Ayuntamiento de Valladolid
PLENO ORDINARIO DE LA CORPORACIÓN MUNICIPAL
28 DE OCTUBRE DE 2024
Estimadas señoras y señores:
Según el Instituto de Salud Global, la contaminación atmosférica ocasiona en Valladolid hasta trescientas muertes prematuras al año. Los contaminantes responsables de este grave problema sanitario son el dióxido de nitrógeno y las partículas finas, en invierno, y en verano el ozono, emitidos directa o indirectamente por el tráfico motorizado que circula por la ciudad.
Las principales víctimas de la contaminación del aire son las niñas y niños, las personas mayores y aquellas que padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas, con mayor prevalencia entre las clases sociales económicamente más vulnerables, que no disponen de vehículo privado, y para las que el debate suscitado con esta Zona de Bajas Emisiones resulta completamente ajeno.
La fuente principal de la contaminación atmosférica en Valladolid es el intenso tráfico motorizado que circula por la capital y las carreteras de acceso a la misma, resultado de una nefasta política territorial que ha dispersado la ciudad y ha promovido el uso indiscriminado del automóvil mediante la habilitación de vías rápidas y, en el centro, de aparcamientos rotatorios.
Dado que la mayor parte de la contaminación urbana procede de los coches con motor de explosión, las medidas para reducirla deben ir encaminadas a limitar la utilización del automóvil, con acciones que a la vez que reducen la velocidad y el uso del coche, canalicen la necesidad de movilidad hacia el transporte público eléctrico y los modos de movilidad activa, como la bicicleta y el peatón.
En este sentido, las zonas de bajas emisiones son un instrumento legal obligado por la Ley de Cambio Climático, para cuya implantación arrastramos ya dos años de retraso fruto de la negligencia de éste y del anterior equipo de gobierno municipal. Para que sean eficaces, deben ser significativas en su ámbito y en las restricciones de acceso al mismo de los vehículos más contaminantes.
La Ordenanza reguladora que hoy se propone no cumple ninguna de estas dos condiciones. Su ámbito se limita a un dos por ciento de la ciudad consolidada y afectará a menos del uno por ciento de los vehículos que circulan por la misma. La amplitud de los usos, las exenciones y los accesos temporales autorizados harán irrelevante el impacto sobre la movilidad y la calidad del aire generales.
Se trata además de una regresión sobre la Zona de Bajas Emisiones aprobada por este Pleno municipal dentro del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de Valladolid, documento normativo que ha sido completamente omitido tanto en el Proyecto de la Zona de Bajas Emisiones como en su Ordenanza reguladora.
Para este viaje, desde luego sobraban alforjas como los dos millones de euros de fondos europeos despilfarrados en cámaras, sensores y señalética de una Zona de Bajas Emisiones completamente inútil, por su diseño y falta de ambición.
En consecuencia, les pedimos que reconsideren esta regresión ambiental, que protejan el derecho a la salud de las personas más vulnerables, y que sitúen a Valladolid en la vanguardia de las ciudades con mejor calidad ambiental y de vida, favoreciendo de forma decidida el transporte público eléctrico, la bicicleta y el tránsito peatonal. Es su obligación legal y moral.