Sección Sin Historia
Bombas. La muerte de los sobrevivientes
 
   
   

 

 
   
Por:-Norbert Mayer 2002 Barcelona
Para iniciar, tengo que confesar que yo soy una víctima de las bombas y de la metralla de los aviones tan brillantes y artísticos tal como se nos presentan, precisamente, en un día una santa,(*) muy aplaudido por un público multitudinario. No obstante, no voy, ni quiero, hablar de ensayos acrobáticos sobre las orillas del mar de Barcelona, sino, sobre las consecuencias inhumanas, véase, léase Yugoslavia, Pakistán, etc. y dentro de poco lo que va - mejor dicho debe - sufrir un pueblo que vive en la pobreza, con una inmensa riqueza bajo su tierra, el pueblo del Irak.

Yo tenía siete/ocho añitos cuando me tocaba vivir el horror de los ataques diarios, por el día y la noche. Las sirenas de alarma soñaban a cualquiera hora... a correr al sótano de refugio. Sin embargo, los cazas con sus ametralladores llegaban sin aviso. Recuerdo, un día estábamos jugando delante de nuestra casa, situada en un barrio obrero en las afueras de una gran ciudad alemana, cuando unos de éstos famosos aviones aliados vaciaban sus ametralladoras, matando la chica que estaba jugando directamente a mí lado, ella tenía unos 5 o 6 años. Creo que el lector se da cuenta que yo sé de qué hablo. Lamentablemente.

¿Qué es un sótano o un búnker de refugio? ¡Lo más terrible del mundo! Unos gritan por el pánico, unos cantan sin saber porqué y qué, otros rezan, otros gritan y otros están calladitos y como estatuas, el miedo les ha paralizado y mujeres y abuelos, abuelas con criaturas pequeñas, llorando y gritando con cada bombazo, en sus brazos, llorando ellos y ellas también. Cada bombazo, el polvo, el techo y los muros temblando con cada bomba. Heridos gritando, pidiendo socorro. El día después; ¿Quién y qué hay debajo de las ruinas, en qué condiciones a quedado tu casa? ¿A quién, familiar o amigo, lo ha tocado hoy? ¿Habrá comida, agua y luz? Por regla general no había muchos hombres en los refugios, excepto unas ratas, vecinos nazi encargados del barrio, los hombres estaban en el frente o en el trabajo o en la cárcel... o. Recuerdo, cuando tenía nada unos 7/8 años yo no aguantaba más el sótano, subí al tejado, allí había una pequeña ventana plegable, allí ví los bombarderos acercándose, yo pensado: “mátame aquí ... si lo quieres así.”

Ninguna casa de nuestro barrio quedaba en pie, teníamos que marcharnos a un pequeño pueblo, donde mí madre tenía parientes. Para este recorrido, que significa hoy unas 3 horas en tren, necesitábamos 3 días. Las estaciones de tren estaban en llamas o ya destruidas. Cada dos por tres teníamos que salir del tren y agacharnos en la tierra, debido a los ataques de los cazas. El pánico estaba tan grande y tan cruel que nadie ni gritaba, ni rezaba o cantaba. Llegábamos a nuestro destino ... no sé cómo y de qué forma ... pero, llegábamos, mí madre, mí hermana y yo. Vivíamos en un poblacho, sin embargo, muy cerca había una empresa industrial importante y, además, una carretera y unos puentes “estratégicamente sumamente importantes.” No es para reírse, pero lo es. Aquí, los ataques no eran tantas veces como antes, pero .. otra vez al sótano ¡NO! Recuerdo el último ataque. Yo estaba en nuestra jardín, sentado de bajo de un árbol, cuando ví encima de la colina cercana, no sé cuantos, muchos, muchísimos, puntos brillantes como de plata. Vino la descarga. No me fue al sótano, me he quedado debajo del árbol, sin miedo, evitando así el castigo del refugio.

¿Porqué escribo todo esto? Yo he muerto... no sé cuántas veces, pero y aún hoy, ya soy un hombre mayor, vivo dicho maldito pasado. Toda mí infancia, toda mí juventud ha sido marcada y diseñada por los bombardeos, por éste sufrimiento bestial. Un niño nervioso, indominable, incontrolable, rebelde, rabioso y retirado en sí mismo. - La muerte del sobreviviente - Y, para decir la verdad, aún sigo siendo marcado, con una rabia “injusta,” aún estoy soñando con las bombas, las que ¿deseo? ahora para otros, para los “culpables,” para los caciques, ricachones, terratenientes, de las tierras, de los bosques, de las minas, de los esclavos - niños, mujeres y hombres - de los mares y de las mientes y de los corazones, todos apoyados por una incultura que se llama “Globalización.”

Es cruel pensar así, sí, pero, esto es el resultado de un pasado realmente vivido y y reconocido y visto en las vidas de otros ... individuos y pueblos enteros. Yo me pregunto, tenemos que reflexionar: ¿Quién es el terrorista verdadero? Yo me callo. ¡Piensa!

Vuelvo al inicio - en las guerras mueren soldados, con o sin ilusión, con o sin patriotismo. Pero y eso hay que subrayar en la guerras mueren ... o sobreviven muertos .. mucho más personas sin uniformes, mueren niños, sus madres, los ancianos, mueren pueblos enteros, su cultura, su identidad, su ilusión de vivir, su educación, su forma de convivencia y lo que queda es sobrevivir sea como sea.

Nos dicen que para salvar la paz, los derechos humanos y la santa democracia, a nivel global, para defender la carta magna y la famosa constitución de los EE.UU., tenemos que utilizar todos los medios necesarios, lo que quiere decir “bombas.” Esto dice un país, mejor dicho su gobierno, que ha permitido y apoyado todas las dictaduras en Latino- y Centroamérica y Asía, también algunas en África y cuyo último historial son Vietnam, Granada, Haití, Panamá, Yugoslavia, Afganistán y su apoyo a favor de sistemas feudales, tales como Indonesia (Sihanuk) o Saudí Arabia, etc. También han permitido las bombas contra Allende, el único presidente democráticamente elegido en Sudamérica. Esto es comprensible, de verdad, dado que los EE.UU. nunca han sufrido una guerra, no saben lo que son bombas. Las conocen sólo por la tele y siempre, con éxito, naturalmente de los suyos, sobre otros países y sobre otra gente (mala). Por ello vino el gran susto del 11 de Septiembre. ¡Bombas matan! y dejan sobrevivientes muertos, también en los EE.UU.

Sin embargo, otros países, tales como Inglaterra, Francia, Alemania y varios otros más, ya han sufrido y conocen los bombardeos y sus consecuencias humanas. Cómo es posible que dichos países se llaman amigos y aliados fieles de los EE.UU. ¿Puede ser que ellos han olvidado todo su pasado o resulta que el egoísmo comercial/industrial/standard de vida supera todos los criterios colectivos y humanos? Entonces yo me pregunto: ¿Qué significan las palabras “Derechos Humanos” - “Democracia ” - “Paz” y.. y y todas estas palabras que salen cada día de la boca de los políticos y de sus mandamás.
Nosotros, Marxistas, Amigos de Engels o del Ché, Leninistas y Anarquistas tenemos otro concepto. Nos hemos equivocado a menudo, lamentablemente y lógicamente, sin embargo, una cosa tenemos en común y bien claro: ¡Con Bombas No! ¿Morir por nada más que por el petróleo? ¿Morir para que el cherrif mundial y sus vasallos pueden continuar con la suya .. me repito .. con la tierra asquerosamente mal repartida, con los bosques/árboles, con nuestro aire, el agua/mar, con el café, el cacao, la plata y el cobre y con todo lo demás, con esclavos de 10 años, con drogas y con prostitutas “forzadas” y.. y lo que es lo peor destruyendo culturas, ritos religiosos y costumbres arcaicos, cosas que han sobrevivido milenios de años.
Yo, un sobreviviente de las bombas, ya me callo, no he dicho todo, pero, a mí parecer lo suficiente. ¡NI UNA BOMBA MÁS!

(*) La "santa" de la que habla , se refiere a Santa Mercé, patrona de Barcelona, en honor a la cual, se hizo recientemente una exhibición aérea con aviones de combate sobre las playas de la Barceloneta.(Nota del Reproductor


 

 
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