos, obras, tráfico y ambiente nocturno, los más molestos

El ruido de las cañerías es considerado como el sonido que más molestias ocasiona en el interior de los bloques de viviendas.

El aeropuerto está lejos y ninguna de las industrias de los alrededores de la capital se halla suficientemente cerca de áreas residenciales como para que provoque molestias importantes a los vecinos. Por eso, en Valladolid el ruido más molesto identificado por sus habitantes es el bramido de una motocicleta. La mitad de los encuestados por los redactores del mapa de ruidos de la ciudad califica el sonido de las motos como el que más les desagrada. Le sigue el ruido general que provoca el tráfico que molesta al
39% de los preguntados por un estudio que realizó 296 encuestas a otros tantos vecinos de entre 10 y 65 años residentes en todos los barrios de Valladolid.

La molestia generada por las obras muestra, a diferencia de las anteriores, distinciones significativas según el entorno residencial del vallisoletano.

Así, en la zona centro y en el paseo de Zorrilla, el porcentaje de los altamente molestos por esta actividad se acerca al 50%, pero disminuye de forma considerable en otras partes de la ciudad y alcanza el mínimo, el 16,9% de molestos en la avenida de Salamanca.

Otros ruidos que la encuesta determina como molestos son las voces exteriores al edificio y el ambiente nocturno en general, así como el ferrocarril en las áreas cercanas a este medio de comunicación.

La fuente de ruido interna de las edificaciones que más reacciones adversas provoca son los ruidos de las cañerías, sobre todo la descarga de las cisternas y la apertura de grifos. A este nivel se une también en algunos casos la vibración provocada por los electrodomésticos, por debajo quedan en la calificación las voces de los vecinos, los sonidos de impactos, los golpes de puertas y ventanas, las herramientas de bricolaje y las obras en el interior de los hogares.

66% de afectados

Las conclusiones del mapa de ruidos redactado para la Junta resaltaba que el 66% de los vecinos vallisoletanos se hallan sometidos a niveles de ruido elevados durante la madrugada de los días festivos. El informe destacaba
este elevado grado de molestias a la población que calificaba de «muy preocupante». En este mismo estudio se añadía que exclusivamente el 15% de los residentes en la ciudad goza de niveles calificados como buenos cada
noche festiva. El resto de la semana, cuando amanece un día laborable, el porcentaje de ciudadanos sometidos a niveles elevados se reduce al 31%.

Las cuatro estaciones municipales confirman el exceso de sonoridad

Las cuatro estaciones que cuentan con sonómetro y que registran los niveles de emisiones de ruidos al ambiente en Valladolid registran a diario un exceso de los registros de sonido en el conjunto de la capital vallisoletana. El dato confirma el resultado obtenido por el mapa de ruidos
de Valladolid, donde se asegura que el 95% de la población sufre a diario esta contaminación acústica, en algunos casos en grados muy por encima de los recomendados y dentro de la categoría de ruidos molestos, o muy molestos.

Las estaciones situadas en el paseo del Arco de Ladrillo, La Rubia, Vega Sicilia y Santa Teresa registran desde hace un año los valores medios de la capital vallisoletana. En los cuatro casos, tanto de día como de noche registran de media diez decibelios por encima de los 55 recomendados en la jornada diurna y 45 para la nocturna.


Fuente: Texto: Julio G. Calzada. 20-03-2004. El Norte de Castilla