Entre 1.000 y 1.500 personas tomaron ayer las calles de Guarrate y exigieron al alcalde, el socialista Javier Gómez Pascual, que invalide el acuerdo al que ha llegado con la Junta para la construcción de una incineradora de harinas cárnicas. Los responsables de la plataforma contra la incineradora se lamentaron de la ausencia de un gran número de vecinos en la protesta, «porque sabemos que quieren manifestarse, pero están cohibidos por el Ayuntamiento»
El peligro que la futura planta puede entrañar para la salud de los habitantes de la zona fue el principal argumento que movilizó a personas procedentes de la provincia y también de Valladolid. La llegada a manos de la plataforma de informes procedentes de lugares en los que ya existen estos crematorios ha alarmado a los vecinos de la comarca. Cáncer, enfermedades de la piel o envejecimiento prematuro son los riesgos para la salud descritos que más temor han provocado en la población.
El anuncio del consejero de Agricultura y Ganadería, José Valín, sobre la creación de veinticinco puestos de trabajo no ha convencido a los vecinos de La Guareña, por considerar que los trabajadores procederá de fuera y que los perjuicios, una vez que la planta se ponga en funcionamiento, sobrepasarán los beneficios.
La portavoz de la recién creada plataforma contra la incineradora, Teresa González, incidió en el peligro que puede correr la población de la zona una vez que la planta entre en funcionamiento, «porque todas las incineradoras de productos orgánicos crean dioxinas, que son sinónimo de cáncer». González se dirigió al alcalde de Guarrate para pedirle que «rectifique, porque sus habitantes se lo están pidiendo».
El Ayuntamiento de Guarrate fue escenario, posteriormente, de la lectura de un manifiesto elaborado por la plataforma -que agrupa ya a casi una treintena de pueblos- . Más de un millar de personas aplaudieron cada uno de los argumentos expuestos contra la planta.
Las promesas de canales de riego para La Guareña o la creación de pabellones polideportivos, que no han sido cumplidos, fueron mencionados para reforzar la tesis contra el proyecto recientemente aprobado por la Administración regional.
«Vamos a cambiar la denominación de origen de nuestros productos por la contaminación de origen», expuso la portavoz. El manifiesto citó los informes confeccionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los que se explican la escasa fiabilidad para la salud de la incineración orgánica, como uno de las principales razones por las que los vecinos de la zona no pueden permanecer tranquilos.
Además de un gran número de alcaldes de los pueblos de la zona, las asociaciones Ecologistas en Acción de Zamora y Salamanca también participaronen en la protesta. «Los residuos tóxicos permanecen en la atmósfera y superan los niveles de contaminación. Para saltar esta barrera, la Administración regional sube los niveles permitidos y se acabó», indicó uno de sus portavoces. «Dicen que los vecinos pueden cerrar las puertas y las ventanas, pero las dioxinas se cuelan igualmente y producen enfermedades cancerígenas», añadió.
Uno de los alcaldes congregados, el de Villaescusa, Antonio Fernández, acusó al consejero de Agricultura y Ganadería, José Valín, de «ocultar los informes sobre las consecuencias medioambientales que la planta incineradora de harinas cárnicas provocará una vez que comience su funcionamiento».