El pasado miércoles, la misión en Guatemaladel
Relator Especial de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas
, finalizó. Ese mismo día, Don Stavenhagen emitió
un comunicado de prensa que, gracias a Lucrecia Molina Theissen,
me es grato compartir con ustedes.
Cordialmente,
Xavier Criou
Misión de Verificación de las Naciones Unidas
en Guatemala - MINUGUA Oficina del Portavoz e Información
Pública
Intervención del Relator especial sobre la situación
de los Derechos Humanos y libertades fundamentales de los
pueblos indígenas, Rodolfo Stavenhagen, al finalizar
la visita a Guatemala
Termino hoy una visita oficial de 10 días en Guatemala
por invitación del gobierno. Vengo en calidad de relator
especial sobre la situación de los derechos humanos
y libertades fundamentales de los pueblos indígenas.
El propósito de la visita fue recabar información
relacionada con la situación de los pueblos indígenas
del país, para informar a la Comisión de los
Derechos Humanos de la ONU sobre los resultados de mi investigación
y proponer algunas recomendaciones.-
Durante la visita, tuve reuniones con varios funcionarios
del gobierno, entre ellos, el Vicepresidente de la República,
la Ministra de Cultura y Deportes, el Ministro de Trabajo,
el Ministro y Vice-Ministro de Educación, la Presidenta
de la Comisión Parlamentaria de los Derechos Humanos,
el Presidente de la Comisión Presidencial de los Derechos
Humanos, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el
Presidente de la Corte de Constitucionalidad, el Fiscal General,
el Procurador de los ^ Derechos Humanos, la Secretaria de
la Paz, y la Directora de la Defensoría de la Mujer
Indígena.
Asistí a reuniones en Izabal con representantes de
las Comunidades Q'eqchi', Poqomch'i, Achí, Mopan, Itzá,
Chortí y Garífüna; en Chichicastenango
con representantes de los pueblos Ixil, Kiche, Tzutuhil y
Kaqchikel; en Totonicapán con representantes del pueblo
Mam, Chuj, Kanjobal, Aguacateco, Poptí, Tektiteko,
Uspanteko, Acateco, Jakalteko, Sakapulteko y Sipakapense ;
en Santa Rosa con Xincas y Poqomames. Además de estas
reuniones fuera de la ciudad de Guatemala me reuní
con organizaciones indígenas en la capital. También
tuve la oportunidad de reunirme con miembros del sector académico.
Presentaré el informe final sobre la visita a Guatemala,
con mis resultados, observaciones y recomendaciones a la Comisión
de Derechos Humanos en Abril 2003. Mientras tanto quisiera
adelantar algunos comentarios. He tenido la oportunidad de
observar que:
1) Guatemala es una sociedad multiétnica, multilingüe
y pluricultural en
la cual la mitad del país esta constituida por los
pueblos indígenas maya, xinca y garífüna.
2) En algunas regiones del país, especialmente en
las áreas rurales, los
pueblos indígenas constituyen la mayoría de
la población.
3) La identidad nacional de Guatemala está basada
en gran medida en las
culturas vivientes de sus pueblos indígenas, con sus
tradiciones y valores comunitarios, idiomas y espiritualidad.
Sin embargo, lejos de ser socios en igualdad de condiciones
en la construcción de la Guatemala de hoy, los pueblos
indígenas son excluidos, discriminados y marginados:
a) El 40% de los pueblos indígenas de Guatemala viven
en la pobreza extrema y 74% en la pobreza, según la
definición de la ONU; las mujeres indígenas
son más afectadas por la pobreza que los hombres.
b) Si bien hay también no indígenas pobres,
las tres cuartas partes de la población que viven en
situación de extrema pobreza son indígenas;
los peores índices de pobreza extrema y ausencia de
servicios sociales (indicadores de Desarrollo Humano), se
encuentran en los departamentos de Totonicapán, Huehuetenango,
Quetzaltenango y San Marcos, donde el 70% de la población
es indígena.
c) La mitad de la población indígena del país
es analfabeta.
d) En algunas comunidades el analfabetismo de las mujeres
indígenas alcanza el 90%.
e) Los niños y las niñas indígenas de
las áreas rurales tienen un promedio de menos de dos
años de educación; las niñas indígenas
un poco más de un año.
f) Las tres cuartas partes de los hogares indígenas
viven en áreas rurales sin servicios de agua o saneamiento.
Además de estos indicadores sobre la situación
extremadamente difícil que enfrentan los mayas, xincas
y garífünas en Guatemala, los representantes indígenas
me hablaron repetidamente de la discriminación racial
y étnica que han sufrido y sufren en su vida diaria.
La discriminación se manifiesta en las actitudes de
las autoridades hacia los indígenas, los prejuicios
asociados con el traje tradicional y otros aspectos de la
cultura, así como el hostigamiento y el abuso verbal.
La aprobación de la legislación pendiente sobre
la discriminación racial y étnica que se encuentra
ante el Congreso y la propuesta para que Guatemala acepte
el mecanismo de monitoreo del Comité para la Eliminación
de la Discriminación Racial de la ONU, son medidas
necesarias y urgentes que contribuirán a construir
una sociedad respetuosa de la diversidad cultural, como está
indicado en la Constitución y los Acuerdos de Paz.
Los representantes indígenas también me informaron
de su gran preocupación por el sistema de administración
de justicia, declarando que sus comunidades no tienen acceso
a una justicia equitativa y expedita. En muchos casos, como
lo reconoce la oficina del Fiscal general hay ausencia total
de operadores de justicia; y allí donde funciona, hay
pocos o a veces ningún intérprete legal para
asegurar el acceso en sus propios idiomas para los pueblos
indígenas como lo requieren los acuerdos de paz.
Me informaron además que en muchas comunidades indígenas
la situación se complica aún más por
la persistencia del involucramiento en asuntos públicos
de los miembros de las ex-PAC, quienes a pesar de estar formalmente
desmilitarizados siguen como un factor altamente organizado
en la política local en numerosas instancias. Junto
con la impunidad de la que gozan en cuanto a sus actividades
durante el conflicto armado interno, esta presencia puede
ser percibida como un peligro para la construcción
de un estado libre y democrático.
Además, ante las dificultades extremas en el acceso
a la educación a todo nivel, los indígenas han
solicitado la creación de una política de educación
bilingüe e intercultural comprensiva y dinámica,
y el establecimiento de escuelas en idiomas indígenas.
Son muy positivos los esfuerzos del Ministerio de Educación
en promover la
interculturalidad y el multilingüismo, pero sufren de
la limitación de recursos disponibles para la implementación
de estos elementos fundamentales de los Acuerdos de Paz.
En numerosas oportunidades los pueblos indígenas se
refirieron a las restricciones que enfrentan en el goce del
derecho de practicar su propia espiritualidad y creencias.
Estas incluyen prohibiciones de acceso a sitios sagrados,
persecución de líderes espirituales que recogen
plantas para sus ceremonias, y hostilidad hacía las
creencias y prácticas espirituales indígenas
por parte de las iglesias.
El problema de la tierra es el tema fundamental que afecta
los derechos humanos de los pueblos indígenas. Los
representantes indígenas con los que hablé se
refirieron al aumento de tensiones sociales por la falta de
acceso a la tierra; la falta de resolución de reclamos
en tomo a la posesión de la tierra; la falta de respeto
por sus territorios comunales, tales como los bosques tradicionales
que históricamente son propiedad colectiva de las comunidades;
desalojos forzados debido a proyectos de desarrollo económico
y temas relacionados con la pérdida de tierras debido
al conflicto armado. Es prioritario establecer un registro
catastral que delimite claramente las tierras comunales así
como implementar una política nacional agraria más
dinámica, para resolver los numerosos conflictos que
se presentan y enfrentar los problemas estructurales asociados
con la concentración extrema de la propiedad agraria
en el país. Si la problemática de la tierra
sigue sin soluciones adecuadas aumentará la probabilidad
de que estallen conflictos sociales, con serias implicaciones
para la democracia y la estabilidad política y social.
Fui informado de las diversas medidas tomadas por el gobierno
en cumplimiento de los acuerdos de paz y especialmente del
acuerdo de identidad y derechos de los pueblos indígenas.
Estas medidas incluyen el establecimiento de una Defensoría
de la Mujer Indígena, Unidades de asuntos indígenas
creadas en la oficina del Fiscal General y la Corte Suprema
de Justicia, la nueva política de educación
bilingüe, el Fondo Indígena, etc. Los representantes
de estas instituciones declararon que los bajos presupuestos
limitan sus acciones. El FODIGUA, por ejemplo, un fondo para
el desarrollo comunitario indígena, dispone de un presupuesto
de 22 millones de Quetzales (3 millones de USD.) para el año
en curso, lo cual limita seriamente su potencial para fortalecer
a las comunidades indígenas. Además, estos presupuestos
limitados son a veces recortados aún más durante
el año fiscal.
Estas iniciativas que en parte cumplen con los Acuerdos de
Paz son pasos significativos pero resultan en gran medida
de poca efectividad por la falta de recursos y de voluntad
política para implementarlos.
Estoy convencido del papel importante que desempeña
MINUGUA en relación con los pueblos indígenas
y he escuchado preocupación por la finalización
de la Misión en el 2003. En mi opinión, las
instituciones guatemaltecas para la protección de los
derechos humanos tendrán la responsabilidad primaria
de asegurar el cumplimiento de los acuerdos de paz. Sin embargo,
el informe recomendará que la ONU considere, en consulta
con los pueblos indígenas y el gobierno, la forma de
seguir contribuyendo al proceso de construcción de
una sociedad más equitativa en Guatemala para sus grupos
más excluidos, apoyando a las instituciones gubernamentales
y fortaleciendo las capacidades de los pueblos indígenas
mismos. De esta manera se podrá sostener el camino
hacia una sociedad plural e incluyente.
Guatemala de la Asunción, 11 de septiembre de 2002.
Fundación Rigoberta Menchú Tum - México
Área de Justicia y Lucha contra la Impunidad
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