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Ecologistas en Acción denuncia la ampliación del Campus del Río San Pedro ante la Unión Europea
20/12/02
La normativa comunitaria imposibilita la realización de este proyecto

Ecologistas en Acción ha presentado una denuncia ante la Comisión de las Comunidades Europeas por incumplimiento del Derecho Comunitario. En concreto, la Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conservación de las aves silvestres (“Directiva Aves”) y la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres (“Directiva Habitats”).

El Parque Natural Bahía de Cádiz está catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves y forma parte, por tanto, de la Red Natura 2000 (red de espacios naturales protegidos de la Unión Europea). La zona destinada a la ampliación de la universidad está incluida dentro de los límites del Parque Natural y por tanto está también protegida por el derecho comunitario.

Según establece la Directiva Habitats, cualquier plan o proyecto que pueda afectar a un lugar perteneciente a la Red Natura 2000 no podrá ser aprobado sin haber asegurado que no causará perjuicio a la integridad del lugar. Sin embargo, el Plan propuesto por la UCA supondrá la destrucción de esas 38 ha de este espacio. Sólo por razones imperiosas de interés público de primer orden (las relacionadas con la salud humana y la seguridad pública) y a falta de soluciones alternativas una evaluación negativa podría ser salvada, con la autorización de la Comisión Europea. Sin embargo, el Plan de Ampliación de la UCA no puede considerarse como de interés público de primer orden. Más aún cuando cualquier otro suelo urbanizable puede ser una solución alternativa.

Las 38 hectáreas de Parque Natural destinadas a ampliación albergan además hábitats naturales considerados prioritarios por la Directiva Habitats, en concreto Matorrales halófitos mediterráneos y termoatlánticos y Estanques temporales mediterráneos, así como especies catalogadas como prioritarias por esta misma directiva, principalmente aves y anfibios

Estas disposiciones comunitarias han sido obviadas en el procedimiento de aprobación del Plan hasta la fecha, lo que ha motivado la presentación de la denuncia.

Para obtener copia de la denuncia: solicitarlo por correo electrónico a: ecologistas.cadiz@nodo50.org


PLATAFORMA EN DEFENSA DEL PARQUE NATURAL DE LA BAHÍA DE CÁDIZ
No a la ampliación del Campus del Río San Pedro
20/2/02
La Universidad de Cádiz pretende urbanizar 38 hectáreas del Parque Natural de la Bahía de Cádiz para ampliar el Campus del Río San Pedro, en Puerto Real. La zona de ampliación, en el entorno del Pinar de la Algaida, es de gran singularidad, ya que en ella se forman en los periodos de lluvias lagunas temporales de agua dulce, que forman un ecosistema único en el entorno de la Bahía de Cádiz.

Esta ampliación es, además, innecesaria, pues hay un único centro universitario previsto que sólo ocuparía el 5% de la superficie que se pretende urbanizar, el resto será una “reserva” para centros no especificados e, incluso, centros de “investigación” tanto públicos como privados, por lo que nos tememos que se termine por privatizar este valioso espacio para la instalación de empresas privadas.

¿No es paradójico que una Universidad que está formando profesionales para la protección del medio ambiente, como son los Licenciados en Ciencias Ambientales o Ciencias del Mar cuya facultad está ubicada en este Campus, esté promoviendo la destrucción de su entorno natural más cercano?

NECESITAMOS TU AYUDA

El documento adjunto es un escrito de alegaciones al Plan, que se encuentra hasta el 4 de marzo en periodo de exposición pública. Si quieres ayudarnos a proteger este espacio, rellénalo con tus datos, o los de tu asociación o entidad, fírmalo y preséntalo en cualquier registro público o mándalo por correo certificado al Ayuntamiento de Puerto Real (Cádiz 11.510).

Difunde esta noticia a través de tus direcciones o de las redes a las que tengas acceso. Para bajarte el documento, pulsa aquí

Para más información puedes consultar:

http://www2.uca.es/grup-invest/ecosist-acuaticos/Entorno.htm

UCA ÑAM ÑAM

O como la Universidad de Cádiz planea ampliar el Campus del Río San Pedro dándole un muerdo al Parque Natural

PARA SITUARNOS
El Campus Universitario del Río San Pedro, en Puerto Real, se encuentra situado al borde del caño que le da nombre, frente a la península de Los Toruños y junto al pinar de La Algaida, en un entorno incomparable que engloba una gran diversidad de ambientes naturales (marisma, pinar costero, lagunas pluviales...), pertenecientes en su mayor parte al Parque Natural Bahía de Cádiz.

La construcción del Campus universitario en este emplazamiento ha supuesto la ocupación paulatina de gran parte de este entorno durante los últimos 25 años, agudizada por la falta de una planificación que contemplara el escenario final que adquiriría el Campus. Actualmente, la Universidad de Cádiz planea una nueva ampliación del Campus que contempla la ocupación de 38 hectáreas más de ese entorno y pueden suponer la desaparición de una zona de lagunas temporales pluviales, únicas en la bahía de Cádiz y de un importante valor ambiental, así como de zonas habitadas por especies endémicas.


UN POCO DE HISTORIA
En 1993, el PGOU de Puerto Real recalifica y destina 380.000 m2 a la ampliación del Polígono Universidad dentro de los límites del Parque Natural Bahía de Cádiz, en el sector denominado Pinar de la Algaida, recibiendo la autorización de la entonces Agencia de Medio Ambiente. Unos meses después se aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural, en cuya zonificación la zona en cuestión recibe la categoría B-4, que establece como compatibles “el uso cultural, recreativo y educativo, respetando siempre los valores naturales”, y aunque no recoge que el destino concreto de esa zona sea la ampliación del campus universitario, establece como una de las prioridades en la revisión de los límites del parque natural sacar dicha zona de éste. Pero no es hasta el año 2000 cuando la Universidad de Cádiz empieza a planear la urbanización de esa zona. Se da entonces la paradoja de que una zona urbanizada, llena de grandes edificios y aparcamientos, va a formar parte de un espacio natural protegido. (ver mapa )


LA UCA PLANIFICA
Como exige el PGOU de Puerto Real, la urbanización de la zona debe ser desarrollada mediante la tramitación de un Plan Especial, del que la UCA ha elaborado ya un borrador [1]. En él se contempla la urbanización de la práctica totalidad de la zona, entre centros docentes, centros de investigación, servicios comunes, aparcamientos y redes viarias, lo que supondrá multiplicar aproximadamente por 4 la actual superficie ocupada por el Campus. El objetivo es finalmente crear un gran campus de ciencia y tecnología, que complete la división temática de los campus de la UCA.

Básicamente, el Plan establece dos zonas, a un lado y otro de la antigua vía a Matagorda (Fig.1). La que queda al suroeste, para edificios docentes, y la que queda al noreste, para centros de investigación en convenio con empresas. En la zona docente se delimitan tres parcelas para futuros centros educativos. Una de ellas albergará el futuro edificio de la Escuela Superior de Ingeniería, actualmente en Cádiz, cuyo proyecto está en elaboración. Sobre las otras dos parcelas no existe previsión alguna, sino que constituyen una reserva de terreno docente para la UCA. La ESI requerirá unas 2 ha de suelo, sin embargo, se está justificando la urbanización del total de 38 ha por la falta de suelo para albergar este edificio. Por otra parte, las previsiones hablan de una disminución paulatina del número de alumnos en las universidades españolas, que pone en duda la necesidad de hacer una reserva de suelo docente de esas características.

Respecto a la zona dedicada a investigación, se proyectan sobre terreno público, cuya ocupación puede tener además un elevado coste ambiental, centros que tendrán un uso o al menos un beneficio privado. En cualquier caso, costes que puedan ser asumibles por su justificación social, no lo son si la justificación es el beneficio industrial.

En definitiva, se aplica la lógica de “tenemos un terreno, ¿qué hacemos con él?”, en lugar de “qué necesidades tenemos y cómo podemos cubrirlas afectando lo menos posible a nuestro entorno”.


SOBRE LOS VALORES AMBIENTALES DE LA ZONA
La zona destinada a la ampliación del Campus era hace unas décadas un vertedero de basura y escombros, como recuerdan muchos puertorrealeños. Con la construcción de la carretera nacional 443 esta zona es regenerada. Pero además la presencia de la carretera favorece el encharcamiento de la zona debido a la interrupción del drenaje superficial, dando lugar, durante los inviernos lluviosos, a un conjunto de lagunas episódicas de gran singularidad. Cuando la zona permanece seca da lugar a pastizales que constituyen una zona de transición (ecotono) entre el pinar y las marismas, coexistiendo comunidades vegetales características de ambos biotopos [2].

Así, en la zona aparecen comunidades vegetales de gran interés, recogidas en el Catálogo de la Flora Amenazada del Litoral Gaditano [3], en las que coexisten especies características de pastizales (Hordeum marinum, Polygonon maritimus y otras herbáceas), especies halófitas propias de marisma (almajo salado, salado, Frankenia boissieri) y especies características de zonas palustres (juncos y castañuelas) [2]. Durante los periodos de inundación se forman mantos de ranúnculos (Ranunculus peltatus), especie cada vez más escasa en nuestro litoral y que confiere valor paisajístico a la zona por su llamativa floración [2,4]. Cabe destacar también la presencia de poblaciones de Armeria gaditana [2,5], especie endémica del suroeste de la Península Ibérica y calificada como vulnerable a nivel andaluz y en peligro de extinción en la provincia de Cádiz [3]. Esta especie, característica de depresiones arenosas húmedas y bordes de marismas, tiene como principal amenaza la pérdida de encharcamientos de agua dulce en el litoral [2,5]. El área de distribución de esta especie ocupa sin embargo una zona del Campus actual, junto al pabellón deportivo y fuera de los límites del Parque Natural y del Plan Especial. En esta zona se completará el equipamiento deportivo universitario con pistas polideportivas, una piscina cubierta y un campo de futbol de césped artificial (Fig.1), cuyo proyecto está ya redactado y en fase de licitación por la Consejería de Turismo y Deportes.

Pero el valor ecológico de la zona de lagunas temporales se debe fundamentalmente a su singularidad en el contexto de la Bahía de Cádiz. Su baja salinidad permite el desarrollo de comunidades muy diferentes a las del resto de la Bahía [4], típicamente hipersalina, y es clave para el abastecimiento de agua dulce de sus poblaciones de aves, tanto sedentarias como migradoras [6].

La fuerte variabilidad interanual es la característica fundamental de este sistema [4]. Las lagunas sólo aparecen en años lluviosos, en los que se produce una explosión de vida que contrasta con su aspecto en años de sequía. En consonancia con estas acusadas fluctuaciones, se han seleccionado especies capaces de persistir en el suelo en total desecación como formas de resistencia durante años e incluso muchas de ellas necesitan un periodo de desecación para una correcta reproducción [5,4]. Los animales más característicos, como en otros sistemas episódicos, son crustáceos pertenecientes al grupo de los Branquiópodos, como los anostráceos Tanymastix stagnalis y Streptocephalus torvicornis, el notostráceo de aspecto "prehistórico" Triops cancriformis o los innumerables cladóceros, junto a llamativos crustáceos del grupo de los Spinicaudata [4]. La producción de invertebrados acuáticos es muy alta después de un episodio de lluvias llevando a abundancias espectaculares y a visitas de gran número de aves [4]. Algunas de las especies identificadas no han sido descritas hasta el momento en el Sur peninsular, donde se pensaba no eran usuales [5], lo que aumenta la singularidad de este espacio y la importancia de su conservación. En los periodos de encharcamientos se han localizado al menos seis especies de anfibios (sapillo pintojo ibérico, sapo de espuelas, sapo común, sapo corredor, ranita meridional y rana común), todas ellas protegidas por la Ley 4/89, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y la Fauna Silvestres, por la Directiva Habitat y por el Convenio de Berna [2].

La importancia de estas lagunas para la avifauna se debe a que constituyen el único punto de agua dulce en la Bahía de Cádiz. Especies como la espátula común necesitan este agua dulce para reducir el estrés salino producido por su alimentación en la marisma [2]. Otras especies, como la cigüeñuela, seleccionan estas áreas menos salinas para reproducirse al obtener un mayor éxito reproductivo [2]. Otras, como garcetas, garzas y gaviotas, las utilizan como áreas de alimentación o aseo del plumaje [2]. En años lluviosos, pueden llegar a observarse cientos de aves alimentándose en estas lagunas temporales [6]. En total se han censado regularmente al menos 19 especies de aves acuáticas, muchas de ellas consideradas como especies prioritarias en conservación a nivel nacional y comunitario (Directiva Aves, Convenio de Berna…) [2]. Para muchas de éstas (garceta común, cigüeña blanca, espátula común, flamenco común, aguilucho lagunero, cigüeñuela) la Directiva Aves establece que deben ser objeto de medidas de conservación del hábitat [2].

Todas estas consideraciones obligan a la administración competente en materia ambiental a proteger los valores naturales de este espacio. Más aún, la Ley de Aguas (Ley 29/85) reconoce este espacio como humedal (“Las zonas pantanosas o encharcadizas, incluso las creadas artificialmente, tendrán la consideración de zonas húmedas…”) y la Directiva Habitats lo incluye entre los tipos de habitats de interés comunitario cuya conservación requiere la designación de zonas de especial conservación (Estanques temporales mediterráneos / Matorrales halófitos mediterráneos y termoatlánticos) [2,4]. Debido a su fuerte variabilidad temporal, están en el punto de mira de muchos estudios de cambio climático ya que su estructura y funcionamiento son muy sensibles a los cambios ambientales.

Los valores de la zona se completan con un patrimonio cultural e histórico también de importancia. La zona de ampliación es atravesada por el antiguo ferrocarril Jerez – Matagorda, segunda línea construida en España, allá por los años 30 del siglo XIX, y que fue construido por los bodegueros jerezanos para transportar su producción hasta Matagorda, donde se embarcaba hacia Inglaterra. En la actualidad en la zona existe un cortijo que funciona como vaquería y el pastizal es aprovechado para la alimentación del ganado.


UNA INCORRECTA VALORACIÓN
La planificación de ese espacio se está realizando sobre una valoración equivocada, al considerar que «su valor ambiental reside en todo caso en que actúa como zona de transición que atenúa los impactos derivados de la actividad humana sobre el pinar» [1]. Se ha demostrado, sin embargo, que su valor no reside en ser una zona de transición sino que tiene valor en sí misma y que la temporalidad de las lagunas no es un factor que les reste valor sino todo lo contrario, las hace valiosas y singulares desde un punto de vista ecológico. Sin embargo, la temporalidad de estas lagunas, y su aparente carencia de vida durante los periodos en que permanece seca, ha contribuido al escaso reconocimiento de sus valores ecológicos, lo que probablemente propició que el PGOU de Puerto Real de 1993, coincidente en el tiempo con un periodo de sequía, destinara esta zona para la futura ampliación del Campus, al considerarse la zona cuya ocupación generaría un menor impacto sobre el Parque Natural. Sin embargo, esta concepción ha cambiado; ahora tenemos conocimientos sobre los valores ecológicos de la zona que no eran tan evidentes en 1993. Por tanto, el desarrollo de la planificación sobre esa valoración ambiental equivocada la invalida y exige su revisión incorporando una valoración objetiva y completa.

La escasa sensibilidad hacia la zona es también patente entre la comunidad universitaria. La Universidad vive de espaldas a su entorno natural. Pocos son aún los que han mirado más allá de la valla que nos separa de nuestro entorno y se han paseado por él. Tanto es así, que la UCA está valorando el espacio destinado a la ampliación del Campus únicamente como terreno para edificación. Sin embargo, presenta otros valores para la propia actividad universitaria que no se están teniendo en cuenta. El entorno del Campus, y en concreto la zona de ampliación, constituye un laboratorio a escala natural y un excelente recurso para la docencia y la investigación en diversas áreas de conocimiento. Somos en realidad privilegiados por tener nuestros centros justo en el lugar objeto de nuestro estudio. Y, aunque aún de forma minoritaria, esos usos se están dando de hecho actualmente en ese espacio.


UN RETO PARA LA UNIVERSIDAD
Resulta paradójico que una Universidad que está formando profesionales para la protección de nuestro entorno natural (Ciencias Ambientales, Ciencias del Mar u otras ciencias experimentales) esté a la vez promoviendo un modelo de campus destructor del medio. La Universidad tiene el deber de ser coherente en su funcionamiento con sus fines y principios y de transmitir no sólo contenidos sino también valores acordes con ellos a las personas que está formando y a la sociedad en general. La Universidad, por tanto, antes de actuar sobre el entorno, debe promover un conocimiento profundo de las consecuencias derivadas de dicha actuación. Sería absurdo que la Universidad destruyera aquello que es su objeto de estudio.

Pero además, contar con un entorno de incomparable valor ambiental no es en absoluto un obstáculo para el desarrollo de los fines de la Universidad sino, al contrario, una enorme potencialidad para el desarrollo de la actividad docente e investigadora y para la creación de un Campus modélico y vanguardista incorporando y experimentando medidas urbanísticas y ambientales innovadoras que profundicen en el concepto de sostenibilidad. La Universidad debe ser vanguardia y no remolque de los avances del pensamiento y la técnica. El Plan promovido por el Rectorado de la UCA y el modelo de Campus y de Universidad que se derivan de él, siguen la lógica desarrollista de los peores tiempos del pasado siglo. El paradigma ambiental de este siglo ya no es siquiera minimizar los impactos sobre el medio sino recuperar y restaurar los valores naturales. La existencia en la propia UCA de equipos de investigadores y titulaciones relacionados con temas ambientales, planificación, conservación, tecnologías ambientales, que pueden contribuir al proceso planificador aportando ideas, estudios y criterio técnicos, y un interés notable y creciente de la comunidad universitaria por el futuro del Campus, avalan la capacidad de la Universidad para afrontar ese reto. Y ese reto es exigible y enormemente beneficioso para la Universidad.



REFERENCIAS

1. Universidad de Cádiz. “Plan Especial de Ampliación del Polígono Universidad de Cádiz. Documento de Avance”. Cádiz, Mayo 2001.
2. Gonzalo Muñoz y Francisco Hortas. “Documento de alegaciones al Documento de Avance (Mayo 2001) del Plan Especial de Ampliación del Polígono de la Universidad de Cádiz”. Puerto Real, Julio 2001.
3. Sánchez. “Flora Amenazada del Litoral Gaditano”. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía. 2000.
4. Carlos García y Juan García de Lomas. “El entorno del Campus Universitario Río San Pedro. El valor de la educación ambiental”. (Página web). Marzo 2001
5. Carlos García. “Los valores ecológicos del entorno del Campus del Río San Pedro”. En: “Foro de Debate: El futuro Campus del Río San Pedro ¿Un modelo hacia la sostenibilidad?. Taller de Sostenibilidad. Puerto Real, Junio 2001.
6. Francisco Hortas Rodríguez. “Los valores ecológicos del entorno del Campus del Río San Pedro”. En: “Foro de Debate: El futuro Campus del Río San Pedro ¿Un modelo hacia la sostenibilidad?. Taller de Sostenibilidad. Puerto Real, Junio 2001.